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¡Atrevete a Quererme! por Ayame Uchiha

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Notas del fanfic:

¡Hola! 

Primero que nada, quisiera disculparme, hace años comence a subir esta historia con, sin embargo luego de un tiempo le deje y borre. Ahora necesito cosas en las que pensar por lo que intentar completarla será todo un desafío.

Espero revisar que tan activo continua este fandom, y ver si me enimo a subir lo otro que tengo en mi poder,

Muchas gracias por leer,

Saluditos.

Notas del capitulo:

Hola! No hay mucho que decir, 

es un re-lanzamiento

Saludos!

Tristeza fugitiva

-Amor Yaoi-

:..:..Ayame Uchiha..:..:

.:..:Prólogo:..:.

 

‘’La risa se me está apagando, lo mismo con las esperanzas’’

 

Con cada paso que avanzaba por la oscuridad de la calle sus piernas temblaban dejando entrever que no se encontraba para nada bien. Las ligeras convulsiones que mostraba su cuerpo denotaban las nauseas que sentía, sin embargo, ya no tenía nada en el estómago que vomitar. Sentía el castañear de sus dientes, pero dudaba que fuese por frío. La resequedad de su boca la impedía mojar sus labios ya resecos y partidos. La garganta le mataba de ardor, y aún así nadie había acudido en ayuda de sus suplicas, nadie había aparecido en el momento que más necesitaba de alguien. Habían pisoteado su orgullo, su dignidad, su todo.

Asco, repulsión.

Todo lo sentía.

Como todos los días, él lo había encaminado hacia su hogar, hablándole de lo inteligente que era, otorgándole ideas de que hacer con su vida al terminar el instituto, ofreciéndole de su ayuda para conseguirle una beca en una prestigiosa universidad siendo que no poseía dinero para costeársela. Todo había sido normal, todo era normal. Un profesor preocupado por la educación de sus alumnos, un profesor interesado en que aquel alumno becado tuviera la oportunidad de continuar sus estudios.

Lo había mantenido hasta un poco mas tarde en el salón con la excusa de que lo necesitaba para revisar unas pruebas realizadas a un curso menor. Aquello no era extraño, era un pequeño trabajo con el que obtenía leves ingresos para costearse sus cosas, había confiado, no había nada raro, nada que lo hiciera sospechar. Luego de terminar con aquella tarea, ambos habían partido juntos con dirección a sus hogares como tantas otras veces en su mente, pero para le mente contraria era todo distinto, lo tenía todo preparado, nunca espero ser arrastrado a un callejón y luego despojado de su ropa. Nunca espero lo que estaba por venir. Debía de ser todo un mal sueño.

No sabía que hacer, estaba solo con todo eso.

Una fuerte convulsión lo hizo doblarse por la mitad intentado nuevamente seguir expulsando lo que había en su estómago, solo saliva. Estaba oscuro, estaba temblando.

Una de sus manos viajo a su rostro para quitar las lágrimas con rabia. Ardía, todo su cuerpo le ardía. Podría jurar que hasta su corazón le ardía, y aún así no podía dejar de caminar para llegar a su casa.

La situación en su hogar no era la mejor, vivía solo con su padre, un ser despiadado y alcohólico que aun no superaba la muerte de su mujer, de su madre. Vivía con un hombre al que no le importaría matar a golpes a su propio hijo, un hombre que lo veía como la desgracia en persona.

Con las manos temblando, logro abrir la reja que daba inicio a su propiedad, no sabía que le esperaba, y esperaba que el mayor que encontrara ya dormido. Cuando se encontraba a unos pasos de la puerta principal, este se abrió de golpe dejando ver a un hombre mayor con el ceño fruncido a más no poder.

—¿Son horas de llegar? —Su voz era rasposa, demostrando la impaciencia que sentía por la situación. Sin esperar respuesta, alargo su mano para tomar con fuerza los cabellos del menor y meterlo a la casa lejos de la vista de algún vecino que quisiera mirar, aunque dado la hora, era poco probable que eso fuese a suceder. Apenas la puerta se cerró, soltó los cabellos ajenos como si le quemaran. — Te hice una pregunta.

—Lo siento…— No fue capaz de excusarse pues una bofetada le dio vuelta el rostro, su labio escoció ante el golpe que le reabrió una herida, sus ojos inevitablemente se llenaron de lágrimas ante el ardor y lo que sucedería mas adelante. No quería seguir ahí, no quería vivir más.

Al siguiente momento se encontraba siendo zarandeado con fuerza sin poder defenderse. Su mochila había caído al suelo en alguna parte de la casa mientras él era arrastrado con fuerza sobre las escaleras, una de sus manos se agarro al barandal intentando escapar de la paliza que le iba a dar, pero su padre comenzó a tirarlo por el cabello, por las orejas, por donde pudiera ejercer algo de fuerza. Lentamente sus manos se fueron soltando de su agarre y termino arrastrado por el suelo hacia la que era su habitación. No podía escuchar nada de lo que le gritaba el hombre, era como si fuese un ruido sordo y muy lejano. Al ingresar en la habitación, la puerta fue cerrada con fuerza. Los siguientes ruidos de golpes que se escuchaban sumado a los suaves quejidos podían alarmar a cualquiera, aquello no debía de ser normal, al menos no en una casa.

Su cabeza deba vueltas por todos lados sin poder centrarse en donde se encontraba, y quizás era lo mejor, así no lograba enchufarse con la realidad para sentir el dolor que le causaba la persona que debía de protegerlo, varias partes de su cuerpo pulsaban al ritmo de su corazón. Tenía el cuerpo tan entumecido, aunque era lógico si se ponía a pensar que entraba y salía de la inconsciencia con cada nuevo golpe.

Extrañaba tanto a su mamá.

—¡Has sido el culpable de todo esto! Es únicamente lo que mereces luego de arruinar esta familia. — Las palabras taladraron sus oídos, pero no fue capaz de encontrarles sentido. ¿Quién le hablaba? Sintió como era arrojado contra algo duro y luego la puerta se cerraba con fuerza. ¿Qué es lo que estaba pasando? Todo estaba tan oscuro y frio, podía escuchar claramente un pitido rompiendo el silencio en el cual se encontraba.

Su estómago se apretó con fuerza y de su boca salió un líquido que parecía ser la mezcla de saliva con sangre. ¿Eso era suyo? Estaba tan confundido.

Con los brazos temblorosos intento incorporarse, pero no dio resultado. Una niebla brumosa comenzaba a tapar sus pensamientos, le estaba costando hasta recordar su nombre, ¿Se merecía todo esto?

Era tan cruel e injusto,

Que deseo por un momento dejar de respirar,

Dejar de sentir,

Y sucumbió a la oscuridad que le rodeaba,

Pensando equivocadamente que le abría los brazos a la muerte,

Pero estaba muy equivocado.

 

Notas finales:

Bastante corto, lo sé

Pero es solo el prologo, y es un intento para visualizar como sigue este fandom con el que tan bien la pase hace muchos años atras.

Espero sus comentarios.

A.U.


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