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DUDA (HUNHAN) por Linlim

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Notas del capitulo:

Tal vez tenga faltas ortográficas...

Las esferas de metal ruedan por sus manos, no han logrado su objetivo, probablemente son de mala calidad pese al precio que pagó por ellas.
 
 
El sonido emitido por la puerta  con un mal compas, totalmente arrítmico, lo distrae de sus cavilaciones. Sabe quien es, es inconfundible su sello al solicitar  un falso permiso, pues  realmente solo es un preludio para introducirse sin permiso a su oficina.
 
 
Una cara risueña se asoma, su mirada amable y cálida le saluda con una elevación ligera del mentón. 
 
 
—¿Puedo pasar? —Dice, pero ya está dentro, así que está de mas la pregunta.
 
 
—Creo que carece de sentido tu pregunta.
 
 
—Vamos, jefe, estoy  siendo educado. —Se sienta como una plasta humana en el asiento frente al escritorio.
 
 
—Sabes que para eso tengo una secretaria, para que anuncie a las personas…
 
 
—Si, ya lo se , no debes repetir lo que se de memoria, no perdamos el tiempo ¿ que paso?
 
 
—No te entiendo.
 
 
 
—Recuerda que entré a trabajar antes que tú,  se que  no  aceptabas  vacaciones porque huías de  tu casa y después  de tu esposo, pero cuando por fin te decidiste  a  pasar unos días de descansando en compañía de tu familia,  resulta que después de dos días de  regresas a trabajar…no pienses que creeré que no hay motivo.
 
 
 
Suspira, JongIn lo conoce bastante bien, pese a que no eran compatibles cuando comenzó a trabajar  en la empresa de su padre,  porque lo creía un rubio estúpido, engreído , hijo de papi, pero  con el discurrir del tiempo, habían  logrado conocerse  y se dio cuenta que no era el típico estereotipo de junior.
 
 
 
—Nada…
 
 
 
—Vamos SeHun no perdamos tiempo , tu negándome las cosas y yo en insistiendo  para sacarte la verdad.
 
 
 
—Baek quiso que fuéramos al centro comercial  el día que inicié mis vacaciones,  como una linda familia, comprando cosas que el nunca escoge, como si realmente le preocupara… —Dice con un dejo de molestia.
 
 
 
—SeHun eso ya lo se, tu esposito es un socialité  que toma te y galletas por las tardes mientras cotillean en el club,  no creo que sea importante eso, dime algo diferente.
 
 
 
—Vi a   LuHan.
 
 
 
—¡Oh!—Una boca formando un circulo y los ojos muy abiertos reflejan  la gravedad del tema.
 
 
Al inicio JongIn solo conocía algunas partes del rompecabezas de la relación pasada de SeHun, era difícil armar la historia con los fragmentos que le proporcionaba cada determinado tiempo. Pero con el paso de los años fue tratando de inferir y clarificar, irónicamente aún así había una duda.     ¿ Porque su jefe—amigo había sido abandonado?
 
 
 
—¿Con su esposo?… ¿ con niños corriendo alrededor de el?… ¿ Nuevamente con un vientre enorme porque folla como conejo …?
 
 
—No es gracioso.
 
 
—Que paso entonces, ¿aclaró tus dudas?
 
 
 
—Si. 
 
 
SeHun muerde los labios, no sabe si por temor a que salgan las palabras y al oírlas sean mas aterradoras que pensarlas. Mira fijo a JongIn que espera la respuesta. Parece que este no respirara y por piedad, opta por decir las palabras trágicas, antes de que se vaya  a ahogar  su amigo al contener la respiración.
 
 
 
—No me amaba.
 
 
—¿Y…? —JongIn mueve las manos tratando de obtener mas información.
 
 
 
—No me amaba.
 
 
—Mierda SeHun eso no es aclarar las dudas…seguimos igual.
 
 
 
—¿Seguimos?—La cara de incredulidad, levantando una ceja mira con burla al moreno.
 
 
 
—Si, si…es como si viera un dorama básico, estoy esperando su final, vamos, debiste interrogarlo como si fueras de la NIS (policía coreana), usar la violencia si fuese necesario. —Ríe por lo último
 
 
 
—JongIn no es gracioso.
 
 
 
—Lo es y tú eres estúpido.
 
 
SeHun le mira mal, cosa que poco el interesa a JongIn.
 
 
—Disculpa jefe, pero alguien debe tener el valor de decirte las cosas a la cara…—SeHun lo sabe, nadie lo confronta ni ayuda a clarificar sus ideas como JongIn—y si, si es estúpido, tenías la posibilidad de mandarlo a investigar, de encontrarlo…
 
 
 
—No quería  encontrar a quien no quiere que lo encuentren.
 
 
 
—Y vale una mierda eso…no sabes que pasó  con tu ridícula y tórrida historia romántica con LuHan, sinceramente no creo que se haya acabado  por una  infidelidad, mereces la verdad…merecemos la verdad, ambos.
 
 
 
JongIn decía odiar el romance, pero las miradas que echaba con tintes de estupidez a ese empleado   de ojos grandes de la cafetería donde solía tomar café de vez en cuando –ahora ya cliente asiduo-  eran mas cursis que sus palabras, en especial, porque el chico solía ignorar sus coqueteos con ceños fruncidos y palabras hoscas. 
 
 
 
SeHun solo mueve la cabeza.
 
 
 
—¿Sabes donde vive o donde trabaja?
 
SeHun mueve la cabeza, negando.
 
 
 
—Vamos jefe—Dice con falso respeto. —Si el destino hizo que se encontraran por casualidad en esa inmensa  cantidad de posibilidades al coincidir en una ciudad tan grande y llena de personas, debe ser la señal que debes buscarlo y sacarle la verdad.
 
 
 
Tal vez JongIn tenía un poco de razón.
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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LuHan ha despedido hace una hora al último niño. Este le ha dado un beso y le ha dicho que lo quiere mucho. Esas pequeñas frases dan calidez a la frialdad que llama vida.
 
 
 
Se encarga de poner todo en orden, las crayolas partidas a la mitad son reparadas para que puedan seguir su función. Los dibujos de fomi que acompañan las estaciones del año se han caído y se toma el tiempo para reacomodarlas y pegarlas donde se han dañado. 
 
 
 
La verdad es que trabaja de manera lenta, pues cae la tarde y debe regresar a ese que llama hogar y al que no le gusta llegar. 
 
 
 
Suspira. 
 
 
 
Suspira al ver caer la tarde.
 
 
 
Suspira al ver caer la  tarde recordando la última vez que vio a SeHun.
 
 
Se sienta en una pequeña mesita, en una pequeña sillita. Toma una hoja que guarda en su bolsillo del mandil que porta, la desdobla con cuidado y observa el dibujo con contornos difusos y poco precisos pero cuyo significado es mas que exacto . Yin quiere a LuHan. Una niña que se apega a el incluso cuando la va a traer su padre a la salida. Los brazos de la pequeña no quieren soltarlo.
 
 
 
 Al menos a alguien le importa, al menos  alguien no quiere dejarlo ir, al menos alguien lo ama.
 
 
 
Observa el dibujo que contiene a un LuHan muy alto con brazos extendidos y que tocan las manos de la niña. Ambos dibujos sonríen. No es su hija, pero Yin lo hace muy feliz, no importa que nunca tuviera hijos, ellos son sus hijos, al menos por un tiempo, antes de que tengan que ir a la elemental.
 
 
 
Al menos SeHun si los tuvo, debe ser muy feliz sin duda alguna.
 
 
 
SeHun y Feliz, dos palabras unidas que deberían hacerlo feliz a el. Pero no es así.
 
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Ha pasado una hora desde que vio al ultimo niño salir y media hora desde que vio a los maestros de la escuela retirarse. Sabe que LuHan sigue dentro.
 
 
 
Pero duda si debería entrar.
 
 
 
Tantas preguntas clavadas en el alma, tantos porques, tantos desde cuando, tantos quien…tantas y tantas dudas.
 
 
 
Se arma de valor, porque si ha llegado tan lejos y no se refiere a la distancia física, sino el  atreverse a mandarlo a investigar. Por eso sabe desde  hace un mes  donde trabaja y que siempre suele quedarse aun cuando todos se han ido. Sabe que nunca falta a trabajar, sabe que se queda acomodando los juguetes y enseres escolares desperdigados, también sabe que nadie lo recoge a la salida. Que suele ser taciturno y poco sociable, al menos con los adultos, aunque no sabe el porque, solo lo sabe, se lo han informado. Pero no fue tan osado, no ha querido preguntar sobre su hogar o sobre su esposo, esos temas son sensibles y duelen.
 
 
 
Respira profundo, aprieta una mano sobre otra para darse valor. Camina ahora con paso apresurado, como si tuviera prisa después de estar parado una hora, empuja el portón que ya no está cerrado con llave, pues las piezas que se consideran  valiosas ya se han ido hace un buen rato, aunque claro para el la mas valiosa sigue dentro. Recorre los pasillos con seguridad, sabe perfectamente por descripción del investigador, cual es el salón de LuHan. Se para frente a la puerta, no sabe si tocar o entrar.  Se asoma por la parte del cristal. Nuevamente su corazón da un vuelco, al verlo sentado en una sillita donde su humanidad se ve mas grande de lo que en realidad es. Ve su rostro pálido, ensimismado observando una hoja, no sabe si es una carta o un documento tan importante, pues lo ve doblarlo con tanta pulcritud como si se tratase de una carta de amor. Tal vez lo es, el no lo sabe.
 
 
 
Entra sigiloso, Luhan se ha levantado sin darse cuenta de intruso, guarda el papel en su mandil,  camina solo dos pasos, recogiendo un suéter que un niño a olvidado en el suelo, para colgarlo en el perchero, cuando lo ve.
 
 
 
A SeHun.
 
 
 
No puede moverse. El tiempo se detiene.
 
 
 
SeHun lo observa y quisiera arrojar la preguntas todas juntas, pero no se atreve, es un intruso. Se queda callado, todo desaparece a su alrededor, en el concepto gestáltico, LuHan es la figura de SeHun.
 
 
 
SeHun es la figura de LuHan.


 
 
Observa el traje a la medida, la camisa fina sobresalir en la parte del cuello, su cabello perfectamente peinado, la línea de l mandíbula, una línea perfecta, los ojos que para muchos son fríos, siente le queman la piel.
 
 
 
Observa el suéter de cuello alto protegerlo del frío, su ojos dulces y almendrados, sus pequeñas manos apretando el pequeño abrigo, su mandil que hace verlo adorable, el cabello un poco alborotado y tan castaño como antes.
 
 
 
SeHun  da dos pasos y LuHan retrocede uno. Queda a la expectativa, nuevamente avanza y ve como el otro atemorizado se aleja, siguen el mismo patrón  hasta que ya no hay espacio , la pared detiene la huida, el silencio es profuso. Uno mas y ya no hay tanto espacio entre ello, pareciera que incluso el oxigeno no tiene cabida, les falta el aire a LuHan.
 
 
 
Cuando está a punto de abrir la boca para empezar el interrogatorio, no emite palabras,  lo único que atina a soltar es un beso. Los labios se unen atraídos magnéticamente. Es solo un roce, un beso suave tan lejano del pasado. Y ahí se quedan, en un mundo alterno, sin pensamientos, sin porqués.
 
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Sus manos  recorren el vientre plano, con dos líneas ligeramente paralelas que descienden hasta su masculinidad, entre ellas una tercera línea se dibuja bajo el ombligo. Un dedo recorre la cicatriz, es una huella del pasado, un pasado que aun duele, a ambos, por distintas razones. Uno porque es un amor perdido que no llegó a conocer o acunar entre sus brazos, el otro porque debía ser  sueño de ambos pero no lo fue. SeHun no sabe  lo que sucedió. El prefiere escucharlo de los labios de LuHan, el trabajo del investigador solo consistió en ubicarlo.
 
 
 
LuHan da un leve sollozo por el recordar el pasado, SeHun sube, llega a su boca y con un —Shht— lo calla, mas que nada es el beso, pausado, saboreando los labios lentamente, se coloca entre sus piernas,  desliza sus manos desde la pequeña curva de la cadera de LuHan, pasa por el muslo y llega a la pantorrilla. La toma y la sube a la altura del antebrazo. Saben lo que ahora pasara.
 
 
 
El tiempo no borra la memoria que guardan sus  cuerpos, las piezas ensamblan a la perfección. La excitación es tanta, que el cuerpo responde de manera natural, LuHan está lo suficiente excitado que se encuentra húmedo, lubricado,  listo para la penetración, el miembro de SeHun se desliza, es notorio que hace tiempo no han tenido sexo, pues sus cuerpos se desesperan ante la necesidad del  contanto, se frotan, se halan, gimen, suspiran,  el aliento se escapa, el calor  de los cuerpos contrastan con la frialdad de la habitación, expelen  vaho. No importa que la habitación sea ajena, que mucho otros cuerpos hayan yacido ahí, porque todo desaparece, solo existen en el mundo ellos dos. 
 
 
 
LuHan se desespera un poco, su cuerpo con memoria se gira y queda sobre SeHun, este observa como se mueve, como hace círculos con su cadera mientras su hombría es absorbida en los mas profundo de LuHan, admira el rostro y recuerda cada gesto, cada ruido y cada momento que vivieron juntos en la intimidad.
 
 
 
La distancia y el tiempo traen el  olvido, tal vez, pero en ellos no, no ha hecho mella. No han olvidado.
 
 
 
Cuando explotan, uno después del otro, los fuegos artificiales se sienten en todo el cuerpo, el espasmo recorre un camino desde la cabeza hasta los pies. Se tumba sobre el pecho de SeHun dando bocanadas de aire. Siente como el caliente líquido escurre por dentro de el y reacciona.
 
 
 
No se protegieron. El hace más de un año no toma la píldora. Necesita tomar la de emergencia, esto es un caso de emergencia, vaya que lo es.
 
 
 
 No entiende como hace apenas unas horas su vida era tranquila, antes de que SeHun lo encontrara en la quietud de su trabajo en la escuela, después de tantos años de no saber de el  —exceptuando su encuentro fortuito den el centro comercial — no entiende como logró convencerlos con besos robados —o tal vez no tan robados si los dio por gusto— de ir a un lugar mas tranquilo para hablar y la prisa del deseo que se apoderó en el trayecto,  los hizo llegar a ese hotel de amantes.
 
 
 
Se levanta de prisa y se marea un poco por el vértigo generado por el movimiento apresurado.  
 
 
 
—¿Donde vas? —Lo mira extrañado SeHun, sin entender su comportamiento despúes de lo que ha pasado.
 
 
 
—Debo irme.
 
 
 
Levanta la ropa desperdigada por la habitación y comienza a vestirse.
 
 
 
—No te iras.
 
 
 
—Debo hacerlo.
 
 
 
—Ha pasado mucho tiempo desde que hablamos, debemos aclarar algunas dudas.
 
 
Sus cuerpos ya han hablado aclarando algunas dudas, se desean aun, se gustan, pero aun falta mas por aclarar.
 
 
 
—No tenemos nada de que hablar, eres un hombre casado y yo también.
 
 
 
—No vas a negar que me amas, sentí como tu cuerpo me lo decía, tus besos y tus miradas. Si pensaras en tu marido, no hubieras respondido a mis caricias como lo acabas de hacer.
LuHan sabe que es verdad lo que ha dicho.
 
 
 
—Yo…yo no…
 
 
 
—Mírame, dime que no me amas.
 
 
 
—Yo no…yo no… te amo.
 
 
 
SeHun lo ve y lo besa con fiereza, LuHan no tarda en corresponder. SeHun lo separa bruscamente.
 
 
 
—Vuelve a decir que no me amas.
 
 
 
—Yo no te amo.
 
 
Lo toma por la cintura y lo levanta, lo atrapa contra  la pared , besa su cuello, una mano lo sostiene por el trasero y lo aprieta, la otra mano,  en su espalda intentando mantenerlo al vilo, con dificultad toma su pene ya nuevamente excitado y lo acomoda nuevamente en la entrada de LuHan,  lo mete de un solo golpe, la entrada de LuHan cede, esté da un grito mezcla de la conmoción y de placer.
 
 
 
—Dime que no me amas. 
 
 
 
SeHun ya está bombeando, entrando y saliendo de LuHan, se mueve con algo de rabia y pasión. LuHan cierra los ojos y se entrega.
 
 
 
—Dímelo.
 
 
 
—Yo…yo…no puedo.
 
 
 
—Lo sabía… eres y serás mío, siempre mío, tu aun me amas.
 
 
 
SeHun ya no tenía dudas.
 
 
 
 
 
 
 
 

Notas finales:

Siempre si será minific de tres capítulos o tree shoot.

 

Anniong!!!


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