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Destinado al fracaso por dark kirito

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Notas del fanfic:

Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchísimas gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo ;3.

Notas del capitulo:

Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchísimas gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo ;3.

Velocidad, peligro y adrenalina son componentes básicos para un deportista extremo. Nada se compara a bajar empinadas avenidas montado en una bicicleta modificada. Los oídos se tapan por el abrupto cambio en la altura. Los sonidos se perciben como ráfagas que se pierden a la distancia.


- ¡Yeah!


El muchacho pone todo su empeño en pedalear, como si no fuera suficiente. Las llantas ya rechinan e incluso la cadena echa chispas. Si aquello tuviese tanque de gasolina hubiese estallado varios kilómetros atrás.


- ¡Oh si!


El terreno se vislumbra prácticamente borroso, es arriesgado pero el sujeto en cuestión se cree invencible. Debió imaginar que tarde o temprano algo le sacaría del camino, que saldría disparado varios metros hasta aterrizar en el pavimento y perder el sentido, eso suponiendo que la vida no le abandonase en el acto.


~_~_~_~_~_~_~_~


...


El tenaz aunque estúpido muchacho recobra la conciencia de si mismo pero les es imposible abrir los ojos.


- Joder, me quedé ciego.


- Ah. No, tuviste una fractura severa en el pómulo derecho por lo que te han vendado toda la cabeza.


- ¿Me desfiguré?


- Creo pero has salido bien de la cirugía. El médico dice que en unas semanas estarás como nuevo.


- Lo dudo. Me duele hasta el trasero. A todo esto, ¿quién eres?


- Murat.


- No me dice gran cosa.


- Fui quien llamó a la ambulancia.


- Interesante. Supongo que querrás mi agradecimiento.


- Ah, no - el tono fué ligeramente más agudo debido al nerviosismo.


- Nah, de todos modos gracias. Le diré a mis padres que paguen la factura.


- Ya lo hacen. Los llamé luego del accidente. Encontré tu cartera a pocos metros, por fortuna tenías la credencial de la biblioteca.


- ¿Cuánto tiempo llevo encerrado?


- Tres días.


- ¡Que suerte! Pensaba que sería una de esas historias dramáticas en que despiertas luego de varios años.


- ¿Por qué hacer algo tan peligroso?


El mayor se encoge de hombros, movimiento que le provocó gran sufrimiento.


- Ah que imbécil - se recrimina a si - En un principio buscaba llamar la atención de mis ricos pero vale madres padres, je rima. Ya luego pues no sé, se siente chingon. Menos el putazo que me dí.


- ¿Y si te hubieras muerto?


- Pues pasó y ya.


- ¿No tienes miedo?


- ¿No tienes cosas que hacer?


- Mmm, ¿puedo visitarte otro día?


- No has necesitado mi permiso para acosarme, ¿o si?


- S-supongo. Nos vemos.


- Si, si, llégale. Quiero dormir otra vez.


Murat coge la mochila a su lado y se retira sin más. El herido se acomoda mejor en el lecho para entregarse a Morfeo luego de escupir algunas maldiciones debido al dolor.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


El universitario gruñe hastiado. Apenas ayer despertó y se vió obligado a soportar el sermón de sus progenitores. No necesitan decirle lo estúpido que es porque lo sabe. Ah no, debían hacer hincapié en la falta de precaución, el que no use casco, que se pase por el arco del triunfo el reglamento vial y demás tonterías.


- Menos mal se rindieron.


¿Y cómo no si se puso a tararear hora y media? Ignorado los consejos del padre y lágrimas de la madre. Aunque en el fondo le quema un poquito el arrepentimiento.


- Demonios.


- ¿Es un mal momento?


- Ah, otra vez tú. ¿Te haría daño tocar la puerta?


- Perdón, es la costumbre.


- No ya enserio. ¿Qué no tienes familia?


- La tengo pero...


- Nah, mejor dime algo interesante. Estoy aburrido.


- ¿Como qué?


- Qué sé.


- Ah... ¡mi tío me obsequió un libro!


- ¿Cómo se llama?


- Buenos días señor sol.


- No me jodas, ¿que tienes cinco años?


- ¡Diez!


- ¿Enserio? Eso si es una sorpresa. ¿Tienes amigos?


- Uh, si. Es lo normal, ¿no?


- Para mi no y ni falta me hacen. La gente sólo se me acerca cuando quiere algo, generalmente dinero de mis padres. Todavía si fuera un favor sexual me la pensaba.


- Sex... sexual - se ruboriza violentamente.


- Por favor, a estas alturas no te creo el cuento de que no sabes de que hablo. Con el internet ves porno en todos lados. Además a tu edad ya dan clases de sexualidad.


- Pues si pero...


- Mojigato.


- Ungh. ¡Eres un patán! Estaba preocupado pero ya me voy.


- Andale, para luego es tarde.


- Ah, ¿puedo volver mañana?


- ¿Eres masoquista?


Se hizo el silencio y luego un portazo. El joven no pudo contener una carcajada sincera.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Al otro día.


- Oye mocoso, ¿cuándo me quitan el vendaje?


- ¿Eh? ¿No te lo cambian?


- Es obvio tarado. Me refiero a cuánto más tengo que soportar que lo hagan.


- Ni idea. Tus padres o el médico deberían...


- Valiente ayuda, no sé ni para qué me molesto.


- ¡Tengo diez años! Para ellos soy un niño, ¿por qué tendrían la delicadeza de darme información? Si tanto te interesa pregúntale al próximo adulto que venga. ¡Adiós!


- ¡No vuelvas!


- ¡Oh claro que lo haré!


~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


A la mañana siguiente.


El médico retiró cuidadosamente el vendaje. Así el muchacho recobró la visión. Por primera vez pudo mirar el lugar donde se encuentra, nada fuera de lo común pero entonces la chillona vocecita acudió a sus pensamientos. ¿Cómo sería Murat? ¿Y por qué de buenas a primeras le interesa? Se dispuso a esperar pero una vez consumida su paciencia cogió el control de la pantalla y puso el primer canal que esta sintonizó. Tocaron la puerta.


- Vaya~ hasta que aprendes un poco de modales. Pasa.


- Cretino.


El ofendido niño apareció y ello dejó estupefacto al universitario.


- ¿E-eres real?


- ¡Si vas a decir que soy una especie de duende o algo por el estilo me voy!


- No es que... ¡caramba eres muy guapo!


- ¡Ah!


Y no miente. Murat tiene un sedoso y brillante cabello rojo, piel blanca y enormes además de expresivos ojos azules. Los labios no se quedan atrás, tan carnosos y deseables. La perfección en persona, más ahora con el intenso rubor en las mejillas.


- A tu lado me siento feo y no lo soy.


- Engreído - logró articular aún avergonzado -¿Estás mejor?


- Si.


- Me alegra. Temo que ya no podré visitarte tan seguido.


- ¿Por qué?


- Me estoy atrasando en mis estudios. Paso tantas horas en el hospital que no me da chance de hacer la tarea.


- ¿Fui un pasatiempo desechable?


- No pero...


- No regreses.


- ¿Qué?


- ¡No quiero verte jamás! ¡Largo!


- P-pero...


- ¡Piérdete para siempre!


Murat salió corriendo sin poder contener el llanto. El mayor se limitó a dar un golpe en la cama y rechinar los dientes. De saber que las cosas terminarían así...


- No me hubiera recuperado, así al menos seguiría contento viviendo esa mentira.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Dos semanas más tarde por fin le dieron de alta. Le proporcionaron un par de muletas y por su pie salió del nosocomio. Como ya esperaba ni las luces de sus progenitores, amigos o algo remotamente familiar.


- No era necesario tomarse la molestia, en verdad - dijo irónico.


- ¿Aún estas enojado?


- ¿Ah?


Echó un vistazo al lado derecho. Iba tan perdido en sus pensamientos que le fué imposible notar a Murat.


- ¿Sabías que hoy me daban de alta?


- No.


- ¿Y?


- Jamás dejé de venir.


- ¿Por qué no fuiste a mi habitación?


- La última vez discutimos como nunca y creí que...


- Idiota.


- Ah yo...


Parecía que de un segundo al otro el infante se pondría a llorar así que acarició con suavidad su cabeza.


- Zafia.


- ¿Cómo?


- Es mi nombre mocoso, no lo desperdicies.


El pequeño corazón se llenó de alegría. Por fin le ha dicho su nombre, le dió un voto de confianza. No es como que le fuera desconocido ya que convivió con los padres pero escucharlo de su boca fue sumamente especial.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Uno hubiese imaginado que a partir de ese día todo sería miel sobre hojuelas, nada más alejado de la realidad. Solían reunirse algunas tardes pero no con la misma frecuencia debido al ocupado itinerario del menor. Las bromas al respecto se convirtieron en discusiones y reclamamos por parte de Zafia. El universitario recalcaba que únicamente le tenía lástima además de correrle cada que tenía la oportunidad. Murat terminaba llorando siempre y se juraba a si mismo que se alejaría definitivamente. Pero al final la voluntad le abandonaba. ¿Por qué? No podía entender como seguía al lado de un ser que solo le hacía daño pero, su pecho dolía más cuando pensaba en no verle nunca. Si solo no le hubiera conocido.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


- ¡Es lástima!


- ¡He dicho un millón de veces que no es así! ¡¿Por qué te es tan difícil creerme?!


- ¡Lárgate!


- ¡Es mi casa!


- ¡Que te aproveche!


El universitario subió a su confiable bicicleta con intención de olvidar hasta su nombre y no muy lejos lo consiguió al ser impactado de lleno por un auto.


- ¡Oh por dios Zafia!


Aquel desgarrador grito fué lo último que escuchó antes de hundirse en la oscuridad.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Un quejido despertó a Murat que yacía en un sillón.


- Despertaste.


- ¿En dónde estoy?


- Perdón. Si te hubiera puesto más atención.


- Me cuesta respirar.


- Te fracturaste un par de costillas y rompiste el brazo izquierdo y pierna derecha.


- ¿Cuánto... ?


- Semana y media.


- No estuvo tan mal.


- Recuperate pronto. Prometo terminar rápido con todos mis pendientes.


- Júralo.


- Lo juro.


Pero como es de imaginar las cosas no saldrán bien. Zafia saldrá tarde o temprano y Murat deberá continuar con su vida. Las discusiones, accidentes y culpabilidad estarán presentes en su rutina porque el mayor no logra darse cuenta de que se ha enamorado y teme perderlo. El niño por su parte confunde preocupación con responsabilidad, además de considerar antinatural el cariño inexplicable que abunda en su pecho. Sin duda, una relación destinada al fracaso y sufrimiento.

Notas finales:

Ni idea de si me salió la petición, creo que no soy muy buena con eso de las relaciones tormentosas pero, fue hecho con todo mi cariño. Muchas gracias por el capítulo que me escribiste. No sé si el shota sea de tu gusto pero pus casi siempre que escribo un original tiene esta advertencia porque independientemente de que me gusta (por culpa de Aladdin de magi) no muchos se animan a escribir ju ju ju. Gracias por su tiempo compañeros de vicio! Hasta otra! Quizá con otro shota ju ju ju, quién sabe.


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