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Me Cambiaste La Vida por El Chico de la Bufanda Roja

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Notas del capitulo:

Hola!!!!!!!!!!! Bebesines de Luz.... Desapareci, peor no por que no hiciera nada, En realidad cuando les dije que tendria un capitulo especial para navidad, pues no imagine que fuera salir demasiado largo, entonces decidi dividirlo en dos... La segunda parte todavia esta en produccion. Estoy bien feliz de regresar a ustedes.

Leanlo y disfruten... Nos vemos en la segunda parte.

Capítulo Especial: Noches Blancas.

El olor a chocolate caliente en todo el interior del lugar, era exquisito y delicioso. Esas eran sus épocas favoritas del año, donde podía andar por casa con ropa de Dean para aguantar el frió de los días de Diciembre, Andre disfrutaba cada día que salía a correr sobre el bosque en las mañanas, con su compañero de vida. Ese año era muy diferente a los anteriores, algunas cosas habían cambiado.

Una de ellas es que Dean se la pasaba una mayor parte del tiempo en la cocina junto a su suegra, que se había mudado hace poco con ellos. Mientras el castaño descansaba, mirando la nieve caer por la ventana, dejando un bonito manto blanco en el suelo. En sus brazos mecía un pequeño bulto lleno de mantas, bajo la atenta mirada de Drew, Esos días eran la locura de principio a fin.

Mas con Tony arruinando el orden que tenía, Drew adoraba al can, ya que jugaban hasta ambos terminar en cualquier parte de la casa sin energías y acurrucados uno encima del otro. Era como tener a otro niño en la familia, ya que era muy celoso del menor

Meses atrás habían tenido la dicha de recibir a un integrante más en su familia. Dean era de los más emocionados, con todo aquello. Era un día de Septiembre cuando tuvieron en brazos a un pequeño recién nacido entre sus brazos. Andre había llorado solo de ver ese pequeño ser envuelto entre las mantas para protegerlo del frió.

-Es tan lindo igual que a su padre. - había dicho el barbado mirando a ambos era una escena que él jamás se imaginó ver, beso a su chico mientras limpiaba sus lágrimas de felicidad. – Este pequeño será querido con el mismo amor que le has dado a Drew, por eso es que me siento tranquilo.

Andre solo atino a sonreír, no tenía palabras en ese momento para expresar todo lo que sentía al tener a un bebe en brazos, se dejó hacer mientras era abrazado por su esposo y por su hijo mayor. Sus vidas serian otras a partir de ese día, vaya que lo serian.

Tanto Dean como Andre se turnaban de madrugada cuando John despertaba de madrugada exigiendo atención y cariño. Por decisión de ambos, decidieron que dormiría en la misma habitación que ellos, en lo que se acostumbraban y él bebe crecía más. Ninguno de los dos se podía quejar al despertar con sueño y con unas ojeras marcadas, debajo de los ojos.

Ver a su hijo con aquella sonrisa sin dientes al amanecer era la mejor recompensa que ambos tenían. Con eso olvidaban cualquier consecuencia de dormir poco y el día empezaba con la mejor motivación para seguir adelante.

La madre de Andre había llegado hace meses con la intención de pasar una temporada con ellos, después de dos meses pasados y con él bebe en casa Dean le había propuesto mudarse con ellos de forma definitiva. Al final la mujer sin hacer nada y por cosa de Drew había aceptado la invitación de su yerno. Fueron días de mudanza.

Andre rodaba los ojos al ver llegar las cajas y cajas con las cosas de su madre, como no queriendo, también venían cosas suyas, de cuando era un niño, para compartir con sus nietos. Su hermano Robert había llegado de improviso.

- ¿Te vas a quedar ahí parado? mejor cuéntame a que viniste Robert, no te creo la historia de que viniste a dejar las cosas de mi madre, sabes bien que los chicos son de confianza. – el castaño mayor cruzo los brazos mientras miraba de reojo a John dormido sobre las mantas, desde que su hermano había llegado, lo notaba inquieto. – Sabes que yo no diré nada, en caso de que no quieras que lo diga.

-Ally y yo estamos embarazados, tiene un mes y medio. – Andre abrió los ojos por un segundo, antes de ver la expresión de su hermano, era como un animalito inseguro. – No sé cómo lo tome mamá, no sé si quiera, si estoy preparado.

El mayor de ambos hermanos, sonrió comprendiéndolo todo, de cierta forma ese miedo a la paternidad. Se acercó caminando lentamente hasta estar frente a su hermano menor, acariciándole la mejilla y alzando su mirada, topándose con unos ojos angustiados a punto de llorar. Andre negó mentalmente, antes de tomar las manos de Robert, el tiempo pasaba rápido, ahora ahí tenía a su compañero de travesuras, diciéndole que tendría un hijo.

-No debes tener miedo, en primera porque haz cuidado bien de Drew cuando ha estado a tu cargo, cuando Dean y yo nos vamos de viaje. – Ambos rieron antes de que el silencio se adueñara de los dos. – En segunda, porque me tienes a mí para apoyarte, no debería de decirlo, pero hace tiempo mi madre y yo hablamos.

-No entiendo ¿A qué te refieres? – El menor de los dos cruzo los brazos. – no acostumbro a hablar sobre ello con nadie.

-Y eso es lo que te detiene y te hace tener muchas dudas e inseguridades. – su hermano era un terco al momento de expresar lo que quería. – Sé que la decisión al final era tuya, pero a mi mama, le hace mucha esperanza que tuvieras un hijo, algo que hiciera sentar cabeza, entonces tambien tienes su apoyo.

-Bueno eso suena bien, pero tú sabes que al final no le cae muy bien Ally. – Andre asintió dándole la razón a su hermano, eso era cierto, la chica con el tiempo empezaba a ser superficial. - Pero es un bebe que viene en camino y no tiene la culpa de nada.

- ¿Cuándo piensas decirle a mamá? – el otro encogió los hombros, sin dar una respuesta clara. – Yo solo te digo que las verdades llegan, pero por terceras personas no es agradable.

-Y que lo digas, no quiero saber el dramón que se arma, si mi suegra le dice antes, a veces se le pasa la lengua. – El castaño mayor soltó una carcajada, mientras tomaba una frazada y la doblaba. – Por cierto, se acerca la fiesta navideña de la empresa.

-Ni me lo recuerdes, la verdad es que no tengo muchas ganas de ir, ahora tenemos a John y no quiero exponerlo mucho con este clima. – el otro asintió dándole la razón. – Pero como es tradición, al final terminare cediendo, entonces haré que Dean me ayude.

-Eso que ni dudarlo, no me lo imagino entre pañales y biberones, pero siempre hay una primera vez. – Andre se rió recordando la primera vez que vio a su esposo deprimido por tener que hacerse cargo de su hijo. - ¿De qué te ríes?

- La primera vez que Dean cambio un pañal, fue épico, al final termino con la camisa llena de popo del bebe y triste por no ser un buen padre. – El castaño mayor miro a los ojos a su hermano. – al final yo tuve que salir al rescate, son cosas por las que pasaras en pocos meses, te prestare los libros que me ayudaron con todo este proceso.

-No me abrumes más de lo que ya estoy Andre, primero necesito hacerme a la idea, no están fácil como parece. – el joven parecía agobiado con todo ese asunto.

-Nadie dijo que fuera fácil, pero a veces es necesario poner algo de presión, para asimilarlo. – tanto a Dean como a él les había costado dar ese paso de adoptar a un bebe, no era cosa fácil. – ahora ayúdame a Acomodar todo esto, antes de ayudar a nuestra madre con la cena.

El aludido rodó los ojos, tomando las mantas que ya estaban dobladas en una pila, llevándolas al armario, mientras Andre seguía en lo suyo. Dejo de pensar un poco en lo que lo venía atormentando en esos días, al final le había hecho bien hablar con su hermano, siempre sabia como tranquilizarlo.

Esas navidades sería muy interesantes, Si tenía suerte, saldría ileso de todo el alboroto que crearía en la familia, con respecto al embarazo de la novia de su hermano. Su madre estaría un poco sorprendida, pero al final de cuentas aceptaría la situación, aunque su nuera no le cayera bien, era la madre de su nieto y la querría por traer al mundo a ese bebe.

Andre a veces tenía la intención de pasar esas temporadas con la familia de Dean, pero era una tontería pensar en ello, ya que al final, amabas familias se juntaban en su casa a pasar las fiestas decembrinas.

Andre podía respirar tranquilamente por un momento en esos días, El barbado, se estaba haciendo cargo de la situación con John. Habia despertado algo incómodo y ya con la experiencia tomada en esos meses, Dean sabía exactamente qué era lo que perturbaba a su hijo, un poco de crema para aliviar las rozaduras y un biberón en mano y ya estaba listo.

Ahora el castaño miraba acostado desde la cama, como su marido arrullaba a su bebe, entre sus fuertes brazos, mientras le cantaba una canción de cuna. Ver esa faceta en el hombre, era algo demasiado tentador y muy tierno a la vez.

-Deja de mirarme así, siento tu mirada demasiado intensa sobre nosotros cariño. El castaño sonrió acurrucándose más sobre las cobijas – Este campeón ya se durmió.

-Anda tráelo a la cama, que duerma con nosotros. – El barbado, camino lentamente hasta acomodarse a un lado de él, dándole a su hijo. – Eres tan buen padre, aprendes rápido mi amor, eres todo un experto.

-Tú me has ayudado mucho, No se cómo no he terminado en un ataque de pánico. – el castaño negó con la cabeza. – Es enserio, yo quería esta tanto como tú, pero verlo tan real.

-Yo me sentía igual, pero siempre fui positivo con todo, me moría de miedo de tener a John en casa y no saber cómo ser un buen padre, pero juntos hemos aprendido en el paso del tiempo. – Dean miro a su chico, dándole un beso en los labios, un beso lento, de esos que dejaban sin aire. – Yo te tengo a ti y tú me tienes a mí.

-Por eso te amo Andre, eres mi razón cuando estoy al borde del colapso, me mantienes con los pies sobre la tierra. – Andre sonrió sintiendo las mejillas calientes.

-Me siento halagado con eso. – el castaño rió nervioso, se supone que ya debería de estar acostumbrado a ese tipo de cosas, pero era imposible. – Por cierto, cambiando un poco de tema, el vuelo me llamo para ver si iríamos a la fiesta de navidad de la empresa.

El hombre a un lado de él, asintió. – Podemos ir, de hecho, ya lo tenía contemplado y estaba arreglando todo, para irnos. – Por eso Andre amaba con todo su ser al barbado. – Sera un poco difícil, pero no le puedes fallar en eso al señor Goode.

-Estuvo a punto de decirlo que no iría este año, de hecho, no le di una respuesta clara. – el menor suspiro llamando la atención de sus padres. Entonces siendo así, le daremos la sorpresa al abuelo Johnny.

-Mi querida suegra pondrá el grito en el cielo, pero al final cederá. - Andre rió por el comentario de su esposo, Tenía mucha razón, pero él se encargaría de tranquilizar a su madre. – Me muero de sueño, este día ha sido la locura, Drew nos obligó a todos a ayudarle a decorar el árbol y este pequeño, se puso algo exigente

-Anda deja al bebe en la cama y acuesta te bien. – Andre se resguardo en las mantas, sintiendo el cansancio de pronto muy pesado. – Yo estaré aquí, protegiéndolos a ambos.

-Por cierto, tu madre llamo en la tarde. – El mayor rió sabiendo lo que le diría su chico. – Quiere que la visitemos un día entero, dormir en su casa incluido, quiere que la ayude a preparar algunas cosas que tiene, ya sabes posadas y esas cosas.

-Mañana hablare con ella y nos pondremos de acuerdo ¿vale? – El castaño asintió. – Ahora duerme, el día estuvo muy cansado y mañana tengo varias cosas que hacer.

Dean abrazo a ambos acurrucándose y oliendo el cabello de su chico, era una de las cosas que más le gustaba hacer ante de dormir, sentir la esencia de su adorado esposo, le ayudaba a conciliar el sueño. Les dio un beso a ambos, antes de caer inconsciente al mundo de los sueños, donde todo era posible.

Llegar a la mansión en la ciudad, donde había pasado su infancia y tan buenos recuerdos rondaban la cabeza del castaño, cuando tenía mucho de no estar ahí, se sentía un poco extraño. Pero sonrió al ver de nueva cuenta a toda la familia completa, incluso a su prima, hace tiempo que ya la había perdonado, compartían la sangre y no podían estar peleados para toda la vida.

Ir a la ciudad le sentaba bien, respirar ese aire tan característico y ver los grandes edificios entre las calles eran liberador. Era como estar de nueva cuenta en su adolescencia y salía a pasear después de salir de la secundaria o de la preparatoria, le traía buenos recuerdos andar de un lado a otro.

El castaño se dedicó a organizar todo el evento anual, desde casa. Dean le ayudaba todo lo que podía, a veces se ausentaba para ir al bar del que era dueño. Pero siempre lo tenía al lado, cuando más lo necesitaba.

-Andre es bueno verte de nuevo. El patriarca de la familia salio en tiempo record, cuando le anunciaron que su nieto había llegado al edificio acompañado, necesitaba conocer al nuevo integrante de la familia. – Necesito ver a ese nene que tienes entre tus brazos.

El castaño descubrió un poco a John, para que su abuelo lo conociera, el señor de solo mirar su carita se deshacía en llamar la atención del pequeño bultito, logrando su cometido. El patriarca de los Goode, parecía otra persona, incluso Andre dudo de que le hayan cambiado a su abuelo, era todo voz aguda y arcoíris con su hijo.

-Me vine a dar una vuelta, aprovechando que Dean venia de camino. Drew decidió irse con él, pero te manda muchos saludos. – El hombre sonrió sin quitarle la mirada al bebe que tenía entre los brazos. – Pero también vine a checar como va todo con la fiesta.

- ¿Puedo quedarme con John un rato? – el castaño suspiro un poco. – Sera poco tiempo el que lo tendrás lejos.

-Preferiría que me acompañaras, el suele tener poca paciencia, cuando nos tiene lejos a Dean o a mí, no quiero que te desesperes. – El hombre asintió conforme. – Aparte necesitas ponerme al corriente de todo, no te va a pasar nada si estas fuera de tu oficina por un rato con nosotros, tienes a muchas personas a tu cargo, confió en Amelia.

-Esa mujer es como mi conciencia, una lástima que sea casada. – El castaño rió por las ocurrencias de su abuelo. – Dime ¿Cómo te ha ido ahora que vives en otro lugar?

-Es increíble, el mejor cambio que he hecho en mi vida, Solo faltas tú de ir a visitarme. – Andre miro de forma acusadora a su abuelo, mientras se metían dentro del ascensor. – Trabajar mucho te va a afectar, sabes que lo digo porque te quiero.

-Andre ya hemos hablado muchas veces de esto, es la única forma que tengo de sobrevivir y no volverme loco estando en casa sin hacer nada. – El castaño no iba rebatirle nada en ese momento, pero ya vería la ocasión para hacerle ver que se estaba haciendo daño. – Asi mantengo ocupada mi cabeza y el recuerdo de tu abuela, no me afecto mucho.

Así que era eso, Andre siempre pensó que su abuelo se sobre saturaba de trabajo, por costumbre, pero nunca se imaginó, que el hombre no pudiera superar a la actualidad la muerte de su abuela. Acaricio aquel cabello lleno de nieve blanca, sabiduría pura, por los años que tenía su viejo, como le decía de cariño en la privacidad de su casa.

-Ahorita nos concentraremos en ver lo de los preparativos de la fiesta, pero tú y yo tenemos una plática pendiente. – el hombre asintió con pesar. El ascensor abrió sus puertas dando de lleno con el salón de eventos, donde había mucho movimiento. – Ahora solo olvídate del trabajo y dedícate a cuidar a tu bisnieto, es muy mono y simpático.

-No necesitas decirlo, este caballero se ha robado mi corazón, solo de verlo. – Andre sonrió viendo tanto a su bebe, como a su abuelo, vería la forma de lograr que se escaparan juntos a su regreso a casa. – Anda yo me hago cargo de este pequeñín, cualquier cosa te aviso.

El castaño entonces se puso en el centro del salón y vio cómo iba todo, entonces se perdió de lo que pasaba, afinando todo, para que quedara perfecto.

Andre tenía tiempo sin ir al lugar donde había trabajado tanto tiempo. Antes había regresado a la ciudad, pero no había tenido oportunidad de visitar de nueva cuenta el orfanatorio donde estaban todos sus niños. Vio el edificio erigirse frente a él, antes de entrar y ver todo igual.

Drew iba con él, llevaban algunas cosas que el menor quería donar a los niños. Su hijo tenía un corazón enorme, Cuando le dijo que esa navidad quería ir al lugar “donde había niños sin papás”, para darles sus cosas de cuando era más pequeño. El castaño había abrazado a Drew por mucho tiempo.

-La encargada de ahora, deberá de estar en la sala común. – Andre se quitó los guantes y los guardo en la carriola, donde dormitaba John. – Deberías decirle a tu padre que te ayude bajando las cosas, mientras yo hablo con Amanda.

El menor asintió saliendo al exterior, directo a la camioneta, donde el barbado ya se estaba haciendo cargo de las cosas de su hijo.

Andre camino por todo el pasillo sufriendo una especie de deja vu, de un montón de recuerdos de los años de antaño. Había dejado a la chica en su lugar, ya que confiaba plenamente en ella. Al parecer su trabajo se estaba haciendo bien, miro a su amiga ataread en la oficina que fue de, el antes de irse a vivir al pueblo.

-Amanda querida, es un placer después de no verte hace siglos. – la aludida alzo la cabeza sonriendo al instante, dejando los papeles que tenía entre las manos. – Yo también te extrañe mucho, ven aquí y dame un abrazo, como corresponde hacerlo.

Ambos se abrazaron con ganas, antes de separarse y sentarse, sin quitar las sonrisas de sus rostros. Era bueno volver a ver a viejos amigos y ponerse al día.

-Desde que me dijeron que venias, todos están como locos esperando a que vinieras. – el chico sintió su pecho hincharse. – Todos los niños aquí, te extrañan mucho, han estado haciéndote varios detalles, incluso los que no te conocieron mucho.

-Bueno, sabes que a mí no me gusta mucho eso de que me hagan esos comentarios, no es muy mi estilo, pero me sientan muy bien últimamente. – Ambos rieron, se miraron a los ojos con mucho cariño. – Algún día de estos, tenía que regresar aquí, que mejor que con mi querida familia, le debo mucho a este lugar.

-Tú fuiste quien creo todo esto Andre, junto con tu abuelo. – el aludido asintió, sintiendo un pinchazo en el pecho al recordar a su abuelo. – Todo lo he tratado de hacer como tú, ahora mírate, vienes como si nada, con un bebe en carriola.

-Te has hecho cargo de todo y creo que hasta mejor que yo. – El castaño volteo hacia el pasillo viendo a padre e hijo caminando con varias bolsas en su dirección, hasta que estuvieron juntos. – Amanda te presente a mi familia, él es Dean mi esposo, John el pequeño dormilón y Drew mi hijo, viene a entregar algunas cosas para los chicos aquí.

-Un placer conocerlos en persona a ambos, Andre me ha contado mucho sobre ustedes por llamadas. – Ambos asintieron todavía con las cosas en las manos. – Los chicos ya están en la sala común, podemos ir de una vez si quieren.

Andre miro a Drew asintiendo con emoción, entonces se paró estirándose un poco. Tomo una de las tantas bolsas que llevaba cargando y caminaron junto con Amanda liderándolos al encuentro con los chicos. De solo entrar el castaño fue abordado en abrazos por varios niños, hace años que no sentía algo parecido a eso en su vida.

-Perdónenme por no venir antes, yo también los he extrañado a montones. – Andre se sentía exultante de alegría al sentir como cada una de esas caritas infantiles le regalaban una sonrisa. – Prometo venir más seguido a visitarlos.

Ese para toda la familia Braxton-Goode había fantástico de principio a fin. Dean se sentía orgulloso de ver esa etapa que desconocía de su hijo, Ver como compartía sus cosas a otros sin recibir más que unas gracias. Eso era lo que causaba la magia de la navidad, según palabras de su adorable esposo castaño.

Andre cargaba a su hijo mirando todo el alboroto ocasionado, habían llegado más tarde de lo planeado a casa esa noche. Pero nada podía quitarles ese sentimiento lleno de calidez de sus pechos. Drew estaba creciendo demasiado rápido, pero Dean y Andre lo estaban haciendo bien, tenían la confianza de que ese chico, seria grande en muchos aspectos.

Como cereza del pastel, John había decidió dejar dormir a sus padres la mayor parte de la noche, solo había despertado a mitad de la noche, para reclamar su espacio en la cama, en medio de Andre y de Dean. Abrazado y muy cálidos, después Drew también se unió a ellos, haciéndose un campo en la cama y abrazándose al castaño suspirando de alivio al volver a dormir.

 


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