Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Me Cambiaste La Vida por El Chico de la Bufanda Roja

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola se que me despareci, por un buen tiempo. Pero aqui estoy. Tengo muchas cosas que decir y que contar. 

Pasaron varios días de aquel incidente del beso que se habían dado, en donde los dos por un acuerdo sin hablar, habían decidido no darle importancia a lo que había pasado con referente al beso, era como si nunca hubiera pasado. Solo que se había enfriado un poco el trato entre ellos.

Solo se trataban cuando era en realidad necesario hacerlo, parecían más que nada platicar o interactuar por cosa que tenían que ver con Drew. Dean se iba temprano a trabajar y llegaba ya entrada la tarde, le recibía una comida hecha por Andre, quien se esmeraba por devolver el favor de tenerlo en casa. Aunque para ser sinceros lo hacía más por gusto y amor al arte.

Escucho como cierto niño curioso entraba a la cocina oliendo el aire y lo miraba trabajar, no podía ser tan malo y le dio un pedazo de queso que tenía en la tabla de madera. Drew lo comió como si fuera la cosa más rica que hubiera probado. Sonrió viendo como el menor se sentaba en la barra mirándolo fijamente cocinar, era un tiempo que atesoraba mucho, ya que era lo único bueno que sentía, podía hacer por Dean y por su hijo.

- ¿Quieres un poco más de queso? Tengo un poco por aquí que me sobra – el menor asintió alzando la mano para agarrar otro trozo de queso, que lo devoro enseguida.

Así siguieron pasando el tiempo que restaba en espera de que llegara el mayor, incluso se soltó una plática entre los dos como casualmente pasaba desde que estaba ahí. Entonces una idea cruzo por su cabeza. Dean le había comentado sobre la situación para con el niño después de la muerte de su madre.

-Drew dime algo ¿cómo llevas tu relación con tu papa? ya sabes, me imagino que lo quieres mucho – esperaba no ser tan directo con el asunto, tenía que empezar como un tema que salía de manera casual.

El niño lo pensó un poco antes de hablar – lo quiero mucho, él ha cuidado de mí, aunque al principio que me vine a vivir con él no fue así. Creo que estaba enfadado y por eso es que yo no hablaba mucho con él, aunque después, yo me acostumbre a ser callado y así a sido, aun cuando tu llegaste – Andre proceso la información, antes de ahondar mucho más.

Miro una última vez el sarten antes de dejarlo a fuego lento, se sentó en una banca enfrente del niño y lo miro unos breves segundos ante de continuar – ¿querías mucho a tu mama? - el niño asintió sin decir palabra alguna, al parecer era un tema incómodo para el menor.

-yo no quería que ella se fuera al cielo, quería que se quedara aquí conmigo – Drew hablo después de pensar mucho, y lo que había dicho, termino por romper un poco a Andre, que se acercó lentamente al ver una lagrima traicionera surcando el rostro del niño. Le limpio el rostro y le sonrió tratando de darle ánimos y algo de consuelo.

Dejo que el niño se desahogara por completo de todas sus emociones a flor de piel, para seguir hablando con el – mira yo cuando era un niño como tú, perdí a mis abuelos maternos y a mi padre – recordó cuando le habían dado la noticia del fallecimiento por un accidente con un camión que aplasto el carro donde venían y cuando su padre había fallecido estando en el hospital – dolió mucho sin duda, era un pequeño que había perdido a los seres que más quería en el mundo.

Drew se tallo los ojos quitándose las lágrimas que apenas salían de sus ojos – se siente como un hoyo muy grande en el pecho y muchas ganas de llorar, porque ya no vas a ver a esas personas.

-Así es corazón, pero sabes que fue lo que motivo a seguir, en realidad me di cuenta que a ellos no les gustaría verme triste por nada del mundo – el joven sorbió un poco la nariz al recordar a su familia, la emoción le estaba ganando un poco en esos momentos – ellos querían que yo los recordara con una sonrisa todos los días. Aparte estoy muy seguro que siguen todos mis pasos y me ven, incluso ahora, aquí estando contigo.

- eso quiere decir, que mi mama está siguiéndome todo el día ¿cuidando de mí todo el tiempo? – Andre asintió muchas veces, mirando cómo se le iluminaba la cara al menor.

Abrazo al niño pegándolo a su pecho y oliendo su cabello – suena raro, pero a veces siento su olor o algo en el ambiente, pero sé que están ahí conmigo viéndome. Y en cuanto a tu padre, deberías comprender que él te quiere mucho y daría lo que fuera por que estés feliz, eres su razón de ser – así duraron buen rato, hasta que fue necesario apagar la estufa, para que no se echara a perder la comida.

Drew se limpió las lágrimas que quedaban aun en sus mejillas, con las mangas de su sudadera y sonrió un poco – lo quiero mucho, pero siento que yo soy alguien a quien tuvo que cuidar porque mi mama ya no está aquí con nosotros - este niño tenía muchas inseguridades después de todo lo que había pasado.

-Este tiempo que he conocido a tu padre, me he dado cuenta que te quiere mucho y no solo porque tu madre ya no esté aquí, el daría la vida por ti y le preocupa tu indiferencia, es solo que tú se lo pones algo difícil con esos silencios entre ustedes dos. Deberían hablar y aclarar muchas cosas, eso los haría felices a los dos, te lo digo porque yo también lo hice – le toco la nariz respingona a Drew de manera juguetona.

Ahí dejaron la conversación por terminada, de momento. El menor se quedó pensativo, Andre no quería forzarlo mucho, quería que todo fuera fluyendo con normalidad. Después de un buen rato llego Dean con aquel cansancio conocido e incrustado en su cara, que se esfumaba cuando miraba a su hijo y trataba de hacerle platica. Claro ese día algo se sentía diferente entre ellos. No sabía de qué manera interpretarlo, pero el par sonreía un poco más que antes, e incluso interactuaba hasta con un poco de extrañeza.

Por tanto, el joven se dedicó a preparar la mesa y a servir los platos, sin querer interrumpir aquel momento entre padre e hijo, hasta que fue muy necesario – la comida ya está lista chicos – miro directamente hacia la sala donde ambos se encontraban, sintiendo la mirada del mayor sobre él. Esquivo aquellos ojos color bosque, volviendo a la cocina.

Sabía que evitar las cosas y sobre todo aquel hecho entre los dos, que hasta ahora era incomodo, no iban a llevar a nada. Pero saber que su estómago daba vueltas como con lo había hecho con Phil en su tiempo, no era lo que tenía planeado. Aparte Dean no se la ponía tan fácil siendo tan gentil y atento con él, aparte era muy diferente a su anterior relación fallida. Lo sentía más intenso y a flor de piel, sabía que Dean era un hombre que sabía lo que quería y que incluso puede que su madurez por llevar su vida le atrajera.

...

Una semana había pasado, donde Drew no se despegaba de su padre por nada, al parecer esa breve platica que tuvieron, fue la que termino de romper las barreras que existían entre los dos. Dean se encontraba feliz, a veces sentía que alucinaba. No sabía lo que había pasado con su hijo, pero agradecía a lo que fuese que haya pasado, que las cosas entre ellos se arreglaran, tenía una leve sospecha que la persona en cuestión, pero tenía sus dudas, después de aquel beso, todo se había puesto un poco frías las cosas entre el chico y el.

Andre estaba acomodando el cuarto donde dormía, las pocas pertenencias que tenía con él, estaban dobladas y puestas en una esquina. Pero la chamarra de la que no se despegaba mucho y menos por el clima. Era de la que Dean le había regalado la primera vez que fueron al mercado al aire libre. Se la puso para no sentir el invierno tan crudo y bajo las escaleras. Ya estaba recuperado por completo, pronto se iría de ahí.

-Ven aquí Andre, Drew y yo estamos quemando bombones en la fogata – el mayor le extendió la mano que tenía libre – anda al niño le gustara verte ahí.

Sin ninguna excusa en mente, se vio tomando la mano del otro, sintiendo incrementarse un poco el cosquilleo, que se creaba en su estómago al tener contacto con el barbado – Pero es que hace mucho frió – el otro negó, llevándolo afuera – aparte estaba acomodando algunas cosas – dijo viéndose sin excusas en la cabeza.

-Eso no es problema, te calentaras con el calor del fuego, aparte Drew pregunta por ti, no puedo decirle que estas escondido en el cuarto – el clima afuera era muy helado, tanto que salía vaho al hablar, Andre rodó los ojos sintiéndose descubierto.

El menor se encontraba muy concentrado mirando como el bombón que tenía sujeto con un palillo largo se iba quemando con las llamas de la fogata. El panorama se veía muy bonito a la vista, Andre pensó en la última vez que había tenido la dicha de tan siquiera haber estado en un panorama, algo parecido. Fue cuando era un chiquillo y su padre lo llevaba a pasear junto a sus hermanos, ahora él no estaba y con ello las salidas constantes en familia.

Sintió que alguien más tomaba su mano, era Drew quien lo miraba con la cara alzada por la diferencia de alturas - te quedaste parado sin hacer nada y mi papa incluso te hablo, pero pensó que debía dejarte estar un poco en paz – se reprendió mentalmente, por haberse ido en sus pensamientos sin darse cuenta y camino junto al niño a donde se encontraba el mayor alzando las manos sobre las llamas de la fogata, para calentarse un poco.

-Creo que me perdí un poco, ya sabes mi familia y esas cosas – el menor asintió, sentándose ambos en suelo. Le dio un palillo para que hiciera lo mismo que él, con una sonrisa en la boca.

Dean, después de un buen rato, salio de la casa cargando algunas mantas Y las puso cerca del par – al parecer hoy hará más frió del que se pensaba en otros años – Andre sintió como el mayor le ponía una de las mantas sobre los hombros, y le miraba a los ojos rápidamente, antes de ir con su hijo – no quiero que nadie enferme.

Andre sonrió por las atenciones del mayor tenía con él, era una de las tantas cosas que se negaba a aceptar que le gustaba. Tenía que romper todo aquello que su mente estaba creando, todavía tenía que sanar heridas de su ahora extraña relación con Phil.

-Papa deja de avergonzarme así, enfrente de Andre, no es justo- el joven volteo viendo como Dean abrazaba a su hijo por la espalda y lo mecía como si fuera un bebe.

El joven sonrió por verlos al fin felices a ambos, ver esa química entre ellos traía un aura de felicidad, tanto que se dejó contagiar por el sentimiento que padre e hijo dejaban brotar. Andre se llevó a la boca el malvavisco todo quemado, saboreando aquel sabor medio extraño, pero que sabía tan bien ante su paladar. El ambiente era todo perfecto, con el cielo lleno de puntitos blancos y los pinos de fondo, sintió como era abrazado por detrás, sintiéndose todavía más cálido aun, volteo y se dio cuenta que era Dean.

-Es para mantener el calor corporal – vio como el menor se ponía entre medio de los dos, pero el par no se quitaba la miraba de los ojos – espero no incomodarte, por esto.

El aludido negó, hace días se dio cuenta que aquello había sido solo un impulso que los orillos a besarse, pero sentía esa química inevitable con el barbado, podía tocarse con los dedos – creo que eso fue algo que los dos necesitábamos, es raro, pero así lo siento yo.

Dean carraspeo un poco antes de mirar hacia su hijo dubitativo – Drew deberías, ya sabes ¿Por qué no vas y te pones algo más caliente?, el frió se siente muy fuerte, anda campeón, te presto uno de mis suéteres – el niño asintió y se fue corriendo al interior de la casa, dejándolos a ambos solos – te quería dar las gracias, sé que tu hablaste con el niño, y Dios solo sabe que le dijiste que ha funcionado tanto. Gracias por eso.

-No lo agradezcas, solo hice lo que sentí correcto, Drew es solo un niño, y por alguna razón desconocida está lleno inseguridades, eso no es bueno para el – en su trabajo, había recibido varios casos así, unos más fuertes que otros, pero al final los menores siempre tenían problemas, uno de ellos la inseguridad.

Dean se quedó pensando un buen rato antes de hablar – suena a que te dedicas a eso ¿me equivoco? – el joven negó con la cabeza – ahora entiendo muchas cosas, sin querer, tu hiciste que mi hijo se sintiera bien contigo.

Andre no había tomado eso en cuenta, pero hasta ahora, era que podría encontrar la razón del porque encontró rara la situación entre ellos, que le menciono el mayor – puede que sea cierta tu conclusión, aunque no sé, suena a que me halagas un poco – el joven se sonrojo de tan solo pensarlo. El mayor se abrazó más a él y le miro intensamente, antes de acercarse más, tanto que podían sentir la respiración de uno del otro.

-Soy un hombre muy directo Andre, creo que lo he dejado muy claro en estos días – el chico lo miro y asintió quedamente sin apartarle la mirada al otro, trago saliva mirando los labios del hombre – no sé qué me pasa contigo, pero es algo diferente, no lo había sentido con nadie más, perdóname si soy atrevido, pero no me arrepiento para nada del beso.

El muchacho sintió como su cara se ponía más caliente de lo que estaba, no se esperaba aquella acción del mayor – Dean me siento en verdad muy halagado por lo que me dices, pero no me siento aun preparado para algo así, en este momento toda mi vida es un rompecabezas que estoy volviendo a armar y no sé qué voy a hacer cuando regrese al mundo en el que en realidad vivo.

-No dejes que eso te mortifique más de la cuenta, pero no me cambies de tema, crees que no me doy cuenta. Te dije que no me arrepiento del beso, pero te debo una disculpa – dijo Dean algo apenado, bajando la cabeza y mordiéndose el labio.

Andre se sintió un poco fuera de lugar ante la situación – la verdad es que no deberías hacerlo, yo también tengo algo de culpa en eso, pero dejémoslo estar, fue algo de impulso y paso. Mi filosofía ante todo es, no te arrepientas de nada que hagas en la vida, entonces no hay problema entre nosotros.

Drew salio corriendo con un suéter que parecía más grande que él, claro estaba era de su padre, se le dificultaba un poco moverse, pero iba feliz hacia la fogata - ¿de qué me he perdido mientras no he estado con ustedes? – el niño enarco la ceja buscando algo que no podía ver en el aire. El par simplemente encogió los hombros restándole importancia, aparte el niño no tenía por qué saber, lo que pasaba entre ambos.

Así pasaron toda la velada, enfrente de una fogata, que más que calentar sus cuerpos, calentaba también sus almas. Tanto Dean como Andre pudieron al fin sentirse como antes. Solo faltaba que alguno de los dos pusiera las cartas sobre la mesa y leerlas detenidamente.

...

El pueblo se miraba muy bonito, era la feria del día de acción de gracias, hacía que todos los pueblerinos tuvieran una histeria colectiva donde las buenas vibras se sentían y salían para desear buenas fiestas de invierno. Ver las luces adornando alguna que otra casa, avisando las próximas festividades navideñas, hacían que Andre se sintiera un poco mal consigo mismo, pues se encontraba alejado por completo de su familia. Sabía que no era sano tener esa distancia, pero justo ahí residía el problema, en su núcleo familiar.

Niños iban y venían de un lugar a otro felices de poder estar celebrando, más si obtenían dulces, todos en el pueblo se la estaban pasado a lo grande. Últimamente su mente viajaba al pasado para recordarle aquellos tiempos, en lo que su padre los llevaba a diferentes lugares igual al que se encontraba, no puedo evitar soltar una lagrima traicionera.

- ¿Pasa algo malo? ¿porque lloras? – Dean paro la caminata que tenían, al darse cuenta que el chico que traía su mundo movido, se limpiaba la mejilla, escondiendo la evidencia de una lagrima. Andre negó sonriendo.

-No es nada, solo son recuerdos, que me mueven emociones, eso es todo – Sintió como el mayor lo tomaba de la mano y se la apretaba dándole apoyo, un gesto que agradeció infinitamente, el joven sin saber porque, pero sintió muy sincera aquella muestra de confortación, por parte del hombre.

En esos días, después de aquella breve platica con Dean. El mayor había cambiado su comportamiento retraído, en sus acciones dejaba entrever todas sus intenciones para con el chico. Andre solo se dedicaba a disfrutar de aquello, sabía todo eso que estaba mal, pero sentir aquella sensación de tener a alguien, le venía bien en esos momentos y se dejaba hacer, sin ningún reclamo de por medio.

-Papa ¿puedo ir con mis amigos? – Dean asintió sonriéndole al niño y soltándolo, el menor, que salio corriendo en dirección hacia los otros niños que se encontraban conversando animadamente y saludando a Drew cuando llego a unírseles a ellos.

-ten cuidado, estaremos cerca –grito Andre más que nada por precaución, el menor volteo y le sonrió, para después seguir con la conversación con sus amigos.

-Ven te llevare a mi lugar preferido, donde venden las mejores pastas al horno – Dean lo jalo para que lo siguiera, pero Andre lo retuvo un poco mirando a Drew – descuida, él ya sabe cuidarse solo, aparte él sabe a dónde vamos, siempre venimos todos los años.

-Si tú lo dices, en ese caso me quedo más seguro de tu hijo – y así, se dejó llevar por el ancho hombre, se sentía algo diminuto estando a su lado, entrando a un pequeño lugar muy bonito y cálido, decorado muy al estilo vintage.

Se dispusieron a irse a una mesa algo alejada de los demás, Dean nunca soltó la mano del chico, hasta que le saco la silla para que pudiera sentarse comodamente. En momentos como ese, el chico se sentía muy atraído al otro hombre, esos pequeños eran los que más valían. Una mesera fue hacia ellos entregándoles los menús en cuanto los dos se instalaron y se dedicaron una mirada brevemente.

-Hola Dean hace mucho que no te veía por estos rumbos, vienes con compañía – el aludido asintió mirando la carta detenidamente, para ver que pedir.

-Si te lo presento, se llama Andre, llego hace poco con nosotros, es un amigo de la familia – el joven se apeno un poco, captando aquella mentira dicha por su acompañante – nos podrías traer la especialidad de la casa, ya sabes cómo me gusta.

La chica asintiendo sonriendo ampliamente, anotando la orden en su libreta – claro que sí, ya vengo con lo que me pides chico malo ¿algo de tomar?

Dean se quedó mirando al muchacho en un gesto dándole la palabra – un café bien cargado por favor – la chica asintió y miro al hombre que continuaba echando un vistazo a la carta.

-tráeme una cerveza – al momento le entrego la carta de ambos a la chica – y una también para el chico, ocupa desinhibirse un poco.

Andre lo miro un poco sorprendido, pensaba que era un puritano, estaba muy equivocado – me crees muy inocente ¿verdad?, mi vida está llena de reuniones, donde hay alcohol por donde sea y más cuando se supone, mi nivel de vida es alto, cosa que odio a momentos.

-Yo por eso prefiero estos lugares, donde esas cosas pierden toda importancia, aquí todos somos iguales, todo eso se pierde en el pueblo – y esa era una de las varias razones por las que el joven se negaba a irse, de ese pequeño paraíso, perdido entre el bosque.

La chica llego ofreciéndoles las bebidas, que había pedido el mayor. Andre vio la botella de color ámbar enfrente de él y la tomo sin ningún temor dándole un sorbo ante la vista del mayor, quien sonreirá algo chulesco mientras el castaño tomaba. El joven levanto la ceja sintiendo el sabor de la cerveza pasar por su garganta.

-Vaya eso no lo vi venir, creo me hacía falta tomar algo así, gracias, al parecer lees mentes – y rió un poco destensándose.

El hombre sonrió todo dientes blancos y mandíbula de ensueño, Andre se mordió los labios sobre la botella discretamente, para no ser visto por el otro – tal vez tenga algo llamado intuición masculina, me puede funcionar la mayoría de las veces.

-No te la creas tanto Dean, solo fue cuestión de suerte, esto no lo tenía planeado – sonrió relajándose y entrando en ese pequeño sopor que el alcohol ayudaba a estar.

Y así siguieron hablando de todo y nada, esperando por aquel delicioso manjar del que Dean se encargaba de recordarle cada minuto y alborotando su estómago. El joven se tomó todo el café sintiendo que la cafeína traspasaba por todo su cuerpo, ya ahora sano del accidente que había tenido. La chica llego con dos platos enormes dejándolos sobre la mesa, el muchacho los miro y se impresiono al saber que todo eso debía comerse, era algo demasiado abundante, pero que olía demasiado bien y abría su apetito, habría que probar si a como olía también sabía y aseguraba el barbado.

-Provecho, veras que no te vas arrepentir de comer esto, es algo adictivo de comer– El hombre le guiño un ojo, antes de arremeter contra su plato, lleno de carbohidratos.

El muchacho enrollo su tenedor en la pasta y lo metió en su boca, cerró los ojos disfrutando de aquella explosión de sabores en su paladar, gimió de gusto mientras masticaba – esto está buenísimo, lo que le sigue, creo que ahora solo vendré al pueblo para comer esta pasta.

El mayor rió viendo al muchacho enfrente de él, dándole toda la razón, tomando un poco de su cerveza y comiendo un poco más de la pasta

La velada fue tan amena que el tiempo se fue volando sin pensarlo, al poco rato Drew los había alcanzado y también degustaba de alguno de los platillos infantiles, de los que su padre fue sorprendido robándole alguna que otra cosa. Haciendo reír tanto al menor como al chico que lo acompañaba en esa ocasión.

Después de platicar otro rato más y con la cuenta pagada, salieron del restaurante, para seguir caminando por todas las calles que se encontraban abarrotadas de gente que los saludaban, cuando pasaban cerca de ellos. El joven en su tiempo de estar ahí, no había tenido mucho tiempo de estar en el pueblo y conocerlo, ya que la casa de Dean quedaba un poco lejos, a las afueras, casi en el bosque y por eso apenas iba, cuando el mayor los llevaba al mercado al aire libre.

Drew apresuro el paso, haciendo reír a su padre, Andre se dejó seducir por aquella risa ronca, cerró los ojos sintiendo aquella vibrante varonil pasar por sus oídos, y miro al mayor preguntándole con la cara – lo que pasa es que al niño le gusta ver como todos patinan sobre hielo, y todos aprovechan cuando el lago pequeño que tenemos, está congelado y es perfecto, para hacer este tipo de cosas.

El joven se quedó mirando el lago que en realidad se miraba muy mono cubierto de hielo, rodeado de miles de luces blancas decorando el paisaje, animándose a querer patinar, al final de cuentas ya se encontraba sano - ¡quiero hacerlo!

-Lo que usted ordene y mande joven, vamos yo también me tengo que desempolvar un poco, hace un año que no patino– y así como hace un rato, Dean cogió de la mano al más joven y lo jalo al estante para poder cambiarse los zapatos por unos patines a la medida.

Drew estaba encantado de patinar por primera vez en el hielo, pero tenía algo de miedo ya que sería su vez primera sobre haciendo eso y nunca había practicado, era muy diferente verlo a estar ahí, Andre le había asegurado, que no le iba a pasar nada estando con él y su padre cuidando sus espaldas. El joven estaba emocionado, hace tiempo que no sentía aquella sensación de libertad que le daba el patinar y dejarse llevar por su propio cuerpo.

Se paró sobre el hielo, para respirar un poco el aroma familiar y tomo una de las manos del niño, de la otra la traía Dean bien sujeto, para que se sintiera seguro de no caer de bruces contra el suelo. Empezaron a patinar agarrando velocidad de a poco, Andre sintió una sonrisa formarse por su rostro, no había nada que pudiera borrarla en ese momento – esto es genial ¿puedo patinar un poco a solas? Quiero ver si todavía estoy en forma para esto.

El par que lo acompañaba asintió, el niño lo dejo ir dudoso y con algo de miedo por perder el equilibrio. El chico solo le guiño un ojo y recorrió la pista aumentando la velocidad sobre la pista, teniendo cuidado de la gente que pasaba por sus laterales. Se fue hacia la parte más solitaria y ahora si empezó la acción. Daba vueltas sobre sí mismo, se estiraba para sentir el aire acariciando sus extremidades y su cara, volándole el pelo.

-Esto se siente muy bien, deberías intentarlo Drew, no tengas miedo, es fantástico – y sonrió dando una última vuelta sobre sí mismo, para reunirse con Dean y el niño que patinaban lentamente sin perderle de vista, era una escena muy linda de ver como el joven patinaba, viéndose jovial y feliz.

El menor todavía se encontraba inseguro de soltarse de su padre – y si me lastimo y me duele mucho. – el joven negó tomando ambas manos del menor patinando con él, alejándolo un poco de su padre.

-No te preocupes es parte de aprender, tu solo déjate llevar y veras que no pasara nada, confía en ti mismo – lo llevo hacia la parte donde hace unos momentos él estaba patinado y comenzaron a girar a una velocidad baja, cada vez agarrando más fuerza y haciendo que el niño empezara a reír de a poco, agarrando seguridad.

-Esto es demasiado divertido, tenías razón Andre – Pararon un poco hasta detenerse y respirar un poco por e esfuerzo, Drew todavía reía, quería más. El joven sintió como era tomado de la cintura y sentía que se acercaban a su oído para susurrarle algo

-Gracias por esto también – escucho la voz de Dean baja y grave en su oído, haciendo que la piel de su cuello se tornara de gallina y sintiera una explosión en su estómago y no porque la cayera mal la comida, soltando un suspiro y volteando a mirar al mayor.

Lo miro a los ojos, parecían que los dos se estaban retando con la mirada, y el ganador fue Andre, ya que el mayor quito la mirada al poco tiempo de perderse en los orbes del castaño – sabes que lo hago porque me gusta hacer sentir bien a Drew, aparte él es feliz descubriendo nuevas cosas, está en esa etapa.

- ¡Miren ahí están mis amigos! ¿puedo ir con ellos a patinar un poco? –el chiquillo junto las manos como si rogara su padre, fue solo entonces que el agarre que tenía el rubio cenizo en su cintura se deshizo.

-te dejo ir campeón, pero ten cuidado, que ya agarres confianza, no quiere decir que todavía domines patinar bien – el niño asintió obedientemente, agarrando camino lentamente, todavía batallando un poco para tener el equilibrio.

Andre miro al mayor, siempre lo hacía, pero ahora con otros ojos. Como un hombre ¿cómo no se había dado cuenta antes? pero desde la primera vez que lo vio le había parecido bastante atractivo. Con esos ojos verdes topacio, aquella barba de leñador que le venía muy bien y las leves arruguitas que se formaban en su rostro al sonreír. Todo aquello lo llevaba a un mar de aguas traicioneras del que no quería saber nada en un buen tiempo. Pero ya no lo podía evitar, y al parecer era bien correspondido.

Dean volteo y le sonrió como siempre lo hacía, esa mirada crispaba los sentimientos del joven. Ya estaba rendido totalmente a los pies del hombre que estaba acercándose de nueva cuenta a él, tomándolo de la cintura con más fuerza, que la primera vez.

-Sigamos patinando tu y yo – recorrían todo el lago congelado sin separarse, los dos se encontraban cómodos – sabes hacerlo muy bien, por lo que vi, lo tienes muy dominado, yo doy una vuelta y me mareo fácil.

Andre empezó a reír, trastabillando un poco, perdiendo un poco el control, Dean lo estabilizo abrazándolo por completo rodeando sus anchos brazos por el torso del más joven, para que no se lastimase. Eso fue muy extraño, tanto que el mayor se vio apenado por la acción y soltó por completo al muchacho.

-Perdón no era mi intención hacer eso, fue solo por puro impulso, no quería que tuvieras un accidente, no cuando te acabas de recuperar por completo hace poco – Andre negó con la cabeza quitándole hierro al asunto, no era para tanto.

Solo tomo la mano de Dean como si nada hubiera pasado y siguió patinando junto al hombre – no te preocupes, creo que yo hubiera hecho lo mismo que tú. Aparte de que soy muy abrazable, ya me lo han dicho muchas veces antes – y con ese último comentario, rompió el breve momento de tensión entre ellos.

Se la estaban pasando muy bien y eso era lo único que importaba, aunque a veces Dean dudara de las acciones que hacía para con Andre. El joven lo notaba, no se necesitaba ser ciego para no verlo. Era algo cómico ver la cara de indecisión y duda por parte del mayor. Andre había sacado la conclusión, de que padre e hijo se parecían y mucho, y tendría que hablar las cosas claras y ponerlas sobre la mesa, ahora sí de manera más directa de cómo había sido con Drew, para que ambos pudieran convivir sin dudas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).