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Me Cambiaste La Vida por El Chico de la Bufanda Roja

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Notas del capitulo:

Un capitumas... Esta un poco mas largo que los demas, pero vale la pena leerlo. Adios Bebesines de luz. Disfruten.

Andre gemía en voz baja de puro placer, mientras sentía como era empotrado sobre la pared, estaban en el departamento de Dean. Después de la cena que el mayor le había invitado, donde le había informado, sobre que Drew estaba con sus familiares a 30 minutos de camino. Entonces sugirió pasar un rato antes de llevarlo a su casa. Eso hasta que entraron al inmueble y el mayor lo había empezado a tentar besándolo, encendiendo la temperatura de ambos.

Sentía como Dean le daba mordiscos y le hacía chupetones por el cuello, encendiendo su lívido, le encantaba aquel hombre, lo estaba llevando al abismo y al cielo al mismo tiempo. Tomo su cara entre sus manos para besarlo en la boca, una vez más apasionadamente, sosteniéndose de los brazos del mayor, empezaban a hacer fricción, generando más calor.

El mayor mordió su labio inferior tirando de él, hacia el sofá – me vuelves loco Andre, no era mi intención terminar así, pero no me pude contener – el chico sonrió, riendo un poco al sentir la sobra de barba que Dean tenía en el rosto, se detuvo mirando al mayor todo sonrojado y buscando aire, una imagen imperdible.

Entonces todo paso con naturalidad, desde los besos llenos de pasión hasta las caricias entre los dos. Hubo un momento en el que Dean lo llevo cargando con dirección a la cocina, poniéndolo en la encimera, magullando su trasero en el camino. Donde fue desnudando al chico, mientras que el otro hacia lo mismo con él. Lo admiro una vez más antes de volver a besarlo y empezar a prepararlo, para ser uno solo.

Las cosas entre ellos eran geniales, y el sexo, que más está decir, solo una vez habían tenido la ocasión de sentirlo en el pueblo, era lo mejor. Por eso se ahora, que se habían vuelto a reencontrase de nueva cuenta, buscaban cualquier oportunidad, para terminar, haciendo aquel acto sublime, se necesitaban más. Dean lo mimaba con todo lo que tenía en su ser.

Después de quedar un poco saciados y acalorados. El mayor entro en el con todo el cuidado posible – ve despacio grandulón, tienes tu dote de gracia, después de todo – el hombre sonrió orgulloso, beso a su chico distrayéndole y entro un poco más, sintiendo las paredes internas de su joven amante, resguardándolo una vez más.

-Ya casi esta mi amor, solo aguanto un poco más, lo has hecho bastante bien. – Dean junto sus frentes y le robaba pequeños besos al otro, penetrando aquella cavidad, hasta llegar al fondo y aferrarse a los muslos del castaño con fuerza para no moverse y lastimarlo. Andre aguantaba el aire, debido a la sensación que sentía al tener al mayor adentro.

Después de un buen tiempo, Andre se movió sintiendo el roce del falo de Dean en su interior, despertando ese placer que solo sentía con el barbado – muévete – el mayor obedeció, haciendo gemir a su chico al moverse dando su primera embestida.

Las sensaciones eran indescriptibles, el placer inundaba el ambiente, al igual que sus nombres en los labios del otro. Ahora era mejor, ya no había dudas, solo quedaba la convicción de que eso era lo que querían, estar ahí, amándose. El joven dejo ir la cabeza hacia atrás, sintiendo como su amante se volvía a adueñar de su cuello, sentir la barba de Dean raspando su piel, era un pecado.

Andre se mordió el labio, tratando de reprimir todos los gemidos que le provocaban lo movimientos de Dean. Sentía que se sofocaba ratos, el placer era inmenso, había perdido la noción del tiempo.

El mayor lo cargo sosteniendo de los muslos al joven y siguió embistiendo con la misma potencia. – ya casi me vengo amor – Andre asintió gimiendo, besando al hombre con ímpetu, los movimientos eran más fuertes y certeros, conforme se acercaba el momento, aquellos los llevo a ambos sobre el precipicio, con el tan ansiado clímax.

El joven se quedó en blanco, sintiendo el placer nacer desde el fondo de su interior, explotando y llevándose todo a su paso. Aquello había sido alucinante, jadeaba lleno de satisfacción. Dean lo volvió a dejar sobre la encimera sin aun salir del interior del chico, recargo su frente sobre el hombro derecho del otro, respirando y llenando sus pulmones tanto de oxigeno como de la esencia de Andre.

El castaño sonrió sintiéndose muy cansado, levanto una de sus manos y la puso sobre la cabeza del mayor, pasando sus dedos sobre el cabello ajeno, sonriendo bobamente – creo que si vamos a la cama descansaremos mucho mejor, que estando aquí en la cocina.

Después de descansar por un breve tiempo. El mayor negándose a soltarlo, lo levanto en el aire, haciendo que el chico enrollara las piernas sobre sus caderas, se dirigieron a la recamara del barbado. Andre estaba demasiado cansado, que solo de tocar la cama se permitió quedar laxo obre las sabanas, el mayor se acomodó a un lado y rodeo de la cintura al chico, descansando su cabeza en su nuca, respirando el aroma de Andre.

Y con eso terminaron el día, la pareja era más que feliz, compartiendo a cada momento. En mitad de la madrugada se despertaron con el ansia de volver a repetir, lo que había pasado en la cocina. Dieron rienda suelta a toda su pasión y volvieron a repetir aquellas caricias, hasta ponerse el alba. Cayendo dormidos de nuevo sobre la cama.

Dean abrió los ojos después de bien entrada la mañana y con el sol en lo alto, dando de lleno en el ventanal, alumbrando la habitación, se acurruco más contra el otro cuerpo sintiéndolo cálido, entonces se dio cuenta de la situación y de lo que había pasado.

Sonrió trazando figuras sobre las caderas del joven, deleitándose con las vistas que tenía del castaño y la textura de su piel. Ese chico lo llevaba a la perdición, de haber pensado que estaría con un chico hace un año y medio, se hubiera reído de tal cosa, en sus prioridades no estaba el amor en primer lugar, se había olvidado de creer en volver a sentir eso.

Vio como Andre se movió gimiendo un poco al mover las caderas sobre el colchón, abrió los ojos desorientado, después de voltearse y ver a Dean en la cama, se acurruco en automático, sintiendo frio al separarse un poco de él cuerpo cálido del mayor. Suspiro de gusto, soltando el aire sobre el pecho del barbado, haciendo que se le erizara la piel – creo que nos quedamos dormidos hasta tarde.

-La alarma no sonó, tal vez, creo que la apagué y era más mi cansancio y ganas de estar contigo, que no le di importancia – el joven se desperezo los ojos con las manos y rió flojo.

Andre puso las manos sobre el pecho del mayor acariciándolo en largas pasadas – gracias por lo de ayer, sé que puedo ser terco en algunas ocasiones, pero a veces necesito que me jalen las orejas un poco, para hacer las cosas – Dean sonrió acariciando el rostro del otro.

-Si terminamos enredados en la cama más seguido como ahora, creo que debería más seguido forzarte a hacer cosas que temas – los dos rieron con la voz todavía ronca de apenas despertar, sintiéndose descansados y satisfechos.

-Tengo que bañarme ya, quede de ir por mi hermano a sus prácticas de esgrima, y estoy seguro que, si no me apuro, tu no me dejaras salir de la cama – el mayor puso cara de ofendido – pero igual si quieres, puedes acompañarme en el baño y podemos repetir un poco. Después pasamos por Drew y desayunamos en algún café de la ciudad, aunque como nos tardemos más, creo que será comida.

Andre se levantó, con algo de dificultad de de la cama, sintiendo un leve dolor en sus caderas y se encamino al baño dentro de la habitación, siendo seguido por el mayor, que iba completamente desnudo. Dean abrió la regadera, templando el agua antes de meterse ambos, y ayudar al chico a deshacerse de las sabanas.

Salieron de la casa tomados de la mano en dirección a la camioneta de mayor. Quien los viera pensarían que era una pareja de hace años. Las muestras de cariño y la forma de tratarse entre ellos eran natural, incluso el ambiente entre ellos, era muy diferente, se podía ver el amor impreso en sus rostros. Todos los transeúntes, miraban a la pareja contagiándose de aquel sentimiento que ellos desprendían.

El bar estaba a reventar esa noche, la gente pasaba de un lado a otro buscando alguna mesa para para un buen rato. Andre se encontraba solo en la oficina de Dean, se estaba arreglando para ayudar a su novio ese día. Verse con aquella camisa a cuadros que le quedaba algo grande, prestada del mayor y con aquel aire de campo, le hacía ver aún más joven de lo que era. Se apretó las cuerdas de sus botas y salio del cuarto.

Camino sintiéndose observado por miradas indiscretas, saludando a una que otra persona, que ya se encontraba pasada de copas, y que no distinguían quien era en realidad. Andre solo pasaba de ellos de manera educada, bajo las escaleras viendo a su hombre atender en la barra muy concentrado.

Sonrió mientras caminaba lentamente en la dirección del hombre y sin perder de vista como atendía a la gente, se acercó lentamente a la barra, entrando en el interior, mientras saludaba a uno que otro mesero que se topaba en el camino.

Se acercó más, tomando una botella de cerveza de la nevera y abriéndola, tomo un sorbo sintiendo el líquido medio amargo pasar por su garganta. El mayor volteo hacia el chico sintiendo su mirada, sonrió diciéndole algo al barman y se acercó a Andre.

- ¿Cómo ha estado mi chico, el día de hoy? – dijo tomando la botella que sostenía el joven entre las manos y tomando de ella, la cerveza quedo olvidada en la encimera, al igual que las personas que esperaban ser atendidos. Dean puso las manos dentro de las bolsas traseras del pantalón del otro y apretó un poco, haciendo jadear al chico – al parecer alguien tiene ganas de acción – el chico negó tomando otro sorbo de cerveza antes de reír.

-Simplemente me pone un poco el verte tan concentrado, yendo y viniendo. aparte no ayuda que tú y tus manos traviesas agarren mi trasero, para hacer ese tipo de cosas. – le riño apuntándole con el dedo acusándolo con la mirada.

El mayor rio, asintiendo – me declaro culpable de todo – le dio un pico en los labios al castaño, antes de darle una nalgada, haciendo que Andre lo mirara mal, mirando por encima, para ver si había llamado la atención de los demás – pero tengo derecho, soy tu novio, aparte no nos hagamos, te encanta que te haga eso en la cama. – le guiño un ojo.

-No tienes vergüenza ni estando en público, mejor deberías seguir trabajando, solo vengo y te distraigo – el mayor sonrió negando con la cabeza.

-Hay cierto ligero gran beneficio, el que tengo cuando, se supone que yo también soy el dueño de este bar ¿sabes? – Andre rodó los ojos, sintiendo al mayor sobre sus labios y dejándose hacer, con Dean perdía sus sentidos y todo lo demás pasaba a segundo plano.

El barbado miro al chico de pies a cabeza deleitándose, de verlo así tan como el solía vestirse – te va muy bien mi estilo ¿acaso esa no es la camisa que tengo en la oficina de repuesto? – el chico bajo la mirada, algo avergonzado.

-Pues tu eres mi novio y yo también tengo derecho de ponerme tu ropa, cuando yo quiera, son mis beneficios por ser tu novio – le contesto el joven con una cara de suficiencia, haciendo reír a Dean mas fuerte. – no le hallo lo gracioso a esto.

Dean le robo otro beso al joven, deleitándose de su sabor, con cada momento junto a él, sentía que no era suficiente, siempre quería más. – se hará todo lo que digas, me tienes entre tus manos, donde tú te vayas, yo iré contigo. – Andre se enterneció con eso dicho y sonrió todo dientes blancos. No sabía que había hecho, pero que Dean se cruzara en su camino, era más de lo que él podía haber pedido.

-Eres un romántico empedernido, y eso que cuando te conocí, pensé que eras un hombre gruñón y de las cavernas – el hombre se separó tomando la botella de cerveza de las manos de su novio y se la tomo de una sola tirada.

-Nadie debe saber que soy un oso cariñoso contigo, después perderé toda mi fachada de hombre macho malo – le guiño un ojo al joven haciéndolo reír. Andre se rió dándole un golpe flojo en el hombro, antes de pedirle una botella más al mesero que pasaba por ahí.

El mayor se dedicó de lleno a consentir a su novio esa noche, se juntaron con unos amigos que en realidad conocían los dos, el mundo si era muy chico. Y por una vez en la vida, el par se dejó llevar, todo estaba bien para ellos, lo demás no importaba.

Las navidades estaban muy cerca, la casa de Andre se encontraba con casi toda la familia Goode, decorando el gran árbol familiar que ponían año con año. Drew estaba emocionado ayudando, el joven se contagiaba de la inocencia del niño cada que ponía un adorno en el árbol. Sus parientes estaban fascinados con el menor, más su madre, que, de solo conocerlo, cayo rendida a sus pies en halagos, presumiendo de abuela.

Dean miraba todo, siempre cerca de Andre, se sentía con ese extraño sentimiento amargo que las navidades daban, recordar a sus padres fallecidos y cuando el también fue un niño.

Su novio se acercó más a él viendo la expresión de nostalgia que tenía en el rostro, como estaba ajeno a ellos, su mirada se veía perdida, como si estuviera en otra parte. – oye chico malo ¿pasa algo malo? Te vez distraído – el mayor negó quitándole importancia y abrazando por la cintura al joven dándole un beso en la frente recargando su cabeza en la de su castaño, mirando a Drew.

-No es nada, solo recordé a mis padres, estas fechas me ponen un poco nostálgico, los extraño mucho en estos días. Y es contradictorio, por que ver a mi hijo ser tan feliz con tu familia, me hace sentir tan bien, porque no pensé nunca, que fuera a lograr que el tuviera una. No cuando me separe de su madre y ella murió al poco tiempo – Andre vio la vulnerabilidad en aquel hombre, aquella que hasta ahora le dejaba ver.

Dean escondió su cara en el cuello del chico y respiro su aroma para tranquilizarse como siempre hacia, cuando se encontraba sentimental– algo hicimos bien para que la vida nos diera una segunda oportunidad a los dos. Pero lo que más me importa es que sepas que nos tenemos a nosotros y que tú ya eres parte de mi familia. Mi madre habla maravillas de ti, no cualquiera hace eso en ella, es un poco especial.

El mayor rió sintiendo como toda la tensión y la tristeza se iban de su cuerpo, apretó el cuerpo del joven entre sus brazos y lo alzo haciendo gritar un poco – por eso es que te amo mucho.

- ¿Por decir que mi madre te quiere como a un hijo? Oye pensé que yo era más importante que ella– Andre hizo un puchero fingido – anda ve y ayuda a tu querida suegra, no queremos que pierdas puntos con ella – El hombre le saco la lengua infantilmente y se acercó a su hijo y a la mujer.

Andre se quedó mirando la escena que tenia enfrente, con todo aquello que le había pasado en aquel accidente, su vida había cambiado, en el primer momento, lo sintió horrible y pensó que su vida ya no tenía un sentido que llevar. Mas sin embargo ahí estaba de pie, en su casa, con la persona que lo había curado físicamente. Después el tiempo había sido bueno y se había encargó de que se conocieran y se creara aquella conexión entre los dos.

En su momento Dean se preocupó por él, por sus heridas y sus temores, pero ahora él se daba cuenta que aquel hombre de campo recio, que le daba tanta seguridad a él como a su hijo, también tenía sus bajones y sus problemas, él le devolvería todo lo que le había dado.

Se acercó al hijo del mayor tomando la estrella de una de las cajas – mira Drew, como todos los años mi familia y yo, hacemos que un niño como tú se encargue de poner la estrella, y como tú ya eres alguien de la mía, tú pondrás la estrella este año.

El menor sonrió, enseñando su dentadura, ya le faltaban algunos dientes – esto es lo máximo, nunca había tenido un árbol de navidad en casa. ¡Papa mira! La estrella es hermosa y la voy a poner yo – y sintió como era abrazado por ese pequeño cuerpecito, una acción espontanea, pero que hacía sentir a su corazón cálido, miro a su novio quien le agradecía con la mirada, el solo sonrió y se dejó seguir abrazando por el niño.

Su hermano se unió a la fiesta más tarde, solo de ver a Drew se emocionó, parecía alguien que todavía no maduraba, aunque el castaño mayor tenía sus dudas. Andre fue a la barra para servirse una copa de vino. Regreso y se sentó en el sofá admirando el árbol de navidad, lleno de luces, ya habían terminado con toda la decoración puesta.

-Creo que solo falta una sola cosa para que se mire bien ese árbol. – Robert se paró tomando la estrella para ponerse de puntas.

-Alto ahí muchacho, yo le prometí eso a un jovencito bien portado que el haría los honores. – menciono Andre mirando a Drew, quien sonreía de emoción.

-Asi que aquí el niño le tocara poner la estrella – Drew asintió tímido – me siento tan desplazado en estos momentos, no sé cómo sentirme por esto – teatralmente se quejó Robert antes cargar al menor y acercarlo al árbol.

-Cuidado con el niño no seas tan brusco – Andre se paró para mirar como el menor ponía la estrella en la punta del pino, su hermano menor cargo al niño, y Drew alzo la mano con un poco de dificultad, poniendo el objeto luminoso en la cima – eso es campeón, muy bien.

El niño aplaudió cuando fue bajado al piso – se ve muy bonito, tío Robert te perdiste la mejor parte – todos se quedaron sorprendidos, más el aludido al escuchar cómo le había dicho el niño, por la forma en que el menor tan naturalmente.

-Me has hecho el día con eso, eres tan abrazable justo ahora ¡Ven aquí! - el niño se rió al sentir las manos del mayor haciéndole cosquillas, hasta que se detuvo y miro a su hermano mayor – sin querer queriendo ya te convertiste en papá, haber cuando me dan otro sobrino igual que este, tan bonito.

Andre abrió los ojos sintiendo como sus mejillas se calentaban en ese mismo instante, agarro el primer cojín que encontró a la mano y se lo tiro a su hermano, que se ocurría decir cada tontería que se le pasaba por la cabeza – ¡si serás! – escucho como todos reían cuando se dejó ir en contra de su hermano, por lo que había dicho. Entre Drew y él le estaban haciendo ahora cosquillas a Robert, miro a Dean de soslayo sintiendo vergüenza.

-No te lo prometemos ahora, pero déjame convencer a tu hermano, más adelante y puede que te conceda el deseo de un segundo sobrino – le guiño un ojo con chulería a su novio sin dejar de sonreír.

Las calles estaban atiborradas de gente, todo porque justo era el día de noche buena y todos estaban haciendo las compras de emergencia, para la cena de esa noche. Andre estaba corriendo por todos los centros comerciales de la ciudad, para ver que le regalaba a su novio y a su ahora hijo. Por común acuerdo, con su familia, habían decidido que por que Dean no tenía a sus parientes cerca, la pasarían con ellos.

Su hermano iba con él, con la diferencia que Robert había dejado todos sus regalos para el último minuto como siempre, llevaba un montón de bolsas colgando en las manos. Él se había negado a ayudarle, todo para que aprendiera, que las cosas se hacían con tiempo.

-Deberías de ayudar a este hermoso hombre, que trae los brazos cansados de tanto cargar. – el hermano mayor de los dos, rodó los ojos parándose para verlo con una ceja alzada.

Lo miro como si lo estuviera evaluando y sonrió – eso te pasa por tonto, que conste que te acompañe, porque venía solo por regalos de último momento, no por los de toda la familia completa, más ahora que está todo abarrotado – siguió caminando por las tiendas.

El castaño se estaba empezando a estresar, por no encontrar nada adecuado para Dean, el regalo de Drew lo había encontrado en una de las tiendas infantiles, algo sencillo y normal para alguien de su edad y que sabía le gustaría mucho.

-Estoy muy cansado Andre – el mayor siguió caminando sin hacerle caso a su hermano, estaba más concentrado en ver las tiendas que tenía a su alrededor – es enserio hermano, dame las llaves del carro.

Andre se metió las manos en los bolsillos de su suéter y le dio las llaves a Robert – anda ya vete y deja de andar llorando, yo veré mas, aun no se que regalarle a Dean, quiero que sea algo especial y muy bonito, que signifique mucho para él.

-Suerte con ello chico enamorado, yo me voy a tirarme un rato, apenas y siento los brazos. – Robert se fue antes de que el dijera algo en contra respuesta.

Después de mucho tiempo, y con los pies cansados termino sentado en una banca por caminar por unos cuantos minutos. No sabía que comprar, en realidad, no conocía muy bien a Dean como pensaba, pero si sabía que era un hombre de campo, alguien sencillo, detallista y de muy buen corazón.

Se puso de pie sintiendo ya su cuerpo dando las ultimas andadas, aunque todo eso valía la pena por encontrar el regalo perfecto para el amor de su vida. A lo lejos encontró un kiosco grande en medio del pasillo con detalles muy bonitos. Se acercó y miro con detenimiento cada cosa, hasta que lo vio y se enamoró al instante de lo que miro, era justo lo que estaba buscando. Pregunto a la chica, sobre algún grabado de último momento y el costo.

-Está perfecto, pagare lo que sea, porque quede el día de hoy. – escucho el sonar de su teléfono con aquel timbre tan característico.

Vio la pantalla y rodó los ojos, era su hermano – oye tardare un poco más de lo planeado, pero ya he encontrado que le voy a dar a Dean. Alucinaras cuando lo veas, está muy mono.

La casa estaba llena de regalos y de toda la familia. El olor a comida se encontraba en cada rincón, haciendo que se les hiciera agua la boca. Todo estaba en perfecto orden, como cada año lo celebraban la familia Goode. Dean y Drew eran el centro de atención en ese momento, ya que quien iba a pensar que Andre de la noche a la mañana hubiera cambiado su decisión, conforme a su situación amorosa, y todo le había salido mejor.

Todos estaban en torno al gran árbol de Navidad, ya casi eran las doce de la madrugada. La hora indicada para abrir los regalos, Dean se encontraba pegado a Andre, lo tenía sujeto con sus brazos sin querer dejarlo ir, mientras hablaban de tonterías.

Dean acariciaba con su nariz la mejilla del joven, haciéndole cosquillas – todo en tu casa es hermoso, gracias por invitarme a pasarnos con ustedes las fiestas navideñas.

-Gracias a ti por no dejarme ahí tirado, cuando bien pudiste pasar de mí y dejarme morir en el bosque – el mayor negó mirándolo mal, mientras le daba un beso en la mejilla y cerraba los ojos – es la verdad, mucha gente solo hubiera observado mi agonía, más sin embargo tu hiciste la diferencia y decidiste cargar conmigo.

-Lo hice porque me pareciste un chico muy hermoso, no iba a dejar que tus sueños se acabaran justo cuando empezabas a cumplirlos – Andre sonrió mirando a su novio – aparte, aunque no lo haya detectado en ese momento, fue amor a primera vista, contemple salir de la situación de la manera fácil, pero fue más mi deseo de protegerte y saber que estabas bien, los demas paso por que tenía que pasar y ya está.

Después de eso compartieron un beso, escucharon de fondo la cuenta regresiva para recibir el día de navidad. Andre sonrió en el beso, sin separarse de Dean quien también le siguió a la acción. Festejaron dándose un pico y abrazándose con más fuerza si se podía.

Se separaron por un momento para abrazar a los demás y darles los buenos deseos. Andre en el camino cogió los dos regalos envueltos que más le interesaba dar ahora, ya después se preocuparía por entregar los demás familiares ahí presentes. Se acercó a su novio que estaba platicando con su madre y su hijo.

Abrazo al menor, deseándole las felices fiestas y le dio el pequeño obsequio, envuelto en papel guinda con moño color blanco – este es para ti campeón – el niño lo vio un segundo, antes de rasgar el papel y ver el contenido dentro de la caja, sonriendo al instante.

- ¡Esto es genial! – exclamo el menor, abrazando al joven y después enseñándole el regalo a su padre – Es uno de los legos que quería desde hace mucho, Andre me lo regalo – el niño salto lleno de felicidad, Andre vio a Dean quien le sonrió agradecido por el detalle.

Se acercó lentamente al mayor, lo tomo de la mano entrelazando sus dedos y se encamino alejándose de los demás para tener más privacidad. Lo llevo a la terraza a la que conducía la sala. Se volvió hacia el hombre que amaba, con la ciudad de fondo y le puso el regalo en las manos – espero que te guste tanto, como lo hice yo cuando lo vi. – el hombre sonrió dándole un pico en los labios antes de ver el regalo y desenvolverlo.

Al quitar el papel de regalo, miro una caja de color negro, la abrió y se sorprendió de su contenido. – Vaya no me esperaba eso, es muy bonito, muy nuestro. – saco el reloj y lo miro, era de cuero y muy discreto, algo muy sencillo pero que le encanto, miro el grabado inscrito en el reverso del reloj “Siempre Juntos, Siempre Tuyo AG”

-Cuando estábamos en el pueblo, nunca tenías noción del tiempo, hasta que llegabas a casa y mirabas la hora, por eso te hice un pequeño favor, no puedo permitir, que mi novio no sepa la hora – Dean rió sin ningún argumento en contra, tomo la cara de Andre y lo acerco para dar un beso de koala, juntando sus narices, mientras dejaba el regalo a un lado en la mesa que había en la misma terraza.

El hombre sonrió mientras seguía besando a su chico nariz con nariz y buscaba algo en el bolsillo de su pantalón de vestir. Entonces paso, Dean se hinco separándose del joven quien se sorprendió por la acción de su novio. Vio como abría la caja y sobresalía un anillo.

Andre se cubría con las manos viendo aquel anillo, era hermoso. Oro blanco, con varias piedras incrustadas sobre la argolla – Dean ¿Qué haces?

-Lo que debí haber hecho desde que te vi en aquella fiesta en la que nos volvimos a reencontrar, cuando volví a enamorarme mas de ti – Los familiares del chico empezaban a asomarse por la ventana, viendo la escena, entre los novios – sé que es muy corto el tiempo que llevamos de conocernos y de ser novios, pero siento como si llevara una vida tratándote. Sé que esto es algo que quiero con todas mis ganas, unir mi vida junto a la tuya, serias tan amable de ser el Señor Braxton y de iluminar mis días siempre, al despertar contigo.

El joven empezó a llorar de felicidad, aquel hombre era más de lo que pensó, en todo ese tiempo le había demostrado muchas cosas, se hinco junto a él y se acercó a su oído – suena loco, pero yo también te amo y mucho – le dio un beso lleno de amor.

-Sé que la experiencia que tuviste antes de siquiera pisar el altar, no fue nada agradable. Pero yo no te haría eso, te amo en cuerpo y alma, me tienes todo para ti. Por eso te pido que cases conmigo, de ser posible mañana mismo – el chico rió.

Miro a su hombre hincado y asintió sin dudarlo, con Dean no podría hacerlo, sabía que todo iría bien a su lado y lo protegería, ante todo. – si acepto, nosotros dos junto a Drew contra el mundo.

Ambos voltearon hacia el menor, que los miraba sonriendo y levantando los pulgares de sus manos, rieron. El mayor saco el anillo y se lo puso en el dedo a su “prometido” – te dije que no te ibas a deshacer tan fácil de mí, ahora venos.

Y se besaron ahora como dos personas que hacían la promesa de vivir una vida juntos – me cambiaste la vida Dean, todo en aquel accidente

El mayor le sonrió mientras le daba un pico en los labios – tu cambiaste la mía en aquel pueblo donde nos conocimos y comenzó nuestra historia en nuestra ahora casa, Te amo de aquí al infinito y después de él Andre, gracias por aparecer en mi vida.

Las cosas habían sucedido, no como ellos esperaban, pero el destino se había encargado de unirlos para unir sus hilos y hacerlos uno solo, para curarse entre ellos y darse una última oportunidad para amar. Tanto Andre como Dean tendrían días buenos como malos, pero todo se arreglaría con la comunicación, confianza, pero sobretodo con el respeto que una pareja debe tenerse para crecer juntos de lado a lado siempre. Para cambiar la vida de ambos.

 

 


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