~De viajes búsquedas y encuentros~ por Paxito

En el hay una regla tatuada en su alma: no voltear hacía atrás. 

“Seiya….levántate”
“Seiya…sigue adelante” “Seiya”

¿De quién eran esas voces lejanas que sonaban como ecos? 

Una vez más, miró a adelante. Un lago de agua cristalina se presentó en silencio. Respiró la paz y la serenidad del lugar, de su agua bebió y limpió su rostro sucio.

 Fue ahí cuando le vió.  

Un hombre sentado en la orilla, sobre las raíces de un sauce llorón, cuyos verdes ramas parecía cortinajes que se balanceaban con el viento. Aparentemente este hombre pescaba. Seiya se sintió atraído por este casi de manera mágica.

El hombre de cabello castaño claro no parecía darse cuenta de su presencia, ni siquiera parecía moverse o respirar. Parecía una estatua de madera

Para su sorpresa, Seiya notó cómo el cuerpo del hombre estaba cubierto de raíces de la cintura abajo, de ciertas partes de su cuerpo, crecían flores blancas y también raíces con espinas. Su rostro joven, tranquilo y atractivo, parecía coronado por flores rojas en su frente. No sé movía, hacía mucho tiempo que no lo hacía, también notó que estaba un poco encorvado, como si soportara un peso invisible en su espalda. Seiya se sentó a su lado, lo miró un rato y luego desvió la vista hacía el lugar donde pescaba.

 El agua era tan cristalina que podía ver el fondo y la ausencia total de peces. Seiya, rascó su cabeza sintiéndose torpe de pronto. 

ー Parece que aquí no hay peces ー comentó, sin estar seguro que le contestaría.
Pero para su sorpresa, de inmediato tuvo respuesta.

ーEso parece...ー su voz era suave y tranquila. No se movió de su sitio ni despegó la vista del agua vacía. Sus ojos eran claros, azules, melancólicos. 

El japonés hizo una mueca

ー Entonces ¿porque pescas? ¿No te aburres no moverte?

El castaño sonrió, tenía una bonita y muy agradable sonrisa.
.
ー Por que aveces llegan. Por qué la quietud serena mi mente.

Seiya entornó la mirada y ladeó el rostro. No comprendía, así que, en un gesto habitual de él , se rascó la mejilla.

ー ¿Tú hacia dónde te diriges? ー preguntó el mayor, de improviso.
ー A cualquier lado.ー respondió el japonés encogiéndose en hombros
ー ¿No sabes a dónde vas? Se pensaría que estás huyendo de algo .
ー No, estoy encontrando.
ー¿Qué cosa?
ー Eso aún no lo sé. 

El castaño sonrió de nueva cuenta, volviendo su atención en su pesca. Guardo silencio mientras meditaba en lo que Seiya decía, teniendo la extraña sensación de que a ese joven ya lo había visto en otro lado. O quizá su forma de ser le recordaba a alguien más.

Alzando la caña de pescar en un rápido movimiento, sacó del agua dos pescaditos que habían mordido el anzuelo. Sorprendiendo a Seiya que no había visto ningún pescado ahí.  Era como si hubieran aparecido de la nada. 

ー De cierta forma, somos parecidos. Yo no sé que encontraré sentado. Solo sé que hallaré algo. Aveces hallar nada, se encuentra algo ー reanudó la charla el joven, que con manos de aire, preparaba los pescados para cocinar, sus movimientos y su voz eran tan ¿melodiosos?. Que aunque Seiya no había perdido la vista en sus manos, no se dió cuenta que estos eran envueltos en un lienzo blanco y ofrecido a él.

Seiya, no sabía si aceptar aquello. Miró con duda al chico-arbol-de-la-laguna y este asintió. 

ー Eso que dices no tiene sentido....ah por cierto, me llamo Seiya.ー miró los pescados ー ¿y tu? Si quieres puedo prepararlos para ambos, prometo no usas de tus...ramas…

ー Sísifo ー se presentó a su vez en castaño, volviendo a lanzar la caña para continuar pescando, negando a con la cabeza ー está bién, es para el viaje. Toma también esto, veo que tienes un bonito arco sin hilo.
ー Y sin fechas…

Sísifo le ha ofrecido a Seiya, el mismo hilo de algún extraño material que no identificó tampoco. Parecía plata, pero era flexible, parecía hilo de seda, pero era resistente y duro. No quiso preguntar, ni como Sísifo había tomado su arco que tenía en su espalda y ahora le colocaba la cuerda.

Seiya sentía que debía un gran favor….así que insistió en quedarse junto al chico.

ー Pero  y tu?...debes tener hambre.
ー Yo seguiré aqui pescando, esperando. Tu viajar. Solo te pido que no dejes de moverte. Hay quienes buscan moviéndose y otros esperando.
 
Un viento despeinó sus cabellos. Los cabellos de Sisifo, se dió cuenta Seiya después, eran hojarasca….incluso ahora su piel se le notaba de otra textura, como de madera. Mantenía los ojos cerrados. Seiya quería despedirse con un “nos veremos pronto”, pero lo dudaba. Aún así, recordaría aquel encuentro.

El viento volvió a soplar.

ー Mi hermano me enseñó a escuchar el viento mientras tiraba flechas… ー murmuró Sísifo.
ー ¿El viento habla? ー preguntó Seiya. Pero no recibió respuesta del hombre, que ya no era hombre, que alguna vez lo fué y que ahora había caído en un nuevo sopor. 

El Seiya, arregló sus cosas, miró su perfil, dejó en el piso sus apegos: la guitarra invisible que lo había acompañado. Y siguió adelante. Buscando.