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Can't help falling in love por Yewooki

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Notas del fanfic:

Creo que ya salí del hiatus ~

Notas del capitulo:

Espero que sea de su agrado.

Respiró profundo y dio otra vuelta por aquel largo y blanco pasillo, al final del mismo estaba la sala de operaciones donde su amado esposo estaba, mordió sus uñas, un pésimo habito que pensó había superado tras los métodos poco ortodoxos que Daiki había implementado en él, pero aparentemente su temor a perder a ambos era mayor que sus castigos.

 

Los minutos pasaban demasiado lento y él no podía con tanta ansiedad consumiéndolo, aunque también ambos se encontraban demasiado lejos de sus familias como para pedir ayuda a ellos, Chicago estaba bastante lejos de California donde su padre aún residía y ni qué decir de Japón donde estaban sus amigos y la familia de su lindo moreno.

 

‒ Como siga así joven hará un hoyo en el pasillo‒ murmuró una mujer mayor sonriendo levemente, viendo como el enorme pelirrojo se apenaba y se sentaba en las bancas frente a ella‒ ¿Un familiar suyo?‒ preguntó viendo a la puerta.

 

‒ Mi esposo‒ susurró viendo aquella puerta esperando a que saliera el médico o alguna enfermera y le diera noticias, buenas o malas, solo quería saber que estaba pasando al otro lado.

 

‒ ¿Tuvo un accidente?‒ preguntó viéndolo con cierta preocupación, viéndolo negar, haciéndola respirar con cierto alivio‒ ¿Enfermedad?

 

‒Es nuestro bebé que se quiso adelantar tres semanas‒ murmuró sonriendo ansioso y jugando con sus manos.

 

‒Oh un pequeñito‒ murmuró ella sonriendo‒ seguramente están bien, a veces los partos son tardados porque el bebé no se deja limpiar‒ le dijo ella recordando sus propios partos.

 

Taiga trató de convencerse con eso, entonces salió el obstetra encargado de Daiki, de inmediato se levantó y a grandes zancadas se acercó a él viéndolo ansioso y a punto de gritar si no le decía algo.

 

‒Su esposo está en perfecto estado, su pequeño es un poco grande, pesó 4.500 kg y midió 55 cm, un niño muy saludable con excelentes pulmones.

 

Un alivio absoluto recorrió el cuerpo de Taiga, ya podía llamar a sus amigos y familiares para darles las buenas nuevas.

 

‒En un momento pasaran a su esposo a su habitación y después de hacer todos los chequeos en el pequeño será llevado a la misma habitación de su pareja.

 

‒Gracias doctor‒ murmuró aliviado aunque aún permanecía en su pecho esa sensación incomoda de incertidumbre.

 

El galeno se alejó y él fue al pequeño jardín que tenía el centro médico para llamar a todos, el primero claramente fue su padre quien había gritado emocionado asustando a sus empleados y dejando casi sordo a su hijo, después llamó a sus suegros quienes gritaron y lloraron emocionados ante esa maravillosa noticia esperando viajar pronto a conocer a su pequeño nieto, después fue llamar a todos sus amigos, Kuroko fue el primero al ser el más cercano a ambos, con él estaba Kise y Murasakibara pues tenían una extraña relación poli amorosa, después fue llamar a Akashi quien se lo contó a Midorima y este a Takao quien estaba cenando con la pareja y finalmente todos sus demás amigos.

 

Después de todas esas llamadas fue a buscar a su pareja, preguntó a las enfermeras quienes lo llevaron a la habitación que habían pagado con anticipación, privada para comodidad de la pequeña familia, entró y lo vio sentado viendo por la ventana, se acercó lentamente llamando su atención y recibiendo una enorme sonrisa en respuesta a su presencia.

 

‒Hacen bebés enormes Bakagami‒ murmuró estirando su mano para que lo abrazara.

 

‒ Lo siento, aunque eso solo es mitad de mi culpa‒ aseguró acercándose para abrazarlo y besarlo con suma dulzura y cuidado‒ ¿Cómo te sientes? ¿Quieres algo?

 

‒ Una hamburguesa de teriyaki con papas fritas y un té grande con limón‒ contestó sonriendo‒ me estoy muriendo de hambre, de haber sabido que el enano se adelantaría, te hubiera atacado todo el fin de semana‒ murmuró riendo levemente.

 

‒Veré con el médico si es seguro que comas eso y si me da luz verde te lo traigo enseguida, ¿sí?‒ le dijo riendo ante sus palabras, pues él también extrañaría tocarlo por el siguiente mes y poco más.

 

‒Que correcto te volviste Taiga‒ se quejó levemente acariciando su mano con suavidad‒ ¿Ya pensaste en un nombre qué te guste?

 

‒No realmente‒ murmuró riendo apenado, pues Daiki había rodado sus ojos negando‒ estaba demasiado preocupado por ambos como para pensar en algo más.

 

Daiki estaba por reclamarle algo cuando la puerta se abrió dejando pasar a la enfermera con su pequeño en brazos, ambos la vieron ansiosos y se acercó despacio hasta entregarle al pequeño al pelirrojo.

 

‒En cualquier momento se va a despertar pidiendo comida‒ les advirtió a ambos, quienes asintieron, cuando fueron dejados solos, Taiga enfocó su mirada en el pequeño entre sus brazos y las lágrimas rápidamente llenaron sus ojos y una temblorosa sonrisa adornó su rostro.

 

‒No llores idiota‒ le dijo Daiki con ojos igualmente llenos de lágrimas viéndolos con adoración, pues eran sus dos soles, sus dos postes de fortaleza, sus dos amores de su vida.

 

‒No lo haré‒ susurró acariciando la tersa mejilla del bebé quien se quejó poquito pero no despertó‒ es tan perfecto Daiki, es tan hermoso‒ dijo viéndolo mordiendo su labio, pues una pequeña motita de cabellos azules adornaban su cabecita.

 

‒ Fue hecho con amor, por eso‒ le dijo limpiando sus ojos.

 

‒Eito… Eito Kagami‒ le dijo y el moreno asintió sonriendo.

 

‒De gran corazón, me gusta‒ dijo Daiki antes de que su pequeño comenzara a quejarse para después llorar a todo pulmón‒ dame a ese nene llorón‒ pidió con una sonrisa para recibir a su pequeño y acomodarlo para que tomara su leche.

 

Aquel primer día fue increíble, Taiga no podía dejar de ver a su pequeño hijo, era el ser más increíble, más hermoso, más dulce de todo el universo, era bastante callado, apenas y lloraba cuando quería comer o necesitaba ser cambiado.

 

Así pasaron los días y finalmente los dieron de alta, para entonces los padres de ambos estaban en la ciudad y vivirían con ellos para ayudarlos con todo lo posible.

 

‒Lo estás haciendo mal Taiga‒ le dijo su padre empujándolo para poner correctamente la sillita de bebé.

 

‒Lo hice como dicen las instrucciones‒ se quejó cruzándose de brazos, viendo a su suegro reír solamente mientras sostenía las maletas.

 

‒Recuerda que con el tiempo ya lo harás en automático‒ le dijo el padre de su esposo mientras guardaba las maletas en el auto y su esposa ayudaba a Daiki a subir al auto y acomodar a Eito en su silla.

 

Tras varias pequeñas discusiones más finalmente llegaron a su hogar, una pequeña mansión en una zona acaudalada de la ciudad, perfecta para criar la enorme familia que ambos jugadores querían tener, bajaron y fueron a su habitación donde acomodaron al pequeño dormilón en su cunita.

 

‒ Gracias‒ susurró Taiga abrazando con cuidado a Daiki besando su mejilla.

 

‒ A ti por amarme‒ le contestó besando sus labios‒ quiero dormir también, me siento exhausto, muy feliz pero muerto de cansancio.

 

‒Es normal, Eito come bastante‒ le dijo ayudándolo a ir a la cama para que durmiera un rato junto a su pequeño.

 

‒ Y tú lloras mucho cuando lo ves comer‒ se burló acomodándose en la cama.

 

‒Es que es hermoso, no me puedes culpar por eso‒ se justificó besando su frente para dejarlo dormir.

 

Por la noche ambos dormían cuando el pequeño Eito comenzó a llorar, por lo que Taiga se levantó y lo cargó cuidadoso dándole su mamila, comió pero seguía sollozando bajito, le sacó el aire y cambió su pañal, pero el pequeño seguía llorando. Suspiró y como último recurso comenzó a cantarle aquella canción que solía cantarle a cuando estaba en el vientre del moreno.

 

Wise men say, only fools rush in

(Los hombres sabios suelen decir que solo los tontos se apresuran)

But I can help falling in love with you

(Pero no puedo evitar enamorarme de ti)

Shall I stay? Would it be a sin? If I can’t help falling in love with you

(¿Debería quedarme? ¿Sería un pecado, si no puedo evitar enamorarme de ti?)

Like a river flows surely to the sea

(Como el río que finalmente llega al mar)

Darling so it goes, somethings are mean to be

(Cariño así es, algunas cosas están hechas para ser)

Take my hand, take my whole life too

(Toma mi mano, toma mi vida entera también)

For I can’t help falling in love with you

(Porque no puedo evitar enamorarme de ti)

 

En cuanto comenzó a cantar el pequeño dejó de llorar y se quedó completamente quieto oyéndolo con atención, mostrando una pequeña sonrisa, logrando que los ojos de Taiga se llenaran de lágrimas y su voz se rompiera un poco mientras continuaba cantando hasta que Eito estaba profundamente dormido.

 

‒Eres un cursi‒ susurró Daiki haciéndolo voltear a la cama donde el moreno lo grababa con su celular‒ ahora déjalo dormir y vuelve a la cama, tengo frío.

 

Taiga sonrió asintiendo, dejando a su pequeño dormir en su cuna y él regresó a la cama haciendo cucharita con Daiki.

 

 

‒Tampoco puedo evitar enamorarme de ti‒ le dijo al oído oyéndolo reír levemente.

 

‒Tampoco yo de ti pelirrojo bobo‒ susurró antes de irse durmiendo, viendo a su pequeño angelito.

Notas finales:

Gracias por leer y espero sus comentarios~!


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