Después de correr por el bosque como un desquiciado, Derek no sabía qué hacer, se sentía perdido, tenía ganas de darse una ducha en su casa, pero la casa de campo olía a Maze, al igual que su carro, su apartamento, su ropa, toda su maldita existencia pertenecía al pequeño zorro y Derek no quería hacer nada si él no estaba a su lado.
Recordaba perfectamente su última noche juntos, el miedo que sintió cuando escucho el ultimo latido del corazón del chico, recordaba sus palabras, la hermosa sonrisa que le regalo cuando se estaba despidiendo, recordaba el dolor de ver como Maze cerraba los ojos y al mismo tiempo se llevaba una parte de su vida con él, debía admitir que en ese momento todas sus fuerzas se fueron, toda su vida, porque cuando el corazón de Maze dejó de latir, él se había rendido, por suerte Melissa no y aunque fue duro, la mujer hizo hasta lo imposible para traer al chico a la vida.
Ahora que lo pensaba, le debía la vida a Melissa McCall, lástima que la mujer lo hubiera echado del hospital esa mañana, al parecer y según palabras de ella, “debía cuidarse, porque cuando Maze despertara, tendría que estar fuerte para el chico” pero lo único que Derek quería, era estar al lado de su pareja, había estado a punto de perderlo, dos veces en menos de cuarenta y ocho horas, literalmente su lobo lo obligaba a montar guardia junto a la cama del zorro, solo para asegurarse que su ritmo cardiaco fuera estable y la medicina que entraba por la intravenosa nunca se detuviera. Pero Melissa no entendía eso, con ayuda de Scott e Isaac, lo sacaron del hospital y la enfermera le puso una orden de restricción por veinticuatro horas, asegurándose que fuera a descansar, a bañarse y comer algo, ella le prometió que al menor cambia en la condición del Stilinski menor, ella misma lo llamaría, pero habían pasado varias horas y nada pasaba, volviéndolo loco.
Cuando llego a la puerta de su apartamento, Derek ni se molestó en verificar que estuviera cerrada, al final si se había bañado en el bosque y lo único que deseaba era acostarse en su cama y de ser posible dormir, claro que sus planes cambiaron cuando al entrar a su loft, alguien lo estaba esperando, el intruso estaba mirando el atardecer desde el gran ventanal, y solo cuando escucho como cerraban la puerta, se giró.
Derek podía jurar que el mundo se detuvo cuando ese par de ojos color ocre lo miraron, Maze, su pequeño zorro estaba en su casa, parecía una alucinación si era honesto, el color naranja pastel del atardecer alumbraba toda la silueta del chico, mientras este lo miraba como si fuera la primera vez, con los ojos abierto y la cabeza ladeada, imitando a un cachorro de zorro.
-Hola-
Maze había estado pensando en lo que le iba a decir al lobo apenas lo viera, pero la realidad había sido diferente y cuando sus miradas se cruzaron, cualquier pensamiento lógico murió y al lobo le paso exactamente lo mismo, por suerte, su cuerpo si pudo reaccionar y antes de que Maze volviera a decir algo, Derek cruzo el apartamento y lo estrecho entre sus brazos.
Cuando pudo reaccionar Maze correspondió el abrazo ¿Cuánto había pasado desde la última vez? Según su hermano tres días, pero el chico sentía que había sido una eternidad, un siglo sin sentir como su cuerpo se acoplaba perfectamente al del lobo, así que, sin poder aguantar ni un segundo más, Maze junto sus labios en un beso profundo, uno que pretendía explicar cuanto lo había extrañado, lo mucho que lo amaba.
-No sabes lo feliz que estoy de verte de nuevo-Cuando el beso termino, todas las neuronas del zorro volvieron a funcionar, claro que eso no evito que mientras hablara, llenara la cara de Derek con pequeños besos, de repente se sentía demasiado feliz y necesitaba demuéstraselo a su pareja- Lo siento Derek, no quería asustarte así, ni engañar y mucho menos apuñalarte, en serio lo siento mucho-
-Maze, cálmate- Como siempre que su novio empezaba hablar rápidamente, Derek lo agarro de las mejillas, y junto sus frentes- No tienes porque disculparte, fuiste muy valiente pequeño, arriesgaste tu vida por nosotros, antes debo agradecerte, y créeme, yo también estoy muy feliz de verte- Sin poder evitarlo, porque habían sido muchos días sin verlo, sin sentir su calor, Derek volvió a juntar sus labios.
-No quiero ser terco Derek, pero tú fuiste quien me salvo -Aunque seguían hablando, ninguno quería romper la conexión de sus cuerpos, viendo eso, el lobo levanto al chico entre sus brazos y en un segundo estaban sentados en la cama, claro que Maze sobre las piernas de su novio.
- ¿De qué está hablando pequeño? – Sabia que la conversación era seria, pero su instinto le pedía esconder su nariz en el cuello del chico, para reconocer el olor de su pareja, aunque había rastros de antibióticos, seguía oliendo a frutas y miel- Ya Kira nos contó la razón de tus cicatrices, eso fue muy inteligente, por cierto-
-No es eso, Derek, cuando el Nogitsune tomo mi cuerpo, me rendí, olvide todo por lo había luchado, todo lo que había prometido y simplemente me deje ir en toda esa oscuridad-Al ver como el chico temblaba, Derek no tuvo de otra que abrazarlo con fuerza y cuando se sintió seguro de nuevo pudo hablar-Pero tú no te rendiste, me llamaste a pesar que el demonio te estaba lastimando y lo lograste, me levantaste y me volviste a dar fuerzas, y te amo por eso-
Si el lobo pensó en que la sonrisa de Maze era hermosa, esa que le regalo después de decirle por segunda vez “te amo”, fue la cosa más bella que había visto en su vida y sabiendo que después de lo dicho por el chico no había palabras para igualarlo, decidió irse por otro camino.
Con todo el cuidado del mundo cambio las posiciones y dejo a Maze acostado en la cama mientras lo besaba, recorriendo los labios ajenos con devoción, y cuando el aire se les acabo, paso directamente a besar su cuello, deleitándose con los pequeños temblores que recorrían el cuerpo del zorro.
-Uhmm, Derek- El primer gemido de Maze fue todo lo que necesito para empezar a quitar todas esas prendas que les impedían sentirse el uno al otro.
No queriendo quedarse atrás, el chico empezó a delinear los músculos del lobo, pasando lentamente sus manos por cada pedazo de piel que podía, lo bueno es que Derek ya se había quitado la camisa, permitiendo que sus palmas recorrieran con total libertad su pecho, abdomen entre otros.
Después de quitar la estorbosa camisa, Derek empezó a recorrer con mino el cuerpo de su pequeño zorro, y mientras sus manos acariciaban su cadera, los labios se entretenían con sus pezones, arrancando nuevos suspiros de la boca de Maze, cuando dejo ambos pezones bien erectos, el lobo dejo que su lengua recorriera el pecho y el abdomen del chico, pero cuando llego a su cadera se detuvo, asustando al chico, pues al estar tan juntos, pudo sentir la tensión en el cuerpo de Derek.
- ¿Qué pasa? - Escuchar los nervios en la voz de Maze fue suficiente para traerlo a la realidad, pero es que cuando vio esa cicatriz, el recuerdo de casi perderlo lo altero, pero debía concentrase, su pequeño estaba vivo, y entre sus brazos de nuevo.
-No es nada-Mientras hablaba, Derek volvió a inclinarse sobre el cuerpo de su pareja, besando la piel lastimaba, para después hacer lo mismo con la del brazo, esa se veía peor, pues más que un corte, eso los kanjis se habían grabado con fuego- Solo pensaba en lo valiente y hermoso que eres-
-No digas bobadas Derek- Aunque quiso evitarlo, el sonrojo de sus mejillas fue intenso así que lo cubrió con sus brazos, pero es que la mirada que el lobo le dedico mientras decía esas palabras habían llenado su pecho y más importante su corazón.
-Es cierto, eres lo más hermoso que tengo- No pudiéndose resistir la reacción del zorro, Derek volvió a buscar sus labios, dándole un beso profundo, que logro que las manos de Maze se aferraran con fuerza a su espalda y que se le olvidara de cualquier cosa. A medida que el tiempo pasaba y que el beso y el contacto entre sus cuerpos se hacía más intenso, el resto de la ropa empezó a molestar, más cuando Maze permitió que el lobo se acomodara entre sus piernas y empezara a simular lentas pero profundas embestidas.
-Derek- Un nuevo gemido de esos labios hicieron que la temperatura subiera y que Derek acelerara sus movimiento-Te necesito-
-Yo también pequeño, espera un poco-
Siendo lo más delicado posible, Derek termino de desnudar a su novio, aprovechando para pasar sus manos por ese par de piernas que lo volvían loco, mientras tanto, Maze se aseguraba que ambos estuvieran en la misma condición y en un segundo desnudo a su lobo, aprovechando para tocar todo a su paso, la verdad el cuerpo del lobo le encantaba.
Viendo la necesidad de su novio, pues el chico había aumentado la fricción entre sus cuerpo, Derek alcanzo el lubricante de la mesa de noche, separándose del delicioso cuerpo bajo suyo, el lobo dejo caer una cantidad generosa en sus dedos, mientras observaba la figura de Maze sobre su cama, igual que la primera vez que estuvieron juntos, el cuerpo del zorro resaltaba sobre las sabanas de seda color vino tinto (bendita Cora que había cambiado su juego de cama), pero lo que más le gustaba al lobo era la mirada de total entrega y cariño que Maze le regalaba y estaba seguro que sus ojos reflejaban lo mismo, porque era lo único que sentía en ese momento, un enorme cariño por el zorro a quien le había dado su corazón.
Cuando el primer dedo entro en su cuerpo, lo único que Maze sintió fue placer, un placer que recorría todo su cuerpo, como pequeñas corrientes eléctricas, sobretodo porque mientras lo preparaba, Derek también atendía su miembro, usando su lengua para volverlo loco y viendo como su pareja disfrutaba, Derek se esforzó en su tarea, colocando las piernas de Maze en sus hombros para tener mayor acceso a su cuerpo.
-Derek, Aghhh…me voy a correr- Más que una advertencia, el chico lo decía para que parara, no quería terminar así, pero el lobo tenía otros planes, y en vez de detenerse, empezó a presionar la próstata del zorro, mientras su boca seguía atendiendo su pene, Derek no tupo que esperar mucho para que la melodía de gemidos de Maze se hiciera más fuerte y el temblor de sus piernas le indicaran que había alcanzado su orgasmo.
Mientras se recuperaba de ese magnífico orgasmo, Maze acomodo sus piernas en la cadera del lobo y con sus manos lo atrajo hasta sus labios, no le importaba lo que el lobo acababa de hacer, lo único que quería era besarlo.
-Te amo Maze-Las palabras del lobo no solo consiguieron que el color de sus mejillas aumentase, sino que sus ojos se llenaran de lágrimas, pero lágrimas de felicidad.
-Yo también Derek- Viendo que el momento no podía ser más perfecto, Derek hizo lo que el cuerpo de ambos pedía y acomodándose entre las piernas del zorro, entro en él, uniendo por fin sus cuerpos.
Mientras se acostumbraba a la intromisión, Maze volvió a unir sus labios, mientras sus manos se paseaban por los hombros del lobo, por suerte para ambos, la espera no fue mucha, y Derek pudo empezar las embestidas, al igual que las primeras que había simulado sobre la ropa, estas eran profundas, buscando la conexión perfecta entre sus cuerpos.
-Uhmmm…Derek más rápido…Aghhh-
-Maze…Aghhh-
Como siempre, los deseos de su pequeño eran cumplidos, así que agarrando con fuerza los muslos de Maze, el lobo aumento la velocidad, al igual que la fuerza de las penetraciones, dando directo en el punto que lograba hacer gritar a su novio, y de paso a él, porque la presión que generaba el cuerpo de Maze en su miembro era simplemente deliciosa.
Con cada nueva embestida, ambos sentían como el orgasmo estaba demasiado cerca, pues era una sensación que recorría sus cuerpos como un rio tormentoso, poniéndolos inquietos, así que mientras Derek mordía con fuerza el cuello de su pareja, volviendo a marcar ese cuerpo como suyo, Maze dejaba un camino de arañazos en su espalda, tratando de descargar todo el placer que sentía, corriéndose por fin entre sus cuerpos, mientras el lobo lo hacía en su interior.
-Mnnnn…Eso estuvo genial- Una vez lograron recuperar un poco la sensación de sus cuerpos y que la nube de placer de esfumar de sus cabezas, Maze aprovecho para hablar- Definitivamente extrañaba esto-
- ¿Qué cosa? - Derek apenas era consciente de su entorno, pero eso no le importaba, se conformaba con tener al zorro acurrucado entre sus brazos y pecho.
-Estar contigo, entre tus brazos-Mientras hablaba el chico restregaba su cara en el fuerte pecho de su novio, embriagándose con su olor a menta y cuero-Pero quiero repetir lo del sexo, ya sabes, hemos perdido algo de tiempo-
-No tengo ningún problema con eso-
Y mientras la noche caía sobre Beacon Hills, cubriendo todo de negro, permitiendo al mismo tiempo que la luna iluminara cada rincón de la tierra, una joven pareja aprovechaba la oscuridad de su apartamento para volver a descubrirse, despejar de sus corazones todos los temores y la sensación de perdía que habían experimentado hace algunos días, para remplazarlos con todo el amor que se tenían, disfrutando del proceso de estar juntos de nuevo.