Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Errores por KittieBatch

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Decidí continuar esta historia, gracias por esos comentarios pidiendo su continuación, punto por aclarar, por favor lean las notas del capítulo uno hay una "ADVERTENCIA" lo que está allí, nos va a ahorrar confusiones para la trama. 

¡Un beso y nos vemos en el siguiente capítulo!

Te digo adiós

Stiles volvió al final del verano a Bacon Hills, con un nuevo peinado, nueva actitud y casi recuperado de sus fantasmas, porque aún dolía la traición, pero estar alejado de todo y de todos hizo bien a su pobre corazón. La Academia del FBI resultó ser el mejor maldito sitio donde pudo caer, todos los días tenían algo que investigar, algo en qué ocupar su tiempo y mente, atrás dejó los primeros días en que suspiraba por los pasillos y lloraba hasta quedarse dormido abrazado a la almohada y en parte se lo debía a Michael, un buen amigo del pasado que tuvo la suerte de encontrar en la Academia.

Así que Stiles estaba otra vez en ese Pueblo, sitio donde vivió tantas aventuras y desventuras, donde amó y rompieron su corazón... Dudó un momento sobre ir a casa o a la Oficina del Sheriff, al final optó por lo segundo, quería sorprender a su padre. Al llegar y tras estacionar, notó como todo estaba en orden, los agentes iban y venían, bebían café y charlaban o revisaban papeles de casos, alguno hacía un sudoku, todo marchaba como siempre. El primero en reconocerlo fue Parrish que no se contuvo las ganas y lo abrazó con fuerza diciendo cuanto lo extrañó ese verano. Tras dar saludos a otros agentes se coló hasta la oficina de su padre.

-¡Papá deja esa hamburguesa ahora mismo!- fue lo primero que dijo cuándo Noah se disponía saborear una exquisita hamburguesa de su restaurante favorito, Stiles podía ser un dolor de cabeza a veces, pero no esa ocasión.

-Stiles- murmuró el Sheriff antes de dar un abrazo de papá oso a su hijo, aquel verano sin Stiles fue un infierno, la casa sola, la comida a domicilio... incluso extrañaba las llamadas de sus colegas para avisarle que lo encontraron metiéndose en problemas... ahora su hijo sería un agente del FBI, como da vueltas la vida.

Por aquella ocasión especial, el chico dejó a su padre comerse la hamburguesa, ya cenaría una ensalada y en la mañana un batido desintoxicante. Padre e hijo hablaron de muchas cosas, pero el tema central eran las libras de más que no podía ocultar Noah Stilinski, debía admitir que era un maldito dependiente de los cuidados de su hijo, y cuando se marchó, se dejó llevar por la comida chatarra, nadie le ponía la ensalada enfrente, así que hizo como que los vegetales no existían.

Stiles se marchó a casa cuando su padre fue requerido para un caso, entonces el chico encendió el auto y condujo por las calles de Bacon Hills, al pasar cerca del Centro Comercial pudo ver como Lydia y Scott conversaban, pensó en detenerse y saludarlos, sin embargo, decidió no hacerse notar, no por el momento, ya los vería en la fiesta de despedida. Condujo sin rumbo fijo, al final llegó a la escuela, ese lugar albergaba recuerdos tan locos, tan geniales, pero también tan dolorosos...

-A casa Stiles, solo ve a casa- se dijo, sin embargo, hizo todo lo contrario y bajó del auto. Sus pasos lo llevaron por los pasillos de aquella que fue su escuela, volvería a aquel sitio solo para el acto de graduación, después iría al FBI. Era como estar en una cápsula del tiempo, aunque apenas se fue un verano de Bacon Hills, sentía que se trató de una eternidad, una muy dura eternidad. Volvió con las ideas más maduras y con una nueva perspectiva de la vida, o al menos de la suya.

Sus pasos retumbaron en el gimnasio vacío, se sentía como un fantasma andando por allí y por allá, buscando algo que ni él conoce.... -¿Quién está allí?- esa voz, esa maldita voz, no era otra que la de Jennifer Blake, la mujer caminaba a toda prisa hacia el gimnasio para encarar al intruso.

Detuvo sus pasos al encontrarse con Stiles, la mirada plana del joven la dejó confundida, esperaba un arrebato de gritos y celos, preguntas de ¿por qué te metiste con mi novio?, pero no fue así, Stiles no actuó como el maldito loco adolescente que siempre creyó que era –Ya me voy- fue todo lo que dijo encaminando sus pasos hacia la salida, fue cuando recibió una llamada –Hola ¿ya estás en casa?- escuchó a Stiles preguntar y supuso que se trataba de su padre –Llegué hace unas horas, estoy bien gracias por preguntar... ¿qué? ¿no tienes que asistir a alguna especie de Aquelarre o algo así?... no, estoy muy seguro que no... ¿Scott? Claro, tengo que presentarte a mis amigos, vas a caerles bien... Ya, solo deja de conducir y hablar por teléfono al mismo tiempo, llámame cuando llegues a casa, hasta luego- Stiles cortó la comunicación dejando con la maldita curiosidad taladrando la cabeza de Jennifer.

Desde que Stiles descubrió que Derek y ella se acostaban, el lobo comenzó a evitarla tanto como podía, básicamente ese chiquillo arruinó su affair y eso le molestaba mucho, el sexo con Derek era bueno, él creía que ella era buena, linda, y que esas noches de pasión eran especiales, y sí, Derek era muy bueno en la cama, pero enredarse con él fue en parte su venganza contra Stiles, y es que el chico jamás le agradó, él era demasiado raro y para colmo, logró hacerse de alguien como Derek Hale, un verdadero hombre capaz de cumplir cualquier capricho.

Stiles Stilinski era un maldito dolor de cabeza, no solo era un Omega, sino que se logró colar como el único humano en una manada de lobos, Banshee, Coyote y Kitsune, se ganó al lobo mejor dotado del condado y encima era el segundo al mando del Alpha de la manada, porque Scott no dudaba en confiar en él, Stiles era la razón por la que Scott era tan buen Alpha, su equilibrio, y eso molestaba a Jennifer.

¿Qué podría ver Derek en un niñito como Stiles? Se estaba conformando con poco y ella se encargaría de demostrarle que por muy dulces besos que compartiese con el Omega más trastornado de Bacon Hills, necesitaba más, sexo del bueno, una verdadera experta en las artes amatorias. Por el tiempo que le funcionó el plan, la complacía ver a Stiles tan feliz creyendo que su novio, lo amaba, era todo un espectáculo.

Siguió a Stiles por toda la escuela hasta que lo observó subir a su Jeep y marcharse, entonces tuvo una maravillosa idea, haría una visita a Derek, quizás podrían recordar sus viejos tiempos.

Ver a Jennifer hizo hervir su sangre, definitivamente quiso matarla, borrar esa sonrisita burlona de su rostro, esa con la que le decía que ella ganó, lo más doloroso es que Stiles jamás tendría oportunidad contra alguien como Jennifer Blake, ella era mayor, más experimentada, con la vida hecha en Bacon Hills, dispuesta a saciar el deseo de Derek sin dramas innecesarios, como solía hacerlo él, cuando salían. ¡Bendito entrenamiento en el FBI! En buena hora se decidió pasar su entrenamiento controlando sus expresiones faciales.

También estaba su ya decidida resignación, no quería mover más el pasado, lo que sea que ella y Derek hicieran, hacen o harán ya no era su asunto, Stiles pasó página y no miraría hacia atrás, no más. Por suerte Michael llamó para asegurarse que llegó a Bacon Hills, eso le dio la oportunidad de salir con un poco de dignidad. Su amigo vivía en el Pueblo vecino cuando no estaba en el FBI, se graduó el año anterior de la escuela y pasó el verano en el propedéutico, ese fue su primer año y se ofreció de voluntario para ayudar con los nuevos, allí fue donde se vieron. 

Esta vez Stiles sí que fue directamente a casa, quizás era buena idea llamar a Scott y contarle lo sucedido, de paso anunciarle que volvió al Pueblo, solo tenía una semana antes de la graduación, después volvería a Quántico.

Jennifer se apareció en el loft con clara actitud de "soy lo mejor que te ha pasado", el lobo le dio una mirada indiferente -¿Qué quieres?- dijo con desagrado, él no estaba para los jueguitos de ella, desde que Stiles se marchó, Derek Hale no era ni la sombra de lo que solía ser, era mucho más sombrío y aterrador, la mayoría del tiempo era el lobo el que estaba a flote ganando el control a su parte humana. No tener a Stiles era una especie de tortura lenta.

-Tengo noticias... pero van a costarte- dijo ella intentando entrar al loft, pero él la detuvo, ¿en qué momento se le ocurrió que esa mujerzuela era mejor que Stiles?

-No voy a caer en tus trucos- gruñó mostrando los dientes.

-Bien, si no quieres saber quién volvió al Pueblo...- sonrió triunfal cuando la actitud amenazante del lobo se desvaneció.

-¿Stiles está aquí?- murmuró inquieto, necesitaba verlo, hablar con él, rogar su perdón, prometerle que jamás volvería a traicionarlo... suplicar que jamás volviese a desaparecer.

-Oh sí- y la sonrisa que ella ofreció anunció la trampa –Pero lamento informarte que pasó página, lo escuché hablar con su novio, pobrecito de ti lobito, ya te cambiaron.

Un gruñido proveniente del lobo hizo retumbar las paredes, apenas escuchó que otro tomó su lugar sintió la furia recorrer su cuerpo, no permitiría que nadie más toque a Stiles, mataría al contrincante de ser necesario... no supo cuando empujó a Jennifer con la fuerza suficiente para hacerle daño y salió del edificio hecho más bestia que humano hacia la casa del joven.

Encontró el Jeep frente a su casa, también estaba la motocicleta de Scott, pensó en entrar y pedir explicaciones de quien es ese novio, pero tuvo una revelación, decidió usar sus sentidos lobunos y espiarlos, sabía que Scott no lo detectaría porque el Alpha no solía poner alerta al lobo, así que estaría bien.

-¿Pero te dijo algo o simplemente se quedó callada sonriendo como la loca que es?- esa era la voz de Scott llena de enojo.

-Se quedó allí, sonriendo, sé que se deleita con lo que pasó, cuando pienso las cosas en retrospectiva, lo entiendo- ¡Esa voz! Tantos meses sin escuchar la voz de Stiles.

-¿Entender? Hermano, Derek se acostó con ella, punto. Los dos son basura- concluyó Scott y pudo escuchar el corazón del Omega acelerarse, de la forma en que se acelera cuando duele mucho.

-Lo sé- aceptó ahogando un sollozo –sé que ambos son basura Scott, pero me consuelo pensando que realmente todo esto de Derek y yo estaba condenado desde el principio, solo piénsalo, ¿quién querría tenerme como pareja?

-No digas eso Stiles, todo el mundo debería tener un Stiles a su lado, eres la persona más inteligente, bondadosa, optimista... Stiles, eres el mejor, no dudes ni un momento de eso, Derek no supo ver lo que tenía enfrente, pero eso no fue tu culpa.

-Algunas veces creí que podríamos hacerlo Scott, estar juntos para siempre, pero Michael tiene razón- suspiró poniendo alerta al lobo –Todo amor adolescente tiene fecha de caducidad, y duele como si te sacaran el corazón cuando todo termina, aunque eso de engañarte con otra, eso sí que fue un movimiento muy sucio ¿y sabes qué es lo peor Scott? Derek jamás podrá irse completamente de mi vida, él fue el primer Alpha en mi vida, me moldeó a sus gustos, a cada movimiento dedicado a su placer... ¿cómo voy a estar con alguien más si no sé cómo hacerlo?

-No lo sé, pero estoy seguro que hallarás la forma de descubrir la forma en que quieres ser tratado en el sexo, eres de armas tomar, quizás solo deberías ir a un bar y tener algo casual con alguien... o alguno de tus compañeros, alguien con experiencia que pueda ayudarte a descubrir lo que tu deseas cuando de sexo se trata.

-Deberías ser consejero...- Stiles soltó una risita, entonces Derek no pudo escuchar más, había algo que impedía que lo escuchara, no sabía qué era, pero también interfería con su capacidad para escuchar cada latido del corazón del Omega.

Pensó en quedarse más tiempo, pero era mucha información qué asimilar, Stiles se entregó a él de la forma más pura que pudo, le obsequió sus primeras veces, Derek fue el primero en tocar su piel, en amar cada rincón de su cuerpo, en profanar la pureza del joven. Tal y como dijo Stiles, lo moldeó a su sabor y antojo, y el joven se dejó guiar tan dócilmente. Derek lo tomó y lo amó tantas veces, bebió sus besos y se llenó de sus gemidos llamando su nombre mezclado con la agudeza de la voz que anuncia el placer hasta ahora desconocido por el Omega.

Entonces Derek se odió aún más, sus errores le costaron a la única persona que lo amaba, que probó con hechos su amor. Lastimó a Stiles, rompió su corazón y ahora la verdad fue revelada de los labios del mismo joven.

El día de la graduación llegó y toda la manada volvió a reunirse, Scott, Stiles, Lydia y Malía se graduarían, eso ponía a Liam a cargo, cosa que hacía temblar al lobo, porque Scott confiaba más en él que en Theo para guardar la paz en Bacón Hills, mantener a raya a manadas de otros tipos que quieran causar problemas.

Lydia ofreció el discurso de graduación recordando a todos la importancia de trabajar duro por sus sueños, cuando Stiles pasó por su diploma su padre no pudo contener sus lágrimas, su pequeño y desastroso hijo se graduó de la escuela, Claudia estaría tan orgullosa de él.

-Hermano ¿No vas a festejar con nosotros?- preguntó Scott cuando las fotos y los abrazos y felicitaciones terminaron.

-En realidad... Yo... me marcho hoy a Quantico, lo siento- se disculpó Stiles, Michael llegaría pronto por él, conduciría hasta Quantico toda la noche, y Stiles se ofreció de copiloto para mantenerlo despierto, sería un viaje largo.

-¿Hoy?- Lydia lo observó confundida -Pero aún tienes unos días para que inicien tus actividades en el FBI

-Verás, vamos a conducir hasta Quantico- aclaró ganándose una mirada de ¿Estás loco? Por parte de todos sus amigos.

-Son casi dos días de viaje Stiles, es una locura- soltó Malía

-Lo sé, pero Michael quiere hacer el viaje en auto y me ofrecí de copiloto, además de que pasaremos por algunos lugares que quiero visitar- sonrió emocionado.

-Hey, chicos- Liam apareció con una enorme sonrisa y abrazos para todos por graduarse. La conversación tomó otra dirección y pronto se olvidaron de Stiles y su viaje de dos días.

En un momento el Omega se alejó de todos para llamar a Michael, fue cuando se vio arrastrado lejos de sus amigos por unos brazos fuertes que conocía a la perfección -¡Déjame lobo idiota!- soltó furioso

-Hay que hablar Stiles- sentenció Derek -No podemos dejar las cosas así, necesito explicarte....

-No hay nada qué hablar o explicar- dijo molesto, no estaba para los jueguitos de Derek.

-Claro que sí, tengo que hablarte sobre lo que viste, sólo escúchame- rogó Derek abrazando al chico con fuerza, como extrañó ese cuerpo delicado que conocía tan bien, cada lunar, cada curva, sus puntos sensibles, él conocía tan bien a Stiles...

-Basta, tú y yo no tenemos nada que hablar Derek- decir que la presencia del Alpha no lo perturbaba y que su cuerpo no reaccionaba a él sería mentira. Pero el dolor de la traición estaba allí, presente.

-Stiles, cometí un error, el peor de todos, pero te amo, con toda mi alma, te hice daño, lo sé, pero no volveré a hacerlo, este verano sin ti, sin saber dónde estabas... Me estaba volviendo loco, pero ahora, estás aquí y te prometo que no voy a fallarte Stiles yo...

-Derek, yo no vine para quedarme, ya decidí mi vida sin ti, lo que tú me hiciste fue tan bajo y tan ruin, es de cobardes engañar a quien dices amar, sólo debiste romper conmigo y después irte con ella, hubiese dolido menos.

-¿Te vas? ¿A dónde? Estudiarás en la Universidad más cercana a Bacon Hills.

-Derek, las cosas cambiaron, ¿En serio crees que quiero quedarme cerca de este pueblo, de ti? Olvídame Derek, lo que tú y yo tuvimos es pasado, ve a acostarte con ella o con quien sea, no me interesa lo que hagas con tu vida, no me molestes más- Stiles se apartó de él molesto, furioso, se sentía estúpido por aún dejarse afectar por él y su presencia, su voz y sus promesas, pero no más, ya no lloraría ni una sola lágrima por él.

-Stiles, espera- las palabras del lobo no fueron suficientes, pues el Omega lo ignoró y volvió con sus amigos. Derek quiso seguirlo, necesitaba hablar con él, convencerlo de que lo sentía y que le diese otra oportunidad, pero tuvo que quedarse de espectador cuando un Alpha de aspecto mayor a los chicos llegó a ellos, fue hasta Stiles y lo tomó en un abrazo cariñoso que él respondió con gusto.

-Hey ¿Listo para irnos?- lo escucho preguntar y Stiles asintió entusiasmado, se despidió de la manada y se dejó guiar por ese desconocido hasta una camioneta negra,  subieron y en cuestión de segundos se marchaban en dirección a la salida del Pueblo.

Stiles se alejaba de él tal y como dijo, no había más que hacer, Derek lo había perdido para siempre, y no volvería a verlo por los siguientes diez años.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).