Hermione entró por la puerta a la librería del callejón Diagon, estaba en aquellos momentos empeñada en encontrar una solución para la falta de magia de Harry, recorrió los pasillos del lugar buscando libros que pudieran ayudarle a encontrar la solución cuando fue detenida por el dueño del lugar.
- Señorita, es bueno saber que todo termino bien para nosotros tras la muerte del señor tenebroso.
- Lo sé, me preguntaba si podría ayudarme a entrar libros que hablen sobre la perdida de magia.
- Creo que podría ayudarla, por cierto...- Pareció dudar unos momentos en decir aquello, pero lo dijo por fin- Es una lástima lo que paso con el señor Potter…
- Podría darme los libros.
- Por supuesto, podría decirle al señor Potter que le conseguí los libros que quería.
- Hermione abrió los ojos sorprendida- ¿Harry vino?
- Hace como 2 días vino aquí llevo muchos libros no hablo mucho.
Hermione no dijo nada más y no espero los libros que le dieran, necesitaba ir hasta Harry y saber que estaba pasando, se apareció frente al departamento de Harry y abrió la puerta de este; tenía libre acceso a ese lugar y como siempre vio el lugar lúgubre que la hacía sentir incómoda, pero en aquellos momentos ese sentimiento se intensificó de una forma que casi la hizo sofocante.
- ¿Harry? - contuvo unos momentos el aliento tratando de contener esas ganas enormes de salir corriendo- ¿Dónde estás?
El silencio reino, provocando un sentimiento de miedo en ella, no quería creer que Harry pudiera a ver cometido una locura lo que la hizo adentrarse dentro del lugar.
- ¿Harry?
- Aquí Hermione.
La voz de Harry llegó hasta ella, camino hasta donde estaba Harry y lo encontré sentado en un sillón y lo que sorprendió un poco a Hermione fue que estaba rodeado de libros y tenía uno en sus manos en ese momento, sabía que Harry no gustaba demasiado de leer libros y aún más corroboro lo que le había dicho el hombre.
- ¿Qué haces Harry?
- Harry levantó la mirada del libro- leyendo creo que es obvio no crees.
- Lo siento Harry es solo que tú nunca leías.
Harry siguió en su lectura después de eso sin decirle nada, Hermione se acercó más, observó uno de esos libros.
- ¿Harry son libros oscuros?
- ¿En serio?, Pensé que eran Romeo y Julieta.
Esta por primera vez sentía que no era bien recibida, Harry le hablaba de una forma cínica y fría, Hermione sintió un sonido, saco su varita y casi grito un hechizo cuando vio la serpiente que se acercaba hasta ellos y de posaba sobre el sillón de Harry.
- Hermione no podía entender nada, pero estaba preparada para defenderse- ella murió con Voldemort.
Harry dejó el libro.
- Pues claro esa serpiente era patética, él es diferente.
- ¿Qué está pasando Harry?
La serpiente se movió mostrando sus colmillos a Hermione.
- Sabes algo Hermione Voldemort tenía razón en algo, este mundo está podrido.
- Harry suenas igual que Voldemort.
- Jajajaja Voldemort era estúpido- Harry se levantó de donde estaba sentado- siempre creí en Dumbledore y en todos ellos y adivina qué Hermione, ellos no eran santos, nadie lo es nuestro "amado director" no quería ensuciarse las manos con Voldemort por eso me uso, el ministro de magia por favor todas esas personas, mientras nosotros estábamos en la guerra y perdíamos gente, ellos estaban protegidos y solo salieron cuando el peligro pasó.
- Harry...
- ¿Y qué hicieron cuando se dieron cuenta que yo ya no les servía?, Me abandonaron me usaron y me tiraron, Ron el "mejor amigo" que tenía me dio la espalda hasta la novia que decía amarme me desprecio.
Hermione no podía decir nada eso era cierto, Ron había prácticamente dejado a Harry, mientras el disfrutaba del nuevo nombramiento de su padre, Ginny estaba ahora muy feliz con su nuevo novio.
- Lo se Harry, pero dime porque hay una serpiente, ¿Por qué estás leyendo magia negra Harry?
- Siempre pensé que eras la inteligente de los tres Hermione, pero todo cambia, Este mundo mágico está mal Hermione y yo voy a cambiarlo.
- ¿Cambiarlo?
- Así es, me convertiré en el nuevo Lord de este mundo, yo salve este lugar todo lo que hay aquí es mío, por mi toda esta escoria está viva sus vidas me pertenecen- Harry puso una mano sobre el hombro de Hermione- Eres mi querida amiga Hermione eres la única que me apoyo cuando mi magia se fue, ahora soy poderoso si yo quiero puedo destruir todo y a todos, y ahora yo te doy la oportunidad Hermione, serás mi compañera o serás mi enemiga.
Hermione podía sentir la magia sofocante que reinaba en aquel lugar y entonces se dio cuenta, eso provenía de Harry, Hermione lo sabía, siempre lo supo ese mundo estaba mal pero siempre creyó que lo que dijeran los que consideraban el camino de la luz era lo correcto, había ella también sentido el desprecio de todos al ser hija de muggle's, pero no podía hacer que Harry fuera consumido por la oscuridad no lo permitiría tenía que detener a Harry a como diera lugar.
- Estoy contigo Harry.
- Entonces desde hoy comienza una nueva era Hermione.
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Harry estaba recargado contra una pared observando a su alrededor, el ministerio no había cambiado nada, la gente iba a y venía de aquel lugar, parecía que aún no lograban tener todo bajo control tras la guerra y eso era mejor para el en esos momentos
- Cría.
Harry sintió como algo trepaba sobre su pierna hasta enredarse en su cuello y hombros.
- Sesha.
- ¿Quién es la cena de esta noche?
- Aún no Sesha, debemos esperar, el aun no debe de morir aún es muy pronto para eso.
- Como órdenes Cría.
Harry acomodo la capa sobre su rostro, los magos no parecían interesados en su presencia, pero en el fondo deberían de preocuparse, comenzó a a caminar hasta el lugar que realmente le importaba en esos momentos, Se detuvo frente a la puerta indicada, sonrió de medio lado, abriendo está sin siquiera preguntar quién pudiera estar del otro lado.
- ¡¿Quién eres?, y qué haces aquí!
Harry entró a la oficina, sabía que pronto llegarían los aurores, aunque eso era lo que menos le importaba.
- Como pasa el tiempo Kingsley Shacklebolt.
Harry quitó la capucha de su rostro sonriendo de medio lado.
- Harry... muchacho, ¿Qué haces aquí?, Sabes que en tu condición es peligroso.
- ¿Peligroso?, Bueno diré que agradezco la preocupación.
- Harry, sabes que cualquiera puede atacarte.
- Sería estúpido quien quisiera atacarme cuando fui quien derrotó al Voldemort, ya que a perdí mi magia, pero no las fuerzas de pelear Kingsley.
El hombre no parecía contento de verlo y eso divertía más a Harry.
- Porque no sacas a tu pequeña perra de debajo de tu escritorio Kingsley.
El hombre abrió la boca sorprendido, solo movió la cabeza y debajo de su escritorio salió un chico no mayor que Harry mirándolo a Harry con miedo y agradecimiento.
- Por tu ropa y tú rostro sucio - murmuró Harry- Un mortifago que interesante, así que lo que dicen que utilizan a los mortifagos de diversión no era falso eh.
Kingsley temblaba y no entendía porque los aurores no llegaban, su miedo se incrementó al ver salir de entre la ropa de Harry una serpiente que lo miro fijamente y con un gesto que indicaba que en cualquier momento podía atacarlo.
- Harry, no es lo que crees.
- Desde el ministro está corrompido cría.
Harry ignoró a Sesha acercándose al chico.
- -Será mejor que salgas de Aquí, todo irá mejor de ahora en adelante- Harry tomo su capa cubriendo a chico frente a el- Vete ahora.
El chico dudo unos momentos para después salir corriendo de aquella habitación sin mirar atrás, Harry miro de nuevo al hombre frente a él mostrando una mueca de desagrado al ver el miembro de este flácido sobre la ropa.
- Déjame devorarlo Cría.
- Kingsley espero que tengas una buena excusa, aunque eso no te salvara.
Kingsley no pudo ya mantener la calma, sabía que era peligroso que se enteraran las personas lo que estaba pasando a puertas cerradas con los ex mortifagos, tenía que silenciar a Harry una ventaja talvez para él es que era ahora un Muggle podía desaparecer el cuerpo del chico y decir que se había marchado.
- Ava...
Harry frunció las cejas y levantó la mano lanzándolo contra la pared de la habitación, el cuerpo golpeó sin ningún cuidado sacando un sonido agudo del otro.
- Upss... Creo que olvide mencionar que tengo poderes de nuevo.
Harry se acercó hasta el hombre poniendo un pie sobre la espalda del otro aplastándolo, provocando gritos de dolor del hombre.
- Te…mataré....Potter.
- Jajaja ahora soy Potter, vaya jajajaja- Harry comenzó a mover su pie, como si estuviera moliendo algo- inténtalo bastardo que no podrás hacer nada, ahora yo dominó esto cerdo.
La puerta se abrió de pronto dejando pasar a un chico moreno que se recargo contra la puerta.
- Felicidades Harry has logrado una gran histeria en el ministerio.
- Harry pateó el rostro de Kingsley - ¿Los aurores?
- Quien sabe, muertos o siendo torturados.
- Vamos.
- Como órdenes.
Harry pasó por un lado del chico siendo seguido del moreno.
- ¿Dónde está Hermione?
- La última vez que la vi estaba capturando a varios funcionarios.
- ¿Los demás?
- Esperando tus órdenes.
- Manda la señal Blaise.
- Si.
Blaise movió su varita, dando el aviso que quería Harry, Blaise vio a Harry seguir alejándose, el aún podía recordar cuando Harry Potter lo había buscado y le había ofrecido algo que nunca espero, en el fondo podía pensar que lo iban a comparar con Voldemort, pero Blaise lo supo cuando él le tendió la mano cuando nadie lo hizo.
Harry Potter era e iba a convertirse en el único Lord, Voldemort solo había sido un muñeco a comparación de su nuevo Lord e iba a dar su propia vida por el bien de la nueva orden.
- Blaise.
- Si.
- Esto apenas comienza.
- Te di mi palabra Harry, me diste tu mano cuando nadie lo hizo, gracias a ti mis padres están vivos, agradezco el honor de que me convirtiera en tu mano derecha y no te fallare nunca.
- No olvides lo que quiero Blaise.
- No lo eh olvidado Harry no solo te ayudaré a la ley del mundo mágico, si no que te traeré lo que más deseas a tus manos.