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Entre besos y no tan amigos por SayaStark

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Muchas veces había visto y reído de ese meme "Uno nunca valora lo que tiene hasta que llega mamá y dice: ¿Lo quieres o lo tiro?"

¡Pues, eso mismo estaba pasando! Mi querida madre, estaba sosteniendo a mis muñequitos de acción y botándolo a una bolsa de basura.

– ¡Mama!¡No!¡Mi Spiderman!

–Te dije que limpiaras, ya ves las consecuencias – Volvió a tirar otro muñequito.

– ¡¡La Princesa Leila!! ¡Mama!¡Es original, me costó un hue–!

–Naruto – me reprendió – esa boca.

Hice un puchero mientras iba a agarrar la bolsa donde estaba botando mis muñecos de acción y le mire con ojitos de borreguito.

Mi mamá soltó un suspiro en señal de resignación. ¡Bien! Lo logré. – vas a limpiar todo Naruto.. No quiero volver a repetirlo – dejo la bolsa y me dio un beso en la frente.

– Eres la mejor, mamá.

– Si, si, solo cuando te conviene...– se estaba retirando y me grito – ¡no te olvides de lavar tus calzoncillos!

– ¡Sip! Lo hare!

¡Y lo hice! Bueno, solo faltaba lavar unas cuantas cosas. Hasta que recibí la llamada de mis amigos.

– ¡Naruto! – ni bien respondí el celular, los gritos de Kiba se oyeron – Necesito tu ayuda.

– ¿Que paso Kiba? ¿Otra vez te están molestando los cara de rata?

– ¿Que? No, eso ya está saldado hermano. – Uff. Que bueno. En serio me alegre – ¡Vamos a la feria!

– ¿feria? ¿Empezaba hoy?

– ¡Si! Estamos yendo todos los chicos. ¡Sera fantástico! – y me susurro con misterio – hay una bruja, dicen que le puedes preguntar cualquier cosa y te responde.

– Ah ya – y le susurre – ¿y porque susurras? – y me respondió con voz bajita.

– Para darle suspenso a este fanfic.

– Ok. Yo les alcanzo, les llamo cuando este allí. – El me respondió con un "está bien" – Voy a colgar. Nos vemos.

Llegue al dichoso lugar, estaba repleto de gente, llame a mi buen amigo perruno y no contesto. Iba a llamar a alguno de los chicos del grupo. Pero sorpresivamente visualice a quien menos pensaba.

*–*–*–*–*–*–*–*

Pov Sasuke

Mire sin nada de interés a la gran feria. Trate de relajarme, y pasar desapercibido. Pero una vez que entramos una variedad de chicas se quedaron mirándonos.

Que estresante.

– Este lugar no me gusta. Me voy – dije sin más.

– Perdiste la apuesta hermanito. Anímate y quita esa cara – Itachi me regañó. Si mi querido hermano me había llevado a esta feria, que por cierto no tenía nada de espectacular, solo gente bulliciosa y muy gritona. Intente contener mis ganas de largarme de este lugar y volver a mi dulce hogar, y leer, si, lo que leyeron: leer. Y de nuevo escuche un gritito, y no era precisamente de una mujer ¡Es mi hermano! Quien se exalto como niño – ¡vamos a ese juego!

No puede ser.

¡Una montaña rusa! le regrese una mirada hostil – Itachi, eso me va a hacer regresar mi cena. Además mira esa fila – Iugh. Demasiada gente.

– ¡Vamos hermanito! Diviértete un poco. – le seguí el camino con pocas ganas.

¿Es que acaso no podía tener un poco de paz? Pero claro, me tenía que convencer el idiota de mi hermano en hacer una apuesta, y al perder, me pidió acompañarlo a esta feria.

En realidad casi nada me saca de mis casillas, a excepción de tres personas: Naruto, Sakura y su amienemiga de Ino. Aunque esta última ya había dejado de ser fastidiosa. Pero quienes están a duelo de llevarse el primer puesto son Naruto y Sakura.

En serio, no sé cómo me soporta, Sakura debería de detestarme, pero contrario a eso se pega como chicle. A veces ni siquiera le respondo, ni le miro, y sin embargo pareciera que mientras más le ignore más le gustara. Esa chica es totalmente superficial.

Sé que soy antipático, serio, distante, silencioso, reservado, de pocas palabras, hablo lo necesario, de hecho me gusta ser así. El que me soporte pues, me da igual y el que no... También me da igual.

Aunque, por alguna cosas extrañas de la vida, Naruto me cae bien. Contra todo pronóstico ese rubio lograba sacarme de mi estado de confort y alborotar mis días con sus ocurrencias. Tenía algo que te atraía, te llamaba a seguir molestándolo, él es por así decirlo simpático, algo despistado, tonto, medio descerebrado, molestoso, espontaneo, alegre, divertido, noble, uhmmm atractivo. Y me reprendí por esos pensamientos. No es correcto, no debería de pensar de un hombre de esa manera. ¿Atractivo? Pfff. es un dobe.

Sentí un pequeño cuerpo golpeando al costado. Voltee y vi una chica, quien alzo la vista, se sonrojo y balbuceaba – P–pe–per... – Gire los ojos. Denme paciencia.

– No importa – dije escuetamente.

– La jovencita abrió los ojos avergonzada, continúe con mi camino, Itachi se había alejado un poco, supongo que ni se habrá dado cuenta de mi ausencia. De nuevo sentí que me tocaban el hombro, gire y era la fastidiosa chica de antes – Per–perdón! Yo... quería disculparme – exclamo tímidamente mirando al piso.

– Uhum – le respondí fastidiado.

– ¡Yo... ¿Estás solo?– pregunto con las manos juntas y sus ojos con ilusión.

– No hablo con extraños – La chica hizo una mueca. ¿Qué pensaba que iba a decir? ¿Que si?... Ilusa.

Y seguí al muy fastidioso de mi hermano, cuando de nuevo alguien sostuvo mi hombro.

Pov Naruto

Toque su hombro, y él volteo dispuesto a pegarme creo, dejo de fruncir su cejas para mirarme extrañado.

– ¿Qu – lleve mi dedo índice a mi boca y él lo entendió. Se formó en su rostro una mueca malévola y un "Oh" .

Caminamos sigilosamente, Itachi estaba yendo confiado. De lejos vimos que llego al juego y las chicas a su alrededor estaban emocionadísimas de ser su compañera. Y es cuando el muy inteligente de Itachi se percató que el teme no estaba tras él.

Su hermano mayor empezó a buscar con la mirada al bastardito de mi lado. Y nos ocultamos detrás de un juego.

Esto es divertido.

– Bien, gracias. Ahora me voy. Aunque yo podía hacerlo solo.

– ¿Que? No – le mire raro, y me interpuse adelante de él. Me esforcé mucho por secuestrarlo, bueno solo le toque el hombro y entendió la idea.

– Mueve tu trasero rubio a otro lado – me reí por su buen insulto – ¿Que te causa gracia? – preguntó secamente.

– Podemos pasear – No sé por qué le dije eso, solo fue un impulso. Me sentía extraño pidiéndole pasear. Esto parecía una cccciiiiiii... No, mejor no lo digo – La otra vez nos divertimos. Además, ¿Que más vas a hacer?

– Leer, escribir, estudiar. Terminar las tareas del curso de Anko, estudiar para el exam –

– Ok. Ok. Tienes muchas cosas que hacer – Y mire un puesto de tira al blanco – Si te gano en ese juego – le señale el puesto – te quedas conmigo, y si no pues mmm – el me interrumpió rápidamente.

– Eres mi esclavo – Amplié mis ojos. Mantuve mi mirada en él. El cruzo los brazos con superioridad y completo – Todo un día – Estábamos en un duelo de miradas. ¡Maldición!.

– Eres maldad pura – y nos dirigimos al dichoso jueguito.

El juego consistía en dar con el dardo en el medio de la tabla y solo se tenía 3 oportunidades.

– Mira mi perfecta puntería – le dije con sorna. Apunte y ¡Falle! Casi le doy en el ojo del trabajador.

– Wow. Me sorprendes – Sasuke aplaudió sin más – me sorprende que aún no hayas matado a alguien – hice un puchero.

– No seas así – llame al ayudante y le pedí otro dardo. Y volvi a lanzarlo. ¡De nuevo! No puede ser. Falle.

Y después de intentarlo como mil veces. Mentira, solo 5, y ¡ya lo sabía! Había perdido, pero igual no me iba a ir sin darle por lo menos una en el tablero. ¡Y le di! Salte de felicidad, voltee a mirar a Sasuke, el muy desgraciado bostezo.

– La feria ya está por cerrar supongo que ya era hora, esclavo.

– Mentiroso, solo fue unos minutos – Ahora, la elección: entre todos los peluches, el que más destaco ante mis bellos ojos es un zorrito y termine por elegirlo.

– Excelente elección. – me respondió el señor. Y sin dudar le di al teme, que por cierto estaba con cara de aburrido.

– ¿Que? ¿Para mí?– Sasuke amplio los ojos en señal de sorpresa.

Le sonreí zorrunamente. Me voy a divertir un ratito – Sí. Amore mío, para que me recuerdes en tus noches de soledad. Se lo mucho que me extrañas y como no puedes vivir sin mí, te regalo este peluchito para que me recuerd ¡AUCH! – Sasuke dio una manazo al peluche, dándome también a mí.

– Estúpido dobe. Deja tu teatrito – me fulminaba con la miraba. Algunas chicas alrededor lo habían oído y por más que trataban de fingir desinterés, nos miraban de reojo y con las orejas bien paradas. 

Los cuchicheos ya estaban a la orden del día: “la juventud de hoy en día”, “le dijo que no puede vivir sin él”, “válgame dios”, “genial, ya tengo material para mi fanfic”

– Gatito ¿Pero qué pasa? – le dije meloso.

– Naruto si continúas con tu drama te vas a arrepentir – me amenazo, frunció el ceño y estaba rojo de la vergüenza – No puedo creer que llegues a este extremo.

– Cariño nadie nos conoce. No hay por qué disimular ¿No es cierto señor? – mire al trabajador de la feria.

– Y–Yo no voy a decir a nadie.

Yo estaba tratando de no reírme pero sin mucho éxito, y Sasuke se hartó, hizo una rabieta, se giró y camino a pasos agigantados. Le grite – ¡¿Amore mio a dónde vas?!

¡Oh! Rayos, creo que se me paso la broma.

– ¡Sasuke! – le llame. Ni me hizo caso. Empecé a seguirlo, el muy teme camina rápido.

Cuando estuve ya cerca de él. Escuche las cosas que decía.

– ¡Estúpido, dobe! – yo me quería reír. Sasuke estaba refunfuñando y hablando en voz alta – Me tenía que hacer una escenita, pero me las vas a pagar ese rubio tonto.

Pero entendí que le hice pasar un mal momento. Con lo serio y reservado que es, supongo que no toleró las murmuraciones y las miradas.

Le dije como perrito lastimero – Sasuke – el volteo frunciendo el ceño.

– ¡Fuera!, ¡largo! – Sasuke en serio me estaba botando como perro pulgoso – ¡Shu!

– Lo siento Teme – me disculpe, realmente me sentía mal – creo que se me paso la broma.

– ¡Me hiciste pasar el ridículo de mi vida! – Sasuke destilaba furia por los ojos. Y ¿Qué rayos era ese destello rojo en sus ojos?  Ya me dio miedito. – Aléjate, bestia.

– Disculpa – le sostuve de la mano. Él se quedó mirándome para después zafarse del agarre.

– Naruto Namikase Uzumaki, largo antes que te golpee – Yo me quedé sorprendido.

– ¿Sabes mis apellidos? – él rodo los ojos reprimiendo una risa. ¡Y me emocione! Pensé que Sasuke iba a reír, me hubiera gustado, él realmente tiene… una sonrisa preciosa.

– Obvio que lo sé, menso – volvió a fruncir el ceño – Me largo y hazme el favor de no molestar.

– No – Y se me ocurrió algo – Si te hago reír. Me acompañas a no sé, otro juego.

– Ya tengo bastante de tus jueguitos –

– ¿Qué más quieres? Ya soy tu esclavo.

– Aun no elegí el día, tonto.

– Bien, bien. ¿Empezamos? – Él se quedó en su mismo sitio pensándolo, mirándome fijamente. Para después asentir con la cabeza desafiándome.

– Bien ¡Ahí va! – Recordé de mi infancia – Bueno, tenía cinco años, estaba en la piscina de la escuela, con los flotadores en los hombros y ahí todo intelectual dije: Si estos flotadores me mantienen de los hombros para arriba, entonces si me los pongo en los tobillos ¡camino en el agua! ¡Yo todo un capo! … cinco segundos después mi vieja se tiro a la piscina para sacarme porque estaba de cabeza abajo en el agua con los pies arriba.

– …. Si serás – ¡Sí! Sasuke estuvo en esa piscina, poco a poco su cara empezó a cambiar. Sus labios pasaron de estar en una línea a una pequeña curva.

– ¡Aja! Te estas riendo! – de seguro estaba recordándolo – ¡Gane!  ¡Yuju!

Sasuke se adelantó caminando y señalo – Quiero ese juego – ¡Mis ojos se ampliaron del susto!

– Teme, ese cuesta caro –

– ¿Y? – Él se encogió de hombros – ¿Tu querías ir a un juego, no?

– Sabes que me vas a dejar misionero, ¿no?… – él emitió una diminuta sonrisa burlona – ¡Mira cómo te burlas! Desgraciado, te alegras.

– No puede ser ¡Es Sakura! – Sasuke grito aterrado. Y también la vi, estaba caminando con su grupo de amigas. Nos ocultamos rápido atrás de una tienda, el teme continuo – Podrás creer que la última vez que la encontré me contaba que estaba haciendo dieta. Me daba ganas de gritarle: ¿Y eso a mí que me importa?

–  Hahahaha… igual que mi prima, hace todas las dietas del universo y encima sube de peso – Nos reímos.

Después de esperar unos minutos. Salimos en dirección al juego, divertidos por la situación que pasamos. Subimos al juego que ni sabía su nombre, pero se veía divertido. Una vez sentados nos abrochamos el cinturón y fue grandioso.

Bajamos y fuimos a un puesto de comida. Yo me quede mirando a Sasuke para que pague su churro. Él frescamente me dijo: ¿Qué? paga, no tengo todo el día. Yo me reí, que caprichoso, después nos íbamos a la salida de la feria comiendo y hablando de trivialidades.

Llegando al parque antes de salir, me di cuenta que había muchas parejitas. Y pues, algunas más cariñosas que otras. Y hubo una que me asusto, estaba encima de un chico besándolo como si fuera el fin del mundo. Me puse nervioso. Se me vino a la mente cierto beso, bueno mi primer y único beso con... Sasuke. No debería de estar con un hormigueo en el estómago, pero si, estaba inquieto y temblando como gelatina. ¡Rayos! Ese beso no había sido romántico, ni con una confesión de amor. ¡Había sido accidental!

– Vámonos por allá. – me señalo por otro camino, donde aún estaba desolado. Supongo que también se habrá sentido incómodo.

– Si, b–buena idea – le dije algo torpe. Cuando mire a Sasuke, mis ojos se dirigieron a sus labios, para desviarlos rápidamente. Quería huir. Esto no estaba bien. Somos hombres, carajo.

Habíamos salido por la otra puerta. Una vez que llegamos allí no sabía qué hacer.

– Uhmm... tu, .. vas... – me aclare la garganta, no podía seguir hablando como un tonto – entonces, – piensa piensa piensa –  ¿ya te vas?

A Sasuke le salió un Tic en el ojo y con absoluto sarcasmo me respondió – No, que va – y me resondre por hacer una pregunta estúpida – No seas tonto.

– Jejeje – me rasque la nuca nervioso – sí, lo siento. Es que juntarme contigo se me pega. Tú sabes, lo teme.

Él se acercó dispuesto a darme un lapo en el brazo, y yo no me aleje, caray creo que soy masoquista.

Sasuke me dio un golpecito en el brazo y yo inconscientemente me había acercado más a él, sus mejillas estaban coloradas, no sabía si era por el frio o por el momento. Se sentía tan íntimo. Solo los dos. Mirándonos. Aunque yo también debo estar rojo por los nervios, me di cuenta que aún sigue teniendo el rostro de niña, incluso más bonita de todas las chicas que he visto. ¿Sasuke siempre había sido tan magnético? Bueno, solo él lograba ponerme así… tan tonto.

– No me mires así dobe – Sasuke movió sus labios en voz baja.

– ¿Cómo así? – susurré.

– Como si fueras a devorar a mi hermano – ¡¿AH?! ¡Esa voz! Me aparte del teme de inmediato. Voltee, el hermano de Sasuke estaba a tan solo unos centímetros de nosotros, y con una sonrisa de lado.

– Hola... que... sorpresa.

– Esa es mi línea, Naruto.

Sasuke carraspeo mirando a otro lado – El dobe se está yendo.

– Si quieres te llevo – me ofreció el hermano de Sasuke, para después darme una escaneada rápida – has crecido.

– Jajajaja, últimamente me lo dicen mucho.

 Los vi irse. Le rechace la propuesta pues mi tío me iba a recoger. Y para cuando me di cuenta, sonreí como bobo.

Sasuke se había llevado el zorrito de peluche. Jejeje

 


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