Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Esfúmate «HunHan» por Romanella

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Dos días antes de que KyungSoo hiciera su venganza a JongIn, dos días antes de que viera a SeHun con alguien en su casa.
El día en que el accidente de autos y la muerte de LuHan, cambió el rumbo de las cosas...

—Por favor LuHan, no me hagas esto, respira, hazlo por mí...— JongIn no podía pensar en nada, su cabeza estaba en blanco. Era imposible asimilar que la única persona a la que podría amar en vida estuviera entre sus brazos sin respirar, empapado en sangre, con sus ojos cerrados y su piel helada.

Daba presiones precisas y fuertes sobre el pecho blando de LuHan, le daba respiración boca a boca y besaba su frente con devoción, pero nada estaba funcionando. Poco a poco se sentía desfallecer con el rubio, las esperanzas de revivirlo se esfumaban cruelmente.

—¡No me hagas esto! ¡No te atrevas a hacernos este daño a los que te amamos!— Gritó con todas sus fuerzas, desgarrándose la garganta en el intento de poder expresar el dolor e impotencia que sentía en su interior. Siguió dando la maniobra que conocía a la perfección para poder sacar el agua de sus pulmones, tratando de respirar pues el mareo indicaba que tenía el riesgo de desmayarse, eran emociones muy fuertes.

—¡Eres fuerte LuHan! ¡Resiste! ¡Lucha, lucha con todas tus fuerzas!— Sostuvo por un segundo su rostro sin reaccionar entre sus grandes manos, diciéndole esas palabras de desesperación con la fe de que las pudiera escuchar en su inconsciente.

Él seguía ahí, su alma no se había ido, estaba seguro.

BaekHyun entró con miedo a la habitación, quebrando en el suelo su celular cuando no tuvo fuerzas para sostenerlo. Cayó de rodillas, tapando su boca de la impresión al ver su delgado cuerpo inerte.

—Ya déjalo ir JongIn, es en vano...— Murmuró, gateando hacia el doctor para poder posar una mano en su hombro derecho, tratando de detenerlo, se estaba haciendo daño.

—¡No! Él tiene muchas cosas que vivir, no puede morir odiándose a si mismo. Tiene que viajar, casarse con alguien que sí lo ame de verdad, vivir en paz en una casa por el bosque, cumplir sus sueños. No puedo dejarlo ir con todo el dolor albergado en su alma, sin sanar las cicatrices que lo hacían infeliz, ¡No lo merece!— Las lágrimas del moreno caían sobre el rostro de LuHan, borrando la sangre que posaba en sus mejillas y nariz.

—Basta...— Dijo, escuchando los tronidos de las costillas del rubio aún inconsciente.

—Tienes que ser un ángel aquí en la tierra para hacernos menos miserables a los que alegras en vida con tu dulzura y pasión. No puedes volver al cielo, que sé tu hogar, tienes muchas pendientes aquí, con nosotros que te amamos. ¡Regresa!— Con toda su fuerza, siguió golpeando su pecho, sacando su desesperación y urgencia.

Si LuHan moría, se acababa todo.

—¡No!— Maggie gritó con todas sus fuerzas al ver la escena. Había llegado del supermercado cansada, pero los gritos le habían alarmado inmediatamente, al principio había creído que tal vez eran víctimas de algún robo peligroso, sin embargo, lo hubiera preferido todo antes que aquella atrocidad.

BaekHyun, negó con su cabeza, Maggie no podía ver tal escena, tenía que evitarlo, sería un trauma que la perseguiría toda su vida el ver la muerte de alguien que quería como a un hijo. Entonces, se levantó rápidamente del suelo, yendo con la señora para poder sostenerla en brazos, abrazándola con resignación, evitando que su cuerpo cayera al suelo sin fuerzas.

—Mi niño, mi niño, no puede estar pasando esto, mi chiquito...— Maggie colapsó, soltando el llanto más intenso que pudo experimentar. Ocultando su rostro en el pecho de BaekHyun para ahogar sus gritos de agonía.

—Ya pasó Maggie, él ya dejó de sufrir, está en un lugar mejor, ¡Déjalo ir! Le vas a romper más huesos— BaekHyun gritó con terror, volteando su cabeza para no mirar a JongIn destrozándose, golpeando con fuerza descomunal el pecho del rubio.

El moreno arrugó su gesto, formando un puchero de agonía absoluta, y con un temblar agresivo, dejó de intentar, cargando el cuerpo sin vida de LuHan para poder dejarlo en la cama. Había sido en vano...

El moreno tomó su mano fría, depositando múltiples besos en ésta, sentándose luego en el suelo, tratando de asimilar lo que acababa de suceder. Su cabeza punzaba y su pulso frenético le estaban volando la cabeza por la presión.

—Hora del deceso... 8:34 de la tarde. Descansa, mi precioso LuHan, espero puedas encontrar tu reivindicación en el más allá— Declamó sin fuerzas, con esa idea irracional de querer irse con él. Estaba hecho pedazos, por lo que sólo tapó con sus manos su rostro desencajado.

Miró luego el techo, quedándose sin respiración, mordiendo su labio con fuerza para dejar caer sus lágrimas silenciosas. Cómo dejarlo ir si hoy más que nunca lo amaba...


...


—Déjame ver tu abdomen.— Levantó la camiseta ajena, mirando la mancha morada que comenzaba a formarse por el golpe que le había dado JongIn hacia unas horas.

SeHun analizó a su amante. Algo había cambiado en él. No dejaba de mover sus piernas con ansiedad, temblaba con fuerza y estaba pálido a más no poder, además, sus ojos estaban rojos y sólo reflejaban vergüenza. Mataría a su hermano, debió haberle dicho un montón de cosas hirientes para dejarlo tan afectado.

—Me duele mucho, con razón nunca me contesta los golpes, el maldito también me gana en eso...— Contestó con resignación, sintiendo la bilis quemando su garganta. Su mirada estaba nublada, sin embargo logró reconocer por la ventana del auto la casa de KyungSoo, habían llegado.

—¿Quieres pasar?— Murmuró sin energía, con tintes a pánico puro, sacando un par de billetes de su bolsillo para dárselo al señor que conducía el taxi, el auto de SeHun había quedado destruido tras el choque de hace unas horas, por lo que su única opción fue llamar a una grúa que lo llevará a la agencia donde lo arreglarían en su totalidad, si es que eso era posible.

—No, me punza la cabeza y tengo náuseas, sé que te enfureces cuando no te dejo dormir así que sólo seré una molestia bebé, mejor iré a mi casa. Estaré bien, lo prometo.— Dijo casi sin fuerzas, acercándose a su amante para poder tomar su nuca, besándolo con delicadeza, lamiendo esos labios que tanto disfrutaba. El contacto no duró mucho, pues KyungSoo, agitado se separó en un movimiento brusco.

—Lo siento, creo que yo estoy igual de mal. Tu hermano me dijo cosas tan terribles que me duele la cabeza, sigo muy afectado.— Dijo firme, en un tonto intento de tranquilizar a SeHun, lo único que quería era que se fuera, no tenía ni un poco de ganas para soportarlo.

—Lamento la forma en la que mi hermano te enfrentó, es un entrometido, quería levantarme para defenderte pero me fue imposible, el idiota me sacó tanto el aire que perdí la conciencia por largo tiempo, todo fue negro y cuando desperté ya se había ido, debió haberte dicho cosas terribles, perdóname precioso...—SeHun acarició su tersa piel, dejando un par de besos en su cuello y manos. No quería dejarlo solo, luego de un día tan pesado, pero era verdad que se sentía enfermo, y gravemente confundido con las emociones en su interior.

—Me voy, si te pones peor, llámale a BaekHyun, él enviará una ambulancia o lo que sea. Si me llamas en la madrugada, te mato, no te atrevas a molestarme.— Advirtió, volviendo a su habitual forma de comportarse, ignorando la mueca de desagrado de SeHun, pero debía entender de una vez por todas que él no era LuHan, no se quedaría a su lado toda la noche, tomando su mano para darle fuerzas y preparando un té a cada rato para incluso acercarle la tasa a la boca, jamás haría algo así, por lo que debía apaciguar su ilusión de ser igual de sumiso que el patético de su aún esposo.

—Adiós, y perdón por no quedarme contigo...— KyungSoo asintió sin voltearlo a ver, mordiendo su labio para no llorar antes de abrir su puerta, saliendo de ahí, mandándole un beso a un también afectado amante, desapareciendo por esa enorme puerta de cristal.

Cuando SeHun estuvo solo, logró soltar el aire, ya podía dejar de fingir...

—¿A dónde lo llevo señor?

—Llévame al bar más cercano.

—¿Está sufriendo por amor?— Preguntó el señor con afán de ayudarlo, debía dar lástima como condenado.

En la mente de SeHun, sólo podía ver a alguien a la perfección, con las palabras de su hermano en el fondo repitiéndose una y otra vez.

¿Por qué la idea de LuHan odiándolo le era tan difícil de asimilar?


...


KyungSoo por primera vez mostraba sentimientos, pero... ¿Por qué lucía tan afectado?
Qué pasaría horas antes, cuando JongIn supo la verdad...

 


—Hola JongIn.— Murmuró casi sobre su oreja, separándose para quedar a escaso espacio del rostro desencajado de JongIn, el mismo que en cualquier instante se desmayaría, luciendo, devastado, confundido, frustrado.

—¿Tú?— Dijo casi inaudible, abriendo sus ojos ampliamente, soltándolo como si ese agarre quemara. No podía ser cierto, no, no, no...

—Háblame de usted, que no somos lo mismo. Para ti soy el señor Do KyungSoo...—Escupió en su rostro con rabia. JongIn apretó sus dientes, limpiándose la saliva del contrario sobre su rostro con asco difícil de disimular. El pelirrojo miró a SeHun, estaba tendido en el suelo con los ojos cerrados, se había desmayado, seguramente porque llevaba días sin dormir ni comer bien, tardaría mucho en despertar así que tenía todo el tiempo para enfrentar al imbécil ese.

—Por qué tú, ¿Ah? ¿Es tu venganza porque te rechacé la otra vez? Te dije que no podía amarte y lo que tú haces es meterte con mi hermano, vaya, no te conozco mucho, pero eso es jodidamente bajo.— Con furia, tomó de ambos lados sus brazos, sacudiéndolo con una fuerza descomunal, sin importar lastimarlo.

—No seas ridículo JongIn, tu hermano lleva follándome casi poco más de un año, todos los días, dame mérito, es toda una eternidad. SeHun es mi amante desde antes que tú aparecieras.— El moreno lo empujó, despeinando su pelo con enojo, tratando de asimilar la fuerte noticia.

—Cuando pasó lo del bar, ¿Sabias que era su hermano? O era parte de tu plan para arruinarnos la vida a todos. No sé, a lo mejor metiéndote conmigo enfadabas a SeHun porque nuevamente perdía contra mí, o volvías a destrozar a LuHan al quitarle a la única persona que lo ama con toda su alma, ¡Contéstame!— Pateó con fuerzas la llanta del auto.

KyungSoo guardó silencio por unos eternos segundos mientras veía con detenimiento el suelo, arrugando su nariz con fuerza para evitar llorar, no podía llorar...

Cuando logró calmar su nudo en la garganta, caminó a él, quedando enfrente para estampar su mano en su mejilla, esto con fuerza descomunal. No se iba a dejar humillar.

—Que nos conociéramos sólo fue una burda y humillante movida del destino para jugar a su antojo con nosotros. Lo que pasó esa noche fue especial para mí, lo repetía una y otra vez en mi cabeza, te recordaba con una sonrisa en mi rostro. ¿Sabes cuánto me dolió saber que lo olvidaste todo, y que lo poco que recuerdas, lo distorsionaste? Nos besamos una infinidad de veces con ternura, otras con pasión, me acariciaste con la mayor delicadeza, desnudaste mi alma, y tú lo olvidaste todo maldito, en tu mente quedé como un villano cuando me entregué a ti como a nadie. Pero no te preocupes, me lo pagarás, te haré la vida imposible imbécil, conmigo nadie juega.— Golpeó con fuerzas su pecho, apretando su mandíbula hasta hacerla tronar.

El moreno cerró sus ojos, negando repetidas veces con la cabeza para hacerle saber que no recordaba nada de lo que él decía, quería jugar con su mente eso era todo. Ése día en el bar sólo se habían besado y ya, nada en un plan celestial como él lo pintaba.

—Eres una mierda, tú y la situación en general. Siento que me estoy asfixiando...— JongIn alardeó, arrastrando sus pies ante su incapacidad de caminar del todo bien, metiéndose al bosque infinito que contorneaba la carretera, alejándose del asfalto para dejar atrás a su hermano inconsciente y a su estúpido amante, que por lo que veía, comenzaba a enfurecer.

Necesitaba aire para superar el shock...

Respiró profundamente cuando se encontró rodeado de pinos altos, recargándose en la madera de uno para observar los rastros de nieve en el suelo al acercarse la época de invierno.

Cruzó sus brazos, frotándolos para generar un poco de calor, justamente ese día no había traído un suéter o algo que lo protegiera de ese frío que calaba en los huesos. Estuvo ahí parado durante diez minutos, tratando de recordar lo que había pasado ese día en el bar, pero era imposible, su ebriedad había bloqueado esas memorias.

—¿Sabes lo mucho que me gusta destruir a tu amado LuHan? Lo disfruto muchísimo, es tan ingenuo el pobrecito, esperando toda la noche a SeHun, dándole todo de él, humillándose como una vil escoria.— KyungSoo encaró por sorpresa.

—No me sigas maldita sea, el bastardo de tu novio está tirado en la carretera congelándose, ve con él, yo no soy inhumano, no quiero que se muera, yo no soy un monstruo sin sentimientos como ustedes dos...— Atacó con odio, caminando para alejarse de él, pero era en vano, los pasos detrás suyo eran contundentes.

—Ya he llamado a la agencia, están trayendo la grúa, ellos lo encontrarán.

—Pues lárgate entonces, tenerte cerca me da asco, asco solamente. Es desagradable saber que tuve contacto con el amante de mi hermano, un hijo de puta, un monstruo. Besarte debió ser vomitivo, de verdad KyungSoo, prefiero comer mierda antes de volverte a si quería tocar...— Se acercó a él, dejando una distancia diminuta entre ellos, siendo, muy peligroso para sus instintos que comenzaban a palpitar...

—¡Cállate! Escuchar tus bajezas sólo me enfadan. Y entérate de una vez que no descansaré hasta pisotear las cenizas de tu dulce amado, lo aniquilaré... ¿Sabias que yo le metí a la cabeza a SeHun que lo mejor era tratar mal a LuHan? Aw, tu hermanito es mi marioneta, e hizo todo lo que yo le dije para entretenerme, me ha dado la mejor diversión, la de ver la desgracia de nuestro pequeñito LuHan, tan tierno él...— JongIn lo tomó del cuello de la camiseta hasta estrellarlo en el tronco del pino más cercano con fuerza descomunal, apretando con su muslo la pelvis ajena para poder inmovilizarlo, sensibilizando por error al cantante a pesar de la situación tan agresiva.

KyungSoo podía sentir la transpiración del contrario, su enojo le aterraba y comenzaba a dudar si el doctor iba a ser capaz de golpearlo, quería tratar de defenderse para que lo soltara, pero toda su energía estaba dedicada a callar el tremendo gemido que guardaba en su interior.

—¡No quiero que te acerques a LuHan! Si lo haces te las verás conmigo idiota. Sólo le tienes envidia porque sabes que es mejor que tú. Además, mírate, llorando porque no recuerdo nada sobre esa noche falsa de amor que "tuvimos", te ves muy ilusionado inventándolo mi amor, pero ahora entiendo que es sólo coraje porque LuHan, mi LuHan lo va a tener de verdad una vida cuando logre conquistarlo, ¿Es eso, celos?— Sin dudarlo, puso una mano en su cuello, estando a punto de apretarlo. KyungSoo abrió sus ojos con terror, queriendo ser valiente, no podía rendirse, pero la furia del contrario era real y peligrosa.

—¡Mátame de una puta vez, anda, ahorca!— Retó, gritándole en la cara roja del moreno, forcejeando para zafarse, siendo contraproducente, pues sólo estaba restregando su emergente erección sobre la rodilla del moreno.— Nada te diferencia con SeHun, eres igual de impulsivo que él, sólo finges ser educado y decente pero eres la misma mierda JongIn...

—¡No te atrevas a compararme, tampoco a decir mi nombre!— Gritó con todas sus fuerzas. JongIn estaba totalmente asustado de si mismo, él no era así, pero por alguna razón, que éste fuera el amante de su hermano le volaba la cabeza, no lo soportaba y no sabía por qué...

—Cobarde, mil veces cobard...

Todo fue rápido. En un parpadear, el moreno estaba devorándole la boca con ansias e ímpetu. JongIn había iniciado un apasionado pero violento y brusco beso que lo callaría, el mismo JongIn que había estado a punto de golpearlo por el 'asco' que le daba tenerlo cerca.

La mano que había estado tomando su cuello se deslizó sin pudor por todo su cuerpo hasta llegar a su trasero, el cual apretaría sin descaro, provocando un gemido ahogado en pleno beso.

KyungSoo saboreó su lengua, deleitándose con el adictivo grosor de sus labios que palpitaban como clemencia ante tanto salvajismo. Era el beso más intenso que había tenido en la vida...

Cuando el cantante no tuvo más respiración para seguir, se separó, sintiéndose como el peor de los humillados, de seguro lo había besado para burlarse, en cualquier momento escupiría sus insultos, por lo que tenía que actuar primero, sin quitarle los ojos de encima, lo empujó con todas sus fuerzas, escupiendo a sus pies como si ese beso hubiera sido asqueroso y esa fuera su única oportunidad para quitarse el agrio sabor. Quiso comenzar a caminar, pero un duro agarre en su brazo lo regresaría al mismo lugar...

—Te dije que sí te veía una próxima vez no me resistiría más, ¡Te lo dije! Sabías que mis instintos me traicionarían, ¿Verdad? Yo no soy SeHun, trato de no ser tan estúpido como él para no caer en tu jueguito, pero me provocas a propósito con tu boquita sensual y sucia, eres malo...— Murmuró sobre su oreja, gruñendo con rabia antes de darle la vuelta él mismo con firmeza, haciendo que el pelirrojo pegase su pecho a la madera, recargando en cambio todo su cuerpo sobre la espalda ajena para restregarse con facilidad.

—Qué mierda haces, déjame ir, me acabas de decir hace unos minutos que te doy asco, rescata la poca credibilidad que te queda...— KyungSoo quiso ser duro, lo mejor que podría hacer era reírse en su cara porque: "Era obvio que te morías por hacer esto", era su oportunidad para recuperar su dignidad y ahora humillarlo a él con palabras grotescas, algo que el verdadero KyungSoo haría.

Sin embargo, se encontró temblando vulgarmente, con sus ojos entrecerrados, mordiendo su labio hasta pegar su frente en las grietas del pino por su falta de energía para resistirse.

—No puedo contenerme cuando tienes esa sucia lengua. LuHan me gusta, pero mi cuerpo está vuelto loco por ti KyungSoo, hiciste brujería con él y ahora quiere vengarse.

El moreno le quitó su sudadero negra, tirándola en el blanco suelo helado. El pelirrojo temblaría casi instantáneamente por el frío, pero eso duraría poco cuando la mano caliente del moreno amasó su abdomen y su pecho, abrazándolo por unos largos segundos para darle calidez y protección...

JongIn comenzó a trazar un camino de besos húmedos por todo su hombro hasta llegar a su cuello, mordiendo el lóbulo de su oreja hasta dejarle una marca. De forma precisa, intentó bajarle el pantalón, pero la mano indecisa del cantante intentaría detenerlo.

—No te atrevas, ¿Crees que me voy a dejar luego de todo lo que me has dicho?— No tardó en contradecirse, pues pegaría su trasero a la entrepierna contraria, frotándose a su erección de forma totalmente inconsciente. Así, el moreno, tomó con fuerza la mano de KyungSoo, quitándola de la hebilla de su pantalón para entrelazar sus dedos y posar ambas manos sobre el tronco, maniobrando con la otra para bajar por fin esa prenda inferior con fiereza y necesidad.

JongIn mordió su labio cuando vio su perfecto y ahora desnudo trasero.

—¿Enserio fue muy especial para ti esa noche en el bar?— El cantante recargó su nuca en la clavícula contraria, llevando sus labios a besar su cuello con sabor a sal por el sudor que le provocaba la exaltación de la escena.

—No he dejado de pensar un mes en ti. Los gemidos de SeHun eran lo único que me excitaban porque son iguales a las tuyos, claro, antes de que supiera que eran hermanos, tenía que cerrar los ojos para imaginar que eras tú quien estaba dentro mío, así que sí, fue muy especial para mí, ¿En verdad lo distorsionaste todo? ¿No recuerdas todo lo que me dijiste?— El moreno detuvo las caricias para verlo a la cara, deleitándose con sus preciosas facciones y sus ojos que por primera vez no estaban llenos de maldad.

—En mi mente sólo están los recuerdos de algunos besos que nos dimos, que estabas enojado y todo lo demás es borroso. Joder, no debí ponerme tan ebrio esa vez, me gustaría recordar el sabor de tu piel, a lo mejor no me harías perder el control de esta forma tan absurda...— Jalaría su pelo empapado en sudor para forzarlo a darle un beso en los labios, esta vez, lento y mojado.

JongIn tenía una infinidad de emociones en su interior, no podía hacerle eso a LuHan ahora que comenzaba a tener una oportunidad, lo dañaría si alguna vez se enterara que hacía lo mismo que su esposo y con el mismo amante, pero no podía parar, quería sentir al contrario de una forma más profunda. A lo mejor, sí era igual a SeHun...

Cerró los ojos para quitarse el intenso remordimiento en su interior, ¿Así se sentía una infidelidad?

KyungSoo al ver su indecisión, dirigió su mano a su intimidad, estremeciéndose casi por inercia. Entonces, JongIn lo acarició de arriba a abajo en movimientos aleatorios pero precisos, jugando el palpitar de esa zona que hervía por el sucio contacto.

Por otro lado, el cantante no podía creer que volvía a estar con el moreno, con el verdadero y no sólo el que su cabeza alucinaba en la penumbra de su soledad. Debía estar furioso por sus insultos y la violencia de su tratar, pero JongIn lo había iniciado, delatando que lo necesitaba desesperadamente, al igual que él. Además, era obvio que no podría negarse luego de fantasear en agonía con una escena de pasión que no tuviera ni a LuHan, ni al alcohol de por medio.

—No puedo creer que esté masturbando al amante de mi hermano. LuHan es tierno, pero tú eres la lujuria y pecado en persona, empiezo a entender por qué el idiota te prefiere a ti...— JongIn inmediatamente sintió una daga en su corazón, qué mierda estaba diciendo...

—Cuando salí de tu consultorio esa vez que me rechazaste, prometí hacerte la guerra, debo confesarte que lloré por ti y eso me hacía odiarte aún más. Pero contigo, soy otra persona, soy blando y tendría que ser algo casi imposible de obtener lo que me haría querer destruirte de verdad. Me transformas JongIn, quisiera ser igual de maldito contigo para tener dignidad y no permitir que siquiera tuvieras el privilegio de verme desnudo...— Murmuró firme, lamiendo la palma de su mano para llevarla por fin a colarse en el pantalón contrario, acariciándose entonces en sintonía.

—Eres precioso KyungSoo...— Murmuró sin controlar la agitación de su respirar, mordiendo su espalda, disfrutando de sus múltiples y poco silenciosos gemidos que levantarían enormemente su ego, el ajeno en verdad estaba perdido en la excitación de su ahora rápida estimulación.

Sonrió, que le dijera esas palabras era sinónimo de saber que no estaba pensando en LuHan. Una vez más, le había ganado al bastardo, demostraba que era mejor, JongIn también lo prefería, qué tan miserable debía ser para que el par de hermanos que alardeaban "amarlo" buscaran siempre los frutos de placer que solamente él podían darle. Ellos siempre volverían a sus brazos.

Jaque mate.

Ambos gritaron de placer cuando sus manos dolieron por lo rápido de las agresivas estocadas. El moreno lo besó con intensidad cuando su humedad le informó que estaba a punto de terminar, suspirando en pleno beso cuando así fue, teniendo que casi cargar con su brazo a KyungSoo que estaba a punto de caer al suelo cuando sus piernas no le funcionaron al estar en pleno orgasmo.

—Creo que no podía admitir que me excitabas como ninguna persona en el mundo, era difícil asimilar que cuando veía tu foto en mi celular mi miembro palpitara por inercia y eso sólo tú lo haces hermoso, ¿Yo también, te gustó así?— Preguntó, entreabriendo su boca para ahogar el gimoteo que le provocaba seguir teniendo la pequeña mano del cantante dentro de su pantalón.

—Me encantas, y es la primera vez que siento esa sensación en mi monstruoso interior. Dime que esta no es la última vez que haremos esto...— Dijo con dificultad ante los exhaustivos espasmos de su orgasmo.

—Escúchame, yo amo a LuHan y en eso nunca te he mentido, lo siento si esto te lastima pero quiero ser sincero. No sé si lo aceptes, pero podríamos vernos a escondidas de él. Me gustaría intentar tener algo formal con LuHan, pero tampoco quiero perderte, haces magia conmigo. Acepta ser mi amante, te lo ruego, no me prives de tu cuerpo, del placer que LuHan no puede darme...

—Acepto, lo acepto JongIn, no me importa denigrarme siendo tu amante, sé que si lucho podrías llegar a quererme más allá de algo sexual, sólo dame tiempo.— KyungSoo soltó una lágrima de felicidad, sintiendo una calidez en su interior.— A ver, déjame ayudar a que tú también acabes...— Murmuró con picardía, besando múltiples veces su mejilla, sin saber que su propósito, no llegaría a cumplirse.

—Era lo que quería escuchar...— Dijo con desprecio.

JongIn lo tomó de la muñeca con la misma brusquedad de cuando su altercado empezó. Ya no había placer en su cara, más bien, su expresión era de desagrado. Y así, con ese agarre poco delicado, sacó su mano de su pantalón, utilizándolo para poder empujarlo, siendo una consecuencia no planeada que KyungSoo cayera al suelo en un sentón estruendoso.

El doctor de repente, se arqueó, vomitando un líquido verde sobre el tronco en el que anteriormente se habían besado. Tomando su estómago para poder parar de devolver, intentando quitarse esa sensación de asco profundo.

—¿Ahora sientes lo que es estar con alguien, sabiendo que quiere a alguien más? Joder el malvado, orgulloso y popular KyungSoo aceptando comer del suelo unas simples migajas, me parece miserable. ¿Sabes? Acabo de vomitar de puro asco, asco por ti, porque cuando dije eso no estaba mintiendo. ¿Creíste que me excitabas de verdad? Podrías ser todo lo sensual que quieras, pero escúchame, jamás, nunca, tocaría la basura, la mierda de SeHun a voluntad propia. Puede que en el bar me haya intentado entregar a ti, lo de tu foto en mi celular es cierto, pero desde que me enteré que eres el amante de mi hermano, un hombre casado, perdiste todo el valor para mí, ahora me da pena de sólo verte.

KyungSoo negó con su cabeza, temblando por el frío, abrazándose para consolarse del trauma que comenzaba a formarse.

—Yo no soy así, no me considero mala persona, te lo juro que no, pero por LuHan, soy absolutamente capaz de hacerlo todo, lo protegeré y odiaré a los que se han encargado de destruir su vida, esta, es la venganza que un ángel como él jamás sería apto de cumplir así que prefiero ser yo el que se ensucie las manos, y fue difícil, créeme, porque ahora que estoy sobrio y en mi cabales, me doy cuenta que ni eres bueno para satisfacerme, no sentí nada. Y no te me vuelvas a acercar...

A paso decidido, se fue de ahí, tenía que ir al doctor, la sangre en su frente incluso se había secado. Lo que acababa de hacer era malo y se había rebajado a su nivel, pero no iba a permitir más que se burlaran de LuHan.

En cambio, KyungSoo se quedó ahí, gritando a todo pulmón como niño pequeño...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).