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Esfúmate «HunHan» por Romanella

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—¡SeHun!— LuHan dijo sorprendido, quitando las manos de JongIn para no generar un malentendido con su esposo. Escondiendo con la cobija la mancha de sangre que comenzaba a traspasar su bata de hospital.

—Te prometí que si te atrevías a tocarlo te mataba.— El pelinegro iba a explotar de coraje tras velos tan íntimos, no lo quería ni cerca de él.

Obviamente era porque no soportaba a JongIn, siendo más su envidia hacia su estúpido hermano que celos por su esposo, pues no lo amaba ni le importaba más. Haber ido a ese hospital en la madrugada, dejando al verdadero amor de su vida en el hotel, sólo había sido para que su peor enemigo no ganara, como siempre.

O eso era lo que debía creer.

—Por favor, sal de mi hospital ahora, se te prohibió la entrada.— Dijo el moreno con un tono tranquilo, el estado de salud de LuHan podría empeorar gravemente si se alteraba por algún motivo, así que necesitaban ser muy precavidos con cómo se comportaban enfrente suyo.

—Tuve que llamar a mi abogado. Él me confirmó que no dejar pasar a alguien a un hospital público, es un delito, a menos de que se tuvieran pruebas sobre ser peligroso, lo cual, no tienes. Así que en cualquier momento te puedo demandar por tu gran estupidez de prohibirme ver lo que es mío.— El moreno apretó sus puños, era asqueroso que hablara de él como un objeto.

—¿Ustedes se conocen?— LuHan estaba perdido, no entendía nada de lo que estaban hablando pero necesitaban parar, no quería que se pelearan por culpa suya.

—¡Tú no te metas!— El grito de SeHun sobresaltó a ambos.

—Es la ultima vez que le hablas así enfrente mío.— JongIn en verdad quería mantenerse sereno, evitarse una pelea porque eso le causaría muchos problemas en el hospital, pero que hubiera hecho eso, le colmó la paciencia. Tomándolo de la camisa con mucha fuerza, para luego poner su mano en su cuello, estando listo para en cualquier momento ejercer presión.

—Dime lo que harás, ¿Tratar de matarme? ¿Para dejarme todo más sencillo? Porque si tú me agredes físicamente, yo mismo me encargaré de que te quiten tu título como doctor. Y eso sería terrible, tantos años de esfuerzos se irían a la basura, la única esperanza de la familia nos decepcionaría a todos, ¿No crees?

Esa escena había hecho que la máquina que media la frecuencia cardiaca de LuHan estallara en ruidos, alertando al doctor, eso no era normal.

—Tienes que irte, su corazón se está acelerando y eso es peligroso.

—No te dejaré solo con él. Nos vamos LuHan, te recuperarás en la casa.— SeHun, teniendo sus facciones tensas y sin medir sus acciones, se dirigió a LuHan, tirando la cobija al suelo para dejarlo expuesto, quitándole a la fuerza la bata de hospital y los electrodos que lo unían al monitor, manejándolo bruscamente, como si fuera un simple muñeco de trapo.

Siendo cegado por su enojo…

El estar solamente en calzoncillos hizo que el rubio temblara de frío, siendo la gota que derramara el vaso para hacer llorar a JongIn, pues ver a LuHan con esos ojos de enamorado a pesar de ser tratado con la mayor violencia le partió el corazón, no podía creer lo cruel que era con quien le amaba a pesar de ser un monstruo.

—Ni siquiera te importó saber por qué está aquí. En una hora van a llegar a darle una transfusión de sangre, porque la necesita, por eso debe seguir en el hospital. Su vida puede ser un juego para ti pero para mí no. No seas egoísta, hazme daño a mí, pero no le hagas esto a él. Si quieres que me ponga de rodillas, lo haré.

—Está bien JongIn, me iré con él, sólo me puso nervioso que estuvieran peleando, suelo ser muy dramático.— LuHan logró decir a pesar de su respiración entrecortada, comenzando a ver borroso, asustándose con lo rápido que sentía su corazón palpitar.

—No le hables.— Ordenó SeHun luego de ponerle su abrigo, no iba a gastar más tiempo buscando su ropa. Todo estaba listo para llevárselo de esa forma tan inhumana, por lo que el rubio puso su pie descalzo sobre el suelo, tratando de caminar. Lo siguiente fue entonces muy rápido. JongIn tomándolo entre brazos por haber estado a punto de caer al suelo y SeHun quedando sin palabras al notar por primera vez el vendaje en el abdomen de LuHan manchado con sangre.

—Tranquilo, respira conmigo hermoso, todo está bien.— El moreno entonces ignoró por completo a su hermano, golpearlo había pasado a un segundo término, lo único que quería era que LuHan se estabilizara.

—No puedo respirar JongIn.— Dijo LuHan asustado, buscando la mano de su esposo para recobrar fuerzas, sin embargo, éste solamente se quedó parado, viendo la situación sin ninguna expresión.

El doctor puso la mascarilla de oxígeno, respirando lentamente junto a él mientras acariciaba su pelo como forma de apoyarlo.

—¿Qué le pasa?—Dijo el pelinegro en un tono casi inaudible, acercándose a la camilla con miedo. Siendo consciente de la locura que había cometido, pudo haber muerto por su irracionalidad.

—El pánico puede hacer que le dé un ataque cardiaco, la poca sangre que tiene no es suficiente como para abastecer un corazón acelerado.— JongIn tenía a esas alturas su cara empapada en llanto, siendo poco profesional de su parte.

Cualquier enojo se disipó del cuerpo de SeHun, ahora simplemente estaba en shock, ver así a su aún esposo le quitó cualquier estabilidad mental.

JongIn al notar poco proceso tuvo que buscar un tranquilizante, preparando la inyección que tenía que aplicar inmediatamente para bajar el ritmo cardiaco.

—No, debe haber otra manera, a él le asustan las agujas.— El pelinegro a esas alturas lucía igual de alterado, caminando de lado a otro. Entrelazando sus propias manos como si fuera a rezar, siendo esa imagen la más impactante para JongIn, ¿SeHun era creyente?

—No hay otra forma, tengo que inyectarlo.

—Todo está bien LuHan, no te dolerá. Ya recé a Dios como me enseñaste, te va a dar fortaleza para salir de esto, sabe lo fuerte que eres, y te prometo que no va a ser casualidad, va a ser él.

—Te amo SeHun…

El nombrado simplemente bajó la mirada, era imposible que pudiera contestar lo mismo, sería mentirle.

—Concéntrate en mi voz, respira profundo, recuerda la canción de nuestra boda.— Susurró SeHun en su oído, buscando que se distrajera en lo que le aplicaban la inyección. El grito de LuHan por el dolor agudo de la aguja hizo que su esposo se derrumbara, JongIn tenía que parar, lo estaba lastimando mucho.

—Amo esa canción.— Murmuró LuHan, soltando una espesa lágrima, recordar esa melodía era aún más doloroso.

—Estoy aquí, no te va a pasar nada.—El pecho de LuHan comenzó a moverse con mayor lentitud, significando que su corazón comenzaba a calmarse, saliendo del peligro.

—Vas a sentirte con sueño, dormirás mientras te conecto otra vez al monitor para revisarte, ¿Ok? No más inyecciones.

—¿Él estará bien?

JongIn no le contestó, era totalmente hipócrita que su hermano estuviera llorando con tanto terror siendo él quien lo había provocado.

—Tienes que salir de aquí, no soporto verte, eres un falso, un irresponsable y un asesino. Y escúchame bien, aquí y ahora, porque es la última vez que ese te amo va acompañado de tu nombre, la próxima vez seré yo el dueño, de sus caricias y miradas, de su amor. A ver si eso no te mata a ti, idiota.

 

 


—¡LuHan, ya llegué!— Gritó SeHun por toda la casa, temblando de frío porque para colmo, era la nevada más intensa registrada en décadas.

Las vías de tránsito estaban cerradas en su totalidad por el exceso de nieve, por lo que había tenido que correr medía ciudad para encontrar abierta una farmacia a esas horas de la noche y en esas circunstancias tan extremas.

Subió rápidamente las escaleras, entrando a su habitación con el miedo de encontrar lo peor, debió haberse ido por dos horas. Las velas estaban por acabarse y aún no regresaba la luz, dándole un aspecto aún más tétrico a la situación.

—Mi amor, mi amor.— De sólo verlo, hizo que llorara como un bebé recién nacido, su debilidad era verlo enfermo, no soportaba que sufriera por dolor.

Su esposo era lo más magnífico del mundo, estaba agonizando, y aún así ahí estaba, calmándolo con una sonrisa que acababa con sus pocas fuerzas.

—¿Estás bien?— Preguntó LuHan, extendiendo sus brazos para poder tener a su esposo en ellos.

—No gastes energía en mí. ¿Por qué sonríes si estás tan grave? Eres un loco.— SeHun berreaba como niño, escondiendo su enorme puchero en el cuello contrario para encontrar refugio, acariciando su pelo bañado en sudor.

—Verte siempre será un placer guapo.

La ruidosa tos del menor hizo que se separara para poner la palma de su mano en su frente y en su abdomen, confirmando que seguía ardiendo en fiebre. Tenía que actuar inmediatamente.

—Ven mi cielo, tenemos que meterte al agua fría.

—Vomite en la cama, perdón, no lo pude evitar. Ese estúpido parásito debe odiar la comida casera que tú haces.

—Ahora lo limpio, no debes pedirme perdón de nada.— Lo sentó en la tapa del inodoro para poder empezar a desnudarlo.

—¿Es normal que aunque esté moribundo, esto me excite?— Bromeó, haciendo que SeHun dejara de llorar para soltar una risa ingenua.

El pelinegro lo tomó en brazos, cargándolo pues su esposo ya no tenía fuerzas para estar en pie.

—¿No te vas a quitar la ropa?

—No hay tiempo hermoso.— El agua helada los empapó en cosa de segundos, aferrándose al cuerpo del rubio para soportar lo helada que estaba.

—Estoy muy enfermo, cariño. Puede que tome la medicina y me haga efecto inmediatamente ó que empeore.

—No digas eso, no te va a pasar nada.

—Reza conmigo SeHun.— Murmuró, haciéndole esa propuesta descabellada.

—¿Qué? Odias todo lo relacionado con el convento. Logramos escapar, no hay nada que te ate a ese lugar, debes tratar de olvidar.

—Bueno, es que en realidad, odio a la gente que lo maneja. Ellos ni siquiera creen en la religión, sólo montaron un buen show, para sacarle dinero a gente ingenua.

—Además de tratarlos como animales encarcelados. Quitarles cualquier derecho de libertad y pensamiento propio, etcétera.

—Sí, bueno, como sea, ese no es el punto, ¿Recuerdas a mi amiga Judith?

—¿La que desapareció sin despedirse de ti? No recuerdo mucho de ella.

—Era como un misterio, siendo la persona más atea que pude conocer en mi vida, pero la única que podía saberse la Biblia entera.

—Joder, ¿Por qué haría eso?

—Ella tenía un conejo café, su única familia técnicamente, el amor de su vida. Pero como sabes, no se nos era permitido tener mascotas, por eso lo tenía que esconder y fingir ser la alumna perfecta para que no sospecharan de su gran secreto, así como yo lo hacía contigo. Todo un absurdo acto de amor.

—Rick el conejo era toda una ternura.

—¿Pero recuerdas cuando su conejo enfermó? Fue horrible porque ni siquiera se movía, o comía. Ella lloraba con el dolor más puro que pude conocer, pero obviamente no podíamos ir al veterinario porque la madre superior se lo quitaría a la fuerza. Estábamos desesperados. De repente, se puso de rodillas y empezó a rezar, estando solos, sin nadie que la estuviera presionando para fingir, lo estaba haciendo con el alma. Cuando le pregunté acerca de qué hacía, solamente me dijo que era la primera vez que rezaba realmente, que no sabía si en verdad funcionaba pero que irónicamente era la única esperanza que tenía en esos momentos. Y ¿Sabes lo que sucedió segundos después?

—Por alguna razón, entré por tu ventana luego de tres semanas de no vernos por una tonta pelea, lo guardé en mi mochila y fui al veterinario. Me dijeron que si hubiéramos esperado un minuto más, hubiera muerto.

—Era la prueba que necesitaba Judith para tener fe de vez en cuando, quizá había sido una casualidad que alimentaría su ateísmo, pero aún así agradeció todas las noches a Dios por haber mandado ese milagro. Ella no creía en nada que tuviera que ver con la religión porque había sufrido mucho, tal vez más que tú o más que yo, pero sacrificó su rencor y su incredulidad porque amaba a ese conejo. Yo quiero saber si tú, que crees que Dios te abandonó y que lo niegas tanto, serías capaz de hacer eso por mí.

—Pero no sé cómo hacerlo…

—Empieza por besarme, después sólo sigue mis palabras.

—Te amo mucho mi conejito, y vas a salir de esto, te lo prometo…

 

Notas finales:

Amigas no soy doctora, entonces no sé si lo que escribí está bien, sólo gócenlo jaja.

Manden mensaje sobre qué les parece, porque SeHun es muy cruel y no puedo lidiar con él sola jaja.

 

Love u!


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