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Secretos de Medianoche por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

PAREJAS: Harry x Draco, Severus x Sirius, Lucius x Remus y Bill x Regulus.

DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3

ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (que tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿que haces aquí? x9), m-preg (embarazo masculino), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. Están advertidos!

Como nota extra, les advierto que este fic esta ambientado en lo que sería el 6to libro, tomo casi todo lo establecido del 1-5 como canon (a excepción de la muerte innecesaria de Sirius :'V) y Regulus tampoco esta muerto, ya después explicaré como sobrevivió (y espero que no sea algo tan ambiguo como "un hechicero lo hizo" XD). Si me equivoco en continuidad o las cosas canónicas, me disculpo de antemano!

 

 

Capítulo 15

Nada más despertar, Severus frotó sus ojos ante la claridad del nuevo día y los entrecerró con dolor. No tenía ni idea de que hora, lugar y día era y curiosamente su mente estaba en paz tras un largo sueño reparador bien merecido.

Un sueño donde era nuevamente un niño de ocho años descansando sobre el suave pasto junto a Lily. Su risa clara y melodiosa inundando su canal auditivo, el sol estaba oculto y cielo estaba pintado de ese precioso gris electrizante que tanto le fascinaba. Percibió un fuerte olor a bosque pese a que estaba a cientos de kilómetros de ahí, pero era un sueño ¿Qué podía importar?. Era tan perfecto todo el panorama que no entendía porque tenía que despertar.

"Cierto, tengo cosas pendientes… Draco me necesita" se dijo procurando enfocar su visión a la realidad.

—¿Dormiste bien bella durmiente?- se crispó al escuchar esa voz grave que acariciaba las palabras arrollándolas con su encanto en casa silaba.

-Black…- torció el gesto al notar su cercanía y sus brazos rodeando su cintura impidiendo que se cayera al suelo de ese minúsculo sofá donde debía ser físicamente imposible que dos adultos pudieran caber. Su cuerpo tembló buscando alejarse de su abrumador toque.

"Es demasiado para mi" se dijo cerrando los ojos. No estaba acostumbrado a que la gente lo tocara, en especial él.

Se rehusaba a dar su brazo a torcer y cuanto le molestaba que su delicioso sueño hubiera sido inducido por él. Hacía semanas que no dormía tanto y de forma tan apacible y bostezó.

—Si quieres dar las gracias ahora es el momento, Sevy- sonrió y el pocionista apretó sus labios por el diminuto de su nombre. ¿Por qué esas confianzas? Cuestionó una voz en su cabeza mosqueándolo. Esas libertades que se tomaba. Necesitaba un café bien cargado para poder hacer más amena la mañana –estoy esperando- Sus ojos grises centellaron y tuvo que utilizar ambas manos para separar su fuerte torso del suyo.

"Esa bendita mirada... esa estúpida mirada es un maldito problema…" se dijo avergonzado. Estaba seguro que esa expresión era la razón por la que consiguió que todas las chicas del colegio que quiso ¿quien en su sano juicio podría resistirla? y suspiró aclarando su garganta.

—Tienes razón Black. Te lo debo. De no ser por ti seguiría de muy mal humor, sin esperanza y con mucho dolor de cabeza. Así que te estoy agradecido...- Sirius pareció sorprendido por su súbita sinceridad pero enseguida sonrió complacido consigo mismo.

—¿Que te puedo decir? Una noche conmigo te cambia la vida- bailoteó sus cejas juguetón recargándose sobre su codo cuando finalmente Severus se desembarazó de su agarre.

—Deberías permanecer como perro más seguido… así eres más agradable- dijo desviando la mirada avergonzado alisando su túnica llena de arrugas.

—No es la primera vez que me lo dicen- rió con nostalgia –no tengo problema con estar desnudo, en cuatro patas o con cola, pero se lo que son las pulgas y créeme preferiría volver a internarme en Azkaban a volver a pasar por eso- mostró sus dientes.

—Como sea… fue terapéutico... como estar en un hospital…- abrió aún más sus ojos sorprendido ¿Por qué no se le había ocurrido antes? -¡Eso es!- el de ojos como la tormenta arqueó una ceja -¡Es es la respuesta! ¿Qué no lo ves?-

—Claro, claro. Es más que obvio. Solo sería más sencillo para ambos si tú lo dices primero, ya sabes, para no perder la costumbre- chasqueó la lengua. El pocionista puso los ojos en blanco.

—En los laboratorios de muchos hospitales como San Mungo, Santa Rita y El Caelum; los investigadores, sanadores y algunos pocionistas utilizan un dummy que es una réplica del afectado ya que es ilegal utilizar elfos domésticos. Descarté esa idea de primera instancia porque no quise pedirle uno a Narcisa. Es sorprendente la cantidad de trabas que ponen para adquirir uno, además levantaría sospechas y eso sin considerar los costosos que son…-

—Estoy seguro que el punto ya casi llega pero sigues yéndote por las ramas-

—Deja de interrumpir, pulgoso- eso lo dijo sin malicia y Sirius lo intuyó ya que le hizo un ademán para que prosiguiera –creo que tengo un plan para crear uno yo mismo, con mi conocimiento dudo que sea difícil ¿Por qué no lo pensé antes?-

—Porque estabas de amargoso, ocupado odiando todo y a todos, en especial a mí por no hacer nada-

—No es que realmente crea que no haces nada… sé que eres útil. Tal vez eres un inepto en pociones pero para lo demás, no hay nadie más calificado…- tuvo que darse la vuelta para que no notara su vergüenza por volver a mostrar su sinceridad.

"Realmente necesito un café…" se dijo abalanzándose a la alacena moviendo su varita con rapidez para prepararse uno.

—¿Ahí viene ya el cumplido?-

—Ese fue. Confórmate. Si no es suficiente, te quedarás esperando ya que no diré nada más, tengo cosas que hacer- cuando el líquido amargo y caliente y su aromática presencia cruzó tanto su garganta como sus fosas nasales lo llenó por completo, finalmente estaba en sus cabales -Hasta que hiciste algo bien Black-

—Querrás decir: hasta que te diste cuenta de mi valiosa persona, primor- le arrebató la taza y le dio un sorbo haciendo una mueca por su amargura.

—Tal vez…-

Parecía un crió con esa expresión sacando la lengua que no pudo evitar reír. Nunca hubiera pensado que pudieran tener una conversación tranquila como aquella, pero ver para creer. Incluso podía decir que se sentía…

—Que linda escena-

—¡Narcisa!- chilló Severus con los colores en el rostro y más cuando la rubia se colocó entre ellos y pasó sus brazos sobre sus hombros.

—¡No saben el gusto que me da que finalmente hayan hecho las paces!- Narcisa sonrió de oreja a oreja rompiendo el momento –les prometo que guardaré para la prosperidad la foto de ustedes dos durmiendo como amigos en el sofá. Se veían tan lindos abrazados y acurrucándose el uno con el otro-

—Es la primera vez que me entero que tienes gusto de espiar a la gente mientras duerme, que picara resultaste, Cisa- la rubia soltó una risilla culpable –Vamos, deja verla. Apuesto que nos vemos guay, ¿no crees, Snape?- le dio un codazo al pocionista que estaba a punto de echar humo por sus orejas.

—¡Cállate Black!-


Remus al terminar de garabatear su carta a Dumbledore, la mandó con una lechuza que no le dio mucha confianza, pero en la adversidad y en el rincón más apartado del mundo no podía ponerse quisquilloso. "Al menos el mensaje está codificado" se dijo suspirando.

Lucius presentaba mejorías y al parecer los miembros de la tribu licana no era tan hostil como si primer encuentro.

Resultaba que el hombre con el que habló la noche que llegó (si es que se le puede llamar como tal), se llamaba Regan y le contó lo básico que debía de saber sobre la edad de la tribu, sus costumbres y todos los integrantes. Eran bastante tradicionalistas cazando y cultivando solo lo que consumirían o usarían para su ropa y vivienda; pese a ser magos, casi ninguno tenía mas que el conocimiento básico del uso de una varita ya que preferían utilizar sus manos como si de muggles se tratara. "Que extraño" era lo que seguía repitiéndose en su mente.

Según le contó Regan, los demás hombres lobo lo consideraban un hombre pequeño pero temerario que no le temía a la muerte, que estaba tan desequilibrado y probablemente chalado, que nadie con dos dedos de frente se enfrentaría a un hombre así. Le resultaba gracioso lo que pensaban de él. Mejor para él y su misión.

—¡Auch, es duele!- chilló el rubio cuando le retiró su último vendaje. Estaba cicatrizando adecuadamente y no se había infectado como temía, ya era ganancia - ¡dije que duele!— volvió a vociferar.

—Te escuché la primera vez, Malfoy. Deja de lloriquear como una niña y deja de moverte -

—¿No puedes ser más gentil? -

—Podría serlo si el paciente fuera alguien menos problemático y más dócil, pero como eres tú, lo dudo mucho-el rubio hizo un mohín y apretó su mandíbula cuando le aplicó su rustico ungüento de murtlap. No tenía la mejor presentación apestaba, pero seguía sirviendo igual que cualquiera que uno compraría en una botica.

Remus siempre se consideró de naturaleza templada y pacífica, jamás se metía con nadie y esperaba siempre que fuera recíproco, sin embargo ese rubio narcisista y egoísta era la única persona en el mundo a la que nunca toleraría y su ánimo no mejoraba al tener que tratarlo como paciente.

Cuanto le hubiese gustado no volver a estar en frente de él en esa vida. Tantos recuerdos que no podía olvidar sin importar cuanto tratara; dolor, rencor, furia era lo único que restaba. Era horrible estar en su piel y verlo frente a frente.

"Y luego está eso..." se dijo con sorna. Estaba claro que Lucius había sido contaminado y ahora sería un hombre lobo la siguiente luna llena. Qué ironía sería para él y toda su estirpe fascinada por la sangre pura. "supongo que si Abraxas Malfoy estuviese vivo, se vuelve a morir al enterarse" esbozo una torcida sonrisa "no cabe duda que las malas decisiones se pagan en esta vida..."

Estaba sensible por la poción mata lobos alterada con belladona que debía seguir tomando por su propia seguridad pero también, podía notar algo que no estaba bien consigo mismo ni con Lucius. Que era? Olía tan bien que...

—¿Porque me rescataste?- ¿acaso notó ilusión? ¿Curiosidad? ¿Interés? En su voz. No supo discernir cuál de las tres, y contestó con sequedad.

—Porque era mi trabajo-

—¿Que acaso tú querido Dumbledore te lo pido? Típico de ti...-

—Mucho cuidado Malfoy que no estoy aquí en calidad de nada más que tu guardián y la persona a la que le debes la vida. Así que guárdate tus quejas y recelos sobre Dumbledore porque prometí que te llevaría de regreso al castillo, pero nunca asegure que sería en una pieza -

—Así que esas tenemos...-

—No puede ser de otra forma. Lo que fuimos... - se interrumpió mordiendo su lengua. ¿Porque estaba recordando aquel desliz y sacándolo a colación? –ambos tomamos decisiones y tomamos el camino que creímos mejor nos convenía. Así que hazte un favor y no me provoques- Lucius desvío la mirada mordiendo su labio como cuando estaba apunto de decir una tontería y lo sabía.

Se llevó la mano al cuello y delineó la marca con temor. Remus comprendía lo que le estaba pensando. Aunque su propia transición fue cuando el apenas tenía la inocente edad de 4 años, aun recordaba lo tormentosa que fue.

—Me siento extraño -

—Es normal la primera vez, pero es porque ya casi es luna llena. Deberás estar preparado mentalmente porque si ahora te sientes raro, se pondrá peor en los siguientes días... –


Ningún chico de sus posibles sospechosos podía ser. Los tenía perfectamente identificados y con su perfil en orden. Todos estaban limpios.

"Espero que el jefe lo acepte" se dijo al no saber cómo reaccionaría el pelo negro tan volátil como el viento. Podría recibirlo enojado por su falta de evidencia, burlón por su "poco" empeño o más caliente que el desierto. Esperaba que fuera lo último porque su entrepierna deseaba poder tenerlo de todas las manera posibles.

—Me esto volviendo un completo pervertido- se dijo sacando un libro de su estante y comenzó a hojearlo. Era extraño su forma de actuar y lo poco que le importaba que tan lejos estaba llegando pues jamás había tenido tanto sexo en su vida como esos dos meses; glorioso, estrambótico y delicioso sexo sin pudor ni remordimiento, sin barreras o impedimentos.

¿Eran amantes? Claro que no. Al aparecer la sola idea para Regulus le ponía los pelos de punta. "Folla-amigos" es lo que hubieran dicho sus amigos. Un terreno inexplorado para Bill y sus innumerables relaciones fallidas, pero le fascinaba.

Eran libres, no tenía etiqueta aquello que compartían y lo mejor de todo es que ese hermoso hombre le dejaba abrazarlo todo el tiempo que quisiera por las noches. Lo cual era ganancia ya que más de una vez le habían dicho cuando pesado y pegostioso era al dormir.

—Aquí esta- se dijo encontrando lo que era el capítulo más corto que hubiese leído de un libro de consulta y frunció el ceño.

La maldición de la casa de dulce estaba tan poco estudiada que en el capítulo solo abarcaba unas 500 palabras siendo la nota final lo que lo dejó intrigado. "Se emplea en víctimas de amenaza inferi. El afectado deberá ingerir su peso en cualquier suplemento con base en sacarosa, glucosa, o cualquier otro oligosacárido. Use con precaución y bajo su propio riesgo" eso no era alentador.

"¿Qué rayos fue lo que te pasó?" Se preguntó deseando que el mayor se abriera con él de alguna forma. Por todos los cielos que eran compañeros. ¿No le debía un poco de honestidad? Negó con la cabeza regresando el libro a su lugar y tomando los trabajos de sus alumnos de 3er año volvió sus pasos a su aposento.

Era viernes por la tarde y por la nota que Regulus le dejó la semana anterior, no regresaría hasta el domingo "¿Qué rayos es lo que hará?" se dijo "Si tan solo me dijera podría ayudarle, vamos somos camaradas… o algo así"

—Hey. Es toque de queda, chico. Debes volver a tu habitación- exclamó a un joven que traía una capucha y estaba recargado de un pilar mirando un pedazo de pergamino en su mano. No dijo nada levantando sus sospechas por los aires -¿te encuentras bien? — quiso acercarse, pero el joven se echó a correr.

"Mierda" gruñó por lo bajo dejando caer sus cosas y comenzó a perseguirlo. ¿Estaba siendo paranoico? Pero si era así ¿Por qué no se detenía?

—Detente! — un hechizo pasó volando a medio centímetro de su cuello y respingó molesto. ¿Era enserio que estaba en persecución con un alumno desconocido?

Derrapó y con habilidad se detuvo con su diestra mientras sostenía con la otra un escudo ante el par de hechizos que le lanzaba. Cuanto agradecía que no hubiera alumnos traviesos saltándose el toque de queda como en su generación.

—¿Qué mierda estás haciendo Bill? - cuestionó Regulus con la apariencia de Snape viéndolo pasar. "Milagro que regresó antes de tiempo" se dijo.

—¡Esta huyendo!— lo vio torcer los ojos a lo lejos y como corría en sentido contrario. ¿A dónde iba? A cada hechizo que le lanzaba para frenarlo, el desconocido lo repelía con facilidad. Era imposible que fuera un simple alumno.

"Así que de esto estaba hablando sobre que tarde o temprano vendrían por Malfoy…"

No daba señal de disminuir el paso y Bill lamento haber dejado de ejercitarse como lo hacía cuando estaba en Egipto. "Pero bien que he estado ejercitando otras cosas" se dijo avergonzado por su alto libido.

Afuera en el exterior llovía a cantaros, el viento silbaba gélido y violento como si fuese a desprender las copas de los arboles como si de tratasen de dientes de león. El lodo ya se había comenzado a formar y salpicaba su piel, ropa y zapatos sin piedad.

—Tienes que estar bromeando…- murmuró entrecerrando los ojos con forme corría en dirección al corazón del bosque prohibido. No se daría por vencido. "Oh, seguro Regulus me mata" musitó su mente esquivando las ramas bajas que laceraban su piel expuesta de los brazos.

—Detente de una vez! Somos 2 contra uno. No tienes escapatoria- amenazó Regulus con su posición de combate. ¿Cómo había llegado tan rápido? El chico de la capucha lanzó un diffindo que al instante Bill repelió y Regulus lanzó un incarcerous que con gran destreza el chico destrozó. ¿Quién era? No alcanzaba a verlo bien por la oscuridad y las gotas gruesas que caían del cielo.

Con una bombarda los distrajo y siguió corriendo. ¿Había un puente en medio del bosque? No recordaba esa nota, pero algo le impedía procesarlo con claridad y no se pudo mover de su lugar como si sus pies se hubiesen pegado al suelo cubierto de barro.

—¡Levanta Bill, no podemos dejar que se escape!- gritó con fuerza. Pero Bill estaba analizando el lugar. No era la primera vez que hacía una incursión al bosque, hacía años de eso, pero dudaba que hubiera tenido un cambio tan drástico como un puente, con criaturas como hipogrifos o centauros deambulando sin control.

—¡Espera!- Corrió detrás de Regulus cuando notó como vibró la ilusión. Era una trampa.

Justo a tiempo alcanzó a tomar su mano delgada antes de que cayera en lo que parecía un barranco.

—Maldición!- exclamó tirando de él para ayudarle a subir. Era liviano, pero apenas notaba que estaba lastimado de su brazo y su rostro, que apretando sus labios aguantando el dolor, lo subió con su entera fuerza de voluntad.

—¡Rayos! No puedo creer que un crío nos pateara el trasero- vociferó Regulus respirando con dificultad. Hacía demasiado frío que la lluvia no ayudaba ni un poco; su propio cuerpo tiritaba y apneas caía en cuenta –de no ser por este estúpido clima hubiera visto la maldita trampa…-

—Regresemos al castillo. Tiene que regresar tarde o temprano…-

—Dudo que lo haga pronto al haberle perseguido. Ya sabe quienes somos y ese pequeño gusano se andará mas precavido. ¡Mierda!- gruñó echando para atrás su cabello mojado.

—A Dumbledore no le gustara esto…-

—Ni creas que dejaré que se entere. Ademas debe de estar de buen humor porque finalmente conseguí lo que me pidió…- dijo dando una bocanada de aire que enseguida expulsó formando una esfera de vaho –estas lastimado…- sus manos frías se dirigieron a su rostro con una expresión compungida. Jamás lo había visto así que no pudo evitar dejar que su rostro se recargara en su frialdad. Se sentía bien.

—No es nada. Seguro el rufián me lanzó uno de esos hechizos hinchadores o me rasgué con hiedra venenosa, ya se quitará- se alzó de hombros -¿Qué fue lo que te pidió que le consiguieras a Dumbledore?-

—No es de importancia. Será mejor regresar-

—¿Por qué siempre rehúyes cuando te pregunto? Maldición somos un equipo, deberías tener confianza, pero no. Nunca dices nada y te llenas de tareas que desconozco, faltas a clases, me dejas colgado en las reuniones; siempre haces las cosas y me dejas en la oscuridad… ¡Por eso vamos abajo en el marcador! ¡Las cosas entre nosotros deben cambiar para atrapar a ese bastardo, desde ya!-

—Wow, nunca te había visto así de furioso y creo que esa actitud de jefe me excita un poco- sonrió divertido.

—¿Es enserio? ¿Esa es tu respuesta?-

—Mira dulzura ¿hoy fallamos? Claro que sí y garrafalmente, pero estas viendo el vaso del ángulo incorrecto. Finalmente sabremos a que atenernos y a que nos enfrentamos. La próxima vez estaremos listos- dijo acariciando su mejilla herida –y tienes razón. Hay cosas que no te he dicho que deberías saber… me salvaste sin dudarlo dejando ir al malo, tonto Gryffindor...-

—Claro que lo hice, somos un equipo, para bien o para mal ¿recuerdas?-

—Cierto- sonrió sintiendo como la lluvia comenzaba a menguar y por breves instantes vio sus ojos amatista centellar con determinación en esa media luz –vamos de regreso, tengo que curarte esa cosa-

 

Notas finales:

Es todo por el momento!~


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