Capítulo 18
Sirius releyó la carta que le acababa de llegar de Harry y seguía sin poder dar crédito a lo que leía. Bien conocía la inteligencia de Hermione Granger y la sagacidad de su ahijado, pero estaba contando con que Dumbledore se los dejaría más difícil.
-Santos calzones de Merlín, ya lo descubrió... - murmuró paseándose de un lado a otro sopesando que era lo que le correspondía contestar. "¿Qué estará tramando ese viejito?" se preguntó notando como impaciente, Hedwig emprendió el vuelo al ver su poca cooperación para contestar.
Sería tan fácil ayudarle a resolver el enigma "Draco Malfoy" saltando pasos y dándole un atajo, pero no lo tenía permitido. Maldijo por lo bajo las malditas reglas y lo duro que era seguirlas al pie de la letra.
No es que tuviera miedo el que le fueran a decir, eso era lo de menos, pero defraudar a aquellos que le dieron una segunda oportunidad para vivir era algo que no podía hacer.
-Lo siento cachorro, estas por tu cuenta en esta. Sé que eres lo suficientemente listo para descifrarlo tú solo- asintió pensando que era lo mejor y garrapateó un par de líneas mandándole saludos a la cuadrilla y muy buena suerte ¿Qué más podía decirle sin exponer la operación secreta? La discreción no era su punto fuerte y como deseó que Remus estuviera ahí para ayudarle.
-¿Ya te vas Cissa? No olvides tu almuerzo, que galletas de chocolate y nuez no es una comida para los pajaritos- amenazó alzando con su varita el almuerzo que le preparó temprano en la mañana.
-Ay Siri, te comportas como una madre- rió divertida cubriendo su boca con una mano y tomando con la otra el paquete envuelto en una bolsa de papel -No la mía claro, ya que ella solía decir que lo ideal era solo hacer una comida al día porque a nadie le gustan las chicas feas y gordas y yo ya era una de esas dos. ¿A que era una dama encantadora?—
—No tanto como la mía. "Quítate de ahí Sirius o te doy un bastonazo ¿no vez que tu sombra está tapando el trofeo de encantamientos de tu perfecto hermano Regulus?- hizo lo mejor que pudo para imitar la aguda voz de su sacrosanta madre Walburga Black y como era de esperarse, dicha interpretación consiguió la risa de su espectadora -Si no haces algo útil al menos no estorbes; de saber que serías así de desobediente mejor ni te hubiera parido- Narcisa torció el gesto.
-Vale. Tú ganas. Creo que el apellido Black viene con una incesante búsqueda de estándares casi imposibles de cumplir y con un mal genio con los hijos que no salen como los planearon- sonrió débilmente -bueno, terminando con las risas del día de hoy es hora de irme, muchas gracias por el almuerzo. Solo me faltan 46 ingredientes por encontrar y el deber llama- se despidió con cordialidad poniendo sobre sus pálidos hombros su capa de viaje.
-No tienes que ir a ningún lado, Narcisa- exclamó Severus abriendo la puerta del improvisado laboratorio de pociones. Lucía aun cansado, pero con un cierto brillo en los ojos que tal como podía inferir Sirius, solo aparecía cuando realizaba sus experimentos con éxito.
-Hasta que nos honras con tu presencia Sev ¿Será que va a llover?- el pocionista frunció el ceño desganado al ver como subía la mirada y extendía sus palmas al aire de modo dramático.
-Ahora no, Black-
-¿A qué te refieres Severus?- preguntó interesada la dama.
-A que no creo que sea necesario que consigas los ingredientes restantes. Si acaso estaría bien que recogieras los pedidos que ya hiciste para que no sea un gasto innecesario de dinero y esfuerzo, pero de ahí afuera, creo que estamos completos. Acabo de concluir con el dummy y está en perfecto estado, pese a que lo hice con lo que tenía a la mano; tiene una buena calidad y funcionalidad- asintió orgulloso de su trabajo –también está en incubación la pócima que imita la condición en la que se encuentra Draco y tengo en cocción 4 muestras, las cuales una vez que estén listas podremos pasar a la fase de prueba para contrarrestar los efectos-
Sirius no entendió la mitad de lo que había dicho, pero por el cambio de semblante de la rubia, supo que eran algo bueno.
-¡Eso es maravilloso, querido amigo!- apretó su mano con emoción manando de sus ojos azules –¡mi bebe está más cerca de ser curado! !Sabía que si alguien podía hacerlo, eras tu!-
-Bien hecho Sev, jamás dudé de ti ¡Oh gran maestro de pociones! ¡Hay que celebrarlo!- los abrazó a ambos y pudo sentir como el pocionista se removía inquieto.
-Claro que no, Black; aún es prematuro festejar. Faltan más análisis y pruebas por hacer. Necesito correr más ensayos y voy a necesitar su ayuda porque no terminaré a tiempo si sigo haciéndolo yo solo...-
-¡Vamos no seas quejumbroso y aguafiestas, Quejicus! ¡Es la mejor noticia que tenemos como equipo en semanas! y ya que vamos por buen camino es justo que celebremos ¿Tu que dices Cisa?-
-Opino lo mismo que Sirius. No nos vendría mal un pequeño respiro antes de continuar. Finalmente tenemos una pista de que es lo que sigue por hacer; estamos ya a medio camino de la meta y estoy segura que esto que falta es nada en comparación al inicio cuando estábamos caminando en las sombras-
Al ser dos contra uno, Severus accedió a regañadientes. No consideraba que era tiempo para celebración ni bombo y platillos, y podía ver a kilómetros su descontento, pero no quería argumentar en contra para no armar una diputa sin sentido; no tenía energía suficiente para eso y Sirius lo agradeció con una sonrisa, pasandole el brazo sobre los hombros.
Comieron buena comida que preparó la solicita elfina de Narcisa y como detestaba los silencios largos y prolongados, Sirius rompió el silencio pensando "Por Circe que esta es la celebración mas aguada que he tenido"
-Así que Cisa, cuenta. ¿Porque aun no te has divorciado de Lucius "la salchicha maravilla"? Ya que, citando tus palabras, "no lo amas" ¿están profundamente comprometidos el uno con el otro?-
-¡Black!¿Porque de cada cinco frases que dices, una es una tontería que no te incumbe?- exclamó molesto fulminándolo con la mirada, pero al de la sonrisa lobuna no podía serle menos intramuscular.
-Vamos Sevy que estamos entre amigos. Ademas a Cissy no le molesta-
-No, no me molesta la pregunta- sonrió limpiando su boca con una servilleta con la mejor de las etiquetas -Es solo... algo más complicado que eso...-
-¿Porque? ¿Es bueno en la cama que es tan imposible dejarlo?- bailoteó las cejas mientras Severus gruñí algo inteligible con las mejillas encendidas.
Narcisa jugueteó con su copa de agua, pensando que decir.
-No es tan malo en esos menesteres- hizo una pausa soltando una risa al ver que el pocionista se ponía de diversos colores -pero no es por eso que sigo con él. Es mi amigo y mi compañero de vida. Desde antes que naciéramos ya estábamos comprometidos y por respeto a nuestras familias y a Draco, aun seguimos juntos-
-Ya.. Esa es una muy fuerte razón...-
-Siri, yo no soy una persona muy romántica que digamos. Al menos no como tu, que a pesar que saliste con la mitad de las chicas de la escuela, tu si amaste a cada una de esas personas ¿o me equivoco?- Sirius asintió sin una pizca de vergüenza. Era un completo enamorado del amor libre y fugaz que cuando finalmente lo tenía en las manos siempre se le escapaba volando -yo no necesito el amor carnal o la pasión. Soy feliz sabiendo que mi familia esta bien tanto física como económicamente y que mi hijo podrá tener un futuro el cual puede llamar suyo. Soy una persona simple en ese sentido- esbozó una pequeña sonrisa.
-A mi se me hace que no has tenido un buen orgasmo o una buena polla- el pocionista escupió el agua que estaba tomando.
-¿Un buen orgasmo? Brillante tópico de conversación Black. Sutil- ironizó pidiéndole a la elfina que se llevara su servicio.
-Se podría decir que si, pero no es algo que a lo que le de mucha importancia -se alzó de hombros -¿Y tu Sirius? ¿Has tenido alguno de los dos?-
-De lo primero; cientos. De lo segundo la verdad no ¿alguien que me recomiendes?- agitó sus cejas coqueto.
-Suficiente del tema o vomitaré...- musitó Severus dando el tema por zanjado.
-No te enojes amigo mío, solo era un cotilleo inofensivo- se disculpó con dulzura la rubia -iré a lavarme un poco porque hacia tiempo que no me divertía tanto una comida- se levantó de su asiento con un ceremonioso movimiento -si me disculpan. Por favor no se vayan a pelear en mi ausencia ¿de acuerdo?-
-¿Pelearnos? pero si somos los mejores amigos, chica. Me ofendes- fingió que se le partía el corazón por la desconfianza y rió un poco al escuchar las protestas de Snape.
-Hum- bufó caminando hacia el sofá. Parecía que de un momento su paciencia se terminaría y seguía pareciendole muy divertido.
Sin saber exactamente el porque, decidió sacar de su compartimiento secreto su única botella de aguardiente de hierbabuena que sirvió al instante en tres copas improvisadas. Súbitamente estaba sediento.
Inhaló con fuerza cerrando los ojos. Ese era el aroma de la nostalgia.
-Es tan típico de ti sacar a relucir esos temas...-
-Es parte de mi carisma, primor-
-No creí que fueras como los viejitos que les gusta eso- arrugó la nariz el de ojos ónix examinando con desconfianza el líquido verdusco, dándole un pequeño sorbo.
-Llámame anticuado si quieres, pero adoro su sabor. Me trae buenos recuerdos, es lo que tomábamos cuando estábamos en la escuela- sonrió con tristeza.
Cuanto extrañaría esos momentos de juventud y rebeldía junto a James y Remus, cuan dichoso era en la simplicidad de beber entre amigos, contando anécdotas sin sentido, solo disfrutando el rato de estar juntos; instantes que ya jamás se repetirían.
-Ademas es divertido pronunciarlo "aguardiente"parece como si te raspara un poco el paladar al decirlo- rió divertido, dándole un codazo amistoso.
Le agradaba ya no estar entre gritos y disgustos (tan seguido) con Severus Snape, es más, le simpatizaba su compañía. No era tan mala persona como siempre lo imaginó, lúgubre, mórbido y sombrío. Tal vez algo triste y serio, pero no era desagradable.
Aun dormían juntos de vez en cuando se transformaba en hocicos y podía comprobar que el pocionista si era una persona con sentimientos ya que solía abrazar su forma peluda toda la noche. Además, era una mejora para su espalda ya que dormir en el suelo la mayor tarde del tiempo era algo que le molestaba por la gran similitud con el suelo frío de Azkaban.
-Oye, deberías ir más despacio amigo, que aunque no lo parece, pega fuerte-
"Parece un crío que jamás ha probado bebidas alcohólicas" se dijo ahogando una carcajada al ver la mueca que hacia al tomar la mitad de su copa y como su cabeza se balanceaba levemente de un lado a otro.
-Creo que ya es suficiente del elixir de la vida por una semana para ti...- murmuró retirándole la copa de las manos que parecía que de un momento a otro la soltaría.
Sus mejillas estaban enrojecidas y sus ojos oscuros miraban con una peculiar atención. Se inclinó sobre su pecho, lo cual obligó a Sirius a hacerse para atrás en el estrecho sillón.
-Tienes unos hermosos ojos, Sirius... grises como una tarde de tormenta... me gustan...- no supo porque, tal vez la manera en la que pronunció su nombre totalmente intoxicado, o aquella sonrisa traviesa que apareció por breves segundos en su rostro, pero algo hubo ahí que logró estremecerlo.
El pocionista sin decir nada más, cayó rendido sobre su pecho, roncando suavemente. Sirius se quedó tieso.
-¡Debiste de dejar de servirle, Sirius! Severus no tolera bien el alcohol- exclamó la rubia dándole unas palmaditas en las mejillas de su amigo, quien ya estaba muy alejado en el mundo de los sueños.
-¿Yo? Pero si él solo se tomó medio vaso- la rubia ladeó la cabeza avergonzada -¿Quién diría que Snape sería un estuche de monerías?-
-Y eso que aun no lo conoces bien del todo-
Harry estaba alerta.
Si antes su mente se encontraba agitada, ahora era un torbellino de ideas que no podían estarse tranquilas.
Lynci seguía siendo un enigma que no encajaba y luego con lo que le dijo Hermione en el desayuno ya no sabía que pensar. Debió mantener la distancia después de eso, pero ahí va y la salva cuando se encontraba en problemas. ¿Qué había de mal con él?
"Maldito sentido de honor y justicia. Con razón se burlan ella y su hermano llamándome San Potter..." se dijo pensando cada vez más convencido que estaba justo en la casa que merecía. "Y ya ni hablar del absurdo enamoramiento adolescente que tengo" se dijo molesto por sus sentimientos que ni pies ni cabeza tenían.
"Y luego está eso…" se dijo recordando el breve beso en sus labios y el calor se esparcía.
Tiró de sus cabellos furioso consigo mismo. No era tiempo para pensar en eso y lo sabía. Tobby flotó a su alrededor y lo miró cansino. Había tantas cosas más importantes como su entrenamiento, el espía, la presencia de Malfoy en el castillo. ¿Qué estará tramando? y peor aun¿ ¿estaba conectado?
Tenía que averiguarlo y Harry supo que lo haría esa noche.
Aunque estuvo tentado en decirle a Hermione, prefirió no hacerlo con lo tensa que estaba, además la capa de invisibilidad apenas y lo cubría enteramente.
"Sería perturbador ver solo dos pares de pies deambulando por ahí" se dijo pensando que era lo correcto.
Malfoy se encontraba en el mismo lugar que la primera noche que lo vio en el mapa y estaba seguro que algo debía estar tramando ya que ¿porque otro motivo estaría en la escuela?
Los pasillos en Hogwarts cuando el día llegaba a su fin eran muy tranquilos y silenciosos. Apenas se apreciaban los sonidos de bosque o el canto de los grillos y el chisporroteo de las velas flotantes era un murmullo que moría lento y suave.
Sus pies no hacían ruido lo cual era una ventaja a su favor.
Hermione se encontraba vigilando en el primer piso junto con Ron, así que tuvo que pasar lo más tranquilo que pudo para no levantar sospechas. Tal vez ninguno de los dos tenía la habilidad de verlo gracias a su capa, pero el oído de Hermione era agudo y Ron cuando se lo proponía era muy perceptivo.
Pudo respirar tranquilo cuando llegó al segundo piso sin demoras y de ahí al siguiente. El momento no podía ser mejor que se sentía en racha.
En la noche que comenzaba, algo peculiar rompió el silencio del tercer piso, que por breves instantes le hizo bajar la guardia. La voz era queda, pero tan clara y armoniosa que casi le hizo olvidar lo que esta a haciendo ahí.
As an sliogán
Amhrán na Farraige
Suaimhneach nó ciúin
Ag cuardú go damanta Mo ghrá...
-Lynci? - preguntó entre dientes observando a la joven rubia recargada en una columna mirando al enorme ventanal con aire ausente y seguía cantando.
Regreso a ver el mapa incrédulo.
"No puede ser" musito observado a la hermosa chica y nuevamente el mapa que resaltaba en la misma dirección con letras claras "Draco Malfoy".
"No, no, no, no..." ¿Que clase de absurda broma era aquella?
Escuchó un maullido y observó como Croockshanks con un pesado trote se trepó al regazo de la chica y se ovilló orgulloso.
-Hola pelusa...- exclamó la chica acariciandolo con lentitud como viejos amigos.
El sonido de un grave repiqueteo de campanadas anunciando las 8, quebró nuevamente el silencio y un tenue haz de luz recorrió a la chica. Su cabello se encogió hasta la base de su nuca, su silueta se hizo un poco más gruesa, alta y marcada, mientras que su mentón se afiló.
-¡Así que eras tú! - había sido engañado y no podía evitar mostrar su descontento a pesar de que en un principio planeó que su excursión al tercer piso fuera de mera investigación, pero ya era tarde y había dado muestra de la posición de su escondite.
Crookshanks siseó erizando su pelaje naranja y Malfoy puso los ojos de plato poniéndose de pie al instante.
-¿Potter? — Más que una pregunta era una señal de pánico que incrementaba en su expresión con creciente rapidez -¿Que estás haciendo aquí?—
Harry estaba ofendido, indignado y tal vez exageraba, pero en ese preciso momento no lo sentía como tal; quería respuestas y no pararía su diatriba hasta que se las dieran.
—¿Qué es lo que yo hago aquí? ¿Tu qué haces aquí fingiendo ser alguien más, eh? ¿Una chica? ¡Que gran burla! ¿Que planeabas obtener al engañar a todos? ¡Yo confiaba en ti y casi haces que yo… maldita sea! ¡Soy un tonto!- todo su cuerpo temblaba y no podía discernir que emoción era la que dominaba en su turbulenta mente.
-¿Crees que es idea mía, Potter? — Soltó con molestia y una fuerte ironía –¡Claro, es una brillante idea ser una chica delante de toda esta maldita escuela que se divide entre desear meterme el pene o hundirme en el lago negro! ¡Usar una maldita falda y no poder hacer magia! !Acabas de descubriste mi malévolo plan con tu brillante sagacidad!-
-¡Eres un…!-
-Buenas noches caballeros- una voz afable habló y ambos sincrónicamente regresaron a ver de dónde provenía la interrupción.
-¿Profesor Dumbledore?- su respiración temblaba y Harry dio un paso atrás, pero el director ni se movió, solo se limitó a sonreír enigmáticamente.
-Antes de que digan algo irremediable ¿Les molestaría acompañarme un momento?-