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Secretos de Medianoche por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

PAREJAS: Harry x Draco, Severus x Sirius, Lucius x Remus y Bill x Regulus.


DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3


ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (que tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿que haces aquí? x9), m-preg (embarazo masculino), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. Están advertidos!


Como nota extra, les advierto que este fic esta ambientado en lo que sería el 6to libro, tomo casi todo lo establecido del 1-5 como canon (a excepción de la muerte innecesaria de Sirius :'V) y Regulus tampoco esta muerto, ya después explicaré como sobrevivió (y espero que no sea algo tan ambiguo como "un hechicero lo hizo" XD). Si me equivoco en continuidad o las cosas canónicas, me disculpo de antemano!


 

 

Capítulo 24

El sonido de las escobas pasar volando a gran velocidad hacia la esquina contraria con el control de la quaffle, el césped recién cortado esparciendo su dulce aroma y la calidez de la tarde entibiando su piel de esa forma agradable, siempre conseguía que las yemas de sus dedos hormiguearan en ese delicado éxtasis.

Era un simple entrenamiento preliminar para el partido del día siguiente, pero el equipo estaba dando lo mejor de sí, que dudaba que estuvieran en mejor forma. No era Slytherin, pero hasta él podía apreciar la buena deportividad. Pases claros, buena defensa y una estrategia ofensiva impecable. Claro que no lo diría en voz alta porque no estaba demente; eso y aquello eran dos cosas totalmente distintas.

Apretó su falda con ambos puños sin que sus ojos se perdieran ni un instante de lo que ocurría. No sabía si todas las sensaciones se debían al idílico instante o, tal vez algo o alguien era el responsable de aquellas peculiares sensaciones. Era confuso.

Unos ojos verdes, tan claros como brillantes esmeraldas le miraron por una fracción de segundo y el capitán del equipo le sonrió antes de volver concentrarse en el campo de juego y desaparecer volando entre las capas ondeantes de las cazadoras. Su cuerpo al instante tembló.

"¿Qué rayos me sucede?" se dijo sin poder apartar sus ojos de los de Potter "¿Por qué pienso que Potter se ve genial? Seguro estoy enfermo" se dijo clavando la mirada en el suelo.

—¡Oye Draco! ¡Draco!-

—¿Qué quieres Vincent? Deja de gritar. ¿Qué no ves que estoy a tu lado?- cuestionó fulminándolo con la mirada -por Merlín...-

—Es que te he estado llamando por media hora y no me haces caso. Estabas en las nubes como ido... Bueno, no como el zombie que eres cuando estamos en clase, pero si... raro- alzó su pálida ceja, inquisitivo.

—¿A qué te refieres? No hay nada diferente en mí. Estoy exactamente igual que siempre- subió ambas piernas y las atrajo a su pecho. No debía de hacerlo porque en palabras de su madre "no es una adecuada postura para una dama" pero le valía un pepinillo, así se sentía cómodo y por extraño que le pareciera a cualquiera, le ayudaba a pensar.

Su mente estuvo calmada y centrada la mayor parte del día y suponía que se debía a que si estaba tomando en serio eso de practicar con la poca magia que le quedaba.

"De no ser por estas partes femeninas, casi podría decir que soy el mismo de antes…" meditó con nostalgia recordando aquellos tiempos que no le debía nada a nadie y era el astro más brillante en la escuela. Aquellos buenos tiempos que se veían ahora tan idílicos como lejanos.

—Debe ser Potter…- Draco se erizó en su lugar poniéndose de pie al instante.

—¡Claro que no es Potter! ¿Porque tendría que serlo? Es un bobo, mequetrefe que…- hizo una pausa mirando nuevamente al cielo, notando que las escobas ya no danzaban en el aire y el cabello azabache agitándose con el viento en medio de una muchedumbre ya estaba de regreso en el suelo. ¿A qué hora habían dejado de entrenar los de Gryffindor? No tenía idea y ahora todo era culpa de Vincent que se perdió el movimiento final.

-Tal vez no es un completo imbécil como pensé en un principio, ni es tan infame o cretino... incluso es agradable y dulc…- se interrumpió al notar como Crabbe y Goyle le miraban pasmados con una tonta expresión pintada en sus caras –como sea… ¿Por qué rayos estamos hablando de Potter?-

—Yo me refería que Potter estaba por allá con su séquito de perdedores. Solo él consigue una muchedumbre así. ¿Tú de que estas hablando? — sus mejillas al instante se colorearon y comenzó a tener un acceso de tos. "¿En serio estuve a punto de decir que Harry Potter es dulce? Creo que mi cerebro finalmente ha dejado de funcionar adecuadamente…"

—De nada... - guardó silencio -¿y tú como estás Greg? ¿Ya mejoró con el problema de tu magia, supongo? —cambió de tema lo más rápido que pudo.

—Sí, sigo tomando una horrible poción de la sanadora. Dice que es un complemento de no sé qué. Sabe a rayos, pero ya estoy mejor- sonrió recargándose en la butaca - Además Zabinni ya no ha aparecido, ni su sombra se ha acercado a ti. Debe de significar algo bueno no tenerlo olfateandote las bragas ¿no crees?- Draco le dio un golpe que estabs seguro apenas sintió el otro.

—Tonto... pero tienes razón ahora que lo pienso- era muy sospechoso "¿Será esa obra de Potter?" se cuestionó sin encontrarle mucho sentido. Eran muchas molestias de su parte solo por una pequeña crisis de celos. "Tendré que preguntarle. No es que me importe ese gusano de Zabinni, pero yo mismo puedo lidiar con mis problemas, muchas gracias" se dijo tan lleno de sí mismo –vayámonos, parece que va a llover…-


Estaba nuevamente solo en las duchas y pese a extrañar el cotilleo y juegos entre los demás chicos, comenzaba a pensar que no estaba nada mal ese momento de privacidad. Todo el espacio para sí mismo, poder escoger el mejor grifo y dejar correr cuanto quisiera el agua caliente sin que Ron le reprochara si quería tomar un baño o hervir una langosta. Pocas veces podía decir que una ducha fuera tan placentera como aquella.

Lo único a su parecer que le faltaba, era un poco de música para que fuera perfecto.

"Sus pestañas son tan largas…" se dijo con ensoñación disfrutando el agua que de deslizaba sobre todo su cuerpo. El vapor se alzaba y expandía por todo el cuarto rojo y dorado, empañando las altas ventanas y el azulejo cristalino.

Solo le bastaba una mirada de su parte, un roce de su mano o un poco de su fragancia para derretirse. Generalmente se molestaba cuando tocaba su mano al guiarlo a la siguiente posición, pero jamás la apartaba. Era mucho más fina y delgada que la suya, tan blanca y suave que le costaba creer que alguna vez hubiera practicado quidditch.

No sabía que se apoderó de él, pero aquel era un lado nuevo en su persona con el que no estaba del todo familiarizado. Era extraño y tan vergonzoso que apenas podía consigo mismo. Dejó caer su cabeza contra la pared y gimió mordiendo el interior de su mejilla. Frotó su falo semierecto con ambas manos y cerró los ojos.

Lo había ido a ver entrenar y estaba seguro que no era la primera vez. Se sentía como un tonto por emocionarse con tan pequeño detalle; pero lo hacía. Había estado eufórico que deseó poder lucirse frente a sus ojos y que tal vez lo viera de un modo distinto.

Percibió como la sensación de electricidad recorría su cuerpo de arriba a abajo, expandiéndose y multiplicándose. Reapareció sin que algo físico la detonara y no se desvanecía.

Si bien conocía el primer amor; no era como eso que estaba sintiendo. No solo eran flores tiernas o suaves mariposas que revoloteaban juguetonas por su mente y estomago; era ardor que se esparcía, una inflamación total que lo invadía y que no podía acallarlo. Una dualidad que se le hacia increíble que pudiera coexistir como una sola entidad que gobernaba todo su ser.

Ron siempre le decía que estaba bien aliviarse a sí mismo con su mano amiga cuando fuera necesario, pero él hasta ese momento jamás sintió deseo algún de hacerlo. Tenía el deporte para liberar energía, claro hasta ese momento que ya ni eso era suficiente.

Apretó sus dientes y jadeó con dificultad. Ni siquiera comprendía si era el agua la que aumentaba su temperatura o su propio cuerpo al experimentar el placer de la sola remembranza de sus ojos deslumbrantes regresándole la mirada. Estaba seguro que no eran grises, pero tampoco eran azules, eran una brillantes gemas de plata liquida que estaba seguro que de seguir indagando en ellas, descubriría una constelación de estrellas.

Estaba tan cerca que su cuerpo se tensó y sus pies fallaban en mantenerlo de pie que tuvo que sostenerse con su mano izquierda de la regadera.

—Draco…- musitó en un ahogado murmullo, sintiendo el espeso semen manchar sus manos, haciendo que abriera asustado sus ojos. ¿Qué acababa de decir? -Rayos…- gruñó dándose golpecitos contra la pared. "Soy un gran tonto…" se dijo desganado, abatido y cubierto aun de jabón, sin poder huir.


El despacho del profesor de defensa contra las artes oscuras siempre le pareció una gran mescolanza ecléctica de cada uno de los docentes que pisaron su haber. Una parte dejada para la posteridad, un souvenir a la escuela tal vez.

El mapa del merodeador le había hecho una revelación muy curiosa la noche anterior, que tuvo que ponerse en marcha en cuanto antes ya que en palabras de su hermano, el mapa jamas se equivocaba y de ser así, ya tenía una idea de quien era el traidor inmiscuido en e colegio.

Todo estaba listo y no podía estar mas satisfecho. Hacer planes podía ser para él un excelente pasatiempo, los hacia desde niño con una gran precisión que enorgulleció en mas de una ocasión a su madre. No era difícil y la espera como en ese momento podía ser deliciosa.

Notó encantado como Bill se estremeció al contacto de sus dedos. Solo tenía que hacer una ligera presión en sus omóplatos y descender lentamente para lograr que hiciera una expresión placentera y echara su cabeza hacia atrás.

Estaba sobre él, a horcajadas, justo como lo quería. Dispuesto, tan ardiente como un dios griego y con su mirada azul impregnada de deseo.

—Eres un caliente…- susurró a su oído antes de morder su lóbulo y acariciar su endurecido miembro sobre la mezclilla de su pantalón. No que él mismo no lo fuera, pero decirlo nunca estaba de más.

—Mira quien lo dice... - respondió divertido apretando sus nalgas, consiguiendo que soltara un gemido al sentir como su propia erección se restregaba contra la tela, excitándolo segundo a segundo.

—Estás jugando sucio, galán...– musitó complacido posicionando ambas manos sobre el pecho desnudo del pelirrojo -Oh si…-

—¿A eso le llamas cabalgar?- recorrió sus piernas desnudas, erizando los vellos de su nuca y sonrió.

—Eres un tonto…-

—El trato era: Favor por Favor. Tú quisiste que gastara el sueldo de tres meses en una comida elegante y yo quise esto. Así que pon a trabajar tus piernitas porque dudo correrme rápido de esta forma…- Regulus entrecerró los ojos y siguió con parsimonia acariciando su piel salpicada de pecas pálidas; no tenía prisa.

—Por Circe que tu actitud mandona hace que me excite más…-

Estaba consciente que con cada nuevo día y cada revelación que hacia, estaba avanzando hacia una delgada linea que no debía cruzar, una linea de intimidad y reconocimiento que nunca le permitió a nadie cruzar, sin embargo ahí estaba él, prácticamente invitándolo hacia ese circulo secreto donde viven sus pensamientos y su pasado. No debía permitirlo, pero no podía evitarlo.

¿Estaba sintiendo más de lo que debía? ¿Se permitiría acaso cruzar esa linea? No quería pensar en ello porque estaba seguro que de hacerlo, ambos saldrían lastimados y uno terminaría llorando; estaba seguro que ese sería Bill. Se inclinó para besarlo, pero un sonido repiqueteó grave por todo lo alto, haciendo que él ambos se tensaran al instante.

—¡No puedo creer que tan pronto algo haya picado!- exclamó Regulus emocionado ahora por algo totalmente distinto.

—¿Qué hiciste?- el Weasley arqueó su ceja claramente molesto y frustrado.

—Digamos que aproveché tu guardia con Draco para colocar una pequeña trampa en la sala de los menesteres y esa es la alarma que acaba de activarse- se bajó de la mesa como pudo y le arrojó su camisa al pelirrojo. Sentía que estaba caminando como un pato recién nacido, pero le daba igual. El deber llamaba y su trasero quedaba en el segundo lugar de la lista de sus prioridades.

"¿Dónde está mi otra media?" se preguntó pasando con rapidez su varita.

—¿No habías dicho que lo haríamos juntos?- Regulus rodó los ojos. Ahí iba de nuevo.

—Y lo estamos haciendo juntos. No necesitaba misa de dos padres poner la trampa, primor. Ahora piensa en algo desagradable para que baje esa cosa, que dudo que quieras que alguien te vea así ¿verdad?-

—Rayos…- musitó Bill acomodando sus pantalones.

—Claro, no es que me moleste porque se me ocurre un piropo muy divertido: "¿Acaso eres Salazar Slytherin? Porque si tienes escondido un basilisco en la cámara de los secretos"- rió de buena gana tomando una nueva dosis de poción multijugos.

—Muy gracioso- respondió frustrado y claramente avergonzando pensando en los 18 volúmenes sobre Merwyn el malicioso y sus incontables maleficios y sortilegios "que tierno…" se dijo divertido agradeciendo una vez más su habilidad en la legeremancia.

—Que buen tino tiene…- rodó los ojos.

—Ya después puedes lloriquear todo lo que quieras, cariño. Tenemos que atrapar de una vez por todas a ese infeliz chiquillo que se burló de ambos-

—En eso tienes razón… Espero que realmente sea el sospechoso el que cayó en la trampa, porque de lo contrario a Dumbledore no le hará ni una pizca de gracia…-


Nada más llegar al séptimo piso justo enfrente del tapiz de Bárnabas el chiflado, Bill quedó estupefacto al ver lo que parecía un péndulo invertido con una gran bolsa flotando entre reproches y movimientos erráticos. "Por Circe..." se dijo sorprendido por el tamaño de esa cosa.

Era claramente la trampa, pero le parecía tan complicada que no comprendía siquiera como se podía mantener ahí, desafiando las leyes de la física. Silbó tocando una de las poleas que se encontraban más cerca de él y alzó la mirada.

—¿Cómo conseguiste que semejante monstruo pasara desapercibido?-

—Fácil. Puse un encantamiento de camuflaje y anti rastreo, la gravedad hizo el resto- sonrió tan lleno de sí mismo –cuando vives con un hermano como el mío, donde la privacidad no es una opción, aprendes uno que otro truco para mantenerlo alejado- hizo una anotación en su libreta que guardó al instante en su bolsillo delantero -Además, es más sencilla de armar de lo que podría parecer- con su varita bajó a la presa que se removía inquieto. Solo esperaba que fuera a quien estaban buscando y no un chiquillo incauto.

La medianoche se cernía sobre ellos junto con la ansiedad que trepaba golosa en la espalda de Bill.

A la cuenta de 3, el mayor reveló la identidad del chico misterioso y con la mayor coordinación, le ayudó a adherirlo a la pared imposibilitando su escape. Lo primero que vio fueron mechones de cabello rubio y un pequeño cuerpo que estaba seguro que dé estar en pie, solo le llegaría a al hombro.

—¿Dennis Creevey?- cuestionó aterrado. Era apenas un niño de cuarto año; era imposible que pudiera burlarse de dos adultos experimentados cuando ni siquiera era bueno en combate defensivo u ofensivo. "A no ser que finja muy bien para pasar desapercibido" se dijo apuntándole con su varita.

Regulus sin decir agua va, le apretó la nariz y le introdujo en la boca un pequeño vial el cual vació todo su contenido. "Debe ser veritaserum" consideró por las muecas que hacia el chiquillo.

—No eres Dennis Creevey ¿verdad?-

—No…- musitó mordiendo su lengua el chico haciendo que sangre roja escurriera por la comisura de su labio.

—Pues tenía razón, no era ninguno de los chicos que teníamos registrados… me debes un favor, querido- Regulus con la apariencia de Snape, chasqueó su lengua. Si no era el chico Creaavey, estaba seguro que al igual que Regulus, Bill estaba seugro que se trataba de poción multijugos.

"Y qué mejor disfraz para pasar desapercibido que un niño débil e inocente como Dennis…" se dijo asqueado con toda esa organización de mortifagos que no tenían escrúpulos al utilizar cualquier sucio método para sus propósitos.

—Silencio- sentenció regresando a ver al chico —¿Quién eres en realidad?- luchó un poco sacudiendo la cabeza, luchando con a verdad que demandaba salir expulsada de su boca.

—Marcus… Flint…- sonrió mostrando unos dientes grandes que desencajaban con la anatomía del pequeño Creevey, que consiguió ponerle la piel de gallina a Weasley. Regulus murmuró un "lo sabía" en voz baja que descolocó al pelirrojo –no creí que tan pronto me atraparían ustedes par de pelmazos incompetentes…-

—No quieras pasarte de listillo, Flint. ¿Crees que vas a conseguir provocarnos con una niñería como esa? Te falta mucho por aprender. Además se dé una buena fuente que te tomó un año más para terminar la escuela, lo que me dice que realmente no eres tan brillante como crees ser…- pudo ver como la sonrisa se transformó en una amarga mueca y cual serpiente, sacó la lengua lamiendo su propia sangre.

—¿Qué hiciste con Dennis?-

—Ese sangre sucia, maldito granjero…. Esta donde alguien como él debe estar… con los cerdos…-

—¡Miserable!- Bill se fue contra de él y Regulus trató de interponerse utilizando su cuerpo de barrera entre los dos.

—¿Qué es lo que sabes? Habla- le puso su varita en su mejilla que comenzaba a temblar. Parecía que de un momento a otro la pocima dejaría de surtir efecto.

—Todo…- por breves segundos, ambos perdieron la compostura y se regresaron a ver. ¿Qué parte de "todo" era realmente todo? Y solo esperaba que mientras hablaban, Regulus estuviera sondeando su mente tal cual hacia sin levantar sospecha con ese toque delicado e imperceptible que tenía.

—¿Cuál es tu plan, bribón? Porque supongo que todo este teatro es para algo. Sudo que te limitaras a estar de fisgón...-

—Tengo que reparar el armario evanescente… el que está en Borgin y Burkes está listo, en la espera de mi señal…-

Si el plan era hacer un túnel en sus narices para el transito libre de mortifagos hacia Hogwarts; estaban fritos. Jamás lo hubieran adivinado y dudaba que realmente tuviera algún sentido. ¿Era posible tal burla mágica?

—Es suficiente Regulus. Baja al chico que el tiempo es apremiante- dijo una voz calmada a sus espaldas y ambos sudaron frío.

—¿Dumbledore? ¿Cómo rayos sabias que estábamos aquí? — preguntó el azabache, poniendo una amarga expresión tal y como las que hacia Snape durante clases. "Ahí si le salió natural" se dijo considerando que en cualquier otro momento le hubiese parecido algo cómico.

—Soy el director de la escuela, amigo mío. Tiene algunas ventajas ser yo para estos momentos-sonrió enigmático —Así que alguien más se infiltró a la escuela con poción multijugos y es nada menos que Marcus Flint recién egresado de Hogwarts. Si tú planeaste esto, debo decir que es un brillante plan, Marcus. Ese grado de astucia pocas veces diste muestras en tus clases; supongo que de haberlo hecho, la historia hubiera sido diferente…- se quedó callado contemplando el abismo.

—Podemos suplantar lo entonces, o podríamos utilizarlo con un "imperius"- dijo Bill con sus nervios de punta. Ya sabía que el terreno del colegio no era tan seguro como las leyendas lo pintaban, pero darse cuenta de lo fácil que era burlar su seguridad, sí que le hacía temer por sus hermanos, la misión y el propio Regulus. ¿De qué más tendrían que resguardarse? Tal parecía que cualquiera podría inmiscuirse por las entrañas del recinto mágico sin levantar sospecha. Eso sí era alarmante.

—Muy buenas ideas Bill muchacho, pero el tiempo es escaso y tenemos que solucionar las cosas cuanto antes. Averigüen cuál es el plan y desmemorisenlo-

—Pero, señor…- intentó decir el pelirrojo aun sin dar crédito a lo que escucharon sus oídos. El moreno solo endureció su semblante.

—Es una orden, Bill-

 

Notas finales:

Es todo por el momento pequeños! ¿a que no se esperaban eso? xD En el siguiente capi les tengo preparado algo lindo :3

Nos leemos la próxima semana! Besos~


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