Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secretos de Medianoche por MidNightFlower

[Reviews - 28]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

PAREJAS: Harry x Draco, Severus x Sirius, Lucius x Remus y Bill x Regulus.


DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3


ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (que tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿que haces aquí? x9), m-preg (embarazo masculino), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. Están advertidos!


Como nota extra, les advierto que este fic esta ambientado en lo que sería el 6to libro, tomo casi todo lo establecido del 1-5 como canon (a excepción de la muerte innecesaria de Sirius :'V) y Regulus tampoco esta muerto, ya después explicaré como sobrevivió (y espero que no sea algo tan ambiguo como "un hechicero lo hizo" XD). Si me equivoco en continuidad o las cosas canónicas, me disculpo de antemano!


 


A leer se ha dicho!

 

Capítulo 27

No había error y de eso no le cabía duda.

Sacó de su túnica su útil cuaderno de anotaciones y de nueva cuenta, corroboró con un rápido movimiento de sus ojos sus cálculos. Sirius lo seguía atento a tres palmos de distancia y aunque podía percibir que hablaba, no escucha lo que estaba diciendo. Tenía que concentrarse.

No quería creer la idea que le llegó a la mente, esa conclusión era malévola y absurda, pero de una lógica hiriente que no podía tolerar. No, no y no.

—¿A qué te refieres con que mintió?- volvió a preguntar Sirius, esta vez deteniéndolo por el antebrazo. Se veía igual de ansioso que él, pero para no complicar las cosas, se tuvo que obligar a mantener la compostura.

—A que hizo lo contrario de decir la verdad ¿cómo que a que me refiero?- el de cabello rizado puso los ojos en blanco.

—Te la dejo pasar porque estas alterado- bufó por la nariz -eso lo entiendo, pero lo que no entiendo, es porque estas alzando la voz y diciendo que el viejito nos mintió-

—Es que…- titubeó mordiendo su labio. Un ademan que estaba seguro le hubiera conseguido un par de azotes con su padre, pero a esas alturas, no podía evitarlo. Aquello iba más allá de su límite de serenidad ¿porque tenia que pasar justo en ese momento que las cosas marchaban tan bien con Sirius? No le cabía duda que tenía muy mala suerte -la última prueba que corrí era la ideal... ¡Debió de ser la respuesta, pero el dummy dice que no y ya me quedé sin pruebas!-

—Tal vez te equivocaste… admítelo, tener al dueño de tus quincenas frente a tus ojos puede genera estragos- insinuó un chiste que en ese momento (y suponía que en cualquier otro) le parecía que carecía de gracia.

—Yo no me equivoco en mis pociones., jamás- sentenció con las mejillas encendidas. Si bien amaba a Sirius, sus emociones nunca habían interferido con sus queridas pociones donde todo estaba bien y seguía una justa metodología para un resultado esperado -El procedimiento fue el correcto, los tiempos, mis cálculos siempre son precisos…-

—¿Y que hay con la flor esa que le encargaste a la rubia? En algo debería afectar… hay que pensar con lógica y en cualquier cosa que estas omitiendo antes de sacar conclusiones….-

—¿El lirio araña? Ah, ese no importa que falte. Solo lo iba a ocupar como un estabilizar más fino, para un mejor sabor y color, pero... No es el resultado que debía dar... la formula debería de ser la correcta, pero Draco seguirá siendo una chica incluso bebiendo la poción... Dumbledore dijo que podía hacerse pero... ¿Porque? ¿Por qué nos esperanzó a Narcisa y a mí de que había una solución mediante una poción? Carece de sentido….-

—Tal vez el viejito está chocheando. Digo, podría ser… - rascó su barba cuestionando a los santos en el techo, pero ninguna sonrisa escapó de los labios de Severus.

—Por favor... No es momento de tus bromas, Black… esto que tenemos en la mano es serio y terrible-

—Pero es que no encuentro otra respuesta. ¿Cuántos años tiene? ¿1500? ¿2000? ¿Quién lleva la cuenta?-

—Claro que no es tan antiguo; ni que fuera Filch- musitó eso último, haciendo sonreír a Sirius.

—Cierto. Filch venían en el paquete de la compra del castillo al 2x1 con Pevees. Ese condenado Poltergeist- rió divertido a lo que el pocionista carraspeó. No había tiempo para bromear y se apresuró a regresar al tema principal.

—Tenemos que decírselo a Narcisa, no queda de otra- suspiró apesadumbrado. Si había algo que le dolía además de no poder recuperar a su querido ahijado, era tener que romper las ilusiones de su amiga.

—¿Y hacer que se preocupe? Vamos hombre, que hasta brilla de lo emocionada que está por recuperar a su hijo. ¡Ni loco!- Sirius negó y sacudió vehemente la cabeza, pero Severus consideraba que era el único camino.

"Pero antes debo mandarle una carta a Dumbledore… nos debe una gran explicación" se dijo súbitamente furioso.

—Aunque suena horrible tenemos que decírselo a Narcisa…–

—¿Decirme que?- los dos hombres se voltearon al instante asustados al ver a la rubia mujer quitándose su capa de viaje, tan radiante como una estrella –finalmente conseguí el ultimo ingrediente, querido amigo. Así que por mi parte, mi trabajo en las calles ha terminado- dijo con orgullo -después de esta experiencia creo que sería muy buena negociante de pociones e ingredientes de tiempo completo-

—Narcisa…- susurró en un hilo de voz Severus. ¿Cómo hacerlo si se veía tan llena de vida? -nosotros...-

—Tenemos que decirte que hemos decidido casarnos. Y sabes. Limamos diferencias como sugeriste y ahora no puedo quitarme de encima este dulce baklava- le guiñó el ojo galante haciendo soltar una risilla a la mujer cuando le echó el brazo al ojinegro –nos gustaría tu bendición y supongo que sabes de buenos lugares para la luna de miel...-

—¡Black!- chilló Severus cuando este bajó peligrosamente su mano a su glúteo. "Perro cínico" se dijo molesto.

—No, ahora seré Sirius Snape… ya que dudo que quieras mi apellido… demasiado anticuado diría yo…-

—¡No saben lo feliz que me hace que ya hayan hecho las paces!- besó a ambos en la mejilla –aunque casarse es muy pronto Siri, creo que cuando pase todo esto podrán tener más tiempo para ustedes y conocerse mejor… claro me refiero sus gustos y disgustos y esas cosas ya que supongo que en mi ausencia estuvieron muy ocupados saltando de aquí a allá- canturreó divertida quitándose en fuerte moño en el que acomodaba usualmente su cabello y lo dejó caer libre tras su espalda.

—¡Narcisa!- no podía creer la treta de Sirius y lo peor, que Narcisa le estuviera siguiendo el juego –yo no estaba hablando de eso…-

—Solo espero que si utilizaron la cama, hayan cambiado las sabanas porque me gustaría dormir un rato antes de cenar- Severus se puso de todos los colores y la risa lobuna del cucho no le ayudó.

—¿Quién crees que somos, chica? Nunca haríamos nada para molestarte- Severus sintió su mirada de complicidad y suspiró. Claro que no quería dañarla, pero tampoco quería ocultarle la verdad.

—Ya- dijo esta, dejándose caer con gracia en el sillón –¡no puedo esperar a que todo esto pase y pueda tener nuevamente a mi bebe conmigo!- expresó con una genuina sonrisa -¿pueden creer que me ha estado mandando cartas cada tercer día? Parece que ha recobrado el buen humor y ya no esta tan triste y parece ser que es gracias a Potter… ¿Quién diría que nuevamente recuperaría esa obsesión que tiene con el?- soltó una pequeña risa sacando un sobre de su monedero.

—¿Te refieres a Harry?- preguntó curioso Sirius.

—El mismo. Cuando Draco era pequeño, adoraba la historia del niño que vivió y todo el misterio a su alrededor y juraba y perjuraba que cuando lo conociera sería su mejor amigo… que tierno era- dijo con nostalgia. -Claro que a Lucius jamás le hizo gracia, pero ya vez, Severus que cuando se conocieron esos dos en la escuela, el gusto cambió a aversión, pero no por ello dejó de hablar de eso… volvía loco a Lucius cada navidad sin falta: ¿Puedes creer que Potter hizo esto? ¡Ese cara rajada es el consentido de Dumbledore!¡Potter esto y Potter aquello! Y un sin fin de cosas que le caían como hígado a mi pobre Lucius- dijo genuinamente divertida –pero algo bueno debe de tener el niño si le hace un bien a mi pequeño ahora que están pasando tanto tiempo juntos ¿no creen?-

—¡Eso es! ¡Tienes toda la razón!- dijo Sirius con tal expresión de si hubiera descubierto la piedra filosofal que al momento, tiró del brazo de Snape llevándolo a rastras al laboratorio improvisado.

—¿Y ahora ustedes a dónde van?- la rubia los miró con extrañeza.

—Es que Sevy dejó algo pendiente por allá, no tardamos. Tu ponte cómoda- al pocionista no le agradó el tono que utilizó o lo que sea que estuviera maquinando en esa atolondrada y rápida cabeza suya. "Algo de cuidado, sin duda" se dijo con su mas agría expresión.

—¿Y a ti que bicho te picó?-

—¡Acabo de descubrir a que se refería Dumbly en este satánico acertijo que nos dio! Es tan claro que no se porque no se te había ocurrido- musitó en voz baja como si fuera secreto de estado.

—Lo sería si comenzaras a explicar...-

—Mira, Dumbledore dijo que el hechizo del rubiales era que tenía que ser una chica para tener un heredero ¿correcto?- Severus arrugó la nariz. La simple idea le revolvía el estómago –pero nos mintió sobre el hecho de que es posible hacer un contra hechizo ¿no te parece curioso?-

—Solo estas repitiendo la conversación de antes que llegara Narcisa...- ladró a una centesima de segundo de darle un golpe en la nuca como a sus alumnos imberbes.

—Déjame terminar- el pocionista frunció el ceño -¿Qué tal si el plan no sea hacer un contra hechizo o poción o como se llame? Sino, alejarnos de la escena con Narcisa para que no se oponga y solo dejar que se den las cosas… que Harry se encargue…- lo recorrió un escalofrío que quiso que dejara de hablar al instante -Una vez que lo hayan preñado estoy seguro que…-

—¡¿De qué rayos hablas?! ¿Acaso te estas escuchando?- bramó horrorizado –¡Tiene dieciséis! ¡¿Cómo va a poder tener un niño? ¿¡Y de Potter!?-

—Baja la voz, manzanita- musitó viendo sobre su hombro por si la mujer rubia los sorprendía –sé que suena terrible y es una muy mala idea pero… ¿y qué tal si es la única solución? Haga lo que haga, de una u otra manera su vida no va a ser la misma y esta jodido…-

Severus gruñó furioso. Si lo que decía era cierto, estaba en lo correcto, pero eso no dejaba de ser blasfemo.

—Harry es un gran chico y estoy seguro que como el héroe que es no va a dudar en recibir ese tiro de gracia- Severus se mordió el costado de su uña para no soltar alguna maldición por semejante atrocidad –Creo que es un mejor candidato que el maniático cara de serpiente con complejo de mago oscuro…- se quedó meditando –o el viejito de los caramelos de limón ¿te imaginas lo arrugado que ha de tener el escroto?-

—¡Por amor a Merlín! ¿Por qué tienes que mencionar algo tan…? ¡Iugh!- le dieron ganas de vomitar de solo tener en la cabeza esa imagen mental.

Claro que era indeseable hablar de ello, pero una parte de su mente fría le concedió aquello. Conocía de primera linea la maquiavélica mente del viejo director, lo que sería capaz de hacer por ganar la guerra, lo que estaba dispuesto a sacrificar por un bien mayor… aquello le generaba arcadas.

Apretó sus parpados. "Por Circe que dejó que Alice y Frank terminaran en San Mungo, que Lily pereciera y que Sirius fuera a Azkaban... demonios..." se dijo respirando con dificultad. En momentos como ese cuanto deseaba tener una bolsa de papel a la mano.

—Piénsalo, calabacín. Podría ser algo lógico…-

—De ser así…- le dolía siquiera pensarlo. ¿Tanto esfuerzo, tantas horas sin comer y casi desfallecer a la basura? No podía creerlo y lo peor de todo, el sentido del propósito y la utilidad ¿A dónde irían a parar? Si Sirius estaba en lo correcto estaba peor que en un principio -¿Qué es lo que se supone que debemos de hacer ahora?-


Los días como aquel, solían ser tranquilos con las fiestas decembrinas tan cercanas. Sin exámenes en el panorama o los maestros regañando y arriando como ganado, los alumnos podían darse un grato respiro con el último partido de quidditch del año a solo una semana de distancia. Si, no estaba mal para la mayoría de los alumnos que no se llamaran Lynci Malfoy.

"Si tan solo pudiera salir de esta pocilga..." se dijo molesto recordando que esa navidad no sería como las anteriores. Festejando el yule con sus padres en en el gran comedor, asar castañas o mandar felicitaciones a los parientes con divertidas fotos familiares.

Estaba confinado a Hogwarts hasta nuevo. "Eso apesta" se dijo dándole un empujón a Greg y sus 95 kilos que era como mover una pared de roca solida.

Crabbe y Goyle seguían poniéndose alerta con su vigilancia pese a ya no necesitarla. Eran sus amigos, pero podían ser unos pesados para su molesta.

"Al parecer Parkinson y sus secuaces entendieron el mensaje" se dijo con media sonrisa al ver como le sacaron la vuelta cuando se las encontró en el pasillo de camino a clase de pociones.

Sus rostros aún tenían las marcas de los forúnculos y tal parecía que tampoco habían podido recuperar su cabello ya que tenían que usar tanto ella como su sequito, pelucas para disimular un poco. Tuvo que contenerse de soltar una risotada de victoria.

Se enfrentaron con el mejor y perdieron pobremente; así era la vida y sabía que por el momento así permanecerían más cosas ya que no tenían pruebas de que él había sido el culpable, pero si muchas en contra de todas las tretas que le hicieron, evidencia que Draco guardaba celosamente para usarlas en su debido caso.

"Eso les enseñará a ver que jamás debes de enfrentarte con un Malfoy" se dijo echando su cabello hacia atrás dejando que se balanceara con su altivo caminar.

—Buenos días- saludó a su lado el chico del peinado alocado, con una boba sonrisa iluminando su rostro. Draco puso los ojos en blanco. No podía ser más obvio.

—Hola…- respondió como que no quiere la cosa.

Esa noche las cosas que sucedieron entre los dos, fueron demasiado suerreales como para considerarlas veraces. ¿Él besando a Harry Potter? Sí que la humedad de su cuarto y sus órganos femeninos habían destrozado su racionalidad e hicieron estragos sus estándares básicos.

"Como si pudiera gustarme el simplón cara rajada" se dijo inflando sus mejillas ofendido con su corazón desobediente que latía acelerado.

Recordaba lo que hicieron y lo que dijo, pero seguía sin poder creer que él mismo lo había sugerido. ¿Por qué querría volver a besarle? Era pésimo haciéndolo, torpe, inexperto virgen. Aplastó más de una vez su nariz, sus condenados lentes torcidos lastimaron sus propios ojos y además hacia ruidos extraños.

Gruñó para sus adentros; claro que no quería volver a hacerlo. Si había sido desastroso y extrañamente dulce su impulso, ya ni hablar como lo había mirado, de esa manera en la que jamás le miró antes con cariño y hasta un ápice de devoción que erizaba su piel.

El profesor llegó con su ceremonial ingreso de su ondeante túnica y todos guardaron silencio. A leguas sabía que no era su padrino, cualquiera con cerebro podía notarlo, pero eso no quería decir que por ello le faltaría el respeto, ya que había algo extrañamente familiar en él.

Tuvo que aclarar su garganta para poder poner atención a lo que el profesor decía. "Maldición si sigo pensando en lo de anoche, me volveré loco" se dijo molesto al captar la mirada verde que seguía pendiente de él.

—Potter, la pizarra está ahí enfrente - señaló lo obvio, pero el de lentes, soltó una risa traviesa dejando su libro de pociones avanzadas junto con la pluma y tintero que estuvo a punto de hacer un desastre -Por cierto, olvidaste tu cuaderno en mi cuarto…- murmuró en voz baja.

—Sí y mi mochila también. Lo noté cuando llegué a mi sala común con las manos vacías-

—¿Crees que mi cuarto es lugar de objetos perdidos? – cuestionó alzando su ceja.

—No, pero estaba distraído... pasaron muchas cosas y tu…- no pudo terminar la frase ya que tuvo que levantar la mano cuando el profesor que pasaba lista, mencionó su nombre. Draco hizo un ademán apartando su largo cabello.

—Es natural, tengo ese poder sobre la gente- el moreno bufó divertido.

—Epa con ese ego que es capaz de sofocar todo el salón de lo gordo que esta- Draco alzó su nariz.

—Ya deja de verme- le apartó la cara con la mano. Era vergonzoso la intensidad de su mirada verde. Era tan fuerte y magnético que le hacía trastabillar y perder el norte.

El verde siempre le pareció un hermoso color que a sus ojos significaba poder y gracia, sin embargo ese verde que iba entre el jade y la esmeralda rompía cualquier barrera y si se atrevía a mirarlos más de un instante, sería como darse un chapuzón en ellos arriesgándose a ya no volver a salir a respirar.

—Voy a ir a comprar pigmentos de acuarela cuando salgamos a Hogsmeade este fin de semana. ¿Quieres venir conmigo?— Draco se sobresaltó ¿acaso lo estaba invitando a salir? Se ruborizó, para después recordar con melancolía que tanto el Weasley mayor como el del disfraz de Snape se lo prohibieron por su seguridad.

—No tengo permitido salir... – musitó fastidiado. Hogsmeade era muy bello en esa época del año aunque fuera un pueblucho, tenía su encanto.

—Será en otra ocasión…- Harry se alzó de hombros ocultando su decepción que no pasó desapercibida para el rubio. ¿Por qué no le gustaba verlo triste?

—Pero sigues estado invitando a enseñarme. Mantienes tus privilegios de socio distinguido, así que estate tranquilo- chasqueó la lengua ante el favor que le estaba haciendo, a lo que Harry rebatió con acidez pero sin malicia alguna.

—¿Debería dar brincos de gusto ser tu esclavo nocturno?—

—Por supuesto -


Regulus observó el cielo estrellado desde el despacho del director y notó como el Director también lo observaba con aire ausente. Solemne como ninguno, sonrió cuando cerró la puerta.

El pensadero estaba al lado de su escritorio y supuso que lo había empleado para repasar sus pasos y atar uno que otro cabo. Conocía su estrategia y la forma de torcida de trazar sus planes. Lo estudió en todos esos años y solo podía llegar a una sola conclusión: era un gran canalla que sabía tomar y aprovechar a la perfección cualquier debilidad y percance.

Un enemigo acérrimo podía ser Dumbledore.

—Hola querido amigo, sabría que vendrías tarde o temprano- el viejo de la túnica de estrellas levantó su taza y la llevó a sus labios -espero que el señor Creevey este bien…-

Regulus con su calidad de doble agente disimuló el desagrado. No era preocupación per sé lo que percibió en su voz, así que si iban con enmascarar sentimientos, el era muy bueno para jugar a eso.

—Algo deshidratado, famélico y desorientado, pero vivo-sentenció quitándose una pelusilla invisible de su vaporosa camisa. Sabía que cuando todo eso terminara, el pobrecillo niño necesitaría terapia para superar ese trauma, pero por lo visto, por el momento, eso no era relevante. Solo un daño colateral -así que acercar a Potter con Draco… siempre fue su primera opción ¿no es así?-

El hombre mayor esbozó una enigmática sonrisa.

—Sabía que eso no se te escaparía, viejo amigo- farfulló dando un asentimiento -De las opciones, Harry es el más fuerte y el más noble de todos… lamentablemente el señor Zabinni pese a poseer un buen potencial, los motivos egoístas siempre prevalecerán en su corazón haciéndole imposible ayudar de buena fe al señor Malfoy….-

—Y por eso lo saco de la ecuación- respondió cruzándose de brazos.

—Los celos y heroísmo suelen ser un buen componente al inicio de una relación... -

—Y si ese era su plan, ¿porque no se lo dijo desde un principio? El pobre ha estado devanándose los sesos por semanas hasta que dio con la verdad…- Regulus torció el gesto, lo había visto en su mente toda su problemática y la frustración que le generaba. Demasiado peso para sus jóvenes hombros.

—Porque los sentimientos de Harry deben de ser genuinos y si le revelaba el plan, lo que sentiría sería lástima, compromiso y no son buenas bases, Regulus... -

"Y de todas maneras sigue siendo una diferente clase de manipulación..." se dijo sintiendo que estaban jugando con algo demasiado delicado como si fuera nieve sobre sus manos… inocente, maleable que de poder, terminarían destrozándolo.

—Sé que no te agrada esta medida, Regulus; pero tenemos que sacar ventaja de cada cosa que se tiene a la mano si queremos que regrese el señor Malfoy a la normalidad y terminar esta guerra de una vez por todas... Solo tendremos una oportunidad... -

—Ya lo creo...- suspiró derrotado.

—¿Cómo va el entrenamiento de Harry?- el menor arqueó una ceja. Estaba cambiando el tema y eso solo podía significar una cosa; iba a pedirle algo que no le agradaría.

—Casi termina el programa de Severus. Es realmente bueno pese a las protestas de Sev- reconoció poniéndose de pie.

Era un chico listo que se esfuerza más allá de sus límites y que su querido amigo Severus no le hacía justicia por sus prejuicios.

—A Severus le cuesta dejar ir el pasado y ver tanto de James en Harry no es una excepción... Pero me alegra que haya sido su idea prepararlo para el momento de enfrentarse a Voldemort. No creí darle suficiente relevancia, ya que no pensé que al final fuera necesario que lo hiciera… sin embargo, ha superado mis expectativas- sus ojos azules centellaron -una vez que terminé el plan de estudios, quiero que aprenda esto... - Regulus abrió de forma descomunal sus ojos ante el pergamino que desenrolló en su sus manos.

—¿Esto señor? Es demasiado avanzado y corrupto para un menor de edad... Incluso para mi es complicado... -

—Es imperativo que lo sepa, Regulus. La empresa literalmente depende de ello. Una vez que se liquide el último horrocrux ya localizado por Moody, Harry sólo tendrá una oportunidad... Una sola para sobrevivir... -

 

Notas finales:

Es todo por el momento pequeños *W* Espero que estén muy bien, les mando un enorme beso y nos leemos proximamente! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).