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Secretos de Medianoche por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

PAREJAS: Harry x Draco, Severus x Sirius, Lucius x Remus y Bill x Regulus.


DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3


ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (que tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿que haces aquí? x9) y probablemente palabras altisonantes. Están advertidos!


Como nota extra, les advierto que este fic esta ambientado en lo que sería el 6to libro, tomo casi todo lo establecido del 1-5 como canon (a excepción de la muerte innecesaria de Sirius :'V) y Regulus tampoco esta muerto, ya después explicaré como sobrevivió (y espero que no sea algo tan ambiguo como "un hechicero lo hizo" XD). Si me equivoco en continuidad o las cosas canónicas, me disculpo de antemano!


Mil gracias por sus comentarios: Evianyal, Sus y alexis! Valen mil y este capi va para ustedes ;)

Capítulo 5

Bill bostezó con fuerza tratando de disipar el sueño que aún tenía. No era una persona madrugadora y la mañana no era su mejor momento para trabajar, nunca lo fue a diferencia de su hermano Charlie o Percy que siempre lo señalaron como una zarigüeya por sus hábitos nocturnos.

"Pero el jefe habló que a las 7" se dijo rodando los ojos tratando de calentarse las manos con el vaho de su boca. Esperaba por todos los santos que en esa ocasión no cancelara de último minuto la reunión. "Como ha venido haciendo desde hace una semana" gruñó subiendo el cierre de su chaqueta hasta la altura de su nariz.

Regulus Black era un enigma indescifrable e insondable. Hacía, se vestía y actuaba como un agente en cubierto y la misión aparte que tuviera encomendada por Dumbledore seguía siendo un misterio para él y por si fuera poco, dudaba que le explicara algo.

Con los años aprendió a no presionar a la gente más de la cuenta o en este caso, en temas serios. Por como analizaba a este peculiar personaje de hábitos escurridizos, podía decir que estaba acostumbrado a la soledad, el trabajo de un solo hombre y de un pensar tan críptico que jamás se abriría ante nadie a no ser que así lo deseara.

"Parece que es más fácil bajarle los pantalones que información" se dijo con gracia. Por tanto preguntar no era una opción.

Recordó sus ojos de ese extraño color violeta como un par de amatistas que le invitaban a mirarlas con atención y como conforme se entibiaba su piel se oscurecían con el candor del deseo.

Negó con la cabeza.

No debía caer nuevamente en la tentación de aquel desliz nocturno el cual se prometió sería el último. No podía permitirse fraternizar de más, al menos no cuando tenía una tarea por delante.

"Regresé de Egipto con el único propósito de ayudar a la orden, no para tontear por ahí con el primer obstinado y tan intrigante fulano que se me atraviese y me haga enfurecer" se repitió con severidad si es que algo de lo que pensaba tenía sentido.

El tontear era parte de su naturaleza divertida y con su actual letrero en todo lo alto de "Acabo de romper con mi novia, estoy disponible: Llámame" no le obligaba a desplegar sus alas a los placeres carnales, a los que tristemente parecía ser más débil de lo que consideró.

Carraspeó poniendo su mejor expresión al momento que se cruzaba de brazos para entrar en calor en esa fría mañana.

Si estaba ocupando el lugar de su padre tendría que poner de su parte lo mejor que podía y eso era manteniendo su distancia de Regulus Black y su incitante carisma que lo motivaba a molestarlo.

Volvió a bostezar antes de hablar al individuo del paso acelerado que se le acercaba.

—Hasta que llegas. Por un momento pensé que ibas a mandarme uno de tus polluelos con una endemoniada carta diciendo que aplazarías nuevamente- vociferó mas fuerte de lo que tenía pensado.

—Ya vez que los milagros existen- dijo descuidadamente moviendo la mano con condescendencia –Tenia cosas que hacer que no podían esperar y créeme, intenté llegar antes pero me llevó más de la cuenta localizar a la sabandija escurridiza que tenía que encontrar. Debes de saber que soy un hombre de palabra y jamas abandonaría mi misión hasta terminarla y ahora estoy aquí- dijo con tranquilidad -Me alegra que llegaras a tiempo. No tolero la impuntualidad- dijo tan radiante que tuvo que entrecerrar los ojos.

"¿Cómo puede estar usando solo una fina camisa de seda y uno shorts en este jodido clima endemoniado?" Pensó muriendo de frío. Uno de los enigmas de la vida.

—Sería mejor a una hora decente y en un lugar cerrado con café a la mano… no aquí donde me estoy congelando el culo-

—Tonterías, no necesitamos un lugar cerrado después de lo que pasó en ese cuarto de aseo. Fue divertido, lo admito, pero hasta ahí, no te lo tomes personal pero no me gusta repetir con la misma persona- sonrió mostrando todos sus dientes en una fingida sonrisa –Y con respecto a tu trasero, me importa poco, aguántate como hombre que no tardaré mucho. Lo que diré será conciso y lo más breve que pueda si no me interrumpes-

—Y ahí está el problema- el hombre mayor apretó su mandíbula. Le gustaba esta expresión y si no estuviera congelándose, le gustaría seguir siendo el responsable de ella.

—Cierra el pico y escúchame, Weasley. Primero que nada: somos un equipo pero eso no quiere decir que trabajaremos en las guardias de Draco Malfoy juntos ¿entendido?- el pelirrojo asintió ya sabiendo de antemano que esa seria su forma de abordar la misión -segundo: acordaremos reunir información de nuestras guardias cada fin de semana, será en tu salón de clases o en el mio, eso lo puedes decidir tu, porque en ese sentido soy flexible-

"Y en mas sentidos" meditó sin querer en aquello que no debía recordar.

—Vale, en el mío-

-Bien. En tercero: ya que tienes mas tiempo libre que yo, tendrás que investigar las actividades y cualquier actividad sospechosa, de los alumnos de Gryffindor, Hufflepuff y Ravenclaw; aunque la mayoría de los hijos de Mortifagos son Slytherin, también hay varios de otras casas- dijo sin esperar su asentimiento -yo me encargaré de los Slytherin ¿quedó claro?-

Aquello no le gustaba para nada. Eran cientos de alumnos para una sola persona, eso sin hablar de las cuestiones éticas y la fina linea que era su integridad.

—¡Tienes que estar bromeando! ¿Y qué planeas que les de veritaserum a cada alumno con el que me cruce o qué?-

—Si tienes que, hazlo-

—Dudo que sea correcto y ya ni hablar de viable ¿Tienes idea de cuantos alumnos tiene esta escuela? ¡cientos!-

—Mira, te lo pondré de esta manera. La vida de Draco está en peligro y no sabes como el señor tenebroso va a atacar. Por ello tenemos que anticiparnos y cercar cualquier entrada por mínima que parezca haciendo lo que tengamos al alcance incluso si eso conlleva romper las reglas y si no obedeces te juro que te las verás conmigo- la furiosa mirada amatista chocaba con la suya. "Esa actitud..." se dijo molesto -Además nunca ha matado a nadie el veritaserum…- se alzó de hombros -No se, se creativo. Tengo entendido que estuviste en Egipto trabajando con duendes. ¿Por qué no usas de su elixir mágico para revelar cosas ocultas?-

—Rayos ocupé lo último que me quedaba esta mañana con un muggle- ironizó -¿Crees que los duendes me dejarían algo siendo tan recelosos como son? Primero se cortan un brazo a revelar sus secretos más preciados-

—Como sea, tú ingéniatelas, ese será tu problema no el mio-

—¿Cómo le harás tú si se puede saber?-

—Fácil. Leeré sus pensamientos. Soy un excelente legeremante desde los quince gracias a mi madre- dijo con orgullo -Y por cierto, se que me has imaginado desnudo. Es un halago, pero si sigues así tendré que cobrarte- El pelirrojo gruñó sintiendo sus mejillas arder.

—¡Bien, lo haré! Pero tendrás que ayudarme dándome el nombre de los padres en las filas de Voldemort para reducir el número de alumnos a investigar ya que fue pan comido par a ti encontrar mi información y estudiarme, así que supongo que al menos puedes darme eso ¿o me equivoco?-

—Vale- dijo tras considerarlo unos segundos – Y como cuarto y ultimo punto, tu cuidarás a Draco en las mañanas, ya que serás el profesor de Defensa en las tardes, mientras que yo lo cuidaré de noche-

—¿Y cómo harás eso? ¿Siguiéndolo cómo su sombra para que no te vea? ¿Acosándolo por la ventana de su cuarto?—

—Nada de eso, como escuchaste esa noche en el despacho de Dumbledore; soy un animago y tengo mis métodos-

—¿En serio? ¿Puedes mostrarme? ¿Eres un cachorro como Sirius? ¿Si te pido la pata me la das?— tal vez le salió más burlón el tono que esperó pero el resultado no fue lo que esperó; Regulus esbozó una genuina sonrisa de complacencia.

—No. Soy algo mucho mejor que un perro. Para que te des una idea, mi nombre código en las misiones es Raven…—


Sintiendo el leve bamboleo del expreso, y el estridente sonido de la locomotora tomando velocidad con forme se alejaba de la estación King Cross en esa mañana que comenzaba a entibiar, Harry miró nuevamente consternado la respuesta a la carta que escribió a Sirius alias "Canuto" la última semana del verano que esperó no terminara.

Hermione insistió que al menos con él comentara sus preocupaciones, pero dudaba que esa escueta respuesta fuera de alguna ayuda más que de generarle una mayor cantidad de preguntas.

Frotó preocupado su cicatriz. La última vez sangró y aun le picaba; Voldemort estaba furioso y no sabía por qué. Por más que Hermione insistió que le avisara a Dumbledore, Harry aun no quería recurrir a eso. El viejo director se había mantenido apartado y muy sospechosamente silencioso; claro que planeaba hacer lo mismo.

"No creo que sea algo tan grave" meditó. Estaba casi seguro que solo fue una rabieta del Lord o con mucho optimismo esperaba que cualquiera que fuera su plan se hubiese venido abajo.

Regresó la mirada a la realidad. Había algo de descontrol afuera del compartimiento, pero era lo usual. La señora del carrito pasó a ofrecer su mercancía y el moreno compró unas grajeas y dos ranas de chocolate para después.

Ron y Hermione acababan de regresar de su trabajo como prefectos, exhaustos de controlar a los de 2do y 3er año, mientras que Ginny, Luna y Neville charlaban vivamente sobre las vacaciones comiendo golosinas. Sabía que debía estar tranquilo al estar rodeado de tantos rostros conocidos y amigables, sin embargo había algo que no cuadraba con lo que había vivido los años anteriores.

—Es extraño aún no habernos topado con Malfoy- dejó salir en voz alta sin pensarlo. "Cierto, ya era raro no ver a Malfoy pasearse prepotente por el callejón Diagon, pero es aún más raro no verlo pavoneándose por los compartimientos" se dijo comprendiendo finalmente la desazón que sentía.

Ron tragó ávido lo que estaba masticando.

—Claro que no, con el ingreso de su querido padre en Azkaban, seguro anda recluido en uno de los vagones de hasta atrás con su séquito de aduladores, como el hurón miedoso que es- rió divertido de solo imaginarlo.

—Ron tiene razón, dudo que quiera llamar la atención. Con su familia en la mira los periodistas están hambrientos de una exclusiva- dijo Ginny como si fuera el chisme más actual que conocía.

—Mi padre quiso hacerles una entrevista, pero ni siquiera pudo acercarse a 1 kilómetro de la mansión Malfoy, dijo que había una barrera mágica y cientos de somormujos trinchadores en los alrededores- dijo Luna con ensoñación.

—¿Y que son esos?- preguntó con timidez Neville.

—Son unas pequeñas aves multicolores que olfatean la maldad, no es un buen signo- dijo como una verdad fehaciente haciendo que Hermione pusiera los ojos en blanco dándose paciencia con las ideas deschavetadas de Luna Lovegood.

—Hum...- bufó Harry mirando por la ventana.

—Alégrate compa. Algo menos de que preocuparse- sonrió ufano el pelirrojo sacándole brillo a su insignia de prefecto -si continúa así escondiéndose, presiento que será un gran año-

—Si- dijo desganado. Ron tenía razón, ya tenía un año agitado antes incluso de comenzar con sus clases de oclumancia y las rabietas violentas de Voldemort, pero no podía evitar el sinsabor qué se producía en la boca de su estómago.

Negó con la cabeza apartando la idea, estrujando la carta de Sirius con fuerza recordando nuevamente su breve contenido. "No tienes que preocuparte de nada, cachorro. El plan fue cambiado y ya no estaré como profesor y sobre la chica; procura olvidarlo. Dumbledore está al tanto. Nos vemos pronto."

Bufó molesto. "No es como si me importa" se dijo cerrando los ojos, practicando momentáneamente el vaciar su mente sin éxito.


Jadeó apenas audible tratando de recuperar el aliento.

Remus Lupin no era conocido por su gran condición física pues su frágil cuerpo siempre precisó cuidados específicos; pero ordenes eran órdenes y suspiró secando su frente anegada de sudor.

—Gracias por acompañarme hasta aquí Hagrid- dijo volviendo a dar un fuerte respire impregnándose del olor de pino y abeto de los alrededores con ese gélido viento tan seco que hacía que sus fosas nasales dolieran.

—No fue nada profesor Lupin, de hecho fue un gusto poder venir a medio camino con usted. Siempre es mejor ir acompañado que solo ¿no cree? Se hace menos largo el camino- el castaño asintió estando totalmente de acuerdo.

Habían recorrido cerca de 50 kilómetros descansando solo una vez para el almuerzo. Hagrid era muy bueno para ubicarse y se desenvolvía con tal naturalidad que parecía que conocía como la palma de su mano el camino.

—Bueno, aquí nos separamos, profesor. Tengo que ir mas al sur-este para llegar a las orillas del río Svisloch y reunirme con Olympe. Ya que fallamos con los gigantes del norte, esperamos tener mejor suerte esta vez en el urstromptal donde habita la segunda comunidad más grande- dijo el semi-gigante irguiéndose con orgullo. Le simpatizaba esa dedicación que ponía a su misión y cuanto le gustaría sentir la mitad de agrado que él –tiene que seguir en aquella dirección, es imposible perderse- señaló con el grueso dedo ahí donde parecía que un chubasco estaba a punto de caer y la marea era fuerte y gris.

—Está bien Hagrid, te lo agradezco- dijo enfocando sus ojos como la miel hacia el oscuro horizonte que se alzaba delante. Ahí tenía que ir a cumplir parte de su misión. Azkaban… ese terrible lugar de soledad y muerte que tendrías que estar demente o en una misión suicida para acercarte en ese toxico ambiente.

"Pues definitivamente es lo segundo" consideró dándose ánimos.

No sabía porque Dumbledore le encargó aquello, pero si confiaba en sus capacidades, sabía que estaba haciendo algo bien y procuraría no defraudarle.

—Buena suerte profesor Lupin- sonrió el semi-gigante y este le devolvió el gesto armándose de valor. Estaba seguro cuál sería su plan solo esperaba por todos los cielos que no fuera demasiado tarde.

 

 


 

Notas finales:

Espero que les haya gustado! Ya saben que cualquier duda/ comentario/felicitaciones y/o galeones de chocolate, estoy a su disposición ;) 


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