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Secretos de Medianoche por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

PAREJAS: Harry x Draco, Severus x Sirius, Lucius x Remus y Bill x Regulus.

DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3

ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (que tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿que haces aquí? x9), m-preg (embarazo masculino), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. Están advertidos!

Como nota extra, les advierto que este fic esta ambientado en lo que sería el 6to libro, tomo casi todo lo establecido del 1-5 como canon (a excepción de la muerte innecesaria de Sirius :'V) y Regulus tampoco esta muerto, ya después explicaré como sobrevivió (y espero que no sea algo tan ambiguo como "un hechicero lo hizo" XD). Si me equivoco en continuidad o las cosas canónicas, me disculpo de antemano!

Notas de la Autora: Finalmente regresé! No puedo creer que instalar internet en casa tomara tanto tiempo TOT pero en fin, ya regresé!

Gracias por comentar: Nio1991 Te mando un beso!

A leer se ha dicho!

 


Capítulo 8

El paisaje de la pequeña cabaña en el bosque, escondida perfectamente entre la alta vegetación y salientes rocosas era tan impresionante que hizo que Sirius silbara. Severus tenía que admitir que era un buen escondite aprueba de cualquier muggle o mago despistado que se le ocurriera deambular por ahí. Narcisa sonrió nerviosa.

—Groovy- Sirius le dio el visto bueno –no está nada mas Snape. Perfecta para malévolos planes y jueguito de manos- bailoteó ambas cejas divertido.

—Idiota- le contestó sintiendo sus mejillas arder. Menos mal que controlaba perfectamente sus reacciones a plena vista porque no le gustaría una broma más a su persona, muchas gracias.

—Es… acogedora- dijo Narcisa tratando de sonar entusiasta pero Severus de tan bien que la conocía supuso que no era la clase de lugar que visitaría por gusto –aunque no parece que este equipada con un buen laboratorio de pociones o que tenga calefacción…- mencionó preocupada –o un cuarto de aseo….- con una mueca quitó lo que parecía una espesa telaraña cubierta de moho y tierra de la entrada y casi vomita al notar su consistencia.

—Apenas y tiene una cama y un baño Narcisa… Estaba diseñada solo para que yo la habitara y no en las óptimas condiciones. Recuerda que mi posición está en juego- la rubia mujer asintió examinando el lugar en busca de algo remotamente agradable donde pudiera sentarse mientras Severus comenzó a lanzar hechizos anti rastreo, contra cualquier trampa invisible, de revelación y un par de conjuros de protección.

—Se nota que ya no eres el favorito del Lord Oscuro, ¿eh Quejucus?- rió moviendo su varita removiendo cuanta suciedad pudiera -pareciera que el señor tenebroso espera que falles tu misión-

—Si…- desvió la mirada aclarando su garganta -Como sea…- detestaba admitir aquello, pero a todas luces eso era lo que sucedía. Quería que fallara enormemente y finalmente cobrársela por cualquier error que creyera que cometió –lo importante es que ya estamos aquí y tenemos que poner manos a la obra. Tenemos exactamente 3 meses para completar esta misión o de lo contrario nos llevará el carajo-

—Bravo. Bellas palabras motivacionales Snape, gracias. Casi suelto una lágrima- el pocionista puso los ojos en blanco. No era nada bueno para sus pobres nervios estar con Sirius Black en un espacio tan reducido como aquel.

—Me alegra que te conmoviera, ese era mi intensión- ironizó.

—Calma chicos, tenemos que conservar la calma. Ya cuando todo esto termine podrán tener una batalla de varitas, jugar a los gritos, besuquearse o lo que sea que tengan planeado, eso no me incumbe; pero lo que importa es mantener a mi hijo a salvo-

—Bien…- exclamaron los dos al unísono lanzando un bufido molesto.

—Aunque creo que primero se congela el infierno antes de terminar besuqueándonos- bufó divertido Sirius.

—Ya- Snape volvió a carraspear despejando la mesa de madera resquebrajada por la humedad del lugar. Imaginarse a sí mismo besándose con Sirius era la última cosa que hubiese querido tener en la mente –bien, la maldición de la muñeca viviente es un ritual sumamente complicado que considero extraordinario que alguien del intelecto de Alecto pudiera conseguir en tan poco tiempo…-

—Pero lo hizo- dijo Narcisa con dolor reflejándose en sus ojos azules.

—Si lo hizo, así que realizar una contra maldición será aún más complicado. En este pergamino puse todos los ingredientes y el procedimiento que se llevó acabo- los tres adultos acercaron sus rostros al largo pergamino y Sirius torció la boca. Era muy complejo para él –no hay mucha información en los libros a mi disposición por lo antiguo del ritual y lo poco conocido que es, sin embargo creo que logré obtener lo necesario para partir de algo claro-

—Si muy lindos tus jeroglíficos y todo pero ¿de qué sirve? ¿Qué planeas hacer sabiendo ya eso? ¿Hacer la misma poción a la inversa? Que yo sepa un antídoto no necesariamente lleva los mismos ingredientes que el veneno-

—Black… si no entiendes nada de pociones con tu pequeño cerebro ¿qué estás haciendo aquí en la mesa? Deberías estar de perro vigía como Dumbledore te pidió en lugar de no aportar algo útil- los ojos de tormenta relampaguearon.

—¡Murciélago grasiento! ¿Cómo te atreves a…?- Narcisa se interpuso entre ellos callándolos al instante.

—Ya dejen de estarse provocando como un par de críos. Sirius, por favor, ve a sentarte a la ventana y deja que Severus continué- exclamó autoritaria –y tu Severus no demerites las habilidades de las personas antes de conocerlas por favor. Somos un equipo y como tal debemos estar unidos y apoyarnos ¿está claro?-

—Bien… como estaba diciendo, cada ingrediente tiene una cualidad que dependiendo de la combinación puede potenciarse, anularse o cambiar en otra totalmente distinta. Mi plan es repartirnos tareas. Yo comenzaré con la redacción de posibles combinaciones y la recolección de hierbas y minerales aledaños. Narcisa te voy a pedir que tú seas quien consiga cuantos ingredientes puedas de esta otra lista que escribí- los ojos azules dieron una pasada con asombro.

—¡Son más de 300 ingredientes Severus! ¿Aliento de colacuerno húngaro? ¿Escudos de kappa? ¿Pétalos de loto lapislázuli en una mezcla de ámbar? Por el dinero no hay problema, pero muchos de los ingredientes son casi imposibles de conseguir y hay como 5 que pertenecen a criaturas ya extintas…-

—Confío en ti totalmente Narcisa. No te daría esa tarea si no creyera que puedes conseguirlo. Lucius tenía muchos contactos en el callejón knockout y el mercado negro. Además eres muy buena para pasar desapercibida…- la dama apretó los ojos.

—De acuerdo. Comenzaré una vez que me haya refrescado y haya descansado. Eso me lleva a otra cuestión… ¿dónde dormiré si es que puedo preguntar?- endureció el ceño al notar el pobre y único sofá frente a la chimenea y no le daba buena espina. "Seguro tiene miles de huevecillos de doxie" pensó con un escalofrío.

-Descuida Cisa, aquí el profesor Quejicus ya dijo que hay una cama que puedo apostar está subiendo las escaleras- dijo escuetamente –las damas tienen preferencia- le guiñó el ojo notando el gran alivio que sintió.

-¿Y ustedes?-

-No te preocupes por ello Narcisa- contestó Severus arremangando su túnica -dicen que los perros duermen donde sea así que yo dormiré en el sofá- sonrió maliciosamente sin notar lo cerca que Sirius se encontraba de él.

-¿En serio Sevy?- cuestionó con burla. Detestaba esa maldita mirada cínica que sin saber el porqué, le hizo temblar -No si yo puedo evitarlo…-


Con las clases dando comienzo, Harry agradeció su horario ameno con un buen tiempo de descanso para almorzar y comer, sumando Astronomía fuera de su lista, podía tener las noches para sí mismo.

La clase de defensa contra las artes oscuras fue la mejor, Bill era muy atento con todos, diestro con la materia y con un fresco sentido del humor. Muchos chicos parecían interesados en encontrarle falla alguna en su perfección, mientras las chicas, incluida Hermione, parecían embelesadas con él entre suspiro y suspiro. Por alguna razón las reacciones le recordaron a las clases de Gilderoy Lockhart "pero al menos, el hermano de Ron si tiene idea y conocimiento de la materia que imparte" sonrió.

El nuevo maestro de pociones era para tranquilidad de Harry mucho más ameno y ligero que su predecesor y sin su afán de hacer sentir mal a todos los alumnos o bajar puntos a diestra y siniestra.

"Algo bueno tenía que salir de este misterio" se dijo intrigado al observar que nadie parecía notar el cambio "o probablemente inconscientemente lo sienten, pero nadie mencionaría algo que es benéfico para todos" se alzó de hombros.

Todo parecía ir bien para ser el primer día, aunque lo único que no le gustó mucho fue la forma en la que armó las parejas de trabajo. ¿Slytherins y Gryffindors haciendo pareja? Eso sí era de locos y no le permitía estar del todo tranquilo. Sus amigos parecían sentirse igual de reacios a compartir un reducido espacio con alguien de la casa de las serpientes.

Su cuerpo se acalambró involuntariamente y sintió sus palmas frías al ver a Lynci Malfoy en el asiento contiguo, tan cerca de él. No sabía que le producía, pero era una sensación extraña.

—Hola- saludó como que no quiere la cosa. La chica peliplata puso los ojos de plato, estaba tan perpleja como el al ser compañeros de equipo o eso le pareció.

—Hola... - contestó bajando la mirada -no tienes que ser amable conmigo solo por ser compañeros en esta materia, eso no nos vuelve amigos- Harry sonrió. No esperaba nada diferente de eso, pero aun así le alegraba que se comportara igual. No sabía que hubiera hecho si le daba cualquier otra contestación.

—Es mejor ser amigos a ser desconocidos con fricciones cuando se trabaja en equipo ¿no lo crees? Además creo que hará más amena la clase si nos llevamos bien–

—Como quieras... - era una chica encantadora con una actitud que chocaba con su apariencia. Tal vez aquella incoherencia debería irritarle, pero le pasaba lo contrario y no podía dejar de sonreír.

Mientras el profesor narraba el capítulo de la lección de ese día, todos los alumnos permanecieron en silencio tomando apuntes, pero el moreno tenía su atención dispersa. Poner atención a la clase y observar por el rabillo del ojo a Lynci.

Había algo magnético que lo llamaba y no sabía por qué. Jamás se consideró un chico que se fija en las apariencias, pero no podía evitarlo; le intrigaba todo de ella. Desde su abrumadora belleza hasta la peculiar forma en llegar a la escuela. ¿Una transferencia? Ni que fuera dinero en el banco y mucho mas cuando ya habían tenido los TIMOS.

Si era hermosa y por ello, no se podía imaginar que realmente fuera pariente de Draco Malfoy, mucho menos su hermana. Simplemente no era una Malfoy para él, sino, solamente Lynci y así se quedaría en su cabeza. A veces la mente podía dar por sentado algo para poder lidiar después con aquel ruido que se cimbraba en los alrededores.

Quiso despedirse, pero la chica fue mas rápida en desaparecer de su vista. Suspiró acercándose a sus amigos quienes estaban esperándolo en la puerta.

-Vaya día- exclamó Ron cerrando la boca de golpe al sentir la sombra del profesor cernirse sobre él.

—Potter, ¿puedes quedarte unos momentos? — pidió el profesor tomando una expresión crítica. Le dirigió unas miradas a sus amigos señalando que se adelantaran. Ron exhaló aliviado al no ser regañado.

—¿Qué sucede profesor Snape?- cuestionó cuando notó que el ultimo alumno salía –¿debería llamarlo así? Ya que ambos sabemos que no es él- el hombre arqueó la ceja antes de sonreír. Jamás hubiera pensado que el rostro del temido profesor de pociones pudiera hacer algo así sin que pareciera una torcida mueca malévola. "Ver para creer" se dijo absteniéndose de pedirle que dejara de hacerlo.

-Me informaron que el profesor Snape te daba clases de oclumancia, ¿es correcto? - Harry con pesar asintió - bien, de ahora en adelante yo seré tu maestro, ¿está claro? –

—No es como si tuviera opción o pudiera decir que no, ¿cierto?-

-Correcto - sonrió ávidamente el intérprete de Snape —Te espero aquí los martes y viernes, a las 7 pm, no me gusta la impuntualidad- Harry quiso rebatir sobre el entrenamiento de Quidditch, pero el hombre misterioso se le adelantó –por tus entrenamientos, te sugiero que lo arregles en cuanto puedas, no por nada eres el capitán del equipo ¿o me equivoco?- Harry no le quedó de otra más que asentir.

"Parece que alguien finalmente está haciendo bien su papel de Snape" siseó su mente.

—Y por último voy a necesitar el mapa del merodeador que está en tus bolsillos- el ojiverde se crispó –no finjas demencia porque sé que tú lo tienes, ya revisé en el último lugar donde debía de estar, que es en el triste despacho de Filch donde yo lo dejé después de robarlo- bajando la cabeza y con una expresión dolida sacó el pergamino –descuida, cuando tenga lo que necesito, te lo devolveré-

—Bien- contestó poniéndose la mochila sobre el hombro -¿algo más?- de todos modos ya le había quitado algo muy valioso. "Nada mas falta que también quiera la capa de invisibilidad" se dijo molesto.

—Sería todo. Puedes retirarte-

Si Harry pensó que se había librado de esas odiosas clases extra, que equivocado estaba. "Simplemente perfecto…"


Septiembre siempre le pareció un mes de transición; un ritmo ni tan lento como al principio, ni tan acelerado como antes de las vacaciones de invierno. Un mes agradable si le preguntaban.

La luz de la luna se colaba por la ventana y sonrió al escuchar a sus amigos ya durmiendo tranquilamente como si no le debieran nada a nadie (y probablemente era cierto) acompañado del croar de la nueva rana de Neville tras el terrible perecimiento del original Trevor a manos de Umbridge.

Esos últimos meses no necesitó dormir más de 5 horas para poder estar descansado y completamente revitalizado, por tanto aprovechaba ese tiempo para sí mismo en su nueva afición recién descubierta.

No necesitaba pensar en nada mientras pintaba, ni recordar su conexión con cierto maniático homicida, ni las clases con Snape 2.0, Lynci Malfoy, el misterio a su espalda que no podía descifrar o las constantes dudas que lo acechaban al amanecer; lo que necesitaba para su paz mental era eso, dejar que el pincel hiciera su magia deslizándose por el grueso papel que con mucha lentitud se humedecía a cada trazo.

Los matices se embebían mezclándose perfectamente entre rosa pastel y durazno, un tono ocre para las sombras y tenue violeta delineando la nariz, pequeña y respingada.

Sin querer pensar en ello, rememoró una fragancia agradable y sonrió. No era fan de las manzanas verdes, pero jamás pensó que pudieran oler tan delicioso, o al menos así olía Lynci cuando se inclinaba hacia él y sus dedos rosaban al tomar algún frasco como el ajenjo o las bayas goji. Sus grandes ojos se clavaban en los suyos con tal profundidad que percibió como su corazón se aceleró de solo recordar.

Con tranquilidad mezcló en su godete improvisado un poco de amarillo con blanco para diluir su intensidad. No era precisamente el tono que quería obtener, pero tenía que conformarse. Aun no realizaban excursiones a Hogsmeade, así que no podía abastecerse con más materia así que por el momento bastaría.

No era muy bueno pintando paisajes, pero si cosas pequeñas, animales o incluso personas. Hedwig y Pig habían sido una modelo excelente y casi parecían saltar de su lienzo para emprender el vuelo, mientras Croockshanks dormía en una que otra página frente a la chimenea.

El pincel se deslizó con fluidez esparciendo el matiz en un pequeño charco de agua que manipulaba con habilidad. No era una persona muy paciente, pero esperar a que el exceso de agua se secara era siempre algo impresionante y novedoso como la primera vez. Como el color parecía acentuarse haciendo vibrar el papel o darle una apariencia traslucida, casi fantasmagórica dependiendo de la cantidad de pigmento que ponía en cada pasada.

Como despertando de un breve trance notó a quien estaba dibujando y ahogó una maldición para no despertar a sus compañeros de cuarto.

—¿Draco maldito Malfoy?- murmuró dejando que el color amarillo se deslizara hacia todos lados arruinando el dibujo que casi estaba terminado –Debo estar loco…- se dijo molesto arrojando al suelo el cuaderno que se cerró en el acto.

Podía apostar que era el estrés que atravesaba y lo mucho que pensaba en Lynci comenzaba a hacerle estragos.

—Seguro es eso…- se dijo dando una profunda bocanada de aire –de todos modos son hermanos… de ahí el parecido…- trató de reconfortarse decidiendo que lo mejor era dormir -de todos modos ¿Por qué querría dibujarlo?- bufó acomodándose en la cama tratando de conciliar el sueño casi disperso.

¿Porque extrañaría a un pelmazo pendenciero, egoísta hijito de papi? No sabía que había de mal consigo y bufaba entre cada toxico pensamiento.

Dio un par de vueltas buscando la optima posición hasta que las garras del sueño finalmente lo tomaron como su presa, teniendo como último pensamiento los hermosos ojos de plata liquida de Lynci Malfoy que eran tan parecidos a los de su hermano ¿o era al revés? Ya no lo sabía cuándo se quedó dormido.

 

Notas finales:

No se olviden de comentar! Recuerden que los comentarios es mi unico pago y algo que me hace muy feliz! Ya saben lo que dicen escritor contento, mas rapido actualiza ;)


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