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Luz artificial por Abyss

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Aftercare [Oneiros&Alone]

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—¿Qué fue lo que paso?

Desconoce su propia voz cuando finalmente se siente con la fuerza suficiente como para poder hablar, escuchándose demasiado cansado a sus oídos a pesar de que no recuerda haber hecho alguna actividad que requiriera mucha fuerza, así como debilidad en el cuerpo, al sentirse incapaz de darse vuelta para quedar recostado boca arriba, manteniéndose de costado, justo como Oneiros lo sostenía con cierto cuidado.

—Te enfermaste.

Es la respuesta cortante que recibe, respirando profundo y sintiendo que en cualquier momento podría quedarse dormido, excepto, claro, que de repente parecía nacerle una necesidad por rascarse, pero que debido a la manera en que se encontraba, no parecía que el de cabellos plateados se lo fuera a permitir.

—No creo que esa sea razón para tener mucha hambre y casi no poder moverme.

—Estuviste bajo fiebre durante toda la semana, Alone, la enfermedad te dio muy fuerte.

—... ¿Qué?

Esta lo suficientemente sorprendido por la respuesta que ignora por completo el paño húmedo que Oneiros pasa por casi toda su espalda, subiendo hasta su cuello e intentando limpiar lo mas posible, antes pasar uno seco para recoger la humedad extra, asegurándose que se encontrara lo suficientemente seco para poder acomodarlo de nuevo boca arriba, justo como había visto que quería acomodarse cuando despertó.

—Varicela, Alone. De seguro un niño te contagio sin que te dieras cuenta y cuando llegaste se empezó a manifestar, alégrate porque a ninguno de nosotros nos afecte y hay almas a las que pudimos recurrir para saber que hacer contra tu enfermedad.

Giro la cabeza con dirección a Oneiros, que ahora se encontraba recogiendo todo lo que acababa de usar, moviendo las cosas con cuidado ya que la mesita a su lado se encontraba llena de medicinas que no sabía que tenían en el lugar.

—Tu... ¿Me has estado cuidando? —pregunto con curiosidad, claramente sorprendido porque el dios menor se hubiera tomado la molestia de cuidar de alguien que no solo los traiciono durante la guerra, sino que, además, actualmente era solo un contenedor vacío ya que el alma de Hades descansaba tranquilamente en los Elíseos.

—No pude cuidarte todo el tiempo, nos dividimos las tareas y me toco lo que llaman "cuidado posterior", el nombre es confuso, porque un doctor con otro idioma lo llamo "aftercare" —limpio sus manos en otro cuenco de agua que tenia aparte, antes de tomar uno de los botes que parecía tener crema—. Supongo que por la confusión me dejaron esta parte a mí, ¿te da comezón en algún lado?

—Espalda.

—Bien.

No opuso resistencia alguna cuando Oneiros lo volvió a poner de costado, suspirando de alivio cuando sintió como distribuía una especie de crema por toda su espalda, lo que aliviaba la picazón y le hacía sentir mejor.

—¿Puedo comer algo?

—Preguntare a los sirvientes, pero no esperes mucho, te hemos mantenido a puro líquido, tal vez te toque comer sopa por dos días.

Sonrió mientras era acomodado boca abajo con cuidado, sintiendo como Oneiros se encargaba de acomodar todo para que se encontrara lo más cómodo posible y pudiera seguir descansando, probablemente en un futuro habría un montón de burlas sobre la enfermedad que había contraído, que mayormente les daba a los niños, pero ya luego haría corajes sobre eso, por el momento, no tenia ningún problema en disfrutar de los cuidados del dios menor.

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No quiero llorar [Oneiros&Aspros]

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Miro el horizonte al que tanto estaba acostumbrando, la hermosa prisión donde estaba encerrado voluntariamente parecía temblar de vez en cuando, la señal de que algo no había salido bien. No es el primer temblor, y probablemente tampoco será el último, Oneiros se lo había advertido antes de desaparecer, debido al estado de la guerra y las acciones llevadas a cabo, era muy probable que el reino de los sueños, el Mukai, se viera forzado a participar.

Pero fue cuando el cielo sobre su cabeza empezó a resquebrajarse, que empezó a temer seriamente por la manera en que se estaba viendo involucrado, consciente del Oráculo que recibió en vida y la profecía que Oneiros le había comentado después de su muerte.

—No quiero llorar.

La prisión solo era un alivio momentáneo, pero no debía acostumbrarse, su destino estaba marcado de manera macabra desde el momento en que un dios decidido jugar con su hermano y el, moviendo los hilos para que terminara de la forma en que lo había hecho.

Sintió las lágrimas de impotencia en el borde de sus ojos, volviendo borrosa su visión, lo suficiente para no poder ver las grietas que se seguían formando lentamente en la burbuja de protección que muy amablemente habían cuidado de él durante mucho tiempo.

—No debo llorar.

Se abrazo a si mismo mientras se agachaba, sintiendo los temblores cada vez mas fuertes, la luz artificial parpadeando de una manera preocupante y todo aquello que parecía darle un toque mágico al lugar, desvaneciéndose lentamente sin poder hacer algo para evitarlo, más que cerrar los ojos, rezando por un milagro, deseando no salir de ese lugar para cumplir su destino marcado.

No quería pelear de parte de Hades, no quería ser un espectro, mucho menos tener esa pequeña posibilidad de enfrentarse a su hermano.

—No... Quiero... Yo...

Un fuerte estruendo interrumpió sus pensamientos, un fuerte choque hizo retumbar el lugar y finalmente el falso cielo cedió. Las flores a su alrededor y el gran árbol desaparecieron, regresando la prisión a su estado primario que era en tonos grisáceos sin una pizca de luz.

Se mantuvo en su lugar un momento, sosteniendo su cabeza, sosteniéndose a si mismo. A su alrededor podía escuchar al resto de almas liberándose de sus prisiones, escapando, mientras su propia mente colapsaba lentamente, con su cabello azul convirtiéndose a negro y sus ojos picando conforme la sangre se aglomeraba en ellos, dejando de lado lentamente esa parte que no quería atacar a los suyos, que no deseaba participar en la guerra y cuya único deseo era permanecer en la agradable prisión, la cual ahora, lentamente se desvanecía a falta de los cosmos que se aseguraban que todo siguiera de pie.

Sonrió. Observando la prisión destruida, el pobre estado en que todo a su alrededor había terminado, antes de comenzar a avanzar entre escombros, siguiendo a varias almas que también se dirigían hacia la salida, aprovechando que ya no había ningún dios del sueño que impidiera su huida.

Su sonrisa simplemente se ensancho, cuando sintió una fantasmal lagrima descender por su mejilla. Pero que tipo mas molesto, sin duda alguna, se había acostumbrado demasiado a la comodidad del encierro, a la vida que nunca podría tener.

¿No quería llorar? No lo dejaría, este cuerpo, ya no le pertenecía.

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Almas Gemelas [Oneiros]

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Lo ha leído en algún lado, en algún momento, aunque no recuerda donde con exactitud. Hay mucho de aquella lectura donde duda, desde el mito de Platón hasta la idea de tener un cordón atado en un dedo y conecte con alguien más, independientemente de la distancia.

En el fondo, no puede pensar en otra cosa más que en lo estúpido que era creer en todas esas cosas, demasiada fantasía asegurándote un amor que no siempre estaba totalmente destinado a permanecer a tu lado, pero que era un amor tan fuerte que te hacia creer que algo así pasaría. No puede evitar pensar en la pérdida de tiempo que es todo eso, lo que uno podría hacer en lugar de buscar erróneamente a un alma gemela que, aunque tu destinado estaba entrelazado con aquella persona, nada te aseguraba que, mínimo, le ibas a encontrar algún día.

Cierra el libro que había estado leyendo hasta entonces, cuya información era todo menos antigua y normalmente se podía encontrar escrita en cualquier otro libro, reescrita más de mil veces, lo mismo, aunque en una que otra ocasión algunas palabras solían variar, pero la información que normalmente a uno le intentaban vender era prácticamente lo mismo.

Lleva años leyendo sobre esa misma tontería, demasiado aburrido como para intentar buscar si era verdad o no, simplemente entreteniéndose por solo leer y no cuestionar, mirando una de sus manos por el simple placer de intentar ver el ridículo hilo rojo que supuestamente lo debía unir con alguien más.

Aunque sabe, que al final del día, aun si hubiera un hilo atado en su dedo, al otro lado no habría absolutamente nadie para él, ha pasado el suficiente tiempo como para llegar a esa conclusión, la cual podrá todo menos errónea, lo sabe y no le importa. En cambio, prefiere pensar en aquellos que ah conocido a lo largo del tiempo, fijarse en la suerte que ellos han manejado y en que perfil podrían entrar conforme las cosas que les hayan ocurrido, Shion, por supuesto, es siempre el primero que viene a su mente, él es el claro ejemplo de que tu alma gemela no siempre termina contigo, enamorado por la eternidad de su mejor amigo, con quien no pudo concretar nada en dos ocasiones, muchas veces recordarlo lo hacía mirar el despejado cielo y pensar en que tal vez ahora estaba teniendo suerte, después de cumplir su sentencia en el infierno y reencarnar.

Y entonces empezaba a divagar, retrocediendo cada vez más. Alone era divertido de recordar, sus dudas existenciales, la manera tan sencilla en la que siempre era divertido hacerlo enojar, los constantes contraataques que solía realizar cuando el otro le lanzaba una verdad a la cara, entre todo eso, aun ahora seguía dudando que ese tal "Tenma" fuera su alma gemela, y en dado caso de que fuera así, era esa alma con la que nunca podría concretar absolutamente nada y con la cual, muy probablemente, jamás se volvería a ver, pues el alma de Pegaso pertenecía totalmente al Santuario, Athena, a menos de que aceptara ser Hades nuevamente, no tendría otra oportunidad para reencontrarse con él, así que muy probablemente él estaba destinado para alguien más, una vida más tranquila lejos de la guerra, ¿la tendría? Esperaba que al menos no se hubiera reencarnado con la terquedad con la que lo conoció.

Suspira, mirando el cielo sin fin, antes de levantarse, sentándose en su lugar mientras dejaba el libro a un lado, dirige su mirada al horizonte, a la lejanía. Observa a la distancia, desde la isla de la tierra de los bienaventurados, a una isla olvidada en el tiempo, llena de bruma que poco a poco la hacen desaparecer, esconderse de la vista de todos. En el próximo siglo, probablemente ya no podría ser capaz de verla nuevamente.

Se queda ahí, solo, sin un patético hilo atado... Sin nadie a su lado.


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