Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Luz artificial por Abyss

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Frente a la fogata [Oneiros&Alone]

.

Están sentados uno frente al otro, ocupando uno de esos típicos troncos derrumbados para tomar asiento, con una fogata en medio de los dos que intenta darles luz y calor en medio del bosque, un pequeño paseo de último minuto que habían decidido realizar entre ellos después de haber experimentado... Ciertas dificultades para seguir soportándose, como normalmente ocurría cuando alguno de los dos encontraba algo interesante con lo cual molestar al otro.

—Quema eso.

—¿Me das un minuto? Estoy pensando seriamente en mantenerlo.

—¿Vas a mantenerlo después de lo que hiciste?

Esta entre las manos mas pequeñas, un libro ridículamente grande en color negro, aparentemente de cuero, con las palabras "María Negra" escritas justamente en la tapa superior con letras rojas, las cuales eran acariciadas de vez en cuando por Alone, quien parecía haberle tomado un extraño cariño al dichoso libro.

—Alone, tíralo ya al fuego, antes de que su dueño venga y nos reclame su ridículo libro.

—Pero Oneiros, solo piensa en lo que podría hacer esto.

—¿En serio quieres seguir jugando con esa cosa? Además, solo funciono una vez, nada te asegura que lo volverá a hacer.

Tiene de frente a la fogata, la cual revive varias veces conforme Oneiros lanza mas ramitas al fuego, todo fuera para evitar que se apagara antes de tiempo, sobre todo porque el aire que soplaba de vez en cuando parecía empeñado en ayudarle a mantener el libro siendo un libro entre sus manos.

—Al menos déjame, probarlo una vez más, un amarre más.

Pidió ilusionado abriendo el libro una vez más en una página al azar, leyendo los supuestos hechizos que poco le faltaba para memorizar y que, hasta el momento, no muy asombrosamente, solo uno había funcionado en el dios menor que tenia enfrente y no había sido justamente uno de los tantos amarres que le intento realizar solo para ver si le afectaban en algo.

—Alone, no me hagas ir y tirar ese libro yo mismo.

No pudo evitar hacer un mohín, cerrando nuevamente el dichoso objeto tras seguir escuchando la insistencia de Oneiros, quien ahora se encontraba señalando al fuego y no parecía absolutamente afectado por ninguno de sus intentos de persuasión, si es que debía de practicar más seguido.

—Al fuego.

—Está bien, está bien. Pero tu le vas a explicar al dueño que fue lo que le paso a su libro.

Suspiro, segundos antes de finalmente soltar el objeto de color negro, con fuerza, arrojándolo a las llamas que lo recibieron sin problema alguno y poco a poco comenzaron a consumirlo, admirando como el papel era lo primero en quemarse mientras la cubierta de cuero parecía tardarse un poco más.

Ahí, frente a la fogata, vio como el libro de magia negra desaparecía lentamente ante sus ojos, llevándose consigo todos esos hechizos que jamás sirvieron para nada, excepto uno, aunque lo que había hecho no fue para nada agradable entre los dos, le había dado un poco mas de esperanza en saber que al menos uno de los amarres podría funcionar en algún momento.

—Debí de haberle sacado una copia.

—Ni siquiera empieces o te confiscare las tarjetas de crédito.

Mejor no volver a tocar el tema en voz alta, de ahora en adelante, lo mantendría en secreto para asegurar que no fuera a ser detenido una próxima vez en su ideal de hacer sufrir a Oneiros con algún hechizo de magia negra, esos que buscaba principalmente para quitarse su propio aburrimiento de encima.

—Voy a empezar a bloquearte cosas si decides mantenerlo en secreto.

—¡No leas mi mente!

—¡Lo sabía!

Maldición, esto iba a ser mas complicado de lo esperado.

.

Tócame [Oneiros&Aspros]

.

Sonríe, consciente de que probablemente se vea más soberbio de lo esperado por la manera en que siente que su boca se inclina más de un lado hacia el otro, pero decide no darle importancia, porque Oneiros, como siempre, no parece tener ninguna clase de reacción adversa ante la forma tan distinta en que actúa a como normalmente lo hace cuando se ven en sueños, lo que le hace querer sonreír de una mejor manera, aunque no puede, cuando eso solo le hace notar la clase de atención que le pone, siempre atento a las palabras que dice, a sus constantes quejas.

—Oneiros.

Así que decide llamarlo mientras se mantienen en calma a un lado del camino, está a mitad de una misión pero no tiene nada de malo si se detiene a descansar un momento, sobre todo porque es de noche y ah estado caminando por todo el día, por eso prefiere detenerse un momento, ignorando por completo el hambre que tiene por darle atención al dios menor que le acompaña, Oneiros no está ahí para interrumpir en su misión, mucho menos para generar problemas a su alrededor.

Eso ya lo hacen sus hermanos y principalmente son actividades que llevan a cabo para jugar con Sisyphus y El Cid, quienes no paran de intentar perseguirlos y conseguir más información de ellos, cuando claramente se nota que tan solo están jugando con ellos.

No, Oneiros únicamente está ahí por simple curiosidad, calculando perfectamente cuando sería el mejor momento en que nadie los fuera a ver y que se encontrara lo suficientemente lejos del santuario como para que nadie pudiera percibirlo. Admite para sí mismo se siente demasiado nervioso ante tanta preparación, sabe que es algo necesario para evitar adelantar hechos, falta poco tiempo para que el futuro descrito por el Oráculo de Delfos se cumpla, puede sentirlo y sabe que Oneiros también.

Oh probablemente Oneiros tejió algo, probablemente sepa algo que el no, aunque tampoco es como si se muriera por saber qué fue lo que le trajo aquí exactamente.

—Aspros.

Siente sus labios temblar cuando el dios menor dice su nombre, casi puede sentir sus propios ojos llenarse de lágrimas cuando empieza a sentir la gran diferencia entre "hablar ahora" y "hablar en sueños", una gran diferencia que no debería de existir, ellos, de hecho, no deberían de haberse conocido en un principio.

—Tócame.

Pero aquí estaban, uno al lado del otro, ambos con sus cuerpos físicos y a pesar de que se encontraba en medio de una misión, en campo abierto donde en cualquier momento alguien podría pasar por el camino y observarlos... Sinceramente no le importaba, porque igualmente sabía que esta era una oportunidad única que no podía permitirse desaprovechar.

Y sabe que Oneiros piensa lo mismo cuando no se tarda mucho en alzar sus manos y tomarlo del rostro, mirándolo fijamente a los ojos por unos segundos antes de soltarlo y pasar a entretenerse con su cabello, al cual comenzó a adorar como solía hacerlo cuando estaban en el reino de los sueños.

Así que apretó los labios y simplemente disfruto de su compañía, como si se tratara de otro sueño, aun si no era uno.

.

Demasiado dinero [Oneiros&Alone]

.

—Hay demasiado ruido afuera.

Comenta mientras observa por la ventana de su habitación, viendo la cantidad exagerada de adornos que había en el patio mientras los sirvientes se movían de un lado a otro, apresurados cuando varias personas, que claramente no eran parte de la servidumbre, comenzaron a aparecer por todo el lugar.

—Es normal que haya ruido, es un día importante. Anda, ven a sentarte para terminar de cepillar tu cabello.

No quiere sentirse tan feliz como realmente esta, sacudiendo su traje caro y acomodando el broche de oro y diamantes que estaba utilizando en la solapa, antes de hacerle caso a su padre y pasar a sentarse en donde debería de haber estado desde un principio, dispuesto a permitir que alguien que no fuera él mismo, se hiciera cargo de terminar de arreglarle el cabello.

Hay mucho, demasiado dinero gastándose en un solo día, solo por y para él, un detalle que le hace sonreír y le trae una felicidad enfermiza que no debería de tener, pero que tiene y decide disfrutar, porque, a fin de cuentas, ni siquiera es su familia adoptiva la que está gastando todo ese dinero, a pesar de que la mansión donde se iba a celebrar todo, les pertenecía a ellos.

—¿Ah llegado mucha gente?

—No lo sé, probablemente.

Puede sentir la emoción por todo lo que tendrá dentro de poco, cuando estén de pie frente al altar y firmen aquel papel que, supuestamente, los uniría por el resto de su vida, lo cual era lo de menos.

Lo importante es lo que había conseguido. Un matrimonio mancomunado, todo lo que era de su esposo seria suyo y lo de su propiedad, seria también suyo, sin compartir, y en dado caso de tener que divorciarse, bien podría quedarse con la mitad de todo sin ningún problema.

La mitad de la mansión, del dinero... La mitad de todo. Y aunque realmente no tenía la más mínima intención de divorciarse en un futuro, obviamente tendría la precaución de hacer que pusiera muchas cosas a su nombre, solo por si acaso, en dado caso de fuera a ser necesario.

—¿Oneiros ya llego?

—Aun no, pero aviso que ya viene en camino.

Se muerde con cuidado los labios, falta muy poco tiempo para hacer su aparición en público y lo último que necesita es tener la boca maltratada o que su rostro tenga arrugas que antes no había ahí, aunque ya le habían dicho que con la edad que tiene, las arrugas y similar era algo de lo que no tenía que preocuparse en muchos años.

Pero tenía que preocuparse, porque todo ese espectáculo iba a quedar grabado en fotografías, videos, en la memoria de la gente y lo último que necesitaba era salir mal en una de todas esas cosas, todo, absolutamente todo, tenía que ser perfecto.

Sobre todo, porque Oneiros ya le había dicho que solo iba a firmar el papel una vez, no dos. Solo una boda por el civil, nada de casarse por cualquier otra clase de juramento.

—¿Crees que tenga pensado huir?

—Lo dudo, es un hombre de palabra, llegara a tiempo.

Respira profundo, intentando tomar por ciertas las palabras de quien le hace compañía a tan pocos segundos de caminar al altar. Calmarse no es una opción cuando no puede hacer otra cosa más que pensar en el dinero que dentro de poco caerá en sus manos, uno que le habían prometido dar luz verde en usar en cualquier cosa que quiera sin tantas restricciones como las que tenía en casa.

—Ya quiero casarme.

—En unos minutos Alone, no comas ansias.

Observo su propia sonrisa codiciosa a través del espejo donde se estaba viendo, arrugando un poco el pantalón que estaba usando mientras los nervios empezaban a molestarlo en la boca del estómago. Si, en unos minutos tendría todo lo que quisiera tener.

Tendría demasiado dinero entre sus manos, más del que podría contar.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).