Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mil formas de decirte que te quiero por kazu_tensho

[Reviews - 72]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

bueno nuevamente me tarde siglos en actualizar

así que lo siento

no me maten 

besos

Dolor y pena

Cientos de estudiantes corrían por el patio de la escuela Shohoku huyendo del frío que había congelado los charcos formados por la incesante lluvia que caía hasta hace solo unos instantes, largas filas de estudiantes sonriendo y charlando cotidianamente construían un paisaje aburrido a los ojos violáceos de cierto jugador del equipo de Ryonan.

Hace aproximadamente media hora que estaba esperando la salida de esa persona que tenía enfrente, Kaede Rukawa, con su expresión despreocupada hacía su aparición llamando, como siempre, la atención de todo el que lo viese, el chico busco con los ojos aquella caballera rojiza que parecía estar siempre acompañando al Nº 11 de Shohoku, pero, para su sorpresa, no había rastro de ella, el Nº 7 de Ryonan sonrió complacido y cruzó la calle para encontrarse con el muchacho que parecía ya haberse percatado de su presencia.

-Hola-(Dijo el pelos de puerco espín una vez que estuvieron cerca)

-Hola, ¿Se puede saber que haces acá?- (Preguntó el oji azul mas bien divertido que molesto)

-Si, se puede, en realidad no me gusta dar malas noticias y no quiero que pienses que lo hago solo por que me gustas, yo... no quiero que te lastimen, por eso..., bueno me parece que debo decirte que mi hermana y Hanamichi quedaron para encontrarse hoy el la puerta de Ryonan-(El oji violáceo se detuvo para observar las reacciones del otro chico)

-Si ya lo sabía-(Dijo aburrido mientras volteaba la mirada hacía la copa de un árbol que se veía a lo lejos, seguro de que el otro chico leería la tristeza que sentía al pensar en ese encuentro)

-Entonces que haces acá, tenemos que investigar-

-¿Investigar?-

-Si, ¿No queres saber exactamente que se traen esos dos?-

-Yo... tengo que confiar en Hana-

-¿Tenes que confiar? ¿Que es eso una orden o algo?-

-¡NO!... es que... las relaciones están basadas en la confianza-

-Como quieras, pero de todos modos voy a ir a investigar, no voy a dejar que ese idiota juegue con los sentimientos de dos de las personas que más quiero en el mundo, además... bueno, mi hermana me estuvo diciendo que lo de ellos va enserio y... yo ya no sé que creer-(mintió el jugador de Ryonan, evitando la mirada azul)

-¿Cómo que va en serio?-

-Bueno no sabía si decirte, pero ellos se estuvieron mandando mensajes cada dos por tres últimamente y mi hermana parecía tan feliz... Kaede realmente creo que deberías venir con migo, solo para sacarnos las dudas-(Nuevamente se detuvo para esperar la reacción del oji azul, que se quedo pensativo por un momento y luego con la mirada derrotada contestó)

-Esta bien, solo para sacarme las dudas-

-Bien vamos entonces-  

Los dos adolescentes se montaron en la bicicleta de Rukawa con rumbo al colegio Ryonan.

-Por cierto, no vi a Sakuragi salir del colegio ¿Es que acaso no vino hoy?-

-Si vino, pero faltó un profesor y los dejaron salir antes-

-Ya veo, suerte para nosotros así no tenemos que preocuparnos por que nos descubra en el camino-

-Lo que sea, ¿Y tú no fuiste al colegio?-

-No me pareció más importante esto, si iba no tendría tiempo de pasar a buscarte y probablemente mi misión hubiera sido un fracaso-

-¿Tu misión?-

-Proteger tus sentimientos y los de mi hermana- (Se apresuro a contestar el puerco espín)

Después de eso el pelinegro se sumergió en sus propios pensamientos, analizando lo que había dicho Sendo. “Proteger sus sentimientos” ¿protegerlos de qué? ¿De la única persona que le había mostrado lo que es verdaderamente el amor y lo mucho que puede doler? Que más daba, parara lo que pasara no podría arrepentirse de lo que sentía, no había nada que pudiera protegerlo del dolor, y había llagado a darse cuanta que mientras tuviera a Hana todo dolor era soportable. Totalmente aislado del mundo a su alrededor, el viaje fue silencioso, los dos se ponían más nerviosos conforme se acercaban a las puertas del colegio Ryonan.

Ya solo faltaban unos metros cuando Sendo rompió el silencio.

-¡Oye Rukawa!, mejor paremos acá, no se cosa que nos vea Sakuragi-

-De acuerdo- (El oji azul detuvo su bicicleta, para luego esconderla y así evitar que Hanamichi la viera)

Cuando termino con la bicicleta Kaede levantó  la mirada, enfocándola en la puerta del Instituto rival y para su decepción ahí se encontraba, esperando en la vereda de enfrente, su adorado pelirrojo chequeando su reloj para confirmar la hora de salida. El oji azul se quedo quieto por un minuto tratando de procesar la información que le llegaba al cerebro sin dejar que todas las malas suposiciones que estaba haciendo su cabeza  afectaran su juicio o siguieran dañándolo.

Inmerso en toda esa confusión el Nº 11 de Shohoku ni siquiera se percató de las palabras del otro chico.

-Rukawa, ¿Me estas escuchando?-

-No, perdón ¿Qué?-

-Te decía que mejor nos acercamos un poco, para escuchar lo que hablan-

-Si nos acercamos nos van a ver, mejor nos quedamos acá, de última si se van los seguimos- (Contestó ausente el oji azul sin mirar al otro directamente, otra vez escondiendo de este sus sentimientos)

Mientras tanto, los alumnos de Ryonan comenzaban a ocupar las calle, todos con sus uniformes azules que hacían imposibles diferenciar a unos de otros, pero de entre toda esa multitud habían dos cosas que se destacaban, la primera era la brillante cabellera pelirroja de entre todo ese mar de cabezas castañas y la otra era la ostentosa presencia de una chica alta y morena, con un porte seguro y una mirada violácea  que destellaba una mezcla entre felicidad y malicia, por un momento Rukawa se sintió profundamente observado por esa mirada, casi desafiado pero ahí estaba Akira Sendo para convencerlo de que había sido su imaginación.

Bajo la mirada atenta del oji azul y el puerco espín la imponente chica se acerco segura, sin dejar a nadie interponerse en su camino, al pelirrojo que, para alegría de Kaede, parecía más molesto que otra cosa, ante esto la pelinegra pereció molestarse también, pero solo por unos instantes ya que en solo un segundo recuperó su sonrisa triunfante y tomando de la mano al oji almendra lo arrastro calle abajo, dados unos pasos la muchacha parecía no tener intención de soltar la mano de Hanamichi aunque este trataba sutilmente de alejarse, para su pesar la pelinegra no tenía intención de dejarlo ir y cuando Hana sintió que había logrado escapar Akane reafirmó su agarre tomándolo fuerte del brazo y pegando todo su cuerpo a este, ante esto el oji almendra no se molestó más y simplemente se dejó hacer, después de todo esperaba que eso fuera lo último que tuviera que soportar de la muchacha.

Unos metros más atrás, la figura alta de Kaede parecía ir perdiendo su brillo un poco más a cada paso, Sendo que estaba a su lado era único en notarlo y también el único que podía ver con claridad la batalla interna que se disputaban los sentimientos de Kaede, la confianza que quería tener en su novio y  sus pensamientos racionales junto con todo lo que ya había sufrido, luchando encarnizadamente dentro del corazón del oji azul, sumiéndolo en la soledad y la incertidumbre, en un pesar  que Sendo no podía aliviar, lastimándolo en una forma que no podía evitar, no podía consolarlo, no podía decirle como aclarar sus sentimientos, lo podía darle la información que le permitiera conocer la verdad, no podía, no podía por que eso seria igual a perderlo para siempre, aunque había momentos en que la idea no era tan mala en comparación al dolor que causaba ver sufrir a su Kaede   de esa manera, verlo expresar sus tristeza tan abiertamente de modo que todo los puedan ver porque sabía que en Kaede eso era una señal de que se había dado por vencido, de que el dolor es tan profundo que ya no tiene fuerza ni para montar su mascara de frialdad.

 

Unos momentos antes, el Tensai de Shohoku espera fuera de la escuela rival, Ryonan, esperando a la causa de sus pesadillas, la hermana de su peor enemigo, Akane Sendo, aunque pensándolo bien, la chica parecía cien veces peor que su hermano cuando de ser molesto se tratase.

Ese día había salido del colegio temprano, para su suerte así no tendría que enfrentar a Kaede, aunque a estas alturas ya estaba seguro de que su novio sabía en donde estaba, lo sabía y eso les dolía a los dos. Miró su reloj ya solo faltaban dos minutos, respiró hondo cuando vio a las primeras personas acercándose a donde él estaba y extrañamente su corazón comenzó a acelerarse y sus manos a sudar. No quería ver a esa mujer, ya había comenzado a odiarla pero de alguna forma la pobre chica no sabía que él ya tenía a alguien era algo que tenía que explicar, aunque conociendo a los Sendo tal vez no le importase, pero eso no importaba iba a dejar las cosas en claro, la iba a alejar aunque le costara la vida, ya no dejaría que nada volviera a hacer llorar a su Koi.

Aunque perdido en sus pensamientos, el oji almendra no pudo evitar notar como un grupo de chicas que estaba frente a él se dispersaba cediéndole el paso a otra de pelo largo y negro y  una mirada casi amenazante. La chica se acercó segura a él y lo saludó enérgicamente, el chico le devolvió en saludo tratando de calmarse y darle su mejor rostro sereno, pero obviamente lo que salió fue más bien un rostro enojado porque la chica le respondió frunciendo el ceño, aunque la rabieta se la paso tan rápido como vino e instantáneamente la muchacha lo tomo de la mano para que se alejaran de aquel lugar tan ajetreado y así poder hablar más tranquilos.

Caminaron hasta el final de la cuadra, mientras Hana trataba de soltarse del agarre solo consiguiendo enredarse más en los arrumacos de la chica.

Finalmente pararon en un parque, que al parecer, estaba desierto, para alivio del pelirrojo Akane lo soltó y se alejó hasta sentarse en un banco haciéndole señas para que se sentara junto a ella. El pelirrojo se acercó pero no se sentó, para su mala suerte la chica ya había empezado un monologo de alguna cosa trivial que a Hana no le importaba, pero esto por lo menos, le dio tiempo de pensar en lo que sería mejor decir, respiró profundo y se mordió el labio, había pensado como empezar pero en ese momento estaba enojado y ahora las palabras que rondaban su cabeza no eran las correctas, optó por simplemente decirlo como le saliera y con todo la calma que pudo reunir empezó a hablar.

-        Oye... hay algo importante de lo que tenemos que hablar tú y yo-(Interrumpió el chico con vos más ofuscada de lo que le hubiera gustado)

-        Si, lo sé- (Respondió inocentemente) – quieres que empiece yo o prefieres hacerlo tú –

-        Siento si soy descortés pero realmente necesito aclarar esto con tigo-

-        Dime entonces-

-        Bueno... yo no sé que impresión te habrá dado de mi el otro día pero... yo... como decirlo...-

-        Me causaste una muy beuna impresión, pensé que te habías dado cuenta pero por lo visto sos un poco lento en estas cosas-(Acusó la chica pícaramente)

-        No, lo que quiero decir es... -

-        Me gustas Hanamichi Sakuragi, me gustas mucho, desde la primera vez que te vi-(Lo interrumpió nuevamente levantándose de su asiento para tratar de mirarlo a los ojos)

-        Yo... me siento halagado pero... -(Contestó el pelirrojo sonrojándose y a al ves alejándose)

-        Pero que, ¿No te parezco linda acaso? Yo sé que pude ser un poco pesada pero si no, no me ibas a dar bola, seguro que tenes miles de chicas que se mueren por estar con vos pero, por favor dame una oportunidad-(dijo la pelinegra fingiendo inocencia)

-        No, no es eso, sos muy linda y todo pero yo... ya estoy con alguien-

-        ¿Si? ¿Y a ese alguien no le molesta que estes acá con migo?, porque si yo estuviera con vos no dejaría que nadie te aleje de mí-

-        Si, si le molesta, por eso no le dije, vengo a aclarar las cosas, yo respeto tus sentimientos y sé que  soy afortunado pero esta persona en muy importante para mí-(Sentenció con seriedad el oji almendra)

-        Sin embargo no confía en vos ni vos confías en ella, sino ¿Por qué no le dijiste que venías?-

-        Porque estuviste molestando toda la semana con tus mensajitos, cualquier persona que este enamorada se pondría celosa-(Terminó esforzándose por que su tono se mantuviera tranquilo evitando gritarle a la muchacha)

-        Los celos son falta de confianza ¿Cuanto crees que puede durar una relación así? –

-        Si me dejas en paz puede que dure para siempre-

-        Si yo te dejo en paz... como quieras pero después de mi van a venir otras chicas o chicos que se van a anteponer-

-         Lo sé pero eso no va a cambiar  lo que siento, así que por favor, ya no me mandes mensajes, ni me llames, si es posible elimina mi número de tu celular-(Dijo amablemente aunque las palabras de la chica siguieron retumbando en su oídos)

-        Esta bien como quieras pero con una condición-

-        ¿Cual?-(Preguntó mientras trataba de calmar sus nervios)

-        Que me des un beso, aunque sea solo como  recuerdo-

-        Yo... no sé-

-        Por favor-

-        Esta bien, pero después de eso te vas a olvidar de mí-

-        Trato hecho-

Con esto la morena se alejó cada vez más del asiento en que había estado sentada y acercándose a un nervioso pelirrojo, quien cerró los ojos y se mentalizó, sus labios iban a tocar otros que no eran los de su amado Kaede, pero todo sea por recuperar su pequeño paraíso junto a su Koi.

El beso fue rápido aunque al oji almendra le supo a eterno, al separarse la chica lo miró a los ojos y luego lo beso en la mejilla a modo de saludo y después se alejó del parque con una sonrisa demasiado grande para alguien que acaba de ser rechazado.

A unos cuantos metros más atrás Rukawa los observaba sin poder escucharlos, él y Sendo se habían escondido detrás de un gran árbol y desde ahí intentaban descifrar lo que decían los otros dos chicos, sin embargo todo dejó de importarle un bledo a Kaede cundo se dio cuenta de lo que iba a pasar, cuando la chica se le acercó a su Hana y lo beso tan tiernamente, y la peor parte es que su adorado novio no hizo nada para detenerla, en ese momento el oji azul sintió como  si todo a su alrededor se volvía blanco y frío, como su mirada se nublaba y su corazón dolía fuertemente. Se llevó la mano al pecho y dejó ir todo el aire que contenían sus pulmones y mientras sus ojos se serraban tratando de contener las lagrimas y su garganta se serraba ante los sollozos que quería acallar, desde muy lejos la voz de Sendo lo trajo de vuelta a la realidad.

-        Kaede, Kaede ¿Estas... estas bien?-

-        No... No lo sé, yo... no sé-

-        ¿Cómo que no sabes? Kaede contéstame-(Exigió el puerco espín zamarreando al Kitsune para que reaccionara)

-        yo, necesito estar solo-

-        ¿Qué? ... no, ni lo pienses por lo menos déjame acompañarte tu casa-

-        Sendo... no gracias, necesito estar solo, yo no entiendo nada necesito pensar por favor- (El Nº 11 de Shohoku empezó a alejarse notablemente compungido)

-        ¿Qué vas a hacer, lo vas a dejar así? Vamos Kaede déjame protegerte-(Reprochó el oji violáceo un tanto alterado)

-        Muchas gracias, se que tus intenciones son buenas, pero... yo no sé... no sé que voy a hacer- (Kaede seguía perdido en todo lo irreal de la situación que estaba viviendo)

-        No te entiendo ¿Qué queres decir con eso?-

-        Yo... quiero decir que...  Sé que haces esto con la mejor intención y que lo único que quieres es evitar que sufra pero la realidad es que, aunque quiera o lo intente, lo que siento por vos no va a cambiar, no puedo amarte... -

-        Eso ya lo sé, en este momento tu corazón es de alguien más, pero lo que yo quiero es que estes con alguien que  te merezca, no con ese tonto- (Interrumpió el oji violáceo girando a Rukawa para que lo mire a los ojos)

-        Déjame terminar... lo que quiero decir es que si lo pienso, ya no puedo soportar esta situación un momento más, cuanto más lo pienso, más seguro estoy que lo único que quiero es estar con ese hombre, aunque me lastime, prefiero eso antes que perderlo, la realidad es que no puedo imaginarme la vida si él no esta ahí para hacerme sentir feliz-

-        Ese idiota nunca te va a hacer feliz, Kaede déjame tratar, yo sé que te puedo ayudar-

-        Perdóname Sendo, pero se me hace tarde, tengo que hablar algo con mi novio, nos vemos, por favor no me odies, es solo que tengo que hacer lo que siente mi corazón-

-        Kaede... -(El jugador de Ryonan se abalanzó sobre el otro chico para abrazarlo con fuerza y estrujarlo contar su pecho)- Yo nunca llegaría a odiarte, sabe que siempre puedes contar con migo para lo que quieras-

-        Muchas gracias por todo, adiós- (Y diciendo esto el zorrito se alejó calle abajo para buscar su bicicleta y volver a casa de su novio)

Ya la tarde había terminado de caer dando paso a la noche, en su apartamento Hanamichi Sakuragi acababa de tomar una ducha, con la que había tratado de quitarse de encima toda la tensión acumulada de ese día. El agua caliente lo relajó un poco  y al salir decidió tomar un café sentado en el sofá de la sala. Tenía  muchas ganas de ver a su novio, pero algo de culpa por el endemoniado beso se había colado por sus entrañas no permitiéndole siquiera hacerse a la idea de mirar a los ojos al su Koibito.

Entre tanto el agua ya se había calentado y el pelirrojo se fue a la cocina a prepararse su café, apenas y había terminado de echar el agua en la taza cuando sonó le teléfono, un escalofrío le recorrió la espalda mientras se acercaba al aparato, finalmente respiró profundo y atendió.

-Moshi moshi-

-Moshi moshi ¿Hana? - (Se escuchó la voz suave del oji azul aunque un poco apagada)

-¿Kaede?-(respondió el otro inseguro)

-Aha  ¿Qué estabas haciendo?- (preguntó, de nuevo con la voz apagada y algo ronca)

-Yo... nada  preparaba café-(Respondió dudoso, preguntándose que pasaba con su Koi)-¿Kaede estas bien? Se te escucha raro-

-Si estoy bien, solo un poco cansado... además te extraño un poco-(Afirmó conteniendo su angustia en el fondo de su garganta)

-Yo también te extraño-

-Entonces ¿No te molesta si paso un rato? Realmente necesito un abrazo- (Pidió mientras apretaba con fuerza sus puños conteniéndolas lagrimas)

-¿De enserio que estas bien?-

-Ya te dije que si ¿Puedo ir o estas ocupado?-(Dijo esta vez más molesto)

-No, no estoy ocupado, es más yo también tenía muchas ganas de verte, por favor apúrate-

-        Bien-

-        Te amo-

-        Si... yo te amo-

Apenas terminadas estas palabras el timbre sonó y un muy apurado Hana colgó el teléfono para atender a su inesperado visitante, rogó internamente para que no sea su Gundam, pero para su sorpresa la persona que estaba del otro lado de la puerta no era otro que Kaede Rukawa, quien apenas y pudo pasar se le hecho encima y lo abrazó con una fuerza desesperada mientras aspiraba sus perfume y le acariciaba la espalda.

El oji almendra no supo que hacer, ese no era un comportamiento común es su Koibito, otra vez algo le estaba molestando y Hana no quería ni imaginarse que podría ser, solo le quedo responderle con igual entusiasmo.

-        Te amo Hana-(Le dijo le más bajo con los ojos demasiado vidriosos)

-        Yo también te amo Koi- (Le respondió acariciándole la mejilla mientras lo miraba a los ojos y sonriéndole le dio un corto beso en el que dejó todo sus sentimientos)

Solo con verlo el más alto podía darse cuenta de que los ojitos de su angelito estaban rojos y que su vos ronca se debía al hecho se haber estado llorando, si embargo antes de preguntar prefirió simplemente consentirlo y curar sus heridas dándole todo el  cariño que pudiera, así que volvió a besarlo transmitiéndole todo su amor.

Kaede lo pudo sentir y por un momento su corazón se retorció de dolor, ¿Cómo es que ese mentiroso podía lograr que creyera en esos sentimientos? ¿Cómo podía mentir tan fácilmente? ¿Es que cada beso que me dio fue una mentira?.

Todo sus pensamientos se borraron rápidamente cuando el pelirrojo lo miró nuevamente a los ojos y le ofreció una taza de café que él aceptó si más, tratando de imitar a su compañero y mentir, haciendo parecer que todo estaba bien y que él todavía no sabía nada de sus traición.

-Estas raro-

-¿eh? ¿Te parece? Yo me siento normal- (Dijo Kaede fingiendo una sonrisa)

-No lo sé, pero si quieres contarme, solo dilo- (Se atrevió el menor)

-No seas paranoico, estoy bien, aunque sigo cansado y todavía quiero que abraces-(Contestó acercándose para conseguir lo que quería)

-De enserio que me estas preocupando- (suspiró al tiempo que le acariciaba la mejilla)

-No te preocupes-(Lo tranquilizó abrazándolo y sentándose en sus rodillas) –Abrázame-

-Te amo-

-Entonces hazme en amor-(Replicó enterrando su cabeza en el cuello del otro para esconder las lagrimas que amenazaban con poner sus ojos aún más rojos)

Mientras su  cuerpo se perdía en el placer y el éxtasis la mente de Rukawa se iba desconectando de la angustia y el dolor, se iba perdiendo en esos sentimientos que llegaban tan verdaderos,  aunque él los supiera falsos. Era increíble como cada te amo que antes causaba alegría ahora no produjera más que un nuevo apretón a su corazón.

 

Notas finales:

bueno, espero que les haya gustado y que no hallan llorado como yo cuando lo escribí

creo que por eso me tarde tanto 

no puedo ver sufrir a los bishis lindos

bueno 

besos

nos vemos (Pronto espero)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).