B de Bi
—Entonces, ¿alguna vez has salido con una chica? —Preguntó Atsuya con cierta curiosidad sin mirarlo directamente, sus ojos estaban clavados en el cielo estrellado, y de soslayo veía una cabellera rubia moverse hacia él.
—¿Eso te pondría celoso?
Se encogió de hombros— ¿por qué debería? Tú estás conmigo.
Afuro soltó una risa, y entonces el pelirrosa se giró a verlo con una ceja arqueada.
—¿Qué es tan divertido?
—Nada, no importa, verás —y se tumbó a su lado, sobre su costado, mirando fijamente a aquel que tenía por novio— el amor es el amor, venga en la forma que venga, hasta los chinos anteriormente tenían normalizadas las relaciones homosexuales a la par que las heterosexuales. Oh, y para los romanos las relaciones entre personas del sexo opuesto eran cosa de procreación, mientras las personas del mismo sexo estaban juntas para disfrutarlo —le guiñó un ojo con una expresión descarada.
—¿En pocas palabras significa que eres bi? —Y por un par de segundos se quedó callado, intentaba procesar algo en ese momento…
—Con todas las letras.
—Espera, ¿me estás diciendo que como no soy una chica es sólo por disfrute? —Frunció las gruesas cejas en una expresión confundida.
Afuro soltó una risa con ganas, no era para nada a lo que se estaba refiriendo pero era curioso que lo interpretara de esa manera.
—Estoy contigo porque lo disfruto, ¿no se supone que de eso se tratan las relaciones? No cambiaría de opinión aunque fueras una chica.
Hubo un corto lapso de tiempo en el cual ninguno dijo nada, pero no pesado o incómodo, simplemente silencio. Se escuchaba el leve bullicio de la escuela debajo de ellos y la expresión pensativa del menor de los Fubuki se le hizo curiosa, iba a preguntarle algo, pero justo entonces fue él quien habló.
—Entonces eres doblemente raro —frunció levemente las cejas—, ¿no te puedes decidir por una cosa?
—¿Me estás diciendo que tú te consideras homosexual? —Lo observó de forma inquisitiva, sonriendo, y en ese momento el pelirrosa se sentó y volteó a verlo.
Estaba con los ojos abiertos y las cejas entre fruncidas y arqueadas, su boca se abría y se cerraba como si buscara las palabras pero se escaparan de él.
—Eso no- —se calló, decidió no decir nada, sentía que acababa de meter la pata en el barro.
—¿No? Pero estamos saliendo —lo imitó al sentarse, inclinándose sobre él y sujetando su mentón con los dedos— y muy heterosexual yo creo que no eres…
—Ya, pero no es a lo que me refería —se estaba poniendo nervioso, tal vez demasiado, necesitaba espacio.
Por su parte, Afuro continuó acercándose lentamente a su rostro, buscando sus labios mientras este no se movía ni un milímetro— ¿entonces a qué te referías? ¿Te gustan los hombres, o también las mujeres? Contéstame.
No, no podía pensar con claridad cuando lo tenía rozando sus labios mientras le hablaba con total calma, golpeando con su aliento y provocándole a propósito. ¿Cómo esperaba una respuesta así?
Respiró hondo, dejando escapar el aire con algo de brusquedad; el movimiento provocó que un discreto y suave roce de labios tuviera lugar, y un suspiro escapó de su boca.
—Soy bisexual.
—Lo sabía —lo besó finalmente, con ganas y sin disimulo alguno. Estando en la terraza del colegio eso no importaba—. Y me gustas, Atsuya.
Los fuegos artificiales del festival comenzaron a iluminar el cielo al tiempo que soltó aquellas palabras, el latir de su corazón acompañó perfectamente el sonido de las explosiones; antes se lo había dicho ya, mucho, pero seguía causando aquel vuelco en su pecho.
—Lo sé —esta vez fue Atsuya quien se acercó para besarlo, lento, sin prisas, intentando prologar el momento el mayor tiempo posible—. También tú me gustas mucho, Afuro…
Tras oír aquello sonrió, pasó un brazo por los hombros de su acompañante y antes de mirar al cielo para disfrutar el espectáculo de luces, le depositó en la frente un suave beso.
—Te quiero mucho.