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Pequeño Milagro. por Luka Crosszeria

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Notas del capitulo:

 

 

Akashi Masaomi es un hombre de negocios, y si le permiten añadir, es un buen hombre de negocios. Su desempeño es más que excelente en ese ámbito, literalmente, él nació para eso.

Desde que era un niño su padre le enseñó lo que debería saber sobre la empresa, sobre la familia y sobre todo, lo que significaba ser un Akashi; debe ser orgulloso, un genio en todo lo que hace, perspicaz, creer en sí más que en nadie más, a tal punto en que si dice que el cielo es rojo, incluso si el basto azul se extiende detrás de él, nadie negara lo que dice.

Debe aprender a leer a los demás, a detectar cada pequeña mentira o debilidad para aprovecharlos al máximo, cada movimiento que hace, debe ser pensado con extremo cuidado, tres pasos más adelante que todos.

Sin tener ninguna debilidad, así es un Akashi.

No es nada más que perfecto.

Akashi Masaomi también fue un esposo, y Shiori siempre le dijo que fue un buen esposo. (Aunque él dudó de eso, Masaomi iba a la deriva cuando no se trataba de números, productos internos brutos, calcular los gastos netos o creando estrategias para aumentar la producción y ventas.)

Incluso cuando su padre nunca le dijo cómo serlo, porque estaba muy ocupado haciendo crecer los números en su empresa, sin embargo, fue Shiori quien lo guió en este aspecto y no pudo tener una mejor guía, fue la hermosa y amable mujer quien se acercó con una sonrisa y le enseño, le enseño a sonreír, le enseñó a soñar, le mostró que amar no era de ninguna manera una debilidad, que por el contrario te volvía una persona aún más fuerte, porque ya no estaría solo nunca más, sus corazones se unieron, latirán a un mismo tono y finalmente, serian solo uno.

Y por primera vez Akashi Masaomi amó y supo cuán hermoso es ese sentimiento.

Se arriesgó a exponer su corazón, profundamente enterrado entre máscaras y sonrisas falsas, entre mentiras y engaños, entre la razón y la responsabilidad de ser un Akashi.

Fue un hermoso sueño, que terminó más rápido de lo que había querido.

Akashi Masaomi es padre. Y como padre, fue igual a su propio padre.

Le enseñó a su hijo lo que significa ser un Akashi... y nada más, y está seguro que su amada Shiori estaría decepcionada de él, porque él sabe el tipo de presión que coloca en los hombros de su hijo; no tener derecho a cometer el más mínimo error, el terror y la decepción consigo mismo, es lo mismo que él sintió.

Pero, al menos, él tenía a Shiori a su lado, la mujer fue el único pilar que mantuvo su cordura, que lo mantenía a salvo en un cálido capullo de amor y ternura.

Sabe que algo cambió en su hijo durante la escuela secundaria, pero, no tuvo el valor de enfrentar a su hijo y preguntar si estaba bien. Eso no es lo que un Akashi haría, eso no es lo que hizo su padre.

Eso es algo que solo su amable y amorosa esposa haría.

Sin embargo, más allá de estar orgulloso de la absoluta perfección de Seijuro, se encontró preocupado.

Y luego, antes de que se diera cuenta, Seijuro cambio de nuevo, fue tal vez en su primer año en la preparatoria Rakuzan, en donde era el capitán del equipo de básquet.

El básquet fue algo que su esposa le enseñó a Seijuro antes de que enfermara gravemente y muriera, Masaomi recuerda vagamente la escena de su mujer y su hijo jugando con una pelota en su jardín, recuerda vagamente haber sonreído con ternura cuando su pequeño hijo le mostró la pelota y lo invitó a jugar con ellos.

Esa no fue la primera vez que se sintió completo, pero que sabría él que sería la última vez.

La razón de su cambio, fue la derrota en la Winter Cup.

Esa fue la primera vez que su hijo probó la derrota, como un Akashi debió sentirse decepcionado, pero como padre extrañamente se sintió preocupado y aliviado, quizás por eso, en lugar de regañarlo, por primera vez se acercó y le dio un abrazo, pensando que, eso es lo que su esposa haría, eso es lo que hizo la primera vez que Akashi Masaomi fracaso.

Y fue un largo camino hacia la aceptación para ambos, para él y para Seijuro. Para aceptar juntos el trastorno de identidad disociativo de Seijuro y la disfunción que había entre ambos, especialmente con Masaomi y la idea de la perfección que su padre grabó en él.

No fue fácil, pero poco a poco las cosas cambiaron para ellos.

Luego, Masaomi vio las sonrisas tontas y las miradas bobas de Seijuro. Y Masaomi se encontró riéndose de él en secreto, porque él y Seijuro fueron un desastre cuando se trató del amor. Solo esperaba que la persona que Seijuro eligió sea igual de buena que su Shiori.

Se preocupó por el nivel de stalker de su hijo y un tal Kuroko Tetsuya cuando descubrió que este último le proporcionó información, fotos, videos y audios ilimitados de un niño (el compañero de Kuroko) a su hijo, no estaba seguro de que tan legal era eso, incluso con el consentimiento de Kuroko.

Vio a su hijo lucir expectante cada vez que tenía una de sus reuniones con sus antiguos compañeros de equipo, desde que esas reuniones se extendían a cualquiera que quisiera ir, sin embargo, siempre llego a casa con una mirada ligeramente apagada, porque, a pesar de que era divertido estar con todos (los milagros y sus compañeros de equipo), cuando la presencia de su primer amor brilló por su ausencia, siempre se decepciono un poco.

Ni siquiera Kuroko pudo convencerlo de asistir y por lo que Masaomi sabe, Kuroko es del tipo de persona a la que no quieres llevar la contra corriente.

Masaomi le dijo que debería hacer su invitación única y exclusivamente al niño, y de ser posible, en persona. La respuesta que recibió fue sorprendente en muchos aspectos.

—No creo que eso sea correcto, padre.

— ¿Por qué?

—Posiblemente, me tiene miedo.

— ¡¿Por qué?!

Así fue como Akashi Masaomi escuchó por primera vez el tan conocido (y temido) "incidente de las tijeras".

—Si sirve de algo, estaba cien por ciento seguro, de que lo evitaría.

Masaomi asintió, el silencio cayó sobre ambos hombres, el patriarca de la familia Akashi se sintió levemente perdido, y en conflicto. Él no era mejor que Akashi Seijuro en asuntos del corazón, si Shiori no hubiera iniciado el cortejo, seguramente su padre habría tenido que concertar algún matrimonio con una de las señoritas, hijas de sus socios.

—Pensé que ustedes dos habían conversado durante la fiesta de cumpleaños de Kuroko-kun.

—Lo hicimos, sí. Intente ser amable. Pero padre, se desmayó al verme.

La sirvienta que entró para servir el té, se sorprendió con la risa fácil y ligera de Masaomi, esa fue la primera vez en años que se reía de esa manera.

Akashi Masaomi es padre, y aunque lo ha sido por veintiséis años ya, aún sigue descubriendo lo que ser padre significa. Es feliz, porque se encuentra descubriéndolo junto a su hijo y el de Shiori.

— ¿Akashi-sama? —Su chofer llamó, justo después de detener el elegante y costo automóvil.

Masaomi observó la pequeña escuela que estaba frente a él, definitivamente, necesitaba una renovación con urgencia, y esa era la razón por la que se encontraba en este lugar el día de hoy, como un buen hombre de negocios sabe que la publicidad es buena para su nombre y su empresa, por eso, de vez en cuando participa en este tipo de eventos de caridad.

Se supone que Seijuro debería estar aquí hoy, como su heredero y futuro CEO, sin embargo, asuntos apremiantes lo obligaron a estar ausente.

Masaomi soltó un suspiro, era fastidioso. No, no el hecho de hacer algo por este lugar, por esa escuela, por esos niños. Después de todo, es probable que los niños sean las personas más inocentes y con intenciones verdaderas al acercarse a él, desde admiración hasta curiosidad, pero nunca vio en los ojos de un niño la avaricia, mucho menos envidia.

La puerta del vehículo se abrió y sus propios guardias de seguridad, junto con el avaricioso y bonachón funcionario público y el sonriente director de la escuela.

Masaomi se acomodó el saco antes de acercarse a los hombres, mostró su mejor sonrisa y se preparó para un largo día.

— ¡Buenos días Akashi-sama! ¡Es un honor conocerlo finalmente! — El bonachón se acercó a él, Masaomi casi podía verlo frotando sus gordas manos, pero Masaomi no estaba ahí para jugar a ser amable (definitivamente estaba ahí para jugar a ser amable), ignorando la avaricia en sus ojos, se dirigió directamente al sonriente hombre detrás del bonachón.

—Es un honor para nosotros alentar la educación de nuestros niños. — Masaomi sonrió suavemente, el director se apresuró a saludar, extendiendo su mano y diciendo mil alabanzas y agradecimientos, que, Masaomi correspondió con otra sonrisa de comercial, ensayada y deslumbrante. —No es necesario que me agradezca.

—Entonces Akashi-sama, ¿Le gustaría dar un recorrido?

Masaomi asintió, volvió a acomodar su saco, desabotonado y abrochando los botones, era una pequeña manía que había desarrollado desde que era un adolescente.

El recorrido fue corto, dado que el área del inmueble escolar era pequeño, desde el jardín infantil, la primaria y escuela media, se dividen en 3 bloques, cada bloque, excepto el área infantil, está formado por varios salones de clase, un patio que comparten los tres bloques con algunos columpios que, por lo que Masaomi pudo ver, la mayoría eran inutilizables.

Finalmente, luego de cuarenta y cinco minutos, de los cuales, veinticinco fueron pura palabrería del bonachón, sobre cuánto adoraba a los niños, sobre cuánto está emocionado por esta oportunidad, pero sobre todo hablo de sí mismo y sus logros en la política y que, recientemente estaba pensando en invertir.

— ¿Qué dice Masaomi-san?

Masaomi, solo él, bien entrenado para que nada lo perturbe, sonríe con un aire de interés (falso, por supuesto, que cualquier hombre de negocios, bien versado descubriría), que de inmediato el bonachón capta, sus ojos brillan y corresponde la sonrisa de Masaomi.

Los tres se detienen frente a la puerta de uno de los salones de la primaria "2 A", el sonriente director, se apresura a explicar, limpiando el sudor de su frente, Masaomi lo ha visto hacerlo más veces de las que ha hablado.

—Pensamos que una corta visita a los niños estaría bien. — La ceja derecha de Masaomi se alzó, ¿niños? Nunca le dijeron que tendría que convivir con los niños, sí, está al tanto de que esto es una escuela, que definitivamente está llena de ellos, pero él realmente no era bueno con los niños, especialmente con niños tan pequeños.

Sin embargo, asintió.

El director parecía que iba a brillar cuando aceptó reunirse con los niños, no es que pensara que era una pérdida de tiempo, eran los niños los que pensaban de esa manera, no sabe mucho acerca de otros niños, pero los niños que ha conocido en los cortos años, han sido experiencias únicas, por decir lo menos.

Y, por otra parte, no cree que los pequeños estén interesados en un hombre de mediana edad, que viste de traje y ha pasado más de la mitad de su vida enfocado en los negocios y su empresa.

¿Qué tendría de divertido hablar sobre la tasa de inflación, inversiones, recursos y transacciones contables?

El bonachón abrió la puerta sin tocar (¡Que falta de modales!).

El sonido de la tiza deslizándose sobre el pizarrón, fue lo que Masaomi escucho antes de ver al niño que escribía ágilmente, el aula estaba extrañamente en silencio, todos ellos parecían hipnotizados por el sonido de la tiza al golpear la pizarra, o quizás admiraban la hermosa escritura o al niño escribiendo, concentrado, tanto que no notó la repentina interrupción, su brazo de alzaba sobre él, su mano se movía con fluidez, números y letras, que, por la corta edad del niño deberían ser imposibles de recordar o interpretar correctamente. Sin embargo, el niño lucía sereno, como si estuviera escribiendo "1+1=2".

El entrecejo de Masaomi se frunció, cuando, finalmente su presencia fue notada, el niño se detuvo, junto con él, el ruido de la tiza, la maestra y los niños, salieron del trance y giraron sus miradas hacia ellos.

Un par de ojos carmesí es lo que Masaomi vio, junto con mechones de cabello rojo y por un segundo, la imagen de su hijo se sobrepuso a la del niño.

No.

Masaomi abrió con sorpresa sus ojos.

No es que la imagen de su hijo se sobrepuso, es que el niño es una copia casi exacta de Seijuro, Masaomi lo notó, ¿Cómo no podría? Los rasgos suaves y tiernos de su pequeña cara no hacían nada para ocultar el parecido con Seijuro, especialmente el color del iris, es el mismo que el de Seijuro, por consiguiente es el mismo hermoso color que el de Shiori, Masaomi jamás podría olvidarlo, el cálido color carmín.

— ¿Akashi-sama? —Masaomi observó al sonriente director, ¿en qué momento se había movido hasta quedar detrás del niño que era una mini versión de su hijo? — Él es Furihata Kousei, y es nuestro genio local. — Colocando sus manos sobre los pequeños hombros de Kousei, el director lo presentó con extraño orgullo, Masaomi no se equivocaba al pensar que es por este niño que lo han traído exactamente aquí, de todos los salones, ignorando deliberadamente a los niños más grandes y por consiguiente, más avanzados.—Es nuestro orgullo.

No hay duda.

—Buenos días, Akashi-sama.

Luego un coro de saludos, los niños siguen a Kousei, como, valga la redundancia, los seguidores al líder. Y Kousei luce cómodo con eso, Masaomi, extrañamente se sintió satisfecho.

— ¿Furihata Kousei? — Una revelación.

Furihata.

Kouki.

—Furihata Kouki. —Susurró por reflejo.

Imposible. Debe ser una coincidencia.

El niño frunció el ceño, y fue adorable.

— ¿Conoce a mi mamá? — Masaomi quería decir que sí, que él conoce a Furihata Kouki a través de las palabras de su hijo, a través de todas las fotos y videos que Kuroko Tetsuya envío al teléfono de Seijuro, fotos y videos de una vida normal, simple y cotidiana, pero entrañable de un chico que amaba a su familia, quería y cuidaba de sus amigos, reía, lloraba, se avergonzaba y caía, que ganaba y perdía.

Que se asustó por una película de terror, que jugaba videojuegos los fines de semana y se quedaba despierto hasta tarde por eso, quería decirle que conocía a Furihata Kouki el niño que vio, en uno de los vídeos, ser levantado con extrema facilidad por uno de sus senpais (Mitobe-senpai, recuerda haber escuchado a Furihata gritar con vergüenza y la cara ardiendo) para que la pancarta de "Únete al club de Básquet" se viera en la multitud de alumnos de nuevo ingreso.

No ha escuchado de Furihata Kouki desde hace ocho años, luego, de la aparente desastrosa fiesta de graduación que la "Generación de los Milagros" organizó.

La noche en que después de estar enamorado de Kouki por dos años, Seijuro finalmente se confesaría a Furihata Kouki.

La noche en que Seijuro se arruinó así mismo al acostarse con un perfecto desconocido luego de haber bebido demasiado.

La noche en que Masaomi bebía té en su estudio y le deseaba a su hijo suerte y serenidad, en caso de ser rechazado por el niño, por supuesto eso era algo que no quería, de ser posible, esperaba encontrar un mensaje de texto al día siguiente (o esa misma noche, si Seijuro no estaba demasiado contento para olvidarlo), con las noticias de que había un nuevo miembro en la familia Akashi.

Lamentablemente, no ocurrió. Seijuro dejó de buscar a Furihata Kouki.

Seijuro dejó ir su felicidad.

Simplemente no podía perdonarse.

—No, no lo conozco, pero he escuchado su nombre. — Kousei asiente, pero la mirada en sus ojos le dicen a Masaomi que no está satisfecho con su respuesta. Es cauteloso, su lenguaje corporal le dice que no confía en él.

La desconfianza es un rasgo que ha desarrollado a lo largo de los años, probablemente, la razón sea su mamá.

Furihata Kouki es una madre ahora, ¿es por eso que está viviendo en este pequeño pueblo casi en medio de la nada? ¿Por qué? ¿Su esposo vive o trabaja aquí? ¿Cuál fue la necesidad de mudarse aquí en lugar de quedarse en Tokio?

Masaomi observó nuevamente al niño. Realmente hay un parecido asombroso con Seijuro, es tanto, que, si fuera un espectador cualquiera que no conoció como fueron las cosas, podría decir que Kousei es el hijo de Seijuro sin temor a equivocarse.

—Kousei-kun, perdona mi atrevimiento, pero ¿cómo se llama tu padre?

—No tengo uno. Solo somos mamá y yo. — Incluso si Kousei quisiera guardar esta información, basta con que el hombre de traje negro pregunte y medio pueblo le estará diciendo lo que quiere saber y lo que no.

¿Sí no hay un padre que los obligue a mudarse, entonces, por qué hacerlo? ¿Por qué esconderse aquí? ¿De qué se esconden? O mejor dicho ¿De quién?

Hace ocho años, la fiesta de graduación, alcohol por todas partes, los equipos invitados solo fueron los de "La generación de los Milagros" entre ellos, Seirin, su capitán, un Furihata Kouki que se había negado a encontrarse en las reuniones de los milagros para jugar, podría decir que al castaño no le gustaba la idea de estar cerca de ellos, sin embargo, Masaomi pasó por alto, que, en las fotos y videos que Kuroko Tetsuya mando, había ocasiones en las que otros "milagros" estaban con ellos y el castaño no parecía disgustado o temeroso, en cambio, lucía un poco tímido, especialmente avergonzado cuando el niño rubio (Kise) se colgó de sus hombros para tomar una foto.

"La madre de Furihata-kun, es una gran admiradora de Kise-kun, así que le pidió a Furihata-kun un autógrafo." — Kuroko había escrito después de mandar la foto, Masaomi pensó que Kuroko era un gran S*, mira que mandar la foto sin explicación alguna y después tardar más de media hora en escribir la razón de porque ese niño rubio (Kise) está tan cerca de Kouki.

Masaomi casi pensó que su hijo tenía un rival.

¿Entonces, por qué Furihata evitó a Seijuro en cada oportunidad que tuvo? ¿Realmente le tenía miedo? ¿Realmente le aterraba su hijo?

No, no podía ser eso, Seijuro le contó que durante uno de los campamentos, tuvieron que compartir una habitación, el privilegio de ser capitán es que podías quedarte en las cabañas para dos personas con dos camas, en lugar de compartir una habitación para cinco personas (con dos camas y un futón).

Según las propias palabras de Seijuro, (y dejando de lado las mil palabras que vomitó sobre lo lindo que Kouki se veía) en aquella ocasión, Furihata Kouki no lo evitó, sin embargo, si lo noto nervioso, la confianza con la que dirigía y hablaba con su equipo se derrumbaba cada vez que tenía que intercambiar algunas ideas con él, se sonrojaba a menudo y tartamudeaba, y a veces, temblaba ligeramente cuando Seijuro tocaba su hombro casualmente para felicitarlo por una buena jugada o un enceste. Pero, nuevamente, Kouki no parecía tenerle miedo.

Es más como...

¿Cómo si estuviera enamorado de él y tratara de ocultar sus sentimientos?

Entonces... Entonces...

¿Cuál era la posibilidad de que ese desconocido en la fiesta de graduación sea Kouki?

¿Cuál es la posibilidad de que Kousei fuera concebido aquella noche?

Fue hace ocho años, cuando Masaomi se acercó a la casa de los Furihata, casualmente una de sus reuniones de trabajo fue en Tokio, cerca de la casa que vio muchas veces en las fotos de Kuroko, (no fue difícil conseguir la dirección y por cerca, Masaomi se refiere a que tuvo que conducir dos horas para llegar ahí) Masaomi vio al niño salir de casa, alterado, asustado y a punto de llorar, desde su lugar: su automóvil, con los vidrios polarizados, nadie lo noto, después de todo, inclusos si su auto era caro, el lugar no era exactamente de clase baja, Masaomi había visto varios autos del año estacionados por aquí y por allá. Incluso en el garaje de la familia Furihata había una camioneta familiar.

Dos segundos después, quien parecía ser el padre de Furihata, salió a la puerta y gritó algo parecido a:"vas a arruinar tu futuro si sigues con esa idea".

En ese momento, no pensó demasiado, una pequeña pelea, Seijuro y él han tenido discusiones, porque esta nueva etapa de aprendizaje padre-hijo, es demasiado, incluso para Masaomi.

Pero ahora, si une los puntos detalladamente...

¿No son demasiadas coincidencias?

—Discúlpame, soy atrevido otra vez, Kousei-kun, ¿Tu madre te ha hablado de tu padre? — Masaomi dejo de prestar atención a su entorno, no noto el nerviosismo de la profesora, del director o del funcionario público bonachón, Masaomi debería dejar de llamarlos así, no obstante, si le permiten ser sincero, había olvidado sus nombres.

¡Nombre! El nombre de Kousei-kun, ¿No era otra prueba?

Kou de Kouki y Sei de Seijuro.

Kousei alzó su ceja derecha, de la misma manera en que Seijuro lo haría cuando Masaomi está siendo irracional.

El niño, por supuesto, sabe que algo está mal.

Después de todo, Kousei es el genio local. Masaomi sonríe y la puerta del salón de clases es abierta, con una gran explosión de ruido, sacudiendo el silencio que reinaba desde hace algunos momentos, el bonachón avaricioso es lanzado lejos por la persona que empujo la puerta.

La mirada del niño se ilumina y Masaomi no necesita ver quien hace que el rostro serio y estoico de Kousei, luzca como el rostro de un niño que ha visto el dulce más delicioso.

— ¡Mamá!

— ¡Kousei! — Kouki extiende sus brazos, ignora al bonachón avaricioso, y al elegante hombre de traje negro, aunque Kouki ya sabe quién es, todo mundo lo dijo en las calles, ¿por qué Kouki no lo sabía?

¡Ah, sí! No es muy social y se queda en casa la mayor parte del tiempo, no tiene muchos amigos, a menos que las abuelas de su pequeño grupo de literatura cuenten, y ellas no están muy versadas en las noticias sobre que la gran y prestigiosa Empresa de la familia Akashi hará algunas donaciones para la renovación de la escuela en donde su hijo estudia, e incluso si lo saben, su próxima reunión sería hasta el jueves, muy tarde para decirle que Akashi Masaomi estaría visitando las instalaciones del colegio.

Kouki envuelve a Kousei en sus brazos, agitado, buscando el aire, hecho un desastre por las veces que se ha caído, probablemente lo despidan de su empleo por dejarlo botado, sin embargo, el mayor miedo de Kouki está aquí, no tiene tiempo de ordenar viejos libros o atender al señor Hamada con su mala memoria, que lo hará recorrer toda la biblioteca por un libro que, en primer lugar, ni siquiera existe.

Y eso es todo lo que Akashi Masaomi necesita para confirmarlo.

¿Por qué Kouki tendría tanto miedo de él, sino es porque la sangre de Seijuro también recorre las venas de Kousei?
















____________

 

 

 

 

Akashi Masaomi vio el frente de la casa a donde es guiado por un adulto tembloroso y un niño que no ha dejado la mano de dicho adulto tembloroso, la casa es pequeña pero luce acogedora, las hortalizas y las flores, son cuidadas con devoción.

Las verduras y flores, incluso si no sabe nada sobre ello, puede ver, crecer sanamente, los tomates son grandes y rojos, bañados por el rocío del agua, su mirada viaja al pequeño dispositivo casero que se utiliza para regarlas, curioso.

—Lo hice. — Apunta Kousei hacia el rociador, algunas botellas de plástico, mangueras y cinta, es todo lo que utilizo. — Es fácil y ahorra trabajo a mamá.

Masaomi asintió.

Kouki introduce la llave en la puerta, tratando de recordar si esa mañana ordeno la casa o se fue sin recoger el basurero porque se le hizo tarde, eso ocurre con demasiada frecuencia, aunque al llegar a casa, el orden absoluto es lo que le espera.

Kousei siempre está allí para salvarlo, cuando se supone que debería ser al revés.

—Disculpe el desorden. — Murmuró. Abrió la puerta y casi da un brinco de alegría cuando no vio nada fuera de lugar.

Kousei entró después de quitarse los zapatos, camino como solo alguien que ha vivido toda su vida en ese lugar lo haría, se dirigió a la habitación que compartía con su madre y dejó la mochila en su pequeño escritorio.

Masaomi vio todo eso. Así como el nerviosismo de Kouki, que aún intentaba quitarse los zapatos.

—Perdón por la intromisión. — Y Masaomi, solo como él, logró imitar a la perfección la confianza de Kousei al vagar por la pequeña sala. Era una morada humilde, con apenas las cosas básicas, una televisión bastante antigua, una pequeña mesa de centro de madera, y dos cojines, uno al lado del otro, uno más gastado que el otro. Una cocina que está a menos de cinco pasos de la sala, todo perfectamente limpio y reluciente.

— ¿Le gustaría beber té, Akashi-sama?

—Té, sería estupendo, Kouki. — Masaomi asintió, notando y sonriendo por ello, la forma en que Kouki lo miraba después de ser llamado por su nombre.

Por supuesto, era raro en varios niveles, todo mundo en el pueblo lo llamaba "Furihata-san".

—Bien, espere un segundo. — El castaño entonces apuntó los cojines, Masaomi sonrió suavemente, e inmediatamente tomó uno, sin darse cuenta, tomó el que se veía menos viejo.

—Ese es mi cojín, mamá lo compro para mí. — Sin embargo Kousei no hizo nada para recuperarlo, sentándose en el cojín disponible, Masaomi dedujo entonces que el más desgastado le pertenecía a Kouki.

—Lo siento.

Kousei negó.

Masaomi oyó y vio a Kouki moverse en su pequeña cocina.

La habitación al lado, fue un poco más grande, la puerta corrediza se mantenía abierta, dando un buen vistazo de la habitación, igual que todo en la casa, era simple y minimalista, solo lo indispensable, pero incluso Masaomi noto la calidad del escritorio y la silla en donde descansaban los útiles escolares de Kousei, todos ellos impecables y no baratos, no se comparaban a los que había visto de otros niños ese día.

Había una pequeña estantería, llena de libros, desde libros para colorear hasta química avanzada, novelas románticas, cuentos para dormir, poesía, matemáticas, recetarios, y un libro de hágalo usted mismo, de donde Kousei había sacado los pasos a seguir para armar el rociador casero.

Había también, un gran espacio que se llenaría con el futón por las noches.

Los juguetes, pequeños carros y bloques con letras y números, peluches y aviones, Masaomi sonrió cálidamente cuando vio el balón de básquet justo al lado del escritorio de Kousei.

En general, Masaomi puede decir que Kouki es una gran mamá.

— ¿Akashi-sama, sabe usted jugar shogi?

—Me gusta, sí.

Kousei dejó caer sobre la mesa un libro "Shogi para principiantes".

Antes, había querido aprender a jugar shogi para acompañar al abuelo Akari en las tardes, pero todo su entusiasmo se fue, cuando su mamá dijo que a su padre le gustaba el shogi, ¡Uggh no!, desde entonces el libro había acumulado polvo encima de la estantería y le enseñó a jugar dominó al abuelo Akari.

—Deme dos horas para aprender, luego, usted y yo jugaremos una partida, si gano, tendrá que dejarnos a mamá y a mí, en paz. — La cosa es que Kousei sabía, este hombre de traje negro, que valía más que su pequeña casa, dueño de una importante empresa multinacional, posiblemente, era su abuelo, y el padre de su padre.

Fue simple unir los puntos.

Masaomi observó con interés al niño, comportándose como un adulto y un genio.

El mocoso tenía agallas.

— ¿Qué pasa si gano?

—Entonces, haré lo que tú quieras, desde llamarte abuelo, hasta convencer a mamá de regresar a Tokio contigo y llamar a ese hombre "padre". — Kousei sonrió, justo como lo hace Seijuro cuando está seguro de que no perderá; esa confianza que parece ilimitada, ese brillo en sus ojos, casi puede jurar que ve el destello dorado en ellos, Masaomi se pregunta cómo es que Kousei adoptó todos esos gestos cuando nunca ha convivido con Seijuro. — Pero, no lo hagas, no lo sueñes.

— ¿Oh?

—Yo siempre gano.

Akashi Masaomi es un excelente hombre de negocios, un buen esposo (según su esposa), y como padre aún lo intenta, sabiendo que cada día aprende algo nuevo.

Akashi Masaomi es abuelo, y cómo uno se pregunta si Kouki le dejara darle unas buenas nalgadas a este mocoso arrogante y nada adorable.

Es momento de enseñarle lo que ser un Akashi significa.

 

 

 

 

 

"Es la primera vez desde que Kousei nació, que experimenta la derrota, pero su rival fue excepcional, no hay vergüenza en ello.

—He perdido. Es la primera vez desde el día en que nací. Así que esto es .... la derrota. ¡Qué cruel ... Hay un dolor inexplicable en mi pecho. No sé si seré capaz de mantener la compostura y aceptarlo."

 

Notas finales:

*Aquí Masaomi hace referencia a que Kuroko es un Sádico.

 

Tarde o temprano Kousei tenía que probar la derrota!

 

Lo sé, muy dramático el niño xD y por supuesto, teniendo los mismos pensamientos que tuvo su padre.


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