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Ser o no ser... esa es la cuestión. por ZSoul30

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Notas del capitulo:

En el capitulo 2 conoceran un poco más del entorno de Pietro, como de la constitución en el mundo de los BOA's.

 

Espero les guste.

Capítulo 2

—Chiquito, no te demores las clases empiezan en una hora.

—¿Cómo quieres que me cambie de ropa mientras hablo contigo? Necesito mis dos manos.

—Cariño, tú me dijiste que te llamará y eso hice, ahora, mueve ese lindo trasero, necesitas ver a tu media naranja.

—Y dale con eso.

— ¿No confías en mí? ¿Cuánto tiempo hemos sido amigos?

—Mucho, pero ¿me vas a dejar cambiar o no?

—Bien, nos vemos en el instituto.

Ororo corta la llamada, me deshago de mi celular para terminar de cambiarme.

—No recuerdo haberle dicho que me llamará.

Al terminar de vestirme abrí la puerta de mi habitación, encontrándome con Mark que se dirigía al primer piso con la ropa del trabajo puesta: una camisa de manga larga a rayas verticales azul, unos pantalones de vestir negros, corbata negra a rayas y zapatos lustrados negros. Me mira poniéndose un saco del mismo color.

—Buenos días— dice acomodándose la corbata.

Lo ignoro y paso a mirar la foto de mis padres despidiéndome de ellos en el proceso, luego me encamino hacia las escaleras. Él bajó primero, yo lo seguí detrás.

Al bajar, caminé hacia la cocina tomando un pan de la mesa y una manzana luego me dirigí hacia la puerta.

— ¡Espera! ¿No vas a desayunar? —dice Wanda poniendo platos en la mesa.

—Lo siento, Ororo me está esperando, además llegare tarde en el primer día.

—Está bien, vete con cuidado.

Al salir recogí mi bicicleta del garaje, me puse mis cascos y me dirigí al instituto.

El mundo en el que vivimos está dividido dependiendo de la clase de Omega, Alfa y Beta, en resumen, el BOA que eres. Al norte de la ciudad están los BOA’s de clase alta, con sus vidas delicadas provistas de belleza, admiración y adoración. A pesar de su apariencia de ángeles, son las personas más odiosas y crueles de este mundo. En el centro viven los BOA’s de clase media, todos ellos son trabajadores, fuertes y vigorosos, pero se dejan llevar mucho por los instintos siendo muy impulsivos y reacios a perder el control, además de ser los responsables de la sobre-población. Y finalmente en el sur viven los BOA’s de la clase baja. Es muy difícil que existan de esta clase, ya que son muy enfermizos y en su mayoría mueren siendo muy jóvenes. Normalmente en el sur viven familias mezcladas. BOA’s de clase media y algunos de clase alta pero no potencialmente BOA’s de clase baja.

Después de un rato conduciendo, pude vislumbrar el portón de "La Mansión X High School" que está llena de estudiantes tanto dentro como fuera, paso a lado del instituto donde hay un descenso que conduce al lugar para dejar vehículos, saludo al dependiente quien recibe mi identificación de estudiante al ver que todo está correcto baja un poco su gorra en señal de despedida y yo sigo mi camino. Después de un rato buscando lugar, encuentro uno cerca a la salida del estacionamiento que lleva hacia el instituto, me bajo de ella, saco mi candado luego de ponérselo reviso si está bien puesto. Al momento siento como alguien me pega una nalgada, levanto mi espalda y volteo con cara horrorizada.

Me relajo cuando veo a Ororo con una sonrisa de lado a lado y dando saltitos.

—Tendrías que haberte visto la cara cariño, ¡casi se te salen los ojos! ¿Te tome desprevenido?

Pongo los ojos en el blanco, negando con la cabeza.

—Sabes las historias que hay en este lugar, es normal estar precavido.

—No te pasaría nada, hay un montón de cámaras. Además, ha pasado un tiempo en el que alguien te haya tocado, sería una bendición si eso ocurriera.

Volteo a verla con mirada de desaprobación, mientras que ella me mira muy seriamente. Una persona bipolar se atestigua ante mis ojos.

—Estúpido pensamiento Alfa—digo mientras ella me atrapa en un abrazo disculpándose por lo que había dicho, le sigo el abrazo. Hace tiempo que no la veía y la extrañaba demasiado. Ella se separa un segundo y empieza a oler mi cuello, mi camisa y luego huele el aire.

— ¿Has estado tomando tus supresores?

—Como pan de cada día ¿Por qué?

—Porque tu olor ha cambiado... debe ser que hemos estado mucho tiempo separados—Piensa un rato y luego se acerca quedando a centímetros de mi rostro—Ten mucho cuidado... hay posibilidad que te ataque.

Voltea con una sonrisa de juego en el rostro, se aleja caminando y yo solo doy un suspiro sonoro bajando mi cabeza. ¡Estúpido pensamiento Alfa!

Después de tranquilizarme un poco camino detrás de ella ascendiendo desde la salida del estacionamiento que lleva hacia el campus de la institución. Este está lleno de estudiantes y algunos están cerca al panel de anuncios formados de 4 a 5 filas buscando
las clases que les toca en este año y otros... solo estaban esperando a que les dieran el golpe de la buena suerte para que empezaran hacer algo con su vida.

— ¿Hay personas en el primer día tan relajadas? — Digo siguiendo a Ororo al panel de anuncios.

—Aparentemente en la primera semana de clases los profesores solo se presentan y dan los criterios a evaluar y como algunos, incluyéndonos, ya están en el último año, más relajados se ponen.

¡El último año, ya estado en este lugar por más de 10 años! El tiempo si pasa muy rápido.

Nos detenemos a esperar el turno para mirar el panel.

—Deberías estar con ellos. Son los chicos populares.

Ororo refunfuña.

—Preferiría clavarme un cuchillo en el corazón. Son solamente BOA’s de clase media, un desperdicio de nuestra sociedad, y la palabra popular es para personas de barrio de esos... donde hay pandillas, no deberían creerse tanto.

Así de crueles son.

En el momento dos chicas al frente de nosotros gritan y se abrazan sorprendiendo a varias personas alrededor. Se van caminando sujetadas de la mano.

—Novatas de clase media.

—Suficiente—Digo y Ororo refunfuña de nuevo.

El panel de anuncios es de casi una pared y media de altura, está ubicado en medio del campus, al frente se encuentra el portón principal y estacionamiento, atrás de él está el edificio de deportes, al lado izquierdo el edificio de maestros junto a la oficina del director, una sala de descanso y un lugar de quejas, finalmente al lado derecho está el lugar donde están los salones, hay un salón respectivo para cada clase, así se vuelve más fácil la búsqueda. De solo recordar todas las veces que me perdí buscando un salón, la última vez fue el año pasado. Soy un desperdicio buscando cosas, como ahora, no encuentro mi nombre en el panel.

—Y hablando de BOA’s de clase media.

Miro a Ororo que con una mano señala un lugar en específico. Volteo mi rostro al instante, poniéndome nervioso y un poco asustado.

— ¡Roy Polansky, señores! Pensé que te habían echado—Dice golpeando el pecho del susodicho.

— ¡Ororo Munroe! Nunca cambias, sigues siendo una cobra con esa lengua viperina.

Siento como él voltea a mirarme, pero me quedo impasible buscando todavía mi nombre.

Continúa hablando.

—Mi padre nunca hubiera dejado que me echaran y menos por esa estupidez.

— ¿En serio? pues tu y yo sabemos que no fue una estupidez. Forzar a las personas a hacer lo que quieras es... no sé un crimen—Dice Ororo poniéndose una mano en la cintura, mirándolo desafiante.

— ¡Por favor! ¿Quién creería que un Omega en sus días no querría que algo así sucediera? Él empezó, yo solo me deje llevar.

Mi sangre empezó a hervir, apreté mi mano izquierda muy fuerte enterrándome las uñas en la piel. En ese proceso mis ojos encontraron mi nombre. No me sentí mejor con eso.

De Ororo emanó el aroma de ira, vi cómo se cuerpo se movió instando a dar un golpe, con rapidez puse una mano en su hombro, sacando seguidamente mi olor tranquilizador. El ambiente se puso tenso, todas las personas cerca al panel estaban alertas, éramos el centro de atención. Roy no se inmutó ante la ofensa de Ororo, quedándose de pie, mirando con una sonrisa cerca del panel.

Después de un rato, Ororo se calma y mira con una sonrisa a Roy.

—Llegará el día en que tu papi no estará ahí para protegerte y ese día pagarás por lo que has hecho.

Ella pasa al lado de él, chocando con su hombro. Me acerco a él mirándole a los ojos.

—Roy, nunca perdonare lo que hiciste, y te digo de una vez... voy a hacer como si no existieras, espero que hagas lo mismo.

—Ni pienses que haré eso—dice acercándose a mi rostro—Solo espera tengo algo muy lindo preparado para ti.

Si este es mi ahora mi ex-mejor amigo.

Se aleja hacia donde están los salones, siendo fulminado con la mirada por Ororo.

En ese momento la tensión se restauró, las personas dejaron de prestarnos atención y siguieron su camino hacia sus respectivas clases. Es normal, en este caso, que las personas se acumulen y esperen que algo pase. Las peleas entre BOA’s de clase alta y de clase media son como estar viendo a alguien de la realeza y a un vikingo peleando y si a tu actuación le pones alguna damisela en peligro es mucho mejor. A todo el mundo le encanta ver como los Alfas se matan por los Omegas.

Veo como Ororo se acerca hacia mí y me toca el rostro, acariciando mis mejillas, quitando un cabello de mi frente, tratándome como un bebe. Yo solo sonrió, cerrando los ojos, luego bajo sus manos.

—Estoy bien, solo vamos a clase.

—Antes de eso ¿Sabes que clases nos toca?

Nos miramos por unos segundos que por alguna razón parecieron horas, luego leímos el panel, la clase que nos toca las tres primeras horas era Historia Universal con el profesor James Logan.

Es un apellido muy raro, bueno, si tuviera que comparar mi apellido con el de él, es acertado que mi apellido es mucho más extraño. Volteo a mirar a Ororo quien tiene una gran sonrisa en el rostro.

—Vamos a clase—dice aún con la sonrisa en el rostro.

Y hablando de extrañeza.

Le tomo una foto al horario de clases y luego nos dirigimos a los salones.

Llegamos al salón 307 en el tercer piso, el cual estaba completamente decorado con mapas de la ciudad, del país, del mundo entero, hasta de la conformación del universo. Algunos tenían las clases de BOA’s y como estaban distribuidas, el camino que usaron los primeros humanos para llegar al continente. Y muchas cosas más.

Ver el salón así me hizo sentir emocionado, no es la primera vez que veo historia de nuestra sociedad; una persona para poder odiar algo debe conocerlo muy bien, pero hay cosas que no quedan claras o que no hay mucha información. Por eso tengo la esperanza que esta vez, muchos secretos van a ser rebelados.

Saco mi celular para tomar una foto de uno de los mapas. Este se trataba de los asentamientos de los primeros BOAs, es decir, los lugares en donde se empezaron a usar los honoríficos de Alfa, Omega y Beta, de aquí también se empezó "las guerras de clases" designando a los que eran de clase alta, clase media y clase baja. Cada vez que se hacen nuevas investigaciones se encuentran nuevos lugares de asentamiento y nuevas razones del porqué el uso de los honoríficos.

Es bueno saber de dónde venimos para saber a dónde vamos.

Después de tomar la foto reviso que haya quedado bien, mientras los asientos se llenan por la llegada de los estudiantes. Ororo se hace adelante al lado de una de las ventanas, poniendo su bolso al lado de ella guardándome puesto, cuando veo que la foto quedo bien me siento, mirando la foto del horario, asegurándome que esta también me haya quedado bien.

Veo hacia mi derecha, donde Roy está entrando sentándose después en uno de los asientos de atrás. Siento como su mirada se clava en mí. Volteo a mirar al frente mirando al tablero.

—No te preocupes, después de ver a tu media naranja, a Roy no le quedarán ganas de molestarte.

—Así que esa es la razón por la cual tu humor hizo un giro de 180 grados—digo sacando un cuaderno de mi mochila y unos lapiceros.

—Puede ser... pero ¿porque no viniste en tu traje de seducción?

¿Traje de seducción?

—Estamos en clase, no en una fiesta.

— ¿Y qué? Si quieres conquistar a tu media naranja debes ser completamente cautivador.

Sonrió ante las insinuaciones de Ororo.

—No estoy para eso ahora.

—Y entonces ¿Para cuándo? Estamos en la etapa de la juventud ¡Hay que vivir! No quiero que mi mejor amigo nunca conozca el amor, el buen sexo y lo maravilloso que es tener hijos— Dice enumerándolas con la mano.

— ¡Tú no eres la que tiene los hijos!

—Concentrado, ahí viene.

Al momento un hombre alto y fornido entra al aula, llevando unos lentes de sol, cabello cogido en un moño, camisa de mezclilla azul arremangada por encima de los codos mostrando algunos tatuajes, jeans negros y zapatos del mismo color. Camina hacia el escritorio, quitándose los lentes mostrando un rostro inexpresivo. O eso me pareció.

Realmente sus labios están sonriendo, pero por alguna razón, sus ojos, no están siguiendo el proceso. Ellos forman una fina línea horizontal en su rostro, haciéndolo ver como un hombre imponente, frio. Típico de un Alfa de clase alta.

Mi cuerpo se congeló como un tempano de hielo cuando nuestras miradas se cruzaron, sintiendo como cada una de mis fuerzas se iban, floreciendo dentro de mí, un extraño sentimiento de querer obedecer cada una de sus órdenes. Miro hacia bajo, rodeando mi estómago con mis brazos, apretando fuerte mientras la ya conocida sensación de nauseas se presentaba poco a poco en mi cuerpo, haciéndome palidecer, erizar, nublando mi vista, forzando mi respiración. Cerré los ojos con fuerza y esperé a que se atestiguara lo inevitable.

Siento como algo toca mi cabeza, deteniendo el proceso que se estaba presentando en mi cuerpo, instintivamente levanto el rostro, encontrando al extraño hombre mirándome, sin ninguna expresión.

—Acomódate bien en tu asiento niño, ya empezaré mi clase—Dice alejándose hacia el tablero poniendo su nombre en él.

Volteo a mirar a Ororo, quien se sonríe, poniendo su mano en mi mejilla.

—Ahí tienes a tu media naranja.

...

— ¿Quieres joderme cierto Wade? —Digo mientras él me mira con una gran sonrisa en el rostro.

-— ¿Crees que te lo ofrecería si solamente quisiera joderte? tengo muchas formas de hacerlo y mucho más divertidas que esto.

—No puedo hacerlo, hay demasiadas cosas en juego con este chico.

—Lo sé, pero ¿cómo vas a terminar lo tuyo si no lo tienes a él? además solo has visto el comienzo. Ese chico es una piñata de sorpresas.

— ¿Qué quieres decir? —Digo enderezándome en el asiento.

—Digamos que posee algo lo suficientemente bueno, que te caerá como anillo al dedo. Una extraña mutación que has estado investigando por mucho tiempo.

Mis ojos intentaron mostrar una expresión de incógnita, pero sin lugar a dudas se quedaron en su lugar, como si me hubiera inyectado Botox, paralizándome el musculo solamente para las expresiones. Es una sensación que no se la deseo a nadie.

—Él la tiene ¿cierto? - Digo después de un momento de cavilaciones. Wade asiente con gran fuerza, haciendo más grande su sonrisa.

—Es tu única oportunidad James. No puedes desaprovecharla.

Notas finales:

Solo queda darle el merecido merito al creador de estos personajes: Marvel.

¡Katy Out!


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