3.
Esperaba no haber sonado tan imbécil, no quería ser malo con su nuevo amigo, pero honestamente no quería que desde el primer momento se preocupará de él; Peter se quedo callado por lo que fue una eternidad y incluso Tony había pensado que ya se había ido, más no fue así.
—Estas seguro?—Le preguntó en un susurró, se agacho para sentarse apoyando su espalda en la pared, no quería irse y dejar al castaño sólo en el baño, no sabía bien lo que le había pasado, pero no iba a juzgarlo.
—Si, sólo fue una tontería—Tony se sentó del otro lado apoyando su espalda en la pared, sintió como sus manos rozaban con las del otro y se sintió algo tímido al respecto.
—No lo fue y esta bien, no quiero que me digas si no quieres, aún así dejame acompañarte, recuerda que somos amigos ahora—Le dijo con una sonrisa suave entre sus labios, sacó de su bolsillo una paleta de caramelo con varios colores mezclado en ella.
La deslizó por la puerta, asegurandose de que Tony la tomará, la paleta la había comprado unos minutos antes de ir a buscar a Stark al baño y así regalársela para que subiera el animo.
Tony la tomó viendola de cerca y girándola un par de veces con una sonrisa en sus labios, respiró varias veces recordando los ejercicios de Strange, antes de salir del cubículo—Él podía terminar el día, lo haría.
Peter se paró al igual que él, sacudiendo su ropa, antes de pedirle la mano a Stark, quién no la negó con timidez, más Peter no dijo nada y sólo sonrió tranquilizandolo, ambos volvieron en silencio a la cafetería, sentándose en la mesa.
Allí estaban Ned y MJ, conversando de sus cosas nerds de chicos nerds, Peter se sentó siendo imitado por Tony.
—Ten, come de mi comida—dijo tímidamente Peter, con un pequeño sonrojo en sus mejillas, reuniendo todo el valor del mundo para decir esa sencilla frase, Tony asintió sin decir mucho y Parker sonrió tan brillantemente que todo el lugar se iluminó para los ojos de cierto castaño.
Peter se felicito a sí mismo, como si hubiese hecho un buen trabajos, más así lo sintió, ahora comía mirando fijamente el rostro de Stark con sumo interés, hasta el punto de incomodarlo un poco; Más no sabía como decirle que lo dejará de mirar comer o si se molestaría si insinuaba algo así y sólo era producto de su imaginación.
Picó la comida con desinterés, había probado un par de bocados, más no deseaba más, era esa semana en la que no tenía ganas de comer y más teniendo en cuenta que estaba subiendo de peso.
Se quedo en silencio, en su mundo, pareció ido y totalmente fuera de sí, cuando una mano apretó la suya por debajo de la mesa, subió el rostro encontrándose con una linda sonrisa con hoyuelos, se enfocó un poco, volviendo al lugar en donde estaba.
Las siguientes clases pasaron con normalidad y se felicitó a sí mismo de haber terminado el maldito día, era la primera prueba y él lo sabía, había sido duro y si lloro al estar rodeado de gente, pero no tuvo esos terribles ataques de pánico o desmayarse—que era mucho peor.
Al llegar a casa su madre estaba sentada viendo televisión, más no le prestaba atención veía el reloj con tanta intensidad que podría romperlo por ello; Honestamente estaba ansiosa, ya quería que su bebé estuviera en casa y cuando llego soltó un suspiro de alivio.
Lo abrazó con demasiada fuerza, asfixiándo a su retoño, quién sintió un poco de miedo y ansiedad, sin embargo se concentró en que era su mamá, que estaba en casa y estaba bien, tomó varias respiraciones cuando lo soltó.
Ella se dio cuenta de su error más no dijo nada por vergüenza, a veces era difícil no ser una madre normal y a ella la estaba matando por dentro no poder ser tan unida a Tony cómo lo era antes del accidente.
—Bienvenido, amor, como te fue?, te preparé donas y pastel de chocolate, tus cosas favoritas—Le dijo con una sonrisa amable, se fue a la cocina sacando las cosas del horno para que se enfriaran y además lavarse las manos para cortar la torta y así que su bendición la probara.
Este gustoso se comió el pedazo, gimoteando de lo delicioso que estaba; Maria siempre le cocinaba dulces o chucherías cuando sabía que tuve un día difícil y hoy era ese día, lo podía ver en los ojos del castaño que estuvo llorando, más no dijo nada.
Se sentó en la mesa esperando que se enfriaran todo y su mamá preparaba el té para merendar, era algo que hacían juntos y así recuperar un poco el lazo que tenían de madre-hijo; Strange le había dicho que algo que a su hijo aún le costaba era la asociación de la realidad, se perdía en su mente o simplemente dejaba de funcionar como un computador demasiado lleno de información.
Ambos comieron y Maria charlo de su día y como tuvo que limpiar el refrigerador, lo cual había sido cansador y extenuante.
—y como estuvo tu día?—Volvio a preguntar, insistiendo un poco en el tema, ahora si Tony no quería hablar de eso, no seguiría por ese camino.
—Más o menos, me puse nervioso en el almuerzo...por la gente y lo estrecho y que me estuvieran gritando—Tony dijo con un hilo de voz, sus ojos se empañaron y se fue corriendo al baño; Lloriqueo en silencio, dañando sus brazos en el procesos, tan fuerte que estaba vez si se lastimó, más no le hizo caso.
Mientras que su madre se paseaba en la habitación con el teléfono en la mano, llamando a Strange para saber que rayos hacer y cómo manejar a Tony, parecía que cada vez que abría la boca la jodía más—Se sacó una lágrima de las mejillas recordando que su hijo la necesitaba bien y estable, no podía alterarse y transpasarle esa ansiedad a Tony.
Espero hasta el tercer tono, cuando Stephen contestó, le contó brevemente lo ocurrido y este le pidió calma y le dijo lo más importante: "no es tu culpa".