4.
Nuevamente estaba empapado en la madrugada, había tenido una nueva pesadilla, más terrible que la anterior y tanto que le había costado quedarse dormido!, lo peor era que tuvo que pararse de su caliente cama para buscar agua en la cocina y hacer los ejercicios de respiración.
Strange le había pedido una nueva tarea luego de hablar con él cuando salió del baño, le dijo que era muy normal desahogarse y que lo estaba haciendo bien—no estaba muy seguro de lo último honestamente.
Le había dicho que se concentrara en hacer una actividad que le despejará la mente y la aclarará, supuso que se refería a un hobby, no recordaba muy bien que le gustaba o que no, por suerte su mamá sugirió las matemáticas, era algo que se le daba bien—de hecho antes del accidente había ganado varios concursos y salió con varios diplomas.
En su tablet tenía varios juegos mentales con matemática, resolver problemas y sudokus que podía ajustar al nivel que quisiera, así que eso hizo acostado en su cama hasta quedarse dormido nuevamente.
Su madre llego a las ocho en punto para despertarlo más al ver la cara demacrada del chico, más las ojeras bajo sus ojos prefirió que se quedará en casa; Aprovechando a llamar a la subdirectora y comunicarle todo esto, ella le pidió disculpas y que iba a hacer lo posible para mejorar la integración de Anthony.
¿Honestamente? No la podía culpar, era algo que sólo sucedió y peor, fuera de todo su control, Strange le había dicho que no podía dejar de hacer actividades porque había gente y que si quería que fuera un adolescente normal debía dejar que se integrará, pero no era fácil para nada.
Más como madre, ver a tu hijo sufrir y no poder hacer nada al respecto era muy duro y peor, pasar todo esto sola sin nadie que la acompañara en su dolor y la animará a seguir, ella misma debía animarse, porque nadie más lo haría.
Suspiró saliendo de la habitación poniéndose a cocinar, esa mañana tenía ganas de comer sandwich, así que eso se preparó con algo de jamón y té de sabor naranja, colocó en la tostadora el pan, buscando también en el refrigerador algo de mermelada de fresas—La favorita de Tony, para luego colocar algo de esta en el pan.
Lo dejo todo preparado en una bandeja, para que cuando bajará pudiera comerla, siguió con su pequeña rutina diaria, hizo algo de ejercicio, saliendo a correr por los alrededores.
Hacer ejercicio era algo que la mantenía en forma y además la ayudaba a olvidar sus preocupaciones y relajarse por unos momentos, también debía preocuparae por sí misma y darse cierto tiempo para hacer cosas que le gustaban; Estaba trotando escuchando algo de música, cuando en la acera había un chico con una caja llena de gatitos bebés súper adorables.
Se acercó con una sonrisa enternecida, uno de ellos era tan pequeño que fácilmente caería en la palma de su mano, mirando al chico se acercó al minino de color negro con ojos miel que le recordaba a su bebé, al intentar acariciarlo este se encogió en sí mismo muy tenso.
A ella se me ablandó el corazón y se dijo que quizás a Tony le haría bien algo de compañía; Hace bastante tiempo había leido—Los primeros mese que volvió Tony y esta estaba tan asustada por el asunto que leyó varios libros sobre psicología—, que los animales eran un gran apoyo para niños con distintos tipos de trastornos mentales.
Al parecer el ronroneo de los gatos era especialmente tranquilizador, acariciarlos y darles de comer era algo que favorecía además preocuparse por alguien más, así que decidida tomó al garito y se lo llevo a casa, esperaba esta vez su idea funcionará.
Respiró un par de veces antes de entrar en la habitación de su hijo viendo la bandeja con comida casi llena y el vaso con las pastillas ya desaparecidas, su hijo jugueteaba en su tablet súper concentrado.
Este la miró unos segundos antes de fijarse en la bolitas de pelo que sostenía contra su pecho y sus ojos brillaron con interés.
—Que es eso mami?—Preguntó dejando el aparato de lado caminando hasta ella para estirar sus brazos para sostener al minino.
—Tu nueva mascota bebé, un chico estaba regalándolos y me pareció buena idea darle algo de amor a este pequeñin—Le dijo con una sonrisa, para luego pasárselo y Tony chilló de emoción viendo una pequeña sonrisa, que si casi era imperceptibles, pero hay estaba.
Lo acuno entre sus brazos acariciando el suave pelaje, el animal aún estaba temblando y maullando con miedo, ya que era un nuevo lugar con gente extraña alejado de su mamá; Tony entendió lo que sentía al animal, a él también lo habían separado de su mamá para hacerle daño.
Así que juró cuidarlo.
—Le podemos comprar comida y un collar?—preguntó ansioso, caminado por la habitación para buscar un suéter viejo y dejar al pequeño allí, este se enroscó sobre sí y Tony le acarició tras las orejas.
—De hecho fui a comprar de camino a acá, quieres darle de comer?—dijo con incertidumbre, Anthony nunca quería hacer nada, había sido muy difícil sacarlo de la cama y lograr que comiera, especialmente luego de darle las pastillas y que se sintiera mareado.
Aún así su hijo asintió corriendo por las escaleras para buscar el saco de comida de gato y poner un poco en un pequeño cuenco de platico con un tierno dibujo de gato, además agarró otro plato para llenarla de agua, con esas cosas en mano volvió a la habitación para ponerlad en el suelo y tomar al gatito.
Este se vio inseguro al principio, pero luego bebió del agua y olisqueo la comida, Tony se sintió más tranquilo al ver que comía, aunque con algo de difícil, pues sus colmillos aún eran muy pequeños para masticar con libertad.
Se sentó en la cama pacíficamente mirando al gato comer con total interés y Maria sonrió victoriosa, felicitandose por su gran idea y por ser tan buena madre.
Le escribió un breve texto a Strange con la foto del nuevo miembro de la familia Stark.