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REENCUENTROS por Agatha_Shadiness

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Parte 4. Si existiera un tal vez.

 

Loki estuvo furioso con Thor durante una semana completa. Luego, la siguiente semana, estaba muy enojado, luego enojado, posteriormente, sólo quería cortarle el pito y dárselo de comer a los perros. Según sus propias palabras. Thor sabía que no podían sacar a Loki de su celda hasta que se hubiera calmado un poco, pero su ira no parecía mermar con los días.

El pueblo de Asgard no se había enterado, aún, de la presencia del príncipe en aquella celda, Odín tenía prohibido el ingreso en el lugar a cualquier guardia, salvo la familia real y el guardián del Bifrost, nadie más conocía la ubicación de Loki, quien había sido llevado a una celda que raramente se utilizaba, en una parte convenientemente aislada. Odín y Frigga habían cerrado la parte trasera del castillo real, una de sus torres, que era donde Loki estaba preso, y algunos salones cercanos, daban a las habitaciones antiguas de los príncipes, pero todos los sirvientes y guardias, así como guerreros, tenían prohibido entrar. Thor se ocultaba entre las sombras para evitar ser reconocido por alguien cuando salía a buscar alimentos a la parte delantera del castillo, donde su madre procuraba tener todo lo que el príncipe podría desear. Su padre y madre le cuidaban las espaldas y por eso se sentía seguro en el castillo. Además, cuando los reyes lo visitaban Thor establecía largas charlas, principalmente con Odín, hablándole de cómo podían hacer que las cosas funcionaran mejor en Asgard, tanto militarmente como políticamente, Odín reconocía, ahora, en su hijo de otro tiempo, la sabiduría que le había faltado años atrás. Eso influenciaba fuertemente en el ánimo del monarca, y en su forma de ver la relación que tuviera con su hijo menor, a quien comenzaba a ver con otros ojos.

 

El dios del trueno se las había ingeniado para escapar de la pelea con el Gran Maestro, había provocado una enorme confusión en el palacio, había golpeado al sujeto, tras encontrarlo con la guardia baja y en aquella horrible posición. Luego, como un ladrón, había tomado a su malherido hermano y se había marchado volando de ahí, gracias a la ayuda de su martillo. Por suerte éste había provocado destrozos que vinieron a ayudar con el caos que él inició. La persecución por el planeta fue rápida, pero logró dejar a sus enemigos atrás, además, se había encargado de los tres sujetos que complotaron contra Loki antes de poder ponerle las manos encima al Gran Maestro, esos tres ya no podrían volver a molestar a su querido hermano nunca más. Hemdaill había estado lo suficientemente alerta como para accionar el Bifrost en el momento indicado, justo cuando él llegó a la marca, dejando atrás a sus persecutores.  Fue una serie de golpes de suerte su huida, así como otra mayor que haya llegado a Asgard sin ser seguido por el Gran Maestro. Así, pasaría la primera semana recuperándose del combate y convenciendo a su padre y madre de que Loki no era ninguna amenaza.

La segunda semana de encierro Loki parecía más calmado y dispuesto a escuchar, así que Thor decidió confrontarlo. Escondiéndose de todos en el palacio, como venía haciéndolo desde que había llegado con el malherido Loki entre sus brazos, salió hacia la torre e ingresó en ella. Su madre y padre habían hechizado el lugar para que Loki no fuera capaz de escapar, así que entró en el calabozo de lugar, a donde accedía por una larga escalera y encontró a su amante sentado en una pequeña banca sin respaldo, leyendo uno de los grandes volúmenes que su madre le había llevado. Thor se acercó a la orilla de la celda, que no distaba mucho de la que le habían dado a Loki en su propio tiempo y observó cómo unos ojos verdes, aún enfurecidos, se levantaban con desprecio de las líneas de aquel libro.

—Tenemos que hablar. —Le dijo al pelinegro, quien bajó sus manos con aquel libro a sus rodillas.

—Quita este tonto hechizo, hermano…—Pronunció con algo de desprecio. —Y te voy a enseñar a hablar, maldito fraude.

—Vamos Loki, sabes bien que era necesario.

— ¡Me engañaste, me hiciste creer que eras otra persona, tuve sexo contigo!

—Tú sabes bien que intenté resistirme.

—Pobre de ti, debió costarte tanto trabajo. —Le dijo con un tono de sorna, mientras mostraba una sonrisa sarcástica de lado. — Todo lo que sale de tu boca son mentiras. ¿Y por qué esa apariencia?, ¿Te pareció gracioso cambiar de imagen y luego engañarme para que tu burla fuera más efectiva? —Los ojos de Loki lo escudriñaban con gran detenimiento, como si aún no reconociera a Thor en aquel sujeto frente a su celda.

—No es ninguna burla, Loki, yo realmente estoy enamorado de ti. —Le espetó, el pelinegro apretó su libro entre sus manos, ocultado su enfado, la sonrisa se hizo aún más amplia y el tono de voz se volvió mordaz e irónico.

— Tu broma perdió su gracia, por si no te has enterado. Yo sólo quisiera saber ¿por qué insistes en hacerme creer que me quieres?

—Porque es verdad. —La convicción en la voz de Thor no logró disuadir a Loki, quien se acomodó un largo mechón negro tras su oreja y luego le regaló otra sonrisa amarga a Thor.

—Claro, debería creerte, por qué no. Soy un idiota fácil de engañar, así que debería volver a tragarme tu farsa y seguirte la corriente. Ámame entonces, Thor, déjame salir de aquí y ámame, te aseguro que me las pagarás.

—Sé que estás enfadado, pero si me escuchas yo podría explicarte.

—Oh por favor, explícame todo, desde el hecho de que hayas decidido follarme, hasta el hecho de que tengas una enorme barriga, una barba larga y un ojo no natural.

—Está bien… te lo diré.

Thor tomó un largo respiro antes de comenzar a hablar. Le dijo a Loki absolutamente toda la verdad, desde su tiempo alternativo, su futura muerte, la destrucción que había ocasionado Thanos, hasta su desesperación por volver a verlo y el viaje que había realizado, al terminar Loki le observaba con asombro, detenidamente, como juzgando si su hermano había perdido la cabeza y su cerebro ya no le funcionaba.

—Y eso es lo que pasó…—Le dijo Thor al terminar de narrarle su historia, esperando por la reacción de su adorado pelinegro. —Yo no planeaba que las cosas salieran así. Todo lo que quiero es que recuperes el lugar que te pertenece en Asgard. Que seas feliz, aunque no pueda estar a tu lado para verlo. Y sobre todo, lo que más deseo, la razón más profunda por la que viajé a este tiempo es porque quiero que vivas, anhelo que vivas, aun cuando sea en un tiempo diferente al mío.

Loki guardó un largo silencio, luego una sonrisa amplia se presentó de nuevo en sus labios.

—Estoy impresionado, has aprendido bien. Tus mentiras son casi una actuación creíble, podrías engañar a cualquiera. Pero no volverás a engañarme.

—Te juro que es verdad.

—Oh por favor, pon un poco más de esfuerzo en ese juramento, fue poco convincente. Si ya terminaste el acto de hoy puedes marcharte, me gustaría volver a mi lectura. —Loki tomó de nuevo su libro volviendo de inmediato a aquellas líneas. Había decidido ocultar sus emociones, pero un ligero temblor en su mano izquierda lo delataba.

—Yo no estoy mintiendo, tú eres quien se engaña a sí mismo. Sabes bien que es verdad, que lo que te dije es posible, tú mismo conoces el poder de Thanos, también sabes que yo no sería capaz de aprovecharme de ti. Mucho menos de mentirte con algo tan serio como mi cariño. Yo te amo, desde hace mucho, es por eso que no soportaba la idea de verte perdido.

—Ya te dije que no te creo. Además, ¿por qué ibas a quererme?, siempre me viste como un ser inferior, alguien que no estaba a la altura de un gran príncipe heredero, no puedo creerte. Así que márchate ya. —Le exigió con un tono de voz más oscuro, tratando de no dar cabida a mas replicas, Loki no quería admitirlo, pero le dolía la presencia de su hermano en ese lugar. No quería verlo, no quería seguir hablándole, y no quería saberse traicionado por aquel que le había jurado lealtad.

— Nunca te vi como alguien inferior, no puedes asegurar eso. Y no me voy a marchar hasta que te convenzas de lo que te digo.

—Siempre fui tu sombra.

—Jamás te traté de esa manera, eras mi hermano, mi cómplice, mi compañero de armas y aventuras. ¿Acaso no lo recuerdas?

—Recuerdo las burlas de todos, su desprecio, el sentimiento de vergüenza hacia mi persona. Tú eras el origen de todo eso.

— ¡Mentira!; él origen eras tú mismo, te convenciste de que no estabas a mi altura y que los demás te rechazaban por eso, no era así, Loki. Te rechazaban por tus constantes embustes, por tu falta de lealtad hacia Asgard y todo lo que representaba.

— ¡No me habría faltado lealtad si Asgard se hubiera arrodillado ante mí como lo hacían ante ti!, siempre fuiste su favorito, el de todos, desde padre y madre, hasta el más ínfimo habitante de Asgard.

— ¿Y qué hiciste para merecer que se arrodillaran, eh Loki?, ¿fuiste acaso un buen príncipe?, ¿los salvaste de la guerra o los condenaste a ella?

—Algo mejor: Te toleré por milenios, a tus estupideces, a tu ignorancia. Bastardo engreído. Yo también los protegí, a mi manera, trataba de evitar que Thanos los matara a todos, pero claro, siempre seré el pináculo de la desgracia, la gloria no se hizo para las sobras… —Dijo con gran rencor y decepción. Thor sintió una puñalada en el pecho, como si Loki quisiera arrancarle el alma con sus palabras. Con gran tristeza le habló, tratando de hacerle entender lo que él creía la verdad. 

—Te dedicaste a perder el cariño de la gente que debías proteger, esa fue tu ruina, no yo.

—Vete al infierno.

—Ya he estado ahí. —Loki pudo notar como su hermano desactivaba el hechizo sólo para entrar a su celda. Notó de inmediato que cargaba a Mjolnir en su mano derecha, no había capa ni tampoco un disfraz, sino el típico traje de batalla de su hermano. Sin embargo, su aspecto le recordaba a ese personaje inventado en Sakaar. —Y, aunque estoy aquí para explicarte lo que pasó, también quiero que me perdones si te sentiste engañado, comprendo las consecuencias de mis actos y…

Thor no pudo continuar pues Loki se acercó a él y le golpeó duramente con el puño, posteriormente, una serie de impactos llegaron a su rostro, estómago, pecho y brazos, Thor no pudo culpar a Loki por su ira, trató de soportar los fuertes golpes y de esquivar los más que se pudiera, evitando así que Loki fuera a lastimarlo en exceso.

— ¡¿A quién le importa lo que comprendas?! ¡No soy un juguete para tu diversión! ¡Maldito! —Le gritó y siguió tratando de lastimarlo, pero Thor era más fuerte que antes y sus golpes parecían no hacerle el daño que deseaba. Siguieron luchando por un largo rato. — ¡Te burlaste de mí!; ¡eres de lo peor… y siempre renegaste de mis mentiras: hipócrita! ¡No tenías derecho! ¡Te odio! —La ira de Loki no parecía dimitir, Thor trataba de controlarlo y evitar los golpes, hasta que, a causa de que su labio inferior ya sangraba, víctima del arrebato de cólera de Loki, decidió sujetarlo en un abrazo por la espalda, impidiéndole moverse. — ¡Suéltame!, ¡no me toques, no quiero tenerte cerca!

—Si te calmas lo haré. Aún no he terminado de hablar contigo, pero no puedo hacerlo si pretendes degollarme en cuanto me descuide.

—Es lo menos que mereces. Me usaste. —Le dijo, rencoroso aún.

—Eso no es verdad, yo fui con la intención de rescatarte, nuestra relación se dio por causas naturales.

—Te aprovechaste de mí porque estaba dispuesto a acostarme contigo.

—No tuve más opción, tenía que convencerte de huir conmigo. El Gran Maestro era una severa amenaza, podría haberte matado.

— ¡Era preferible eso! —Gritó mientras se revolvía entre los grandes brazos de Thor, sus respiraciones eran agitadas, ante los movimientos Thor consiguió darle vuelta y quedar abrazando a Loki de frente.

— ¡No vuelvas a decir eso nunca más!; he venido hasta aquí para conservar tu vida, ¿no lo entiendes?, eres lo más preciso que jamás pudo pasarme, no quiero saber que he vuelto a perderte.

Los ojos de Loki se rozaron, un par de gruesas lágrimas descendieron con vertiginosa violencia por sus mejillas. Pero la ira no abandonó su mirada.

—Deja de mentirme, cabrón, te arrancaré…

—Ya lo sé: —interrumpió Thor con una media sonrisa. —me arrancarás el pito y se lo darás de comer a los perros. No digo que no lo merezca, pero antes de eso quiero que sepas que en verdad te quiero, y no como mi hermano o mano derecha, no, como hombre, como mi amante. Te adoro, y voy a convencerte de eso.

Lo sintió temblar entre sus brazos, la ira se desvanecía mientras el llanto inundaba en silencioso recelo su pecho. Loki no correspondió el abrazo que Thor terminó por darle cuando lloraba, sin embargo, se acomodó en su pecho para seguir llorando su decepción y dolor. Porque sí, le dolía saberse engañado, pero más que nada, le dolía saber que se había equivocado con respecto a Thor.

—Nunca quise hacerte daño en verdad. Sólo quería ser reconocido por ti. Ni siquiera me importaba tanto lo que Asgard opinara de mi persona, yo quería que tú me dieras un lugar junto a ti. Un lugar en el que pudiera sentirme orgulloso de mi persona.

—Perdóname Loki. No quería hacerte sentir de esa manera, pero quiero que sepas que siempre tuviste un lugar especial en mi corazón, siempre fuiste importante para mí. Eras mi hermano menor y estaba orgulloso de tu persona y de tu fuerza. Aún lo estoy, ¿sabes?

— ¿De qué?, ¿de un tonto que casi hace que lo violen, o del tonto que provocó que lo estrangularan hasta la muerte?

 —Del brillante hechicero que engañó a un eterno, con milenios de años más experiencia que él. Y del valiente guerrero que obsequió su vida por salvar a Asgard y a mi persona. Gracias, Loki.

—Tonto. Ridículo. —Thor fue arrastrándolo junto a él hasta caer sentados en la orilla de la cama.

—Pero así me quieres.

—Ja, qué ego tan grande.

— ¿Entonces, me perdonas?

—Tendrás que esforzarte más, barriga de elefante.

— ¡No es tan grande!, además, me deprimí después de perderte, es decir: de perder a tu otro yo. Empecé a comer porque me sentía vacío sin ti a mi lado.

—Que halagador… —Dijo en tono de burla, Thor lo soltó lentamente.

— ¿Ahora nos besamos?

— Besa un cuerno, aún estoy enojado. —Loki lo soltó y se puso de pie para ir a recoger su libro. —Además te dije que no me trajeras a Asgard... Mi vida apesta.

—Asgard es el mejor lugar para ti.

—Todos me odian aquí.

—Pero te amarán. Como yo.

—Obtuso. Eso no va a pasar, ellos querrán matarme en cuanto sepan que “el gran traidor” está de vuelta.

—Loki, te conozco, sé que esa no es la razón real por la cual no querías venir.

—Presumido mitómano. Qué importa la razón, no quiero estar aquí y punto. Llévame a otra parte, incluso aceptaría que me llevaras a Midgard.

—En Midgard no me dejarían entrar a tu celda.

— ¿Y eso que importa?

—Que no podría tocarte, besarte, ni hacerte todas las cosas que quiero hacer.

Loki volvió su mirada de inmediato hacia Thor, quien se había recostado en su cama con una sonrisa amplia y  hermosa. Oh sí, Thor era un dios endemoniadamente bello y lo sabía, se aprovechaba de ello.

—Te informo que aquí tampoco podrás hacerlas. Yo no te dejaré. No te lo mereces.

— ¿Oh, enserio?

—Y Odín y Frigga podrían vernos.

—Padre y madre… —Intentó corregir Thor, pero recibió una mirada de reproche, era obvio que para Loki ese era un tema pendiente aún. —ya saben de nuestra relación, les dije que te quiero y no hubo ninguna oposición al respecto.

—Eso es inesperado. —Dijo el hechicero con algo de sorpresa en su voz y luego colocó el libro sobre una mesita, tenía los ojos absortos en los recuerdos. —Pero no es necesariamente una invitación a quedarme en Asgard, ellos deben estar muy decepcionados, llenos de ira en mi contra, como es natural.

—Te aman tanto como yo, todo lo que quieren es tu felicidad. Siempre ha sido así.

—Estoy en una cárcel, ¿recuerdas?

—Solo es momentáneo, sucede que no te calmabas y padre y madre pensaron que dejarte lidiar unos días con tus emociones y luego, dejar que decidieras qué hacer era lo más apropiado. Pero quieren verte. Además, si vine hoy es para sacarte de aquí.

— ¿Y estás seguro de que esa es una buena idea?, aún pienso que debería rebanarte la hombría.

Thor soltó una carcajada y luego, con increíble lentitud, llevó su mano hasta la hebilla del pantalón. Estaba feliz de que Loki no lo odiara, aunque seguía enfadado, pero sabía que pronto ese enojo podría tornarse en otra cosa. Y además, tenía fuertes esperanzas, pues Loki no se había negado cuando le mencionó que ellos estaban en una relación.

—Si tanto lo quieres, puedes venir aquí y hacerte cargo. Yo no me quejo si tú pones esas deliciosas manos sobre cualquier parte de mí.

—No me digas. —Loki caminó sensualmente hacia Thor, si el dios de trueno quería guerra… —Te aseguro que te arrepentirás de tus palabras, Hijo de Odín.

—Si es contigo, jamás.  —Una nueva sonrisa coqueta, un guiño de ojo y un beso al aire acompañaron esta vez al intento de seducción. Loki fingió caer ante esos encantos, nada despreciables, se sentó a un lado del rubio y pasó una mano por su largo cabello, encontrando en su camino la oreja de su amante, luego, sin ninguna compasión, la tomó entre sus manos y tiró bruscamente de ella.

— ¡Sácame de aquí, bribón!

— ¡Auch!, ¡Loki, eso duele! —El maltrato a su pobre oreja continuó unos momentos más, Thor empezó a sospechar que Loki realmente quería arrancar algo de su piel. Llevó una de sus gruesas manos a la mano de Loki y comenzó a suplicar por su liberación. — ¡está bien, nos iremos, pero deja mi pobre oído!

—Más te vale. —Le dijo soltándolo y poniéndose de pie.

— ¿Ni un besito?

Los ojos de Loki le amenazaron de nuevo, Thor no esperó un segundo antes de correr hacia la barrera mágica y desactivarla. Salieron en silencio, con Loki aun mostrándose ofendido por el engaño. Lo cierto es que no quería decirlo en voz alta, pero le parecía halagador que su hermano hubiera caído ante sus encantos. Porque era cierto, él había seducido a Thor, aunque no sabía que era Thor. Fue llevado a la habitación que pertenecía anteriormente a Thor. Ahí el dios de trueno le pidió que recibiera a sus padres, pero Loki se negó rotundamente, no se había recuperado por completo de la paliza recibida en Sakaar, y quería seguir descansando, además, le confesó un poco molesto a Thor que no se sentía preparado emocionalmente para hablar con Odín y Frigga. Para su sorpresa, Thor mostró empatía por su estado mental y anímico y le dejó recostarse y dormir. Esa noche, al igual que un par de días más en que Loki siguió negándose a la reunión con los reyes de Asgard, durmieron juntos, abrazados como cuando eran niños, aunque los intentos de Thor por llegar a algo más fueron rechazados por el pelinegro, en reprimenda, aún, por el engaño del que fue víctima.

 

El tercer día después de ser liberado Loki paseó por los pasillos que le estaban permitidos, siendo advertido por Thor que nadie debía verlo. El rubio se le unió al paseo por largo rato, y así compartieron muchas de las vivencias por las que pasaron. Thor no tuvo ningún recelo en narrarle a Loki  el resto de los detalles de todo lo que había sucedido en su línea temporal; si quería que el Loki del pasado comprendiera la importancia que tenía que él se quedara en Asgard y ayudara a su padre a cuidar de esa línea del tiempo, tal vez eso le convencería de quedarse en el reino. Loki escuchó con mucha atención, hizo preguntas que Thor jamás había imaginado, como la razón por la cual, cuando viajaron la primera vez al pasado para tomar las gemas, no asesinaron al Thanos de esa época en ese momento y así evitar la muerte del humano llamado Stark. O bien, por qué Thor no aprovechó el poder de las gemas para traer de regreso al árbol Yggdrasil y así restablecer el equilibrio natural de los mundos. Sin duda su hermano era una mente curiosa, pero Thor estaba seguro de que hicieran lo que hicieran, los resultados iban a ser muy similares. Por eso se esmeró para relatarle cada detalle y Loki, en una especie de compensación, le relató todo lo que había vivido desde que cayera por el Bifrost. Thor sintió que su rabia ardía cuando supo del secuestro de Thanos sobre Loki, de cómo el titán le había encontrado malherido, después de su caída y luego, le había obligado a servirle y de como Loki, en su desesperación, había mantenido la cordura a pesar de las largas jornadas de dolor y tortura mental a las que era sometido. Se agradeció por haber cortado la cabeza de ese genocida y no se arrepentía de pensar en cortarla de nuevo si existiera una nueva versión temporal de Thanos.

Pasaron unos cuantos días más, Loki y Thor se acostumbraron a charlas por largas horas, el cuerpo de Loki seguía recuperándose, Thor, por su parte, seguía robándose la comida de la cocina sin que nadie lo notara, había aprendido a pasar desapercibido. Loki encontró que su hermano se había vuelto en extremo agraciado, sus charlas ya no eran triviales ni aburridas, ahora podían comprenderse a niveles que antes no existían, descubrió, para su sorpresa, que Thor tenía un cerebro y que lo usaba muy bien. Además, el guardián que había fingido ser era solo una fachada que había servido para presentarle a su nuevo yo, el cual le agradaba muchísimo más que el anterior. Este Thor era maduro, responsable, inteligente, tenía sentido del humor, hablaba de muchas cosas: arte, música, ciencia, tecnología humana (no muy avanzada, pero qué le podía hacer), y podía comprenderlo mejor. Eso le gustaba tanto como cuando lo había conocido como el guardián Dhork. Loki hacía sorna de su seudónimo y a veces lo llamaba así para hacerlo avergonzar, indicándole lo tonto que era su apodo.

Casi al finalizar su tercer semana de libertad y cuando sus heridas ya habían sanado Thor le pidió que aceptara ver a sus padres, Loki, sabiendo que no tenía caso darle vueltas a un asunto inevitable aceptó, pero le pidió a Thor que no le dejara solo ningún momento. La sexta noche de su cuarta semana en Asgard, Loki se había sentado junto a la ventana de la habitación cuando sus otrora padres ingresaron en silencio. Se giró al mismo tiempo que se ponía de pie, tenía bastante tiempo que no los había visto. Odín estaba al costado izquierdo de su esposa, quien, con ojos húmedos revisaba de arriba-abajo a su hijo menor, a pensar de haberlo visto un par de veces cuando Thor lo había llevado, Frigga no había tenido tiempo de conversar con él, y Loki se había negado a responder a su llamado o a mirarla directamente. El pelinegro contuvo la respiración por un momento, estaba seguro de que los reproches no se harían esperar. Thor caminó delante de sus padres y se colocó a un lado de su amante. Hasta ese momento el ambiente era tenso, Thor no podía estar seguro de qué iba a pasar hasta que su madre se adelantó y con una mano tierna tomó el rostro de Loki.

—Bienvenido, cariño mío. —Los ojos de Loki se rozaron de inmediato, pero no dijo nada, Thor le sonrío tierno mientras su madre extendía sus brazos, Loki dudó un momento hasta que el rubio lo aventó con delicadeza a esos brazos delgados de su madre. —Ha pasado largo tiempo, no sabes cómo te he extrañado. —Dijo la reina mientras abrazaba aquel cuerpo alto que comenzó a sollozar contra su hombro. —Shh mi amor, ya estás en casa, nada malo va a sucederte.

El llanto se hizo más violento cuando su madre comenzó a acariciar su espalda, Odín permaneció impasible hasta que su hijo menor se hubo calmado, Loki se separó cuando su madre terminó de acariciar su espalda y se limpió los ojos, luego encaró a Odín.

—Sé que los he decepcionado, pero fue porque…

—Nadie te está juzgando, Loki. —Habló Odín, quien también se acercó al hechicero. —Thor nos ha contado todo, no has pasado por experiencias agradables, pero aun así trataste de hacer lo mejor que te fue posible, nosotros te hemos perdonado.

— ¿Así, sin más?, ¿no hay castigo, venganza, juicio o ejecución?

—Thor nos ha convencido de que podemos hacer las cosas de mejor manera, ¿qué tal si empezamos por ti?

—Yo, no sé qué decir, pensé que como mínimo debían repudiarme.

—No es así, cariño, sigues siendo nuestro niño. Nuestro Loki.

—Pero, les hice daño. Yo…—Dijo avergonzado. —casi hago que los maten.

—Es en gran parte mi responsabilidad. —Lo irrumpió Odín. — No debí negarte tu lugar como mi heredero, eras tan valioso como Thor, esperaba que lo dedujeras por tu propia cuenta, pero fallé en demostrártelo.

Loki abrió los ojos ante la sorpresa, Odín jamás le había dirigido un cumplido tan directo, siempre elogiaba la fuerza de Thor, pero en cuanto a él, parecía incluso minimizar sus atributos. Loki comprendió que no se debía a la falta de cariño, sino a que Odín le había dado su voto de confianza. Se sintió aún más torpe, se sintió miserable y comenzó a llorar de nuevo, corriendo a refugiarse entre los brazos de Thor, ya que estaba aún apenado de acercarse a Odín, a quien había intentado asesinar.

La reacción del Padre de todo no se hizo esperar, caminó hacia su hijo y lo tomó entre sus brazos, como cuando era aquel bebé abandonado en la nieve. Loki se dejó hacer, llorando entre los brazos de su padre, al fin la herida estaba sanando, la relación se restauraba y tal vez, con algo de tiempo, Odín podría volver a introducir al príncipe pelinegro como parte de Asgard.

 

 

 

 

Desde la reconciliación con su padre pasaron otro par de días, la relación entre Thor y Loki se fortalecía aunque éste seguía reacio a dejar que el rubio se le acercara por las noches, lo cual era una pésima noticia para el príncipe mayor, a quien ya le urgía poder amar a su otrora rival de manera más cercana. Loki se encontraba en un jardín privado de su madre, quien había ordenado que toda la servidumbre lo desalojara, con la intención de que su hijo estuviera tranquilo. Leía un libro sobre runas antiguas cuando la reina se acercó a la pequeña banca que utilizaba su heredero.

—Mi cielo. —Le llamó, arrancando una ligera sonrisa del rostro del pelinegro. —Hay algo de lo que quiero hablar contigo.

— ¿Sí?

— ¿Tu y Thor, ya estuvieron juntos?

Ante la pregunta, la sangre de su cabeza se acumuló en las mejillas pálidas de Loki, quien enmudeció de inmediato, sintiendo una gran pena de que su madre estuviera al tanto de sus amoríos.

—No hay nada de qué avergonzarse. Cuando dos personas se gustan y quieren estar juntos la intimidad es sólo una consecuencia natural.

—Pero, él es como mi hermano.

—Oh cariño, ¿eso ha tenido importancia alguna para nosotros?

— Y además somos dos varones.

—Has estado conviviendo mucho con los humanos. —Dijo en un tono divertido la reina, el sonrojo aún no abandonaba las mejillas de su hijo. Ella era consciente de que la naturaleza de Loki lo llevaba siempre a buscar compañía con algún amante, nunca le había molestado que su hijo tuviera esa libertad en su pensamiento, al contrario, estaba orgullosa de él.

— ¿Entonces, no te molesta?

—Me molestaría si Thor te hubiese forzado. No es propio de un príncipe y definitivamente no es algo que esperaría para ti.

—No me forzó. Aunque me hizo creer que era otra persona.

—No puedes culparlo realmente de eso, ¿o sí?

—Pues, se ha ganado unos meses sin poder tocarme. Aún sigo un poco molesto.

— ¿Entonces, las cosas entre ustedes funcionan?

—Por increíble que parezca, sí.

—Me alegro por ustedes, cariño, merecen ser felices. Pero me preocupa algo, por lo que nos ha dicho, él no pertenece a este mundo, ¿sabes lo que eso significa?

—Tendrá que marcharse a su tiempo tarde o temprano. —Loki cerró su libro y lo dejó sobre la banca en la que descansaba, caminando melancólico hacia el jardín, en donde había una serie de flores que crecían desde las jardineras más bajas, tenían tonos dorados y brillantes, estiró una mano y tomó una de aquellas flores, sacándola de su tallo.

— ¿Y qué harás tú?

—Aún no lo decido, tal vez huya con él. Tal vez lo engañe haciéndole creer que iré con él y me marche a alguna parte del universo. Quién sabe.

— ¿Y si yo te pidiera que te quedes aquí?

— ¿Aquí, encerrado en esta torre?

—Aquí, con tu familia, mi cielo. En Asgard.

—El pueblo nunca me aceptaría, pesa sobre mí la antigua imagen de traidor, soy repudiado. No tiene ningún caso quedarme.

—Con el tiempo y con tus acciones harás que esas ideas cambien, estoy segura que puedes lograrlo.

— ¿Y… si aun así, no quiero? —Su madre guardó un largo silencio, observó también las flores del jardín y luego, sonriendo, le regaló un beso en la frente a su querido hijo.

—Entonces, déjame al menos disfrutar de nuevo el poco tiempo que te tendré entre mis brazos. No me has dicho madre una sola vez desde que nos vimos, extraño a mi hijo. ¿No nos has perdonado por todo lo ocurrido?

—No es eso. Las cosas son distintas ahora.

—Para mí, siempre serás mi pequeño hijo. Mi orgullo.  —Los ojos de Loki se rozaron cuando su madre le besó la frente. No pudo evitar sonreír y tomar aquellas delgadas manos entre las suyas, para luego obsequiarle un beso a cada una.

—Gracias. Por todo lo que has hecho siempre por mí.

—Nada que no haría por mi hijo. Por otra parte, tengo otra cosa que pedirte.

— ¿Sí?

—Cuando nazca mi primer nieto, no dejes que Thor elija el nombre. —Las pálidas mejillas de Loki nuevamente enrojecieron de manera exorbitante, sus ojos, de un intenso verde, lucían en extremo apenados.

— ¿Qué quiere decir?, yo no estoy de encargo… eso sería extraño.

—No para mis hijos. Además,  yo no dije que fuera justo ahora.

—Pero…

—Siempre supe que ustedes dos terminarían juntos. Son perfectos el uno para el otro.

—Eso no me lo esperaba.

—Y yo, no podría esperar menos de mi madre. —Irrumpió Thor quién se acercaba a ellos y había escuchado la última parte de la conversación, había una amplia sonrisa de felicidad en su rostro aún barbudo. —Siento molestarlos, pero padre me han enviado para pedirles que vayan a nuestra alcoba, hay un asunto urgente del que quiere hablarnos.

—Está bien.

Se encaminaron a la recámara que Thor y Loki compartían. Como el mayor lo había dicho, Odín los esperaba. Estaba sentado en la cama y su lanza reposaba en el respaldo.

—Padre, ya estamos todos aquí, por favor, dime eso que es tan importante.

— ¿Qué sucede? —Preguntó Frigga al notar el semblante preocupado de su esposo.

— En Dwi Gast, ha amenazado con invadir Asgard si no le entregamos a Loki.

— ¿Quién? —Preguntó el rubio, Frigga se llevó una mano a los labios, notablemente desconcertada.

—El Gran Maestro. Ese es su nombre verdadero.

— ¿No estarás pensando en entregárselo, padre? —Cuestionó Thor, mientras observaba con cierta tensión al rey.

—Sus tropas llegarán mañana al atardecer. Habrá guerra en Asgard. Debemos prepararnos. Tendremos que hablar con el consejo. Decirles toda la verdad. Tendrás que explicarles todo, absolutamente todo. E incluso mostrarles cómo has hecho ese viaje en el tiempo.

— ¿Querido, tú crees que eso funcione?, ¿estarán dispuestos a ir a la guerra para proteger a nuestro hijo?

—Es su príncipe, tienen que hacerlo. —Contestó tajante Odín, Thor y Frigga se sintieron aliviados, pero Loki no compartió sus pensamientos.

—No. —Interrumpió el pelinegro. —De ninguna manera van a arriesgar así Asgard. Iré con Heimdall y le pediré que me lleve a Sakaar.

— ¿Estás loco? ¡Sabes bien lo que te sucederá cuando llegues ahí!

—Yo provoqué esto, debo enfrentarlo.

— Estas bajo el resguardo de Asgard, no permitiremos que te dañen. Además, tengo una cuenta pendiente con En Dwin Gast. Nadie toca a mis hijos. —Dijo Odín, tomando su lanza y colocándose delante de Loki. —Esta es una orden directa de tu rey, permanece en Asgard, y permanece a salvo. —Los ojos de su padre no dejaban espacio para las dudas o la desobediencia, Loki se sintió embargado por el sentimiento. Odín quería protegerlo.

—Yo…al menos déjenme participar en la batalla.

—Por supuesto que no, Loki. —Infirió Thor, dándole un abrazo. —Tu debes quedarte donde estés a salvo, cuando el momento sea adecuado darás la cara, hermano. Madre, tú deberás vigilarlo, yo iré a la batalla.

—Sí. No te preocupes por eso. Ustedes, vayan y háganle saber a ese asqueroso que ha cometido un severo error.

—Esperen, no… por favor, no pueden hacer esto. —Loki comenzó a angustiarse, pero su familia no parecía compartir su preocupación, sin embargo, se veían completamente determinados a protegerlo y eso le asustaba.

—Eres el príncipe de Asgard, eres un Aesir, y además, eres nuestro hijo, claro que podemos. —Agregó su madre. —Déjanos protegerte, cariño mío.

—No tienes nada que temer, hijo. —Habló Odín, acercándose a Loki y tomándolo de un hombro. —Asgard protege a otros mundos, a todo tipo de razas y creaturas, sería una deshonra que no fuésemos capaces de proteger a nuestra propia gente. Eres uno de nosotros y tienes el derecho legítimo de gozar de nuestra protección, el consejo no puede negarse, yo así lo demando.

—Padre… madre. —Dijo Loki, sus ojos estaban brillantes cuando aceptó un abrazo con ambos. —Gracias.

Thor no pudo estar más contento, Loki había aceptado de nuevo a su familia, otra vez se sentía parte de ellos y eso lo hacía feliz. Cuando se separaron el pelinegro aún tenía lágrimas en las mejillas, las cuales se acercó para secar con sus pulgares.

—Pero, será un peligro si les confiesas todo sobre tu tiempo, Thor. —Infirió el pelinegro.

—No hay otra opción, tenemos que convencerlos de que existe una buena razón para ir a la guerra.

—Bueno, podrían solo hablarles sobre mi plan para matar a Thanos y cómo traté de manipular al Gran maestro, no hay necesidad de que hablen sobre el viaje de Thor.

— ¿Pretendes que mintamos al consejo? —Preguntó Odín, escuchando con atención a Loki.

—Padre, ¿en verdad es necesario que el consejo de ancianos sepa todos los detalles sobre algo que puede afectar el futuro de Asgard?

—Cariño, nuestro hijo tiene razón. Los ancianos no siempre tienen una visión clara de cómo proteger Asgard. Tú y yo sabemos que en muchas ocasiones no congenias con sus decisiones.

Odín guardó silencio un momento y luego se llevó una mano a la barbilla, pensando.

—Si Thor retoma su papel como guardián y nadie se entera de su verdadera identidad, podríamos lograrlo, pero eso significa que no podrá utilizar a Mjolnir en batalla.

—Tengo otra arma que puedo usar. —Infirió el aludido.

—Y al consejo pueden decirle que yo hice todo, y que Dhork me ayudó en el escape una noche que el Gran Maestro estaba ahogado de borracho. Nadie tiene que saber que hubo una pelea.

—Suena arriesgado, —Dijo la reina. —pero parece un buen plan, ¿qué opinas, cariño?

—Thor, busca una armadura que te proteja la mayor parte del rostro y deja escondido en algún lugar a Mjolnir. Que el Yggdrasil nos de sus bendiciones, vamos a necesitarlas.

Odín y Thor abandonaron la recámara, Loki y Frigga se quedaron solos, en espera de la noche.

Durante muchas horas el príncipe travieso no fue capaz de conciliar el sueño, pero antes del amanecer logró dormir, su madre, que se había sentado a la orilla de la cama, le acariciaba el cabello como cuando era pequeño. Podía sentir la angustia en el pecho de Loki. Tenía miedo, aunque no lo admitiera. No quería que el Gran Maestro volviera a encontrarlo. Utilizando su magia calmó con paciencia y amor la mente del príncipe, permitiéndole dormir con tranquilidad.

Casi al medio día Thor regresó con noticias. Las tropas del Gran Maestro ya habían llegado y se aposentaban a las orillas de Asgard. El tirano estaba al frente y demandaba la entrega del príncipe pelinegro. El consejo de Asgard no se había tomado a bien que Odín hubiera ocultado a Loki en el castillo, pero no les quedó más que aceptar el hecho ante el comentario tajante de padre de todo: Es mi hijo y este es mi hogar, daré asilo a quien lo necesite y me convenga.

Al final, sin más remedio que aceptar la guerra, el consejo dio la orden de formar con rapidez una defensa de Asgard. Odín comandaría las tropas, e iría directamente a atacar al Gran Maestro, no ocultaba ante nadie su enfado. Odín buscaba venganza. Loki moría de nervios mientras veía caer la tarde, Frigga que no se había separado de su lado en todo el día trataba de tranquilizarlo, pero sabían que pronto su destino iba a decidirse. Cuando al fin los rayos del sol comenzaron a volverse rojizos, Loki y la reina escucharon a lo lejos los tambores y la corneta de guerra, había comenzado. Todo era cuestión de tiempo ahora.

 

 

 

 

 

Odín y Thor encabezaban las tropas de Asgard, la armadura que su hijo había robado, junto con su apariencia actual, lo hacía pasar completamente desapercibido, además, ante la sabia vista de su padre, Thor empuñó su Stormbreaker. Sus amigos más cercanos estaban parados junto a él y ninguno de ellos le reconocía, el disfraz funcionaba a la perfección y Thor, que ya había tomado algo de práctica, mantenía deliberadamente un perfil bajo, aunque Odín les había dicho a todos que Thor era el guerrero que había ayudado a Loki a escapar y que su nombre era Dhork. Su hijo estaba lleno de emoción contenida, a pesar de estar junto a sus amigos, no podía hablarles con el ánimo que hubiera querido, sabía que la seguridad de Loki estaba primero.

 

Como la costumbre de las guerras lo dictaba, Odín, acompañado de Fandral y Lady Sif, dos de sus guerreros más importantes, se acercaron a la mitad del camino que separaba ambos ejércitos para negociar con el invasor los términos de la guerra. Fuera una completa aniquilación o bien, una rendición inmediata. Llegaron hasta el punto conveniente, frente a ellos también caminaron tres figuras del ejército enemigo. Fue grande su sorpresa cuando descubrieron que, quien encabezaba al ejército del Gran Maestro era Topaz, su fiel acompañante.

— ¿Dónde está tu amo? —Cuestionó imponente el rey de Asgard.

—Mi señor no atiende guerras, sólo las ordena.

— ¿Osa enviar a un simple emisario? Mujer, márchate de Asgard  ahora mismo, y llévate a este ejército, nada tengo que tratar contigo, ha sido tu amo el que declaró esta batalla.

—Si no peleas con nosotros, rey de Asgard, tengo órdenes de atacar a tu ejército por la espalda y luego seguir con tu pueblo.

— ¡Cómo se atreve! —Gruñó el soberano ante el insulto. —Ese miserable morirá por mi mano y ustedes caerán como larvas ante las espadas de mis guerreros. Pero tú, insolente, tú serás enviada como recuerdo para tu amo.

—Anciano, ya se lo dije, yo sólo hago lo que se me pidió.

— ¡Cierra tu boca sucia, miserable Sakaariana! —Gruñó Lady Sif desenfundando su espada.

—Guarda tu espada, Lady Sif. —La reprimió el rey, el cielo de Asgard comenzaba a oscurecerse, en la mirada de Odín se veía el castigo divino. —Esta mujer ha sellado su futuro.

Con estas palabras el Padre de Todo terminó la negociación, dio media vuelta y caminó hacia su ejército. Topaz lo entendió de inmediato, tan pronto como Odín regresara a las filas de su ejército iba a atacarlos. Sus órdenes se estaban cumpliendo. Mantenía ocupado a Odín y a todo soldado vigilante de Asgard. El Gran Maestro haría su siguiente movimiento en cuanto la batalla comenzara.

Las tropas de Odín recibieron sus órdenes con candor, el enfrentamiento comenzó en un rugido de gritos por parte de los Asgardianos, que corrieron a confrontar a los Sakaarianos, quienes imitaron a sus adversarios, los ejércitos chocaron con estruendo, lejos, en el castillo de Asgard, algo perverso sucedía.

 

 

 

 

 

Loki no toleró mucho tiempo la ansiedad del encierro y no poder ayudar en el combate. Convenció a su madre de salir de la torre, aprovechando que todos los sirvientes estaban refugiados y sólo unos cuantos soldados vigilaban la entrada del palacio. Quería refugiarse en su antigua recámara, tal vez encontrar alguno de su viejos libros donde tratar de perder sus pensamientos un rato. La reina caminaba tomada de su brazo, el pelinegro no podía ocultar su miedo.

—Tranquilo, mi amor, ya verás cómo tu padre y tu hermano lo solucionan todo.

—Esto no debería estar pasando. Todo es…

—Basta cariño, nadie te está reprochando nada.

— ¿Por qué no me dejan ir a pelear?

—Acabas de recuperarte de unas heridas horribles y sería un error de estrategia fatal. En Dwin Gast conseguiría de inmediato su objetivo. Lo mejor es que te ocultes.

—Pero me siento un miserable cobarde, e inútil.

—No es así, mi amor. En cuanto todo se resuelva buscaremos la forma de restituirte a tu trono. Serás de nuevo el príncipe de Asgard. Ya verás.

—Madre, sabes que eso no es posible.

—Nada es imposible para tu Padre.

La reina observaba el rostro de Loki, trataba de transmitirle su seguridad cuando escucharon un estruendo en un pasillo, los gritos de los guardias, el sonido de cuerpos cayendo al piso. Ambos se pusieron en alerta, la reina supo de inmediato que aquello no eran buenas noticias. Aun no lograban alcanzar la puerta de la recámara cuando un grupo de soldados Sakaarianos los alcanzaron, reconociendo a Loki, quien trató de ocultar a su madre detrás de su cuerpo.

—Al fin te encontramos, traidor. —Dijo un soldado cubierto por completo con su armadura, dio gritos al Gran Maestro, quien no tardó en aparecer por el pasillo, tenía una horrible cicatriz, aún sin sanar por completo, en la mitad izquierda del rostro, sin duda, el impacto del rayo de Thor.

— ¡Pajarillo hermoso!, qué alegría verte, pensé que iba a tardar más tiempo en encontrarte, pero qué tenemos aquí, ¿esa fina dama es mi suegrita?

— El Helheim se congele antes de que mi hijo se enlace con un ser tan miserable como tú, En Dwin Gast.

—Déjame en paz, Gran Maestro, no quiero tener nada que ver contigo. No te debo nada, ya la ofensa del engaño te la cobraste casi matándome a golpes.

—Pajarillo. No me digas eso, si nos interrumpieron la última vez, además, yo sólo estaba demostrándote mi amor. Y lo voy a hacer de nuevo cuando te tenga de vuelta.

—Jamás. —Amenazó la reina, haciendo que sus manos brillaran. Apartó a Loki, quien fue lento para reaccionar y lanzó un hechizo que hizo que el gran maestro se viera expelido un par de pasos atrás, aunque, el resto de sus acompañantes se vieron lanzados varios metros en el aire. La situación se tensó, el ser milenario se irguió cuan alto era, mostrando una sonrisa terrible.

— ¡Madre, no! —Gritó Loki cuando, un segundo después, la reina fue impactada por un contrataque del Gran Maestro, quien también podía utilizar magia, de inmediato, ella cayó al piso, sangrando por la boca. — ¡Maldito seas! —Los ojos de Loki no pudieron evitar llorar y sin perder un segundo invocó a su magia para sanar a su madre, sus manos se posaron sobre aquel cuerpo que se quejaba, mientras el Gran Maestro se acercaba a ellos peligrosamente.

— ¡Loki, no pierdas el tiempo, huye!

— ¡No madre, no te dejaré morir! — Loki concentró toda su energía, mientras era rodeado por los soldados enemigos y el Gran Maestro, la reina podía sentir que sanaba, pero aún estaba débil para intentar proteger a su hijo. Con frustración pudo ver como el Gran Maestro estiraba una mano hasta el cabello de su hijo y lo halaba fuertemente, comenzando a caminar a la salida del palacio. Lo secuestraba, de nuevo, y ella no podía hacer nada. La magia de Loki la abandonó lentamente, mientras él intentaba hasta el último momento sanar a su madre, impidiendo su muerte. La reina estaba muy débil, pero aún pudo observar como Loki era arrastrado y golpeado, arrancándole varios gritos de dolor en el proceso.


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