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Toya x Yukito por La kike

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El vino tinto representa la sangre de cristo en el ritual de la última cena en cada celebración eucarística en la iglesia católica, sin embargo, desde una visión brujil, el cáliz y el vino serían los catalizadores o receptáculos de dicha presencia o entidad (así como también lo sería la ostia), siendo lo que beben y comen los participantes, la energía mágica de Cristo, y no el cuerpo y sangre de Cristo.

En la luna, se había vertido sangre, por eso, por condiciones no naturales su color cambió, siendo esta corrupta por tener la sangre de un macho cabrío en celo (o tal vez la sangre de un cordero). Nada de esto sabían ni Syaoran, ni Toya, ni Kerberos, quienes eran los únicos en todas sus facultades, Sakura continuaba desmayada y Yukito estaba en una especie de shock catatónico, con los ojos abiertos, sin parpadear, mirada perdida y tirado en el suelo. Toya atinó en levantarlo del piso y llevarlo a su recamara, vestirlo y cubrirlo con una manta.

La lluvia había cesado, pero la luna continuaba roja y recién, gracias a una búsqueda por internet y una llamada rápida a la mamá de Syaoran, dieron con que la luna roja no era un fenómeno meteorológico como mencioné y que además solo se apreciaba desde la ciudad de Tomoeda ¿Cómo romper este hechizo? Se preguntó Toya mientras veía el cuerpo de apariencia inerte de Yuki, al tiempo que Syaoran recostaba en la sala a Sakura.

—Tenemos que preguntarle a Eriol, tal vez él sepa cómo romper este conjuro.

—También podríamos llamar al traviste de aquella noche, él fue quien le dijo a Sakura cómo terminar con la lluvia.

—Buena ida Kero.

Syaoran tomó el teléfono de Sakura, pero la línea dejó de funcionar y la luz también se fue, la situación no parecía prometedora, Yukito poseído, Sakura inconsciente, y sin tener a quién pedir ayuda.

Mientras veía al infinito, Syaoran no podía evitar recordar aquel momento donde ese sujeto que se llamó a sí mismo luna roja, le besó el pubis y lo tocó, ¿por qué me sentí así?, se preguntaba sonrojado, ¿será porque su energía es lunar? No me dio miedo ni repulsión, y a pesar de que mis sentimientos por Sakura son fuertes, mi cuerpo se comportó de otra manera ¿por qué?

Syaoran no era el único que se hacía este tipo de preguntas, Toya se encontraba en el mismo dilema, no estaba seguro si eso había pasado porque veía el cuerpo de Yukito en todo eso que sucedió y por qué en ningún momento se sintió en verdadero peligro, incluso, se cuestionó por qué su pecho se sentía cálido ¿quién es el que está dentro del cuerpo de Yuki?

—Usa la carta sueño.

—¿A qué te refieres Kero?

—Mientras Sakura está en ese estado puede estar más receptiva psíquicamente y la carta sueño podría ayudarla a potenciar eso y dar con la solución a este problema.

—¿Estás seguro?

—Sólo hazlo como ya lo habías hecho antes, utiliza sus cartas.

—Está bien, lo intentaré, pero recuerda que también depende de la carta si me quiere brindar su ayuda, además espero soportarlo.

—Quisiera darte garantías mocoso, pero esa carta está bajo el domino de Yue, no mío.

Syaoran toma las cartas de Sakura y busca la carta sueño, saca su espada de su mano, y se prepara para invocar a la carta.

—Por favor carta de sueño, prestame tus poderes para ayudarnos a librar el mal que aqueja a Yue ¡Sueño!

Mientras tanto, la mente se Sakura, Yuki y luna roja estaban enlazadas. Yuki se encontraba encadenado, como flotando, mientras Yue estaba luchando con luna roja, Sakura no sabía qué hacer, no tenía sus cartas, ni tampoco tenía control de lo que ocurría en ningún lugar. Una de las flechas mágicas de Yue, roza el rostro de luna roja, haciéndole derramar una gota de sangre.

La sangre empieza a deslizarse por el rostro de aquel sujeto, fundiéndose en sudor y movimiento, sin caer al suelo, casi como si se estuviese aferrando a su rostro, otra flecha le da en la mano, abriéndole un hueco, y repitiéndose lo mismo, la sangre empieza a correr, pero nunca a caer, el suelo no existe, a pesar de que están sobre una superficie. Sakura empieza a gritar desesperadamente, nadie la puede oír o ver, se siente atrapada, impotente y confundida.

—¿Cómo puedo ayudar a Yue y a Yukito?

—Despierta —le susurró la carta sueño—

Sakura se levanta al tiro, muy sobresaltada, con angustia y llorando.

—Los vi luchando y no podía hacer nada, ese sujeto por mucho que las flechas de Yue lo alcanzaran, parecía que no recibía mayor daño, su sangre corría, pero nunca caía, incluso una de las flechas le atravesó la mano y nada.

Toya, entrando a la sala, escuchó esto e hizo una asociación.

—Creo que Yuki trataba de decirte algo.

—¿Qué quieres decir?

—Aquel que llaman Cristo, cuando lo condenaron, fue al único al que literalmente clavaron en la Cruz, mientras los otros estaban atados.

—Yuki estaba de esa forma sostenido por Cadenas.

—Hay que tomar cuidadosamente esta información, el mocoso usó la carta sueño contigo mientras estabas inconsciente.

—¿A qué te refieres Kero?

—A que ahí podría estar la solución Sakura, solo hay que unir las piezas.

—Entre las cosas que estábamos investigando Yuki y yo leímos que en las religiones evangélicas para hacer exorcismos repetían varias veces “la sangre de Cristo tiene poder”, también vimos que también se bebe vino pensando que es la sangre de este personaje.

—Hermano, ¿no estarás insinuando que tenemos que sacrificar a alguien o algo así?

—Creo que Yuki es el sacrificio.

—¡No! Me niego lastimar a Yukito —Sakura suelta a llorar—

—Sakura, me temo que tu hermano puede que tenga razón, pero no te preocupes, Yukito se recuperará rápido, necesitamos librarlo de ese ser.

Se montaron al techo y prepararon todo, como una especie de altar, colocaron a Yukito en el centro, donde le pegaba toda la luz de la luna, pronto sería llena totalmente. Sakura invoca el poder de la carta cadena para colocarlo en la posición que había vislumbrado en su sueño (cristo crucificado), seguido de espada, donde corta en un sentido vertical, desde las muñecas hasta el codo, ambas venas de Yukito. El cuerpo de Yuki reacciona ante el estímulo gritando, pero sin despertar de aquel enajenamiento.

La sangre empieza a salir, esta sí cae, toca el tejado, sigue deslizándose hasta caer a la cañería donde se mezcla con la poca agua que aún quedaba en ella de la lluvia que estaba anteriormente, de los ojos de Yuki lagrimas se empezaron a desprender.

—¿Por qué se niegan a seguir mi voluntad? ¿Por qué no dejan que toda la magia se pierda de una vez? Si no existiera la magia, ustedes ni siquiera estarían pasando por esto, sépanlo pues, que todo esto pasa por su deseo obstinado ante la voluntad de Dios que se vale de estos instrumentos imperfectos que también están marcados por el pecado, almas corruptas que se esmeran en redimirse y seguir la luz del Dios verdadero. Este espíritu tomó este cuerpo bajo mi permiso, no es un demonio.

—Deja a Yuki en paz —Gritó con gran rabia Toya—

—Hijo amado, no vez lo retorcido de esta relación, no es un humano y te lleva muchos años a pesar de su apariencia, la última vez que humanos y seres de otro plano intimaron o se relacionaron afectivamente, me tocó mandar un diluvio para purificar las atrocidades que se habían gestado.

—Para empezar Yue no es un ángel, es una creación del mago Clow.

—Así es Kerberos, un ser creado por un humano jugando a ser Dios y ahora te pregunto ¿Dónde está Clow? Te aseguro que en mi gloria no está, por no adorarme y no seguir mis leyes.

—¡Cállate! —Kero le lanza una bola de fuego a Yuki, sin surtirle ninguna clase de daño—.

—Mientras yo esté en este cuerpo nada podrá hacerle daño, este ser no debería existir y para con quien estás destinado Toya, está aquí dentro peleando por tu amor.

Todos mirando con horror todo esto que hablaba esa nueva entidad que se había aparecido mientras Yukito se desangraba sostenido por la carta cadena, Syaoran, llevado por la rabia y sus impulsos, le entierra su espada en la costilla de Yuki. La sangre nueva que brota se junta con aquella que se encontraba en el drenaje del tejado llevándola a tocar la tierra, a besarse, a transmutar. El cuerpo de Yue empieza a latir una vez más, la luna empieza a perder su tono rojo, como si también se estuviera desangrando a morir, como vaca en matadero, presenciando su propio final mientras su sangre corre junto con el dolor y el miedo que la invaden.

Ambas presencias desaparecieron, cayendo Yukito desmayado, al tiempo que Sakura desactivaba la carta cadena con gentileza. Toya inmediatamente empieza a suturar las heridas de Yuki y vendarlas, sin tener mucha idea de qué hacer con la herida en la costilla.

—ring ring—

—¿Quién es?

—Es un mensaje de aquel sujeto, dice: aterrador conocer al Dios de los Judíos ¿cierto? Con un amor tan grande por su pueblo, siendo capaz de matar a sangre fría y desaparecer a quién haga falta y se le oponga, incluso a seres de su “propia creación”. Afortunadamente, no tiene demasiado poder en este mundo, no tiene la cantidad suficiente de seguidores para hacer las hazañas de las que se jacta.

—Quisiera que en lugar de mandar textos viniese a ayudarnos.

—Syaoran, pero él dijo que nosotros éramos los indicados, que así se lo había dicho su oráculo.

—Lo sé Sakura, pero…

La luz de la luna blanca se fundía con el cuerpo casi desnudo de Yuki, cerrándose la herida de su costilla hasta quedar como si no hubiera pasado nada.

—Yuki…

Yuki parpadea, sus pupilas se normalizan y lo primero que ve es a Toya, lo primero que siente es su calor, se siente protegido entre sus brazos, le sonríe, levanta su mano, la posa sobre la mejilla de su amado y alcanza a musitar, estoy bien. Pronto los primeros rayos del sol empiezan a brillar, bajan a la casa, Toya se dirige a la cocina luego de haber dejado a Yuki recostado.

—No se vayan aún, dejen hago el desayuno, al menos para que tengan algo de energía para el día.

—Gracias hermano.

—¡Yey vamos a comer!

—¡Kero! Tú solo andas pensando en comida luego todo esto que vivimos.

—¿Y qué tiene de malo?

—Solo olvidalo Kero.


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