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Siempre a tu lado por Ck1426

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Kuroko se quedó impactado, no solo por la forma tan delicada que era tocado, si no porque nadie sabía de la relación amorosa que llevaba con el número 10 del equipo se Seirin.

—¿C-Cómo... Sabes?— Tuvo que cortar su pregunta pues sentía que la voz se le iba a quebrar

—El que no me guste pensar no quiere decir que no lo haga— le dedicó una sonrisa un tanto forzada ya que no quería que el ambiente se volviera tan serio —Te he visto por mucho tiempo Kurokocchi, tu mirada cuando estabas con Kagamicchi era la misma con la que veías a Aominecchi en secundaria cuándo salias con él, además fue extraño que él no te trajera a casa después del accidente.

Una nueva sorpresa tuvo el jugador fantasma pues tampoco había hecho “pública” la relación que tuvo con Aomine, se quedó en silencio, para después mover su rostro y quedar separado de Kise.

—¿C-Cómo... Sabes?

—Soy tu mejor amigo.

Kuroko se quedó impávido, no sabía que responder a eso, es más, ¿Qué significaba eso?

—Kise-kun… yo…

Al percatarse de la cercanía y cómo se podían malinterpretar sus palabras, Ryouta se separó inmediatamente del menor con sus mejillas sonrojadas.

—No mal intérpretes mis palabras, solo… Eres muy fácil de entender una vez que uno te conoce bien.

La voz apresurada de Kise al hablar hacía evidente que estaba nervioso por la forma en la que se pudieran interpretar sus palabras, aquél momento se sentía un poco, por no decir muy, incómodo el ambiente.

—Comamos Kise-kun…

El nombrado se sentó inmediatamente en una de las sillas del comedor, tomó uno de los sandwiches y comenzó a comerlo, el sabor era bastante bueno pese a la mala presentación que tenía por lo que ambos comieron gustosos.

—Kurokocchi…

Habló el rubio ya con su tono habitual de voz y esa sonrisa de revista que a más de uno había cautivado.

—Te escuchó Kise-kun.

—Respecto a lo que te dije en el auto, en verdad, puedes contarme lo que te agobia, siempre estaré contigo y estaré de tu lado… a menos que hagas algo malvado, seré el primero en decirte que algo estás haciendo mal.

—Gracias…

En ese momento no supo si Kuroko rechazó su propuesta o si bien la tomaría en cuenta a futuro, pero, realmente quería que el peliazul dejará de cargar solo con tantas cosas, era algo que le debía desde que volvió a divertirse jugando basketball, no, desde que gracias él había encontrado diversión en ese increíble deporte.

Lo que restó de la cena fue tranquila, ambos terminaron de cenar sin inconveniente alguno y en un ambiente menos tensó que hacía instantes atrás.

—Toma un baño antes de ir a dormir Kise-kun, puedes usar mi shampoo.

—Gracias Kurokocchi

Ambos caminaron al cuarto de baño y le entregó sus objetos de limpieza. Para ese punto el cuerpo de Kuroko ya estaba más recuperado aunque aún se sentía agotado.

—¿Traes ropa?

—Si, hoy tuve una sesión de fotos y llevo siempre un cambio completo por cualquier cosa que pueda ocurrir.

Kuroko jamás pensó que el as de Kaijō fuera tan precavido.

—Ya veo, comienza, iré por tu mochila.

El rubio comenzó viendo el shampoo y el jabón, abrió las botellas para oler las fragancias, leyó las etiquetas, notando así que el jabón tenía algunos ingredientes que le resecaban su piel, por lo que se puso a buscar entre las botellas que había, algún producto que le pudiera contrastar el efecto o bien que no tuviera ese ingrediente, entonces encontró la botella de agua tónica y crema hidratante de su mamá del peliazul, <<Cuándo regrese Kurokocchi le preguntaré si las puedo usar>> pensó Kise mientras comenzaba a quitarse su ropa, cada prenda que se quitaba era perfectamente doblada y acomodada, justo estaba por quitarse el pantalón cuándo escuchó a KKuroko entrar, con el pantalón desabrochado se giro a verlo y con la misma energía que lo caracterizaba al estar junto al más pequeño.

—Kurokocchi ¿Puedo usar el agua tónica y crema hidratante de tu mamá?

La pregunta no la esperaba, aquella parte tan cuidadosa que el mayor tenía con respecto a su apariencia era algo que aún no se acostumbraba, no pudo evitar recorrer el cuerpo de su amigo con la mirada y percatarse de sus músculos más desarrollados que la última vez que tomaron una baño juntos.

—Adelante, solo deja las botellas en su lugar cuándo acabes.

—Por supuesto—. Kise con toda la confianza del mundo continúo desvistiendose —Kurokocchi, ya ve a dormir

—Me falta poner el futón de invitados

—No te preocupes por eso, tu dime en dónde esta y yo lo acomodo, no puedo dejar que hagas tanto esfuerzo físico.

—Esta doblado dentro del clóset.

—Ahí lo buscaré, descansa Kurokocchi.

—Buenas noches Kise-kun, y, gracias por todo lo que has hecho por mi hoy.

—No es nada.

Una vez que Kuroko estuvo en su cama comenzó a pensar en las palabras de Kise, tal vez, si le contará sentiría una carga menos pesada, sus sueños dejarían de atormentarlo, pensaría menos, probablemente, eso era lo que significaba ser un “mejor amigo”, tener a alguien a quien recurrir para contarle sus problemas, le diera consejos. Después de unos minutos pensando se decidió a contarle, para ello lo esperaría mientras leía el libro Tokio blues de Haruki Murakami, sin embargo el rubio se tardaba demasiado en su rutina de baño como la de hidratación de su piel y cepillar su cabello tanto así que él más pequeño quedó dormido sentado después de leer un par de capítulos del libro, imagen que el rubio pudo apreciar al entrar a la habitación.

—Kurokocchi— le susurro mientras le movía levemente —Acuéstate bien, te puedes lastimar.

Pero nuevamente Kuroko tenía el sueño pesado que Kise tuvo que cargarlo y acomodarlo bien, ahora tenía que buscar el futón y así podría dormir después de un día tan pesado que había tenido. Estaba colocando el edredón, cuando notó un par de movimientos extraños de Tetsuya, brincos y murmullos inentendibles, Ryouta se incorporó y notó una ligera capa de sudor aunada a un gesto de angustia en su rostro.

—Kurokocchi, despierta por favor…

Y nuevamente no obtuvo respuesta, la respiración del peliazul se volvía cada vez más pesada, y Kise se sentía cada segundo más preocupado e impotente al no poder hacer nada por él, ni siquiera despertarlo podía, la única cosa que se le pasó por su cabeza fue abrazarlo y como por obra de magia el cuerpo de Kuroko se calmo, Ryouta no podía estar más confundido, pero aquello le hizo tener la idea de dormir abrazado a Kurokocchi.

Kise entró a la cama de Kuroko y le abrazó por la espalda, debido a lo pequeña que era la cama para dos personas se tuvo que pegar mucho a él, al grado tal que su nariz quedó a la altura de su cabello notando así el olor del shampoo que él también había usado, decir que el rubio no estaba cansado sería una mentira, por lo que se dejó envolver por la calidez que desprendía el pequeño cuerpo que tenía abrazado y quedó dormido al instante.

La noche para ambos fue realmente reparadora, durmieron más de 9 horas seguidas, lo que los hizo despertar fue el celular de Kuroko, que sonaba insistente gracias a una alarma, poco a poco el menor fuer abriendo sus ojos y sintió esos brazos fuertes y esbeltos que le abrazaban, se giró encontrado al modelo profundamente dormido a su lado, en ese momento el teléfono de Kuroko volvió a sonar una vez más.

—Apaga tu alarma Kurokocchi.

Pidió el rubio con un poco de molestia aunque sin dejar de abrazarlo, por lo que alcanzar el móvil fue un reto para el peliazul. Una vez que tuvo el aparato en sus manos desactivó su alarma y revisó sus notificaciones entre ellos habían un par de mensajes, uno de Riko diciéndole que no fuera a entrenar durante dos días (lunes y martes) y si era necesario regresara a casa apenas terminarán las clases para que descansará y otro más de Midorima preguntando cómo estaba. Contestó rápidamente y dejó nuevamente el teléfono en su lugar, y está vez el celular que sonaba era el del rubio.

—Esto es insufrible.

Habló el rubio con un poco de hartazgo mientras soltaba el abrazo de Kuroko y se levantaba para buscar su móvil dentro de su mochila, respondió la llamada.

—Hola mamá… si estoy aún en casa de Kurokocchi… no, la agenda está libre este fin de semana… regresaré en un par de horas… si, también te quiero… nos vemos.

Colgó la llamada e inmediatamente se giro de nuevo a la cama para contemplar a Tetsuya con su clásico cabello desalineado.

—Buenos días Kurokocchi— saludó con la sonrisa más genuina que tenía.

—Hola…— la pausa que hizo el más pequeño fue un poco inquietante, pues eso significaba que había algo que le incomodaba al peliazul —¿No encontraste el futón anoche?

Kise sintió sus mejillas arder al percatarse de la situación, él se encontraba solo con una playera y boxers, había despertado abrazando a Kuroko, ¿Cuántas veces más sus acciones podrían ser mal interpretadas?

—No, no, no es lo que piensas— se apresuró a responder —anoche estuviste brincando y diciendo cosas raras, no te calmaste hasta que te abracé, ¡pero si iba a dormir en el futón!— de un brinco llegó al la colchoneta —¿ves? ¿ves?

Ahora quién se sonrojo fue Tetsuya al pensar en el malestar que le pudo hacer causado a su amigo.

—En verdad que lamento mucho las molestias que te he causado estos días.

—Ya te dije que no tienes que preocuparte por eso, mejor dime ¿Cómo amaneciste?

—Mejor, siento que ya pude descansar aunque aún siento el cuerpo pesado.

Habló con toda la honestidad que pudo, pues sentía que era la mejor forma de pagarle al mayor por todo su esfuerzo.

—Eso me parece muy bien, me alegro que estés mejor.

Kuroko quiso volver a agradecer pero apenas abrió la boca, Kise ya lo veía con sus ojos penetrantes diciendo “No agradezcas”.

—Ire a preparar el desayuno, vístete Kise-kun.

—Oh vamos Kurokocchi, me has visto con menos ropa que esto.

Bromeo un poco y comenzó a reír cosa que también hizo reír al menor.

—Te espero en el comedor.

Tetsuya salió de la habitación y Kise comenzó a vestirse inmediatamente, aunque claro, esto no significaba que no se tardará un poco en el arreglo. A la par de sus acciones, Kuroko bajo a la cocina, notó que había un trapo de cocina desacomodado sobre algo y al retirarlo para colocarlo en su lugar notó los dos tazones de cereal, justo en ese momento llegó un mensaje de Midorima.

[Midorima:

Dime qué el idiota de Kise no te dio cereal de cena.]

En ese momento tuvo sentido el sándwich mal hecho, los tazones de cereal a medio hacer; una sonrisa sincera y llena de ternura se formó en los labios de Kuroko al ver cuánto se preocupaba por él el modelo. Por lo que decidió terminar de hacer los platos y adicionar un poco de fruta para cada uno.

Para cuando el modelo bajó, con sus respectivas maletas para volver a su casa, ya el peliazul le esperaba sentado, frente a él habían dos platos con cereal, para ese momento Kise había olvidado el intento fallido de cena que la noche anterior había dejado a medias, se sentó con la clásica sonrisa. Tomó la cuchara más cercana para empezar a comer.

—Gracias por el desayuno Kurokocchi, estaba delicioso— mencionó el rubio una vez que terminó su plato

—Solo fue cereal con leche y fresas Kise-kun…

—Pues igual estuvo delicioso, creo que, cualquier cosa que hagas la haces bien.

—Bueno… esto no lo hice yo solo.

—¿No? ¿Quién te ayudo?

—Encontré los platos a medio hacer, “escondidos”— subió sus manos, con sus índices y medios hizo el ademán de comillas para enfatizar la palabra—debajo de un trapo.

Los recuerdos de la noche anterior llegaron a la memoria de Ryouta haciendo que esté se pusiera aún más rojo que las veces anteriores, por lo que está vez se dejó caer en la mesa cubriendo su rostro entre sus brazos.

—Perdona Kurokocchi…

—No tengo nada que perdonar Kise-kun— hablo con sinceridad, realmente le había dado un vuelco en su pecho entender todas las molestias que había pasado el rubio para cuidarle esa noche.

Ryouta levantó levemente su cabeza de tal forma que pudo ver el rostro de Tetsuya

—Odio no poder ser tan cool frente a ti Kurokocchi.

Lo decía con toda sinceridad pues desde siempre habla querido impresionar a su amigo y hasta ese momento pensaba que nunca lo había hecho, aunado a sus acciones que cabían en la clásica frase de “no hagas cosas buenas que parezcan malas” se sentía tan frustrado.

Notas finales:

Nuevamente les reitero que se sientan libres de dar su opinión.

De este capítulo les recomiendo completamente leer la novela mencionada.

 

¡Nos leemos en el siguiente capítulo! 


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