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Siempre a tu lado por Ck1426

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La vista que tuvo Tetsuya de Kise fue por demás enternecedora que no pudo evitar extender su mano a sus cabellos para acariciarlos con cuidado?

—Este lado tuyo es demasiado cool.

Le sonrió mientras hablaba, nuevamente. El rubio respondió reincorporándose, y dedicándole una mirada sarcástica.

—Este lado mío es indignante— dijo con algo de molestia.

—No lo dije en broma, ni por molestar, en verdad, estos días he descubierto un lado tuyo que nunca habría imaginado tendrías.

Por un momento Kise no supo si tomar eso como insulto o halago, duda que duró poco pues su cabeza lo tomó de forma positiva, tal como la vez Tetsuya le confesó que siempre lo había visto como un rival. Pero cuando eres notado por la persona que admiras todo lo que te diga se toma como algún tipo de adulación.

Mostrando un cambio notable de humor Kise le sonrió mientras lo veía con cara de perrito feliz.

—Ven a mi casa Kurokocchi, no estés solo hoy.

Se tomó la libertad de decirlo, pues no quería que el peliazul se quedará solo, aún no sabía bien como se sentía, además que la escena que había presenciado la noche anterior no se había ido de su cabeza por ello había ya pensado en aquella propuesta desde que se estaba vistiendo, solo que hasta ese momento había tenido la oportunidad de decirlo.

Kuroko se le quedo viendo un momento mientras alejaba su mano de los caballos rubios del As de Kaijou.

—Siento que ya te he causado muchos problemas como para ir a dar más molestias a tu casa— confesó el peliazul agachado su cabeza y solo de recordar todo lo que Kise hizo por él el día anterior le daba vergüenza, si Ryouta se había sentido patético porque Kuroko había encontrado su fallida cena, él se sentía diez, no, cien veces mas avergonzado al recordar que prácticamente había sido tratado como un bebé por su amigo.

Ryouta al notar como se sentía le dedico la mirada más dulce que había dedicado en su vida.

—No te tienes que preocupar por eso Kurokocchi, para mi siempre es agradable estar contigo, es algo que disfruto, además tengo que asegurarme que estés bien, si me hablaron a mi para que es porque confían en mi madurez y capacidad para que te cuide correctamente.

Hablaba orgullosamente y con el mismo tono seguro de si mismo que había usado el día anterior con respecto a su especialidad culinaria, y aunque Kuroko sospechaba que la idea que tenia Ryouta acerca del porque lo habían llamado era completamente diferente de la realidad, se sintió seguro de estar con él aunado al evidente hecho de saber que la soledad no le hacía bien y por último aun sentía la necesidad de hablar con alguien de lo que sentía y quién mejor que él, además el rubio lo había sugerido ¿no?

—Está bien Kise-kun, iré a tu casa— Nuevamente apareció esa sonrisa blanca que sintió que supo era contagiosa al darse cuenta que también le sonreía, tal vez no tan resplandeciente, pero, sorpresivamente lo hacía con toda la sinceridad del mundo. —iré a cambiarme y preparar una maleta… siéntete libre de usar el televisor, WIFI o de salir de aquí, no tardo.

Dicho eso el más bajito salió disparado a su habitación para hacer lo que dijo, mientras Kise comenzó a levantar y lavar los trastes que habían usado pues lo que menos quería era que cuando Kuroko volviera a su casa encontrara una plaga de hormigas, muy comunes en esa época del año, o bien que su mamá lo regañara. Eso si, se puso a escuchar una Playlist que tenia predeterminada para hacer esos quehaceres. Una vez que terminó y dejó todo lo mas ordenado posible fue al sofá a esperar al menor mientras revisaba las notificaciones de sus redes sociales, en ese momento Nigou apareció, se paro en sus dos patas traseras y las delanteras las puso en las rodillas del rubio, Kise inmediatamente le acarició su cabeza y en menos de 10 segundos ya lo tenía en su regazo jugado con el, hizo una actualización en su Twitter donde mostraba una fotografía del ya no tan cachorro. Kuroko bajo usando ropa casual, nada llamativo pero las prendas se veían bien combinadas y definitivamente era el estilo del peliazul.

—No, Nigou— dijo desde las escaleras Kuroko al ver que el nombrado se encontraba completamente sobre el rubio.

—Tranquilo Kurokocchi… solo está jugando —el más alto se levantó cargando al animalito —¿También nos vamos a llevar a él?— para ese punto el perrito le lamía su rostro y Kise reía cual niño pequeño.

—Pensaba solo dejarle comida, es muy independiente— el mas bajo se acercó y tomó a Nigou para que dejara a Kise en paz, el rubio saco de su bolsa del pantalón un pañuelo para limpiar la saliva que había quedado en su cara.

—Podemos llevarlo, a mis hermanas les encantan los animales pequeños como él— hablaba mientras acariciaba la cabeza del can y este respondía tratando de alcanzar con su hocico los dedos del modelo.

—Si no es mucha molestia— en un hábil movimiento dejo de acariciar a Nigou y le dio un pequeño “golpe” en la cabeza del menor, el cual en absoluto dolió pero si hizo sentir raro a Kuroko.

—Ya te he dicho que no es molestia, vayamos.

Salieron casa y como era costumbre, Nigou iba escondido entre la ropa de Kuroko para poder tomar el metro . Una vez en el tren el ojiazul se percató de algo.

—Kise-kun… no traje comida para Tetsuya 2.

—No he preocupes, abrieron un nuevo supermercado a dos estaciones de mi casa, pasemos ahí y caminemos lo que resta del camino.

Y tal como se dijo, bajaron dos estaciones antes y en cuanto estuvieron frente al supermercado Kise se quedó fuera jugando con la mascota mientras Kuroko compraba la bolsa más pequeña de alimento para el cachorro. Tetsuya puso el collar a Nigou y comenzaron a caminar en dirección al hogar de Ryouta, este último era quién llevaba las croquetas, a la par que el otro caminaba con la mascota.

—Kise-kun…— susurró el mas bajito después de unos momentos en silencio en lo que acomodaba las ideas que quería compartir con su amigo.

—¿Sucede algo Kurokocchi?

—Yo…— no sabía como empezar a decir lo que quería contarle , suspiró, en los pocos segundos que el silencio reinó en el andar de los basketbolistas , Tetsuya pensó que debía de contar desde el principio —¿Recuerdas la vez que fuiste a mi casa y encontraste aquellas revistas para adolescentes en mi habitación?—

—Si…— pese a que la pregunta era retórica, Kise respondió desviando su mirada al lado contrario al que estaba la sombra de Seirin, un leve sonrojo en sus mejillas apareció pues aquella noche el rubio y el peliazul habían dado sus primeros besos.

Por su parte Kuroko mencionó aquello evitando mirar al modelo, pues en sus mejillas podía verse el color carmín que aquel recuerdo le provocaba.

—Una semana después, comencé a salir con Aomine-kun… él y yo no coincidíamos en casi nada, solo en el basketball, pero eso, a menos para mi, no impidió que nuestra relación fuera tan bien como podría ir cualquier otra relación de alumnos de secundaria, te sorprenderías de lo diferente que él era cuando teníamos citas, era bastante divertido, atento y aunque no lo creas, era respetuoso a mis tiempos, es decir, nunca me obligó a hacer nada que yo no quisiera y me apoyó bastante en adquirir un poco más de condición física para rendir correctamente en los entrenamientos es un coach de primera, es por eso que sé el porqué Kagami-kun se enamoró de él…

Kise trataba de imaginar aquello que su amigo le describía, la imagen de Aomine siendo todo lo contrario a lo que el conocía, era difícil de asimilar, aunque no entendía el porqué le contaba algo tan personal, se sentía feliz que el mas pequeño tuviera la confianza para contarle aquello, ahora con mayor razón podía decir que era su mejor amigo. Fue hasta que dijo la última frese que al fin giró su rostro sorprendido por lo que acababa de escuchar, tuvo que contenerse mucho para no sacar ni un solo ruido, pues estaban en público y no quería romper la confianza que había creado en Kurokocchi para que le contara qué era lo que le agobiaba tanto.

Nuevamente el silencio se hizo presente pues el pelicelete sentía que su voz se le iba a quebrar, su semblante había cambiado totalmente, pero aún así después de tomar aire, retenerlo por unos segundos y dejarlo salir, continúo con su relato.

—Puede sentir cómo Aomine-kun se fue apartando del basket y de mi, intenté, por todos los medios que tenia en ese entonces a mi alcance hacer que nuestra relación tanto personal cómo dentro del equipo perdurará, pero nada pude lograr. Cuándo terminamos y el equipo de Teikou se separó, después que yo dejara al equipo y eligiera a Seirin como el equipo al que quería pertenecer, tenia dos cosas en mente, recuperar el cariño con el que jugaban mis tan parecidos compañeros de secundaria y ver la sonrisa de Aomine-kun, esas misiones supe que las lograría cuando conocí a Kagami-kun.

>>Al principio use a Kagami-kun como la luz que necesitaba para hacerles frente, pero conforme pasó el tiempo, nos fuimos conociendo, tuvimos una corta amistad que en el momento menos esperado se convirtió en una nueva relación, le conté mis planes acerca de los miembros de la generación de los milagros y él me apoyó sin tratar de buscar mas explicaciones además de preguntar por el tipo de relación que tuvimos Aomine-kun y yo en el pasado, en sus propias palabras, lo hizo porque era importante par mi. Me dio su fuerza y confianza para lograr mis objetivos.

>>Kagami-kun es fuerte, auténtico, apasionado, bastante persistente, pero al mismo tiempo es torpe, humilde e inocente. Es por esas cualidades que sé el porqué Aomine-kun se enamoró de él.

La expresión de sorpresa del rubio era más que evidente en la forma en que tenía bien abiertos los ojos al igual que su mandíbula, a Kise no le gustaba pensar, pero era imposible no hilar la historia a una conclusión Kagamicchi había dejado a Kurokocchi por Aominecchi, y ahí fue cuando Kuroko no pudo más y sus ojos se llenaron de lágrimas, su respiración se aceleró y en el momento que las gotas traviesas recorrían sus mejillas Ryouta se percató de esto, jalo a Tetsuya hacia el callejón mas cercano donde el mismo retiró la correa de Nigou de las manos de su amigo y la amarró a la tubería más cercana que vio, el cachorro se quedó sentado obedientemente.

Nuevamente el sentimiento de impotencia que había tenido la noche anterior invadió el pecho del modelo, por inercia rodeo el cuerpo de su antiguo senpai entre sus brazos a lo que el menor respondió abrazándolo y aferrándose a su camisa.

—Yo lo sabía, lo presentí, di todo de mi, lo intenté Kise-kun, intenté de todo y nada funcionó.

La mezcla de emociones que tenía Kuroko en ese momento era tan palpable en sus lagrimas y tono de voz, se quedo callado por un instante en el cual Kise se dedicó a intentar calmarlo dando pequeñas caricias en su espalda. Kise ya había escuchado tantas historias acerca de infidelidades tanto de sus amigos del equipo de Kaijou como de sus compañeros de escuela y trabajo, siempre que le contaban ese tipo de sucesos no les prestaba tanta atención y se dedicaba a decir frases trilladas como “te perdieron a ti", “hay más personas en el mundo“, pero en ese momento sintió coraje por lo que le contaba el mas bajito, además era más difícil tener una opinión pues también consideraba a Aomine y Kagan amigos y les tenia un enorme respeto como deportistas, apretó su abrazo como si con eso lograra hacer que Tetsuya sintiera más su apoyo.


—Quiero que sepas, que no les guardo rencor, no puedo, pero aún así duele, me lastima mucho no saber que es lo que yo no tuve, pero encontraron uno en el otro y aún más me causa ansiedad no saber desde cuándo ellos se dieron cuenta de sus sentimientos e hicieron lo que Kagami-kun se negó a hacer conmigo.

—¿Eso es lo que no te deja descansar Kurokocchi?

El peliazul asintió y definitivamente el abrazo le hizo sentir el confort que necesitaba, tal como había sucedido la noche anterior, con ese simple gesto los sollozos, temblores y lagrimas se fueron deteniendo, soltó su camisa y se separó un poco para limpiar sus ojos con sus manos, pero inmediatamente el rubio sacó un pañuelo sin usar de su bolsa y se la entrego para que pudiera limpiar mejor, el menor acepto el pedazo de tela.

—Soy muy idiota, yo ya sabia que eso podía pasar en cuanto termino la Winter cup y ellos empezaron a tener sus partidos callejeros de fin de semana, pero, aun así creí que solo podrían ser ideas mías. Y ahora no puedo odiarlos, solo apoyarlos, pero me dan estos episodios de tristeza y me atormentan esos pensamientos que no me dejan dormir bien, comer bien, tampoco concentrarme, por eso ayer ocurrió el accidente, fue un descuido mío.

En cuanto termino de limpiar su rostro guardo el pañuelo en su bolsillo para lavarlo en cuanto tuviera la oportunidad. Los ojos de Kuroko se veían rojos al igual que su nariz. El rubio no pudo evitar acariciar su cabeza, no sabía que decir, pero quería expresar por medio de contacto físico algún tipo de consuelo, sentimientos que fueron bien recibido por el mas pequeño pues desde el día anterior, solo con esos pequeños actos podía sentir el apoyo y preocupación del mayor.

—Vayamos a casa Kurokocchi, te prepararé algo allá, prometo no será u sándwich mal hecho.

Dicho esto le sonrió y fue a dónde se encontraba Nigou, aun estaba sentado y esperando que continuará la caminata, cuándo estuvieron listos para continuar, Kise notó las notorias marcas de haber llorando que tenia su amigo por lo que sin dudar se quitó los lentes de sol que siempre usaba para mantener su identidad escondida cuando salía y realmente no quería ser reconocido, y se los puso a Kuroko.

—Kise-kun, no hace falta… se van a dar cuenta…— No sabía como rechazar aquel accesorio a lo que el rubio solo negó con su cabeza.

—Mi casa esta cerca, la gente ya esta acostumbrada a verme por aquí — quiso justificarse y aunque no mentía del todo, era cierto que ya no causaba la misma conmoción cuando lo veían cerca de su casa sin “disfraz”, pero, alguna vez tuvo que dar varias vueltas a la cuadra ya que un grupo de fans lo estuvo siguiendo desde la parada del metro y tanto no quería que supieran dónde era su casa como tampoco quería ser grosero con ellas, desde ahí sin fala usaba por lo menos un par de lentes de sol.

Como era de esperarse Kuroko le creyó y se acomodó los lentes bien, definitivamente no era su estilo pero así se sintió menos patético para continuar caminando. El trayecto continuaron sin hablar, después de unos cuantos giros lograron llegar a la casa del rubio quien sacó sus llaves y abrió la puerta.

—Mamá, ya llegue, traje a Kurokocchi para que se quede hoy… traemos a su perrito.

Habló alzando un poco la voz para que le oyeran pero tratando de no sonar a grito. Se quitaron los zapatos, los dejaron bien acomodados y se adentraron en la casa, iban a dirigirse al partió trasero de esta para darle sus alimentos a Nigou, pero en cuanto pasaron cerca de la sala, escuchó unas risas traviesas aunados a susurros inentendibles . A lo que el modelo suspiró con un poco de fastidio al escuchar la voz de una de sus hermanas, pues ya sabía por dónde iba ese asunto.

—Hermanito, ¿puedes venir un momento?

—Dame unos minutos ¿Quieres? Necesitamos alimentar al cachorro— hablo con la voz más tranquila y sonrisa fingida que usaba para sus sesiones de fotos, su semblante había cambiado al igual que el aura que rodeaba al jugador de Kaijou —Vamos Kurokocchi— pequeñas cosas que solo aquellos que le conocían bien pudieron notar.

—¿Te encuentras bien Kise-kun?— preguntó el peliazul mientras le quitaba la correa a Nigou.

—Si…— por su parte Kise se encargaba del alimento y agua para el animalito —solo que ahora vas a ser testigo de mi sufrimiento cada que tengo agenda libre los fines de semana— obviamente esta exagerado con la parte de sufrir, pero Tetsuya sabía que era significado que esa situación no le gustaba. Cualquier persona hubiera pensado que el rubio solo hacia una rabieta de adolescente, pero Kuroko sabía que el día anterior había tenido un día pesado, sabía que era pesado mantener el ritmo que llevaba, no era que no le gustara divertirse o conocer gente, solo que a veces, estaba cansado o quería hacer cosas diferentes.

Después de terminar de alimentar al cachorro, entraron la casa y Kuroko le devolvió los lentes de sol aunque la hinchazón de sus ojos aun no desaparecía por completo

—Muchas gracias.

—No hay de que— esta vez la sonrisa que el mas alto mostraba era completamente genuina. —Aún tienes hinchados los ojos, ven.

Le tomó de la muñeca y lo llevó a la cocina donde de la nevera sacó un par de hielos, los envolvió en un pedazo de tela y se los dio al menor.

—Ponlo en tus ojos, quedarán como nuevos. 

—¿Cómo sabes de estas cosas?— cuestionó al rubio mientras ponía los hielos sobre sus ojos.

—Las sesiones de fotografías no siempre se pueden cancelar solo porque te sientas mal emocionalmente, así que los de maquillaje tienen algunos remedios para esas situaciones.

—Ser modelo no es tan fácil como parece.

—Tiene sus pros y contras como todo.

En el momento que los ojos de Kuroko estuvieron deshinchados, su amigo puso a secar la tela, tras un suspiro de resignación se giró al más bajo.

—Vayamos a ver a Asami y las amigas que trajo esta vez.

La incomodidad y molestia que sentía Kise se podía percibir por lo que Kuroko no sabía por qué iba con su hermana si le molestaba tanto, pero en cuanto llego a la sala se notó un cambio de actitud y se presentó antes las chicas con una sonrisa tan radiante, que hasta Tetsuya pensó que había imaginado la molestia de Kise momentos atrás. El peliazul también se presentó, aunque como era de esperarse no le prestaron tanta atención.

—Vamos a jugar un juego— propuso una de las amigas de Asami.

—Juguemos tabu— agrego la otra con entusiasmo.

—Hagamos los equipos, bueno parejas— comentó al final la última chica presente.

Las parejas formadas se fueron cambiando cada cuatro rondas de tal forma que todas las chicas invitadas pasaron un tiempo con el modelo, ese era el objetivo principal de haber ido a la casa de los rubios, todos se divirtieron, aunque por la poca presencia y cara poco expresiva cuando Tetsuya hizo equipo con las chicas perdieran, al final Kuroko y Kise quedaron en el mismo equipo y para sorpresa de todas incluidas su hermana los dos hicieron la mejor pareja de la tarde, parecía que con solo mirarse se entendían por lo que no les costó ganar esa última ronda.

Por la tarde comieron todos juntos comida realizada por la mamá de Kise, al finalizar la reunión las chicas se fueron y los anfitriones comenzaron a realizar la debida limpieza del lugar después de un pequeña discusión para que Tetsuya no hiciera nada, al final entre los tres se pusieron a arreglar Kise ordenaba los sillones que habían movido para darse más espacio, Asami y Kuroko se encargaban de limpiar los trastes usados. Mientras Asami lavaba, Kuroko iba secando.

—Hacia mucho que no venias Kuroko-kun ¿Cómo has estado?

—Si, como Kise-kun y yo estamos en escuelas diferentes ya no hemos tenido la oportunidad de ser tan cercanos como antes. Yo he estado bien.

—¿En que escuela estás ahora?

—En Seirin.

—Ohhh… ¿es el que ganó la Winter cup?

—Si, ganamos — Kuroko sonrió al recordar los buenos momentos que pasaron como equipo en ese torneo.

—Ryou-chan lloró mucho cuando perdió la semifinal— se río con un tono y gesto burlón que hizo inmediatamente reír al más pequeño, no por reírse de Kise, pero si por las caras que hacía.

Kise escuchó las risas que salían de la cocina reconociendo la risa de Kuroko. El pecho de Ryouta se sintió oprimido, el estómago le dolió y por inercia se acercó a la cocina donde vio a su hermana y Tetsuya riendo tan amenazante, se sintio enojado y triste a la vez, no supo porque entró y lo tomó de la muñeca.

 —Él vino conmigo, no vino a verte y seguir tus juegos Asami


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