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Siempre a tu lado por Ck1426

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La poca luz que se colaba por las cortinas de la habitación de Taiga era la suficientemente como para poder ver la silueta del cuerpo marcado de aquel hombre que del que estaba tan locamente enamorado, una vez que el terminó de desvestirse se quedo quieto y observando como Daiki se quitaba sus prendas sin ningún tipo de pudor. El pelirrojo se mordió el labio cuando sus ojos miraron el bien proporcionado miembro de su novio.

—¿Quieres comer gatito?

El mencionado se puso rojo hasta las orejas y aunque no fuera a decirlo con palabras lo haría con acciones; a gatas fue caminando hasta Aomine, tomó su falo entre sus manos para comenzar a lamer la punta. Inmediatamente al contacto de la húmeda boca de Kagami, el pene de Daiki se empezó a poner duro y ahora quién tenía el rostro rojo era el moreno al ser atendido por el as de Seirin. La felación no era perfecta pero, no solo la sensación era lo que excitaba al jugador de Touou, si no esa vista tan erótica que tenia de su Kagami, con movimientos ligeramente más hábiles que hacía unas semanas, metiendo su pene a esa perfecta boca y comenzó un vaivén de la cabeza del más bajo.

—Hah… cada día lo haces mejor—. Enredó sus dedos en los cabellos rojos de su amante dejando despejada su frente —ahora usa un poco mas tu lengua.

Obedientemente Taiga en cada movimiento que hacía trataba de estimularlo más. La felación no era perfecta, pero, el ambiente y las sensaciones eran lo suficientemente para que el peliazul sintiera ese cosquilleo que recorría su espalda y se concentraba en su miembro, su respiración se volvía pesada señales claras que pronto llegaría al orgasmo.

—Suficiente—. Con un poco de brusquedad movió su cadera y jaló los cabellos de su novio haciendo inevitable que saliera de la boca de Kagami.

—Apenas estaba empezando—. Replicó el mas bajo mientras se limpiaba la poca saliva que había salido de su boca —hoy quería probar aquí— bajo sus manos a sus testículos para jugar con ellos en la palma de su mano.

El moreno no pudo evitar jadear por la nueva sensación que Taiga le estaba haciendo experimentar. Soltó los cabellos rojos que tenia en sus manos a lo que su amante tomó como el permiso para ir a es sección de los genitales que aun no había probado. Paso su lengua desde la punta de su pene hasta llegar al escroto y de ahí metió en una leve succión uno de sus testículos con el cual jugo un poco con su lengua.

Daiki jadeaba y se mordía el labio inferior, era algo nuevo pero que definitivamente le estaba haciendo perder la cabeza.

—Taiga… ya… humm… me voy a venir

Tras un sonido acuoso Kagami se separó se Aomine

—Solo porque quiero que te corras en mi.

Inmediatamente se dio la vuelta y se acomodó en la cama elevando su cadera, quedando totalmente expuesto ante su hombre, el cual inmediatamente acarició sus glúteos bien trabajados y los separó dejando expuesto su esfínter anal. Tomó el tubo de lubricante que tenía cerca, colocó el producto en sus dedos para poder empezar a preparar a Taiga, una vez que estuvo lo suficientemente dilatado, Aomine tomo un preservativo para ponérselo, de una sola estocada lo penetro provocado un gemido de dolor y placer combinados, pues gracias a la estimulación que le había proporcionado a Kagami ya se sentía suficientemente sensible.

—Ha… eres tan apretado y cálido — comentó Aomine para comenzar a mover su cadera.

—Ah… Ao.. mine… más rápido.

El moreno hizo su movimiento de cadera más rápido y profundo ya que por la posición sabía que no tardaría en encontrar ese punto que llevaría al orgasmo a Taiga y por consecuencia el también lo haría. Justo como lo había planeado Aomine dio con la próstata de Kagami y este reaccionó aferrándose a las sabanas de su cama, para darle mas atención llevó su diestra a su pene para masturbarlo, los gemidos del pelirrojo se hacían cada vez mas altos, agudos y constantes hasta que ya no pudieron aguantar mas y el As de Seirin llegó al clímax aprisionado el miembro de Daiki entre pequeñas contracciones y por lo tanto provocando que este también terminará.

Con delicadeza el As de Touou salió del interior de su novio, disfrutando de cada centímetro que recorría hasta quedar fuera de él. Al momento Taiga dejo caer su cadera a la cama y con movimientos graciosos se hizo hacia el costado derecho de la cama para dejarle el suficiente espacio para que Aomine pudiera acostar a su lado, inmediatamente se arropó en las sabanas.

El moreno se quitó el condón, le hizo un nudo para poder tirarlo en el bote de basura, así mismo volvió a guardar la caja de preservativos y el lubricante, en el cajón del buro. Una vez que terminó de levantar todo fue a gatas tras Kagami para abrazarlo por la espalda. Deposito algunos besos en su cabeza y bajo a su nuca para después ir a su cuello.

—No… Ahomine… me vas a dejar marcas—. Se quejo el menor moviéndose un poco pero tampoco hizo gran esfuerzo por separarse de él

—¿Qué suceden gatito? Hace unas semanas prácticamente me rogaste por un par de marcas— la voz traviesa de Daiki era evidente.

—Eso fue por la emoción del momento— se excusó el pelirrojo sintiendo como sus mejillas ardían por la vergüenza.

—Me gustaría que te dejaras llevar más por esa emoción de vez en cuando— Aomine bostezo, pues estaba igual de cansado que Taiga por lo que no tardo mucho en dormir seguido por su amante.

Habían pasado algunas horas que habían dormido, apenas iba a entrar la madrugada, y el peliazul no sintió ya el cuerpo de su novio entre sus brazos, extrañado se despertó y buscó al más bajo con la mirada, cuándo noto como este entraba a la habitación nuevamente.

—Gatito, es muy tarde ¿qué haces despierto?

—Me desperté y ya no pude dormir.

—Ven— el moreno estiró su mano para invitar al contrario a la cama, este aceptó inmediatamente entrando a las cobijas para acurrucarse en el cuerpo de Daiki —Ey, Bakagami, en serio dime qué sucede.

El pelirrojo elevo su mirada para ver esos ojos azules que tanto le gustaban y lo primero que hizo fue fruncir su entrecejo.

—Para empezar, ¿Qué es eso de “gatito”?

El contrario río divertido ante esa actitud tan tsundere que en ocasiones tenia su novio.

—Taiga es un nombre demasiado fuerte para un ser tan adorable como tú— seguido de sus palabras le dio una pequeña mordida en su nariz. El pelirrojo solo gruño un poco pero no se alejo ni protestó más al respecto, pero eso si, se pegó mas a su amante para sentir su calor como si eso le diera valor para poder seguir hablando de las cosa que le daban vueltas en su cabeza, pues sabia de más que Aomine le escucharía y en algunos casos su consejos eran demasiado acertados, pero de la misma sabía que el tema que iba a tocar en absoluto le gustaba a su amado.

—Lo otro es… después del entrenamiento me quedé pensando en algo…

—Lo sabía, definitivamente deberías de trabajar más en fortalecer tus pantorrillas, no son tan firmes y por ello te cansas en los partidos, el fin…

—¡No es relacionado a mis pantorrillas!— comentó con un tono ofendido Kagami. —Déjame terminar de hablar.

El moreno se río levemente y le dio un leve beso en su frente.

—Dale, dime en que estabas pensando.

—Algo le pasó a Kuroko.

—¿Se volvió a accidentar?— preguntó el moreno tratando de permanecer lo más sereno posible, pues hablar de Kuroko era algo incómodo, no sentía celos que Taiga estuviera con él, pero al final de cuentas, había sido su ex novio y le había quitado a Kagami, se sentía la peor persona del universo cuando Taiga lo sacaba a sus conversaciones.

¿Cómo no se iba a sentir mal? Si viera por donde viera el iba a ser el malo en la historia de Kagami y Kuroko. Retrocediendo un año atrás cuando escuchó por Kise y Midorima que el peliceleste tenia una nueva luz, el sentimiento de celos se apoderó de el, tanto que por ello fue a retar al pelirrojo sin importarle que este tuviera una pequeña lesión, para el primer encuentro entre Seirin y Touou , ver la determinación de Tetsuya le había vuelto hacer latir su corazón, aunque aquel día invadió demasiado el espacio personal de Taiga, para molestarlo obviamente, sin embargo, gracias a ello pudo notar lo atlético que era. Habia sido rudo con Kuroko porque de alguna forma quería demostrar que ya no había posibilidades entre ellos, pero a la vez quería que esas palabras quedarán grabadas, que quemaran dentro de su corazón y orgullo, para que no lo olvidará, por que sabía que era la forma en la que saliera de su zona de confort y se superará a si mismo como jugador.

Su sentimiento hacia Kuroko lo confirmó cuándo se encontraron en las aguas termales, verlo ahí acostado por el golpe de calor de estar en el baño de vapor, te trajo recuerdo de sus días de entrenamiento en Teikou, haciendo inevitable que se acercara a él y darle una bebida hidratante, de no haber sido porque Kagami los interrumpió, tal vez el día de hoy tendría entre sus brazos al pequeño peliazul. ¿Cómo lo sabía? Porque Aomine lo conocía mejor que nadie, tal vez fuera del basketball no coincidían en mucho, pero siempre supo que palabras podrían ser las correctas para hacer que estar juntos fuera posible otra vez.

No obstante, la vida se burlo de él, después del segundo encuentro en la Winter cup, aunque hubiera querido, en ningún momento apartó la mirada de Kagami, él partido había terminado en la derrota del moreno, se sintió tan fuera de si, la voz que lo saco de su trance y una leve sonrisa fue la del pelirrojo, al final cuando volvió a chocar puños con Tetsuya, fue lo que ambos necesitaron para ponerle un punto final a aquella relación que tuvieron. Aquella noche regresó a casa y no pudo dormir, al principio pensó que se estaba sugestionando por el hecho de haber perdido, además de tomarlo como rival tanto de juegos como amoroso, poco después se descubrió a si mismo pensando en Kagami, él le había devuelto esa sensación de diversión al jugar que había olvidado, volvió a entrenar, podía ser completamente él sin tener que contenerse en nada y fue por eso que lo monopolizó los fines de semana en partidos uno a uno.

Daiki supo que estaba perdido cuando sonrió al recordar esa sonrisa que ponía cuándo lograba hacer una canasta, sus compañeros de equipo le hicieron burla al notar cuanto mencionaba al pelirrojo, fue consciente del deseo que sentía por él cuando Kagami se volvió el protagonista de sus sueños húmedos. Se llevó una gran sorpresa aquel sábado que el beso que había pensando en robar fue correspondido, Taiga no puso resistencia alguna, es más, rodeo su cuello con sus brazos y pegándose a el tanto como le fuera posible. Por su parte Daiki le abrazó por la cintura y se aventuró a introducir su lengua en la cavidad de su hasta ahora amigo, el beso fue largo, afortunadamente era de noche y no habían personas a su alrededor. Para el momento que ambos se despidieron volvieron a unir sus labios cual si fueran imanes.

La semana siguiente hablaron de los sentimientos que cada uno tenía hacia el otro y acordaron que lo mejor sería que Taiga terminará con Tetsuya, pues Aomine podría ser un egoísta, egolatra, pero no sería tan patán de hacer que Kagami engañará a quién le había dado tanto en la secundaria.

Pero había sido lo suficientemente patán como para que el día que el Fantasma de Seirin se accidentó, no dejo que Kagami fuera por él, en ese momento tuvo miedo que el corazón de Kagami lo traicionara y volviera con Kuroko. Claro que eso los llevó a la primera discusión seria que tendrían, pero después de una charla donde Aomine expresó su miedo a perder a su novio solucionaron el problema.

—No— se quedó pensando un poco —pero ahora que lo mencionas, fue después del accidente que lo noto diferente.

—¿Diferente en qué sentido?— preguntó mientras le pasaba las yemas de los dedos sobre su espalda ejercitada.

—Lo veo… feliz— una sonrisa ligera se le formó en sus labios —¿Crees que algo bueno le haya pasado?

—Tal vez esta saliendo con alguien

—¿Tu crees?

—Kise subió una foto del cachorro que tiene Tetsu en Instagram hace unos días y por si nunca lo notaste, Kise esta completamente enamorado de él desde la secundaria.

—¿En serio?

—Claro, pero Kise es demasiado idiota para darse cuenta. Puede que al fin se le haya quitado lo lento y aproveche para quedarse con él.

—Eso me deja más intrigado que antes.

—Podrías preguntarle directamente si tanto quieres saber.

—No creo que pueda preguntar algo así…

—¿Por qué no? Tetsu no es la clase de persona que guarda rencores, aunque tampoco esperes que te reciba con los brazos abiertos.

—¡Eso en absoluto me da confianza!

—Se objetivo Bakagami, lo terminaste para andar con su ex, es una buena persona, pero pendejo e insensible no es— Aomine se giró par quedar acostado viendo al techo e invitando a Kagami a acomodarse en su pecho a lo cual el pelirrojo la excepto inmediatamente.

—Solo quiero saber que él es feliz.

—Pregúntale. No perderás nada, solo un poco de dignidad tal vez.

El mas bajo soltó una pequeña risa y se abrazó más al moreno, cerró los ojos pues el cansancio aunado al orgasmo que hibia tenido minutos atrás le dejaron agotado haciendo inevitable que el sueño se fuera apoderando de él.

—También le preguntaré a la entrenadora por más ejercicios de pantorrillas.

—El fin de semana practicaremos— Aomine beso su frente y de igual forma cerró sus ojos para dormir, sin embargo, en su cabeza también quedó la incógnita y ganas de saber si Kuroko era feliz.

 

 


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