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Siempre a tu lado por Ck1426

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Notas del capitulo:

Hola queridas lectoras, les vengo a  avisar que realize unas correcciones al capitulo anterior, ¿Es relevante para la historia? No, pero,  si aumenté algunos detalles, ¡léanlo antes de continuar!

Capitulo 7: Conciliación

El entrenamiento de ese día había acabado, ahora los chicos del primer grado se encontraban limpiando todo el gimnasio, los de años avanzados ya se habían retirado a los vestidores y la entrenadora se había quedado en un escritorio mientras actualizaba algunos documentos que le habían pedido para el registro al siguiente campeonato

—Entrenadora

—¿Qué sucede Kagami-kun?— respondió la castaña sin retirar los ojos de los documentos.

—Quisiera saber si, me puede dar un régimen de entrenamiento para fortalecer más mis pantorrillas, por favor— ahí estaba el típico exceso de formalidad que usaba Kagami cuando pedía algún favor.

—¿Más?— aquello llamo la atención de la joven entrenadora la cual, despegó su atención de las hijas de papel para mirar al pelirrojo. Analizó sus piernas con la mirada para poder dar un veredicto a la petición del jugador con el número 10. —Humm… Mañana te traeré un nuevo régimen, pero trata de no sobre esforzarte, no quiero que te vuelvas a lesionar, más aún teniendo en cuenta que tenemos un campeonato cerca.

—Claro— respondió estoicamente el menor par después de una reverencia darse la vuelta y retirarse, sin embargo, al hacerlo se dio cuenta que Kuroko se encontraba detrás de él, hacia mucho tiempo que no se espantaba por esa típica forma de aparecer que tenía su ex novio —¡Kuroko! Aparece como la gente normal— le grito el jugador estrella a su sombra.

—Yo llegué como la gente normal— respondió Kuroko con una leve sonrisa, pues aquello le había hecho recordar las primeras veces que había entablado conversaciones con el más alto —Ya están estos documentos acomodados, entrenadora, si no necesita algo más me retiró por hoy—. El peliceleste dejo las pila de documentos doble el escritorio.

—Claro, gracias Kuroko-kun, descansa.

Como aquello fue ha rápido, Kuroko y Kagami salieron del gimnasio juntos en un silencio un tanto incómodo, Taiga de vez en cuando veía de rojo al menor, acción que para nada pasó desapercibida por Tetsuya.

—Kagami-kun ¿Tengo algo en la cara?— preguntó con su voz monótona

—No… es solo que… te ves… diferente— confesó con un poco de vergüenza el más alto mientras recordaba las palabras de su novio “si tanto quieres saber, pregúntale directamente”

—¿En qué sentido me veo diferente?

Kagami tenia miedo de hablar, no sabia porqué, pero en su cabeza rondaba la idea que Kuroko en algún momento le iba a soltar un golpe, que sabia que lo merecía muy bien, si eso hacia que nuevamente estuvieran bien para el equipo y era la expiación a su pecado lo aceptaría con gusto.

—Te vuelves a ver… tranquilo… y feliz…— aquellas palabras se escucharon tan inseguras.

—No iba a estar triste por siempre— a la cabeza de Kagami volvió el recuerdo de la platica anterior que había tenido con Aomine “tampoco esperes que te reciba con los brazos abiertos”

—Comprendo…— agregó Taiga mientras todas las esperanzas que tenia de volver a llevarse bien con Kuroko se le iban desvaneciendo.

El celular del menor sonó indicando que había, llegado un mensaje.

Después del fin de semana en el habían pasado juntos los dos exintegrantes de Teikou, su relación se había hecho bastante estrecha, por primera vez en años de conocerse Kuroko respondía a todas y cada una de las llamadas que Kise le hacía, pequeño hábito que se le había formado al As de Kaijou, tras la semana siguiente al accidente Ryouta empezó a llamarle todos los días para saber como se sentía tanto física como emocionalmente, como le había ido en clases, entrenamientos, en los días que le tocaba estar en la biblioteca, el modelo ya sabia prácticamente el horario exacto del peliazul y viceversa pues aunque la sombra solo se limitaba a responder las preguntas, poco a poco el también las fue haciendo, sabía de sus sesiones de fotografía, las prácticas de basket, exámenes y demás.

Las platicas duraban un poco más de 15 minutos, tanto se acostumbraron el uno al otro que si Kise no llamaba a Kuroko a ciertas horas el peliazul era el que le llamaba. En ocasiones le llamaba hasta dos veces al día incluso en días específicos, cuando Ryouta lo invitaba algunas reuniones, karaokes o al cine con sus compañeros de Kaijou, en ocasiones Kuroko aceptaba y entonces Ryouta llamaba mínimo tres veces, una para la invitación, otra para ponerse de acuerdo del lugar y la hora, otra para avisar que ya había llegado al lugar esperado y una mas para saber como el peliazul había llegado a su casa.

Ese día Kise le había invitado a una fiesta que se llevaría a cabo por el debut de una modelo nueva en la revista para la que trabaja, celebraban que había sido tan bien recibida que casi había tenido el mismo impacto que Kise cuando debutó y se habían agotado las revistas en los puntos de venta más importantes para la editorial. Kuroko había aceptado aunque era en un centro nocturno en el que seguro no aceptaban menores de edad y definitivamente no era del estilo de Tetsuya, pero cuando le comentó le hizo esa carta de perro que si antes el 75% de veces lograba su objetivo, ahora era un 100%. Para esa ocasión, Kise le dijo que irían primero a su casa para que se cambiarán y posteriormente su manager pasaría por los dos.

El mensaje que había recibido era indicando que iba retrasado a lo que el menor respondió que lo esperaría en el restaurante de comida rápida cerca de su escuela.

—Kagami-kun ¿quieres ir por un batido de vainilla?

De todo lo que se esperaba el pelirrojo eso era lo que en absoluto había pasado por su cabeza, pero no ibana desaprovechar la oportunidad que se le presentaba en charola de plata.

—Claro, yo invito

El mas pequeño no dijo ni una sola palabra para rechazar la invitación del mayor.

En cuanto tuvieron sus ordenes, el silencio y ambiente era casi igual de lúgubre que el día que habían terminado, solo que esta vez, el más pequeño no tenia ya ese sentimiento por Kagami, y mucho menos sentimientos de culpa, por lo que fue él quien rompió el silencio ente los dos.

—¿Cómo está Aomine-kun?

—El esta bien…— su voz expresaba tanto arrepentimiento que incluso hizo sentir mal a la sombra .

—Kagami-kun... quiero que sepas algo.

El aludido levantó su mirada y nuevamente se sintió nervioso.

—Te escucho.

Por otra parte el menor había decidido llevar a cabo al consejo que le había dado Kise en una de las salidas que habían tenido posterior al accidente, le hablaría de sus sentimientos a Kagami.

—No te guardo rencor, en verdad, yo soy feliz de saber que Aomine-kun y tu se hayan encontrado, aunque yo haya tenido que ser el puente para que eso sucediera. A estas alturas ya tampoco me importa saber durante cuánto tiempo me engañaron— una risa sarcástica salió de la boca del peliceleste.

—¡Eso no pasó!— se apresuró a responder inmediatamente, dejando al más pequeño con los ojos como platos, más que porque le sorprendiera la respuesta fue porqué le sorprendió el tono con el que hablaba.

Un suspiro de alivio salió de los labios de Kuroko seguido de una sonrisa

—Te creo Kagami-kun, y tu créeme que lo que te he dicho es completamente cierto, no les gustado rencor.

Antes que su ex novio pudiera decir cualquier cosa, su teléfono estaba sonando nuevamente a lo que Tetsuya respondió tan rápido y con brillo en sus ojos que hasta el pelirrojo se sorprendió.

—Hola Kise-kun… si te sigo esperando. No corras, no hay tanta prisa. Con cuidado.

Mientras Kuroko hablaba por teléfono fue el momento de sonreír de Kagami, se sintió aliviado. Hasta dónde se encontraba podía escuchar la voz presurosa y preocupada de Kise por estar retrasado, aunque no entendió ni una sola palabra. Al fin la oración “ha estado enamorado de él desde la secundaria” tuvo sentido y recordó las veces que sintió celos de como el rubio se acercaba tanto a Kuroko, en todas las fotos que tenían el salía abrazándolo. En ese momento recordó el partido entre Kise y Haizaki, Kise prácticamente derrotado, tirado en el piso, de entre toda la gente, Kuroko se levantó y con una pequeña oración logró animar a Kise, el haberle dicho que siempre lo vio como rival, significaba que siempre lo había estado observando ¿Cierto? De ser así ¿Desde cuándo Tetsuya había estado enamorado de Kise?

—¿Estás saliendo con Kise?— por fin soltó la pregunta, sin ninguna reserva justo al momento en el que el peliceleste colgó la llamada.

Las mejillas del menor se encendieron al instante y no pudo responder a esa pregunta pues aunque no tenía una respuesta ya que después del fin de semana que durmieron abrazados, se llamaban, salían, pero, Kise había puesto una barrera y ya no se le lanzaba a abrazarlo como antes, pero, tampoco era que el peliceleste lo hiciera, por lo que en ese momento tomó una decisión.

—Si— respondió finalmente con con la seguridad que le caracterizaba.


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