—El está bien... Dentro de lo que cabe— comentó Hyuga
—¿Eso qué significa?— el tono que usó Kise para responder mostraba enojó por la forma tan ligera en la que se tomaba el accidente de su amigo
—Tranquilo Kise-kun, el médico ha dicho que seguramente ha sido fatiga, tendrá unos días de descanso, pero ahora no he podido hablar con él, sigue dormido.
La cara de Kise no se relajó, eso para él sonaba muy grave, después que le contarán su versión de lo que había pasado acordaron que Kise esperaría a que Kuroko despertará y lo llevaría a su casa, por su parte Riko y Hyuga se retirarían por ese día, le entregaron su mochila y maleta de entrenamiento.
El modelo entró al consultorio y vió a Kurokocchi aún dormido, se veía tan tranquilo, que sintió coraje nuevamente que el accidente lo hayan tomado tan a la ligera, trato de llamarlo y despertarlo pero igual que Riko, Kise no obtuvo respuesta, solo se movió un poco, por lo que decidió llamar a su mamá para avisar que pasaría la noche en casa de Kuroko, a lo que ella respondió positivamente ya que no era la primera vez que se quedaba con él.
Ya estaba obscuro cuando Kuroko comenzó a despertar, nuevamente como aquel día después de su ruptura sintió las lágrimas acumularse en su ojos y tras un suspiro comenzó a sollozar un poco, el no se había percatado de la presencia del Kise pues se había girado mientras dormía de tal modo que le daba la espalda. Pero, en cuanto el rubio vio aquel extraño movimiento y los sonidos de llanto de su tan querido compañero se levantó y antes que Kuroko reaccionará al ruido Kise se encontraba posando una mano sobre su hombro expuesto
—¿Kurokocchi? ¿Estás bien?
La cara de preocupación qué Tetsuya vió en su antiguo compañero de Teikō le hizo abrir enormemente sus ojos
—¿Qué haces aquí Kise-kun?
—Me avisaron de tu accidente y dijeron que no había quien te llevará a casa así que para eso vine.
Kuroko desvío la mirada, le apenaba que lo viera así, mientras Ryouta hablaba el se limpio las lágrimas con tanta naturalidad como pudo, estaba a punto de rechazar la compañía del rubio, pero descarto la idea al sentir pesadas sus piernas y la falta de fuerza en el resto de cuerpo.
—Gracias por venir...— se trago todo su orgullo y ganas de llorar nuevamente antes de volver a hablar— Kise-kun... ¿Me ayudas a levantarme por favor?
Definitivamente, si estuvieran ahí todos los de Seirin Kise les estuviera gritando de lo estúpidos que eran para dejar que un gran jugador como Kurokocchi terminará en ese estado, aunque también se molestó con Tetsuya, pues siempre que el se sentía ya agotado avisaba, no lograba entender que había pasado para que estuviera así. Reprimiendo su coraje, fue a ayudar a su amigo, pero al levantarse se percató que había requerido mucha fuerza, así que sabía que no llegarían al metro en ese estado.
—Espera Kurokocchi, pediré un Uber
—Esta bien
No sé podía decir que el sexto jugador se sintiera tanto anímica como físicamente bien rechazar las atenciones de su mejor amigo de la secundaria, actitud que no pasó desapercibida por el As de Kaijō. El silencio en la habitación era por demás incómodo en esos 7 minutos que tardo el servicio en llegar, no hubieron bromas, platicas triviales, nada. Al sonar el móvil avisando que ya estaba cerca el transporte, Kise se cargó las mochilas y se acercó a Kuroko y se dió media vuelta para acomodarse invitando al más bajito a subir a su espalda
—Venga Kurokocchi, te llevaré
Él orgullo de Kuroko no pudo estar más roto ese día, pero no le quedaba de otra, subió a la espalda de Kise y cuando este se levantó se dió cuenta que lo sentía más ligero que de costumbre, en verdad que esperaba que fuera porque su cuerpo se había hecho más fuerte y no porque Tetsuya hubiera perdido peso. Inmediatamente que fue levantado el pelicelete escondido su cara detrás del cuello del modelo. La sombra se sentía tanimpotente, humillando, acabado, que dejó que sus lágrimas salieran sin hacer ruido. Kise notó cierta humedad en su cuello cosa que inmediatamente le hizo pensar en animar a su amigo.
—Ey, Kurokocchi, tranquilo, no fue una lesión grave, pronto regresarás a entrenar, no te frustres, solo trata de cuidarte más, me preocupaste demasiado hoy.
Su voz era extrañamente suave, tranquila, cosa bastante raro en Kise pues solía ser muy escandaloso, sobre todo cuando se trataba de Kurokocchi, pero lo que más le llamó la atención era que esas palabras, pese a que estaban fuera de su contexto, eran demasiado bien pensadas, a lo que Kuroko solo asiento.
El caminó fue lento, pues Ryouta no quería hacer algún movimiento brusco que lastimara al menor, además que caminar con tantas cosas le era un poco incómodo, al fin llegaron al punto de encuentro y con un poco de torpeza logró abrir la puerta haciendo así que Kuroko entrará sin ser lastimado y detrás de él Kise con todas las mochilas.
—Uf... Eso fue complicado~
Nuevamente se hizo presente el tono de voz que usaba normalmente, además de una mueca de perrito cansado, lo que inconscientemente hizo que Kuroko sonriera
—Pudiste traer las mochilas primero y después a mi o al revés— le habló con un tono tranquilo y un poco burlón —Aún así... Gracias Kise-kun
Kise le dió la mejor sonrisa que tenía, aquella que solo le mostraba a él, tan radiante y sincera. En ese momento Kuroko se sintió tranquilo y por un momento olvidó el porqué había ocurrido el accidente.
—¿Cómo te sientes ahora?— le preguntó el modelo ya más tranquilo.
—Aún cansado.
—Eso que dormiste un montón— le seguía hablando con esa sonrisa que era contagiosa.
—He tenido muy malas noches este mes.
—No te agobies mucho Kurokocchi, somos deportistas y necesitas dormir bien, si hay algo que te preocupa puedes contármelo, así será menos pesado y podrías dormir bien, para eso somos los amigos.
Esas fueron las últimas palabras que dijo el modelo pues justo en ese momento habían llegado al destino.
—Prestame tus llaves Kurokocchi, meteré primero las mochilas.
Kuroko hurgó entre su mochila y sacó la llave de la entrada, se la entregó al modelo y este salió rápidamente a dejar las mochilas y regresar por él. Aunque para ese momento ya no sentía las piernas tan pesadas, espero por la ayuda del rubio. Está vez solo sirvió como apoyo pues ya podía moverse un poco más.
—¿No hay nadie en tu casa?
—No, la abuela fue a visitar a unos parientes y mis padres a un viaje de negocios, este fin de semana estaré solo…
No era la primera vez que Kuroko se quedaba sólo en casa, pero, por alguna razón ese día se sentía solo y en definitiva la soledad no le sentaría bien. Esa idea llegó a su mente al llegar a la puerta de su casa y percatarse que en unos segundos el rubios se tendría que ir a su casa y el se quedaría ahí sin nadie.
—Perdona las molestias que te he causado hoy Kise-kun, ya te puedes retirar, estaré bien…
—De echo... Kurokocchi...— ahí estaba de nuevo la cara de perrito clásica de Kise para pedir algo —le dije a mi mamá que hoy pasaré la noche aquí... No sabía a qué hora ibas a despertar, por eso me tomé esa libertad…
Con esa carita y tono de voz, era imposible decirle que no a Kise incluso para Kuroko, por mucho que en el pasado no lo quisiera admitir
—Esta bien, no tengo problema.
<<A menos ya no estaré en tan solo hoy>> pensó el pelicelete mientras comenzaba a caminar por su cuenta al sofá una vez que había cerrado la puerta.
Que Kuroko aceptará que el rubio se quedará hizo que este tuviera un ataque de emoción, pues ya se había armado todo un drama para convencer al menor de quedarse si le decía que no, por lo que se lanzó a su amigo en un abrazo por la espalda tratando de no ser tan brusco, pues aún no sabía bien la gravedad del accidente.
—¡Gracias Kurokocchi!— le gritó emocionado —prometo que no seré muy molesto y te cuidaré toda la noche.
El pelicelete solo suspiro no era la primera vez que el copiador tenía esa clase de libertades con él y aunque generalmente eso era molesto para el Tetsuya en ese momento Kise había acertado en el gesto. Después de un instante en aquel abrazó Ryouta se alejó de él.
—Kurokocchi, toma un baño, te hará bien, te prepararé mi especialidad para la cena— hablaba el rubio con una sonrisa impecable y con tal seguridad que a Kuroko se le olvidó que Kise no sabía cocinar.
—Esta bien, tomaré un baño largo.
—Ve, ve, no te preocupes.
Tetsuya entró al cuarto de baño y dejó que el vapor del agua se llevará sus males, a menos por ese momento no había nada malo, su cuerpo se relajaba completamente en el agua caliente.
Mientras tanto el rubio buscaba en la cocina los ingredientes de su "especialidad" nada más y nada menos que cereal con leche, encontró una caja e inmediatamente la tomo para poder servir en un par de platos hondos, estaba feliz tanto que cantaba "you'll believe it" de Yohio a capela hasta que escuchó su celular sonar, respondió dejando el altavoz.
—Midorimacchi, hola, ¿cómo estás?
—Hola Kise, te llamo porque me acabo de entrar del accidente de Kuroko.
—Ah, si, se desmayó, pero está bien, estamos en su casa, le estoy preparando cereal con leche para cenar— habló con orgullo el jugador de Kaijō
—¿Cereal con leche? ¿A caso eres idiota? Necesita más nutrientes después de un desmayo— el peliverde alzó la voz haciendo que Kise se sintiera regañado
—¡Ah! Pero es lo único que se hacer— Chillo el mayor
—Busca alguna receta en Internet, en fin, solo llame por si sabías algo...— hablo con una voz monótona a lo que el rubio respondió con una risa burlona
—Estabas preocupado por Kurokocchi ¿Verdad?
—Me preocupa más que quién esté con él seas tu
—Midorimacchi eres tan cruel a veces
—Saluda a Kuroko de mi parte y no le des esa porquería de pseudo comida.
Antes que el rubio pudiera responder Midorima ya había colgado el teléfono dejando a un Kise con carita de perro regañado, vio sus platos de cereal con tristeza e inmediatamente buscó "recetas fáciles para principiantes", pero todo lo que veía era tan complicado.
Escuchó como se apagaba la ducha y entró en pánico al no tener nada que ofrecerle a su amigo, por lo que decidió buscar entre la alacena y refrigerador nuevamente encontrando pan de caja, jamón, queso, aderezos, además de un recipiente con germen, hizo un par de sandwich para cada uno. Escuchó como se abría la puerta tomando el trapo de cocina más cercano que vio tapó su intento fallido de cereal con leche, al cual aún faltaba agregar ese elemento al plato.
—Ven a comer Kurokocchi
Le habló emocionado el rubio, aunque por dentro estaba nervioso ante al idea que no le gustará el sándwich de emergencia. Tetsuya observó el sándwich y notó por lo mal acomodado que estaba la clara señal que había sido preparando con poco tiempo, entonces un nuevo recuerdo apareció en su cabeza, la primera vez que Taiga había cocinado para él y una nueva lágrima recorrió su mejilla
—Kurokocchi...— se acercó el rubio a limpiar aquella traviesa lágrima que rodeaba por la mejilla del peliazul con tiento, como si aquello que tocaba fuera a romperse si pasaba sus dedos por su mejilla —¿Lloras por Kagamicchi?