Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Si tú estás conmigo... por Riwanon

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, en un principio este fanfic solo iba a tener un capitulo, pero... ¡me ha vuelto la inspiración! Asi que voy a intentar sacarlo adelante. Quiero dar las gracias a todas/os los que leisteis el primer capitulo, y muchos besos y galletas a las que dejaron rewier!

El copyright de Kyou Kara Maou y de sus personajes pertenece a sus respectivos autores, yo no saco un centimo de esto ;).

DE CUANDO GWENDAL SE ENTERÓ

Era una mañana como cualquier otra, los rayos del Sol entraban por la ventana de la habitación de Conrad. El calor que el pequeño cuerpo a su lado desprendía, comenzaba a hacer funcionar su mente, trayéndole recuerdos de la noche anterior. Lentamente, abrió sus ojos para contemplar a su hermano menor durmiendo abrazado a él. “Cuando duerme, su cara parece la de un ángel”, pensó, sonriendo al recordar que, despierto, podía llegar a ser un auténtico demonio. Le encantaba mirar a Wolf mientras dormía, su rostro sereno, sin ninguna preocupación, respirando suave, lentamente. Le gustaba escuchar su respiración. Pero por mucho que le doliera, tenía que despertarlo. Suavemente, tocó su hombro mientras le llamaba:

 

- Wolf... Wolf despierta.- Susurraba suavemente en su oído. Un leve gruñido salió de la boca del rubio.- Venga, Wolf, tienes que despertarte.- Como única respuesta, el muchacho se dio la vuelta, quedando de espaldas a Conrad. Una leve sonrisa se formó en sus labios. Abrazándole, le mordió el lóbulo de la oreja.- Ya es por la mañana, el Sol brilla en lo alto, y si no quieres que nos pillen tienes que irte ya.

 

- Déjame dormir.- Casi inaudible, Conrad apenas pudo entender la respuesta de Wolfram.

 

- No puedo.- Bajó sus manos, buscando sus puntos débiles, pero estas fueron interceptadas a tiempo.

 

- ¿De quién crees que es la culpa de que tenga tanto sueño?- Dijo, volviéndose para fulminar con su mirada a su hermano mayor. Pero esa mirada, en su cara somnolienta, solo lo hacía más adorable.

 

- Sí, sí, lo sé y, otra vez, lo siento.- Conrad suspiró. Si a Wolfram von Bielefeld se le había metido en la cabeza que no iba a irse, sabía perfectamente que Wolfram von Bielefeld no se iría, así intentara sacarlo a rastras.- Al menos ponte un pijama, ya se me ocurrirá algo que decirle a Gwendal.

 

- Tranquilízate, ¿quién va a entrar tan temprano en tu habitación?

 

- Creo que es más tarde de lo que piensas.

 

- Cállate, Weller.- Y, para asegurarse de que Conrad cumplía su orden, cubrió su boca con sus labios, besándole salvajemente y pidiendo más sin palabras. Sus manos acariciaban el fuerte y ancho pecho del guerrero. Sin ni siquiera darse cuenta, Conrad se estaba dejando llevar poco a poco. De alguna manera Wolf siempre conseguía que su cabeza dejara de pensar. Quizá fuera su aroma, el tacto de su piel, lo irresistiblemente hermoso que era... él embriagaba todos sus sentidos hasta el punto de no ser consciente del mundo a su alrededor. Por desgracia, el resto mundo sí seguía funcionando... por eso la puerta se abrió.

 

- Conrad tie...- tan rápido como pudo, se apartó de Wolfram, pero sabía que era inútil... Gwendal acaba de entrar y lo había visto todo. El tiempo parecía haberse paralizado, nadie se atrevía a mover un solo músculo, ni siquiera a respirar. Gwendal les miraba, sin realmente ver nada, y ellos le devolvían una mirada cargada de terror. De repente sus manos empezaron a moverse, como si tejiera con agujas invisibles a una velocidad infernal.

 

- Quiero veros en mi despacho a los dos, ahora.- Y simplemente se dio la vuelta y se fue. Wolf miró a Conrad, temblando de miedo. Conrad, que hasta algunos segundos tampoco había podido ocultar su terror, se recordó que tenía que ser fuerte por él. Envolviéndolo en un abrazo susurró palabras tranquilizadoras en su oído, asegurándole que todo iba a salir bien, aunque no estaba demasiado seguro de que fuera a ser así.

 

---O---O---O---O---O---O---O---O

  

- Por Shinou, ¿en qué estabais pensando?- La tensión podía palparse en el ambiente. Conrad mantenía como podía una expresión serena y la vista perdida en algún punto enfrente suyo. En cambio Wolfram no apartaba la mirada de sus zapatos y se retorcía las manos nerviosamente. Gwendal los miraba acusadoramente a los dos desde detrás de su despacho.- Ni os atreváis en pensar una respuesta, esto no tiene explicación posible...

 

- Herman...- Intentó hablar Wolf, mirándole con sus ojos cargados de lágrimas.

 

- No digas una sola palabra. Vete ahora mismo y prepara tu equipaje. Dile a tus soldados que hagan lo mismo, os vais a ir un mes a vigilar las fronteras. Saldréis este mismo mediodía, voy a prepararlo todo en cuanto salgas por esa puerta, ¿entendido?

 

- Sí… sí, señor.- El tono en que Gwendal habló le atravesó el corazón. Con la cabeza agachada por la vergüenza y el dolor, se fue corriendo a su habitación.

 

- Gwendal, sin rodeos, dime simplemente que vas a hacer conmigo.

 

- ...

 

- No has castigado a Wolf, solo le has distraído. Y has hecho bien, porque él no ha hecho nada malo, toda la culpa es mía. Tan solo dime que vas a hacer conmigo. Si vas a matarme lo entenderé, no merezco menos...

 

- No voy a matarte, a pesar de todo sabes que no podría. Pero voy a asegurarme de que no vuelves a ver a Wolf en tu vida. Esta tarde parten hacía las fronteras con los humanos un nuevo grupo de soldados. Sabes que allí se están poniendo las cosas feas y necesitan refuerzos. Tú iras con ellos y te quedarás allí para controlar que todo sigue bien cuando terminen. Nunca volverás a Shin Makoku.

 

- Sí, señor.

 

- Y Wolf no debe saber nada hasta que vuelva dentro de un mes, ¿entendido?

 

- Lo sé, señor, lo sé… solo quiero decirle una cosa más...- Gwendal lo miró con una mezcla de curiosidad y rabia contenida.- Mis acciones son inexcusables, y tengo un castigo mucho más leve del que merezco, pero Wolf sufrirá mucho. Por favor, cuida de él. Tú también sabes lo que es amar... quizá algún día comprendas por que lo hice.- Y sin una palabra más se fue, cerrando la puerta tras de sí.

 

- Eso último, solo lo has dicho para herirme, ¿verdad?- Murmuró Gwendal para sí mismo. Aún pensando en ello, sacó unos papeles y empezó a preparar la pequeña expedición de su hermano menor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).