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Tú tan Buga, Yo tan Lencha por Menz

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Notas del capitulo:

Hola! Adios!

¡Accio cap 6!

Capítulo 6
La venganza de las trompas de Falopio

Gaba se volvió piedra mirando aquel pedazo de plástico, mientras el llanto de Mia continuaba. Por varios minutos la chica azul solo mantuvo abrazada a su amiga, mientras su mente trataba de ordenar sus pensamientos. No tenía idea de lo que debía hacer.
—Aquí estoy —dijo con la voz ahogada—. No estás sola en esto.
Mia se aferró más a ella, intentando controlar su respiración. Fue hasta entonces que Gaba notó una presencia: Odette había estado observando todo desde el umbral y sostenía un vaso de agua. Con pasos inseguros, la chica se acercó a ellas.
—Esto la ayudará —susurró Odette arrodillándose a su lado. Gaba tomó el vaso y procuró que Mia tomara todo el líquido.
—Gracias —dijo Gaba conectando su mirada a la de Odette. La chica solo asintió.
—Debo irme.
—¿Me esperas un momento?
Odette salió al pasillo mientras Gaba llevaba a Mia hasta su cama. La chica castaña tenía los ojos cerrados y daba respingos cada pocos segundos, pero al menos el llanto había disminuido. 

—Si necesita ayuda, mi tío es ginecólogo. Él podría revisar… —le dijo Odette  cuando la alcanzó fuera de la habitación.
—Claro —Gaba aún se sentía aturdida.
—¿Estás bien? —Odette le sujetó el brazo mientras analizaba su semblante.
—Sí, solo… es… solo estoy asombrada.
—Entiendo… ella tiene suerte de tenerte. Nunca había visto a alguien correr tan rápido  —dijo Odette sonriendo—. Todo estará bien.
La chica se dio la vuelta y caminó hasta las escaleras.
—¿Qué hay sobre nosotras? —se apresuró a decir Gaba.
—No hay «nosotras» —aclaró Odette mientras bajaba.
—Demuéstralo.
—¿No ha quedado suficientemente claro ya?
—No. ¿A qué le temes? ¿A mi?
Odette la miró desde el primer piso y pensó un momento.
—¿Qué quieres? —dijo al fin.


******      ******

Gaba se había quedado vigilando el sueño de Mia durante varias horas. Incluso cuando Isis había llegado de su cena con amigas, Gaba le había dicho que Mia se había quedado dormida después de tomar una pastilla contra la gripa.
Isis solo había pasado a darle un beso a su hija y le había recordado a Gaba que si quería cenar algo, podía tomar lo que quisiera de su cocina.
La chica azul se mantuvo despierta casi toda la noche, pensando en las opciones que Mia tenía y en si Odette le daría una oportunidad.
En cuanto el sol salió, Gaba se apresuró para tener listo  algo de comer para cuando su amiga despertara. Isis estaba en el patio regando sus plantas y platicando por teléfono, así que no se dio cuenta de todo lo que hacía la chica.
Al entrar a la habitación, Mia tenía abierto los ojos y miraba al techo.
—Hola —dijo la azul, sentándose junto a su amiga y colocando la comida en el buró.
—Gaba, yo… —A Mia ya no le salió la voz.
—Tranquila. Vamos a poder con esto, pero debes ser valiente, ¿si?
—Soy una tonta, ¡¿cómo pudo pasar?!
—Pues… ¿alguna vez lo hicieron sin protección? —La castaña se sonrojó y asintió lentamente—. ¿Hace cuánto que no te baja?
—No recuerdo.
—¡¿Cómo olvidas eso?!
—¡Sabes que soy irregular!
—Te dije que lo anotaras. No lo hiciste, ¿verdad?
Mia buscó en su cajón. Sacó una libreta y empezó a pasar hojas.
—Creo que… ¡Aquí! —La chica frunció el ceño—. Hace casi tres meses.
—¡¿Tanto?! —Gaba levantó la blusa de Mia para revisar su abdomen. Se veía tan plano como siempre—. ¿Sientes algo?
—¡No es un alien, es un bebé!
—Espero que no sea tan regañón como tú —dijo Gaba colocando su mano sobre el vientre de su mejor amiga.
—Tengo miedo.
—Lo sé.
—Yo… quiero decírselo a Romel. Ahora sí debe ser responsable.
—Entonces, ¿lo tendrás? —Mia asintió—. ¡Seré tía!
—¡Cállate, boba! —La castaña le tapó la boca a Gaba—. Aún no quiero que mi mamá lo sepa.
—Ella te apoyará. Es una buena madre. Ahora que recuerdo… Odette dijo que su tío podría darte una consulta.
—¡¿Le dijiste a Odette?!
—¿Qué? ¡No! Ella estuvo aquí, ¿lo olvidaste?
—¿A qué hora vino?
—Llegó conmigo… de hecho, ella me trajo. ¿No recuerdas que te dio agua?
—No... no me encontraba muy consciente ayer. ¿Estabas con ella cuando te llamé?
—Sí. Fui a explicarle… al menos volveremos a vernos.
—Lo siento, de haber sabido que estabas ocupada...
—Nunca estaré ocupada para ti. Me asusté mucho.
—Yo también. Después de la fiesta estuve vomitando y con náuseas. Entonces la idea pasó por mi mente. Fui por la prueba y estuve aquí sentada hasta que se hizo de noche, sin tener el valor de hacerla.
—¿Por qué no me dijiste? ¡Creí que no estabas en casa!
—No sé… tenía miedo de que me dijeras tonta enamorada.
—No digas eso —Gaba abrazó a Mia—. Sabes que estoy en tu equipo.
—¿Me acompañas a casa de Romel?
—Por supuesto.

*******   ******

Gaba aparcó el auto frente a la casa de Romel. La chica castaña estaba en el asiento del copiloto respirando hondo.
—Espero que no haya salido —dijo Mia con nerviosismo..—Veo autos en su cochera.
—Deséame suerte.
Mia bajó del coche y caminó con paso decidido hasta la casa. Gaba la siguió con la vista, rogando que todo le saliera bien a su amiga.
La chica tocó la puerta varias veces y miró por las rendijas. Fue entonces que Gaba bajó del vehículo y caminó hacia su amiga.
—¿Qué pasa?
—Pues parece que sí hay alguien, pero no me escuchan.
—¿Tocaste el timbre?
—Si… ¿oyes eso? —Se quedaron calladas, intentando escuchar. Al fondo había música.
—De acuerdo, hay que saltar —propuso Gaba. Mia también buscó de donde colgarse—. ¡¿Qué haces?! ¡Tú no!
La azul detuvo a la castaña.
—No se ve tan complicado.
—Llevas un pasajero dentro de ti. Quédate en el auto, yo iré por Romel y lo traeré para que platiquen.
Gaba caminó por el muro, buscando el mejor sitio para trepar. Usando toda la agilidad que tenía, se agarró fuerte del borde y subió la pierna. Cuando cayó dentro del jardín, la música sonaba más fuerte. Entonces se percató que el sonido provenía del patio.
Y sí. Ahí estaba Romel disfrutando de la alberca, acompañado por más personas.
—¿Estás siguiéndome? —Gaba volteó asustada al reconocer esa voz. Odette estaba en un camastro detrás de ella… en traje de baño.
—M-ma- madre santa —balbuceó la azul. ¿Aquello era real?
—¿Qué haces aquí?
—Yo…
—Mis ojos están arriba —dijo Odette señalando su mirada, pues Gaba estaba absorta admirando su cuerpo.
—¡Lo siento! —Gaba se tapó los ojos con ambas manos—. No sabía que estabas aquí, no soy una psicópata. Vine por otro asunto.
—¿Cuál?
La chica azul saltó al oír a Odette frente a ella. Despegó los dedos para ver lo que ocurría.
—Yo… —Bajo la luz del sol, los ojos de Odette se veían aún más hermosos. Gaba pudo distinguir un ligero color verde en las orillas del iris—. Dios, eres bellísima —se le escapó a la azul en un susurro.
Odette frunció el ceño ante aquello.
—Si de verdad no estás siguiéndome, ¿qué haces aquí?
—Vine a buscar a Romel… Y, ¿tú porqué estás aquí?
—Mis primas me trajeron —dijo Odette encogiéndose de hombros—. Es un día caluroso, así que me pareció buena idea. Por cierto… ¿Cómo está Mia? —preguntó la chica bajando la voz.
—Pues ya tiene una mejor idea de lo que hará.
—¡Gaba! —Romel se había percatado de su presencia—. ¿Cómo entraste?
—Salté el muro.
—¿Y qué quieres? —preguntó el chico con tono antipático. Romel y Gaba nunca habían sido los mejores amigos, pero al menos solían llevarse bien durante todo el tiempo que convivieron. Así que esa nueva actitud de gallito espinado, en verdad enfadaba a la chica.
—Vine con Mia. Está afuera y necesita hablar contigo.
—¿De qué o qué? —el semblante de Romel se llenó de curiosidad.
—Es un tema delicado. Creo que es mejor que ella te lo diga.
El chico la miró en silencio un momento antes de caminar a la salida.
—¿Quieres una bebida? —le ofreció Odette.
—Agua, por favor. —Gaba observó a la chica ir hacia una nevera y volver con su petición.
—Creí que pedirías algo más fuerte.
—Aún es muy temprano —bromeó la azul—. Para ser alguien que dice detestarme, te portas muy bien conmigo.
—Yo lo llamo modales —dijo la chica—. ¿Romel es amigo suyo?
—No. Es el futuro padre.
—¡¿Qué?!
—¿Tú eres su amiga?
—Apenas lo conocí hoy. Romel es novio de mi prima Betsy —Odette señaló a la chica que estaba en la alberca y Gaba la reconoció. Era la de la foto
—¡Carajo! Debo irme. —Gaba dejó la botella de agua y corrió a la salida—.  ¡Me gustas! —gritó volteando un par de segundos hacia Odette.
Cuando al fin llegó a la calle, vio a Mia y a Romel hablando junto al coche.
¡Plaf!
Mia le dio una bofetada a su ex novio. Gaba se acercó rápido cuando la castaña se dio la vuelta y trepó al auto.
—¡¿Qué le dijiste?1 —Gaba encaró a Romel.
—¡Váyanse al carajo las dos! —Sin importarle nada, Romel entró de nuevo a su casa.
—¡ES UN IMBÉCIL! —bramó Mia en el auto.
—¡¿Qué pasó?!
—¡ARRANCA EL MALDITO COCHE!

*******    ********
Después de hablar con Romel, Gaba había dado un paseo por la ciudad esperando a que la castaña dejara de insultar a todo pulmón.
—¡No puedo creer la clase de persona que es! —Mia daba vueltas por la habitación de Gaba—. ¡No le importó lo que le dije!
—Él ya tiene nueva novia —informó Gaba.
—¡¿Qué?!
—La vi… es la misma chica de la foto.
—¡Me juró que no tenía nada con ella!
—Pues es un mentiroso. —A Gaba se le apachurró el corazón por la expresión de su amiga.
—Solo le enseñé la prueba de embarazo y le pedí que me acompañara a la consulta… dijo que no quería saber nada, que era mi responsabilidad cuidarme y que no tenía pruebas de que fuera su hijo. ¡Claro que es suyo!
—Lo sé. No tienes que convencerme —dijo Gaba esbozando una sonrisa—. Ya no hay que pensar en Romel. ¿No quiere hacerse cargo? ¡No lo necesitas! Y este bebé estará mejor sin su mala vibra. —La azul volvió a tocar el vientre de Mia—. Además, tendrá una súper mamá.
—Gracias. —Mia se limpió los ojos, pues unas lágrimas amenazaron con salir—. ¿Me acompañas al médico?
—Obvio. ¿Iremos al hospital ahora?
—No, al hospital no. Ahí todos nos conocen y seguro le informarán enseguida a mi madre. No quiero que se entere así.
—¿Entonces?
—Será mejor ir con el tío de Odette.

*******     ******

Gaba miró la hora de nuevo. Había ido a ver a Odette y la chica le había enviado un mensaje diciendo que saldría pronto, pero la azul llevaba ahí esperando casi media hora.
Mientras tanto buscaba en línea… Acercó los ojos a la pantalla para leer la talla del mameluco de ositos.
—¿Necesitas lentes o qué? —Odette se acercaba a ella.
—¡¿Qué?! No, solo estaba revisando algo —dijo Gaba bajando el celular.
—Seguro fotos de alguna chica.
—No. —Gaba sonrió—. Solo que no entiendo porqué hay tantas cosas para bebé. Es confuso.
La azul le enseñó su celular a Odette.
—¿Estás comprando mamelucos?
—Pues sí. No me parece buena idea que esa pobre criatura ande sin ropa.
—Creo que es un gesto tierno de tu parte. —Odette intentó ocultar su sonrisa, pero Gaba pudo notarla.
—Disculpa por venir así… es que estaba buscando el consultorio de tu tío pero no sé como se llama.
—No te preocupes, yo me encargo. —Enseguida, Odette sacó su teléfono y concretó la cita para el día siguiente.
—Muchas gracias.
—Descuida, Mia me agrada bastante. —Gaba levantó la ceja—. Dije que me agrada, no que me gusta —aclaró la bella joven.
—Hablando de eso, ¿te he dicho que me gustas?
—Varias veces.
—¿Y me dejarás demostrártelo? —Gaba notó la mirada de desconfianza de Odette—. No es nada físico, lo juro.
—Entonces, ¿cómo piensas demostrar que eres sincera?
—Contigo no puedo usar palabras. Tú sabes que soy experta engañando a las chicas con mis frases tontas. Así que… ¿tienes algo que hacer mañana temprano?
—¿Qué tan temprano? —preguntó Odette con una sonrisa.
—Pues… —Gaba sacó una lista con varios nombres—. Si queremos acabar en un día, tendrá que ser muy temprano.
—¿De qué se trata exactamente?
—Ya verás. Solo necesito saber, ¿qué tan buena eres dando primeros auxilios?


*********

Gaba estacionó el auto rosa frente a la cafetería. Después de suplicar, Mia al final había accedido a prestar su querido coche para cumplir con todas las visitas del día. Pero antes de enfrentarse a lo que venía, Gaba quería tener un rico desayuno en compañía de Odette.
La chica azul se sentía nerviosa al estar de pie junto a su invitada, quien en ese momento tenía toda su atención en el menú  en las pantallas de arriba. Gaba tenía la esperanza de que Odette aceptara sus disculpas y le diera la oportunidad de salir con ella.
La noche anterior, Gaba había intentando encontrar una respuesta a porqué se esforzaba tanto por aquella chica, pero no había logrado dar con una razón lógica. Lo que tenía claro, era que Odette había dicho que había asistido a la fiesta porque ella le parecía genial… al menos Gaba tenía ese punto a favor.
—¿Por qué no vienes seguido a la ciudad? —preguntó Gaba a Odette cuando se sentaron a comer.
—Pues… mis padres están ocupados la mayor parte del tiempo y sinceramente, la capital es mucho más divertida —respondió Odette dando un sorbo a su malteada.
—Pero Montejo no tiene algo que Cáliz sí tiene.
—¿Qué cosa?
—A mi.
Odette soltó una carcajada.
—Sí, haces falta ahí. No hay nadie que organice mega fiestas —dijo la chica con sarcasmo.
—Vamos, ¿tan mala te parezco?
Odette pensó un poco antes de responder. Gaba sintió que esa mirada la dejaba sin defensas.
—Si me parecieras mala, no estaría aquí.
—¡La esperanza muere al último! —gritó Gaba levantando los brazos, victoriosa. Todos ahí voltearon a mirarlas.
—Eres una boba —Odette se había sonrojado al sentirse observada—. Yo… escuché que te mudarás pronto.
—Sí. El día de mi cumpleaños —dijo Gaba con una sonrisota—. No sabes las ansias que tengo de vivir lejos de aquí.
—Creí que Cáliz era fenomenal… —retó Odette.
—Lo es, pero… —Gaba dudó unos segundos—. Las cosas en casa no son tan fenomenales. He estado ahorrando por años para poder irme a la universidad.
—¿Qué estudiarás?
—Animación digital —declaró la chica azul con orgullo.
—¡Genial! Santiago estudia eso también. Seguramente te lo encontrarás en algunas clases. Empezará su segundo curso.
—¿Y qué hay de ti? ¿Cuál es tu plan?
—Empezaré en Marketing.
—Uuuf, típico. De repente se puso de moda, ¿no? —se burló Gaba.
—No más que la animación digital. Y para mi no es una moda. Mis padres son dueños de la más grande compañía de marketing de la ciudad… de todo Castilnovo en realidad. Crecí viendo todo ese mundo y siempre me pareció muy interesante.
—Que bueno que lo tengas claro. Mi madre quería que estudiara enfermería, como ella. Y mi padre quería que fuera abogada o algo así de aburrido.
—¿Y qué dijeron cuando te inscribiste a animación?
—Bueno… —Gaba dio un mordisco a su burrito y tragó antes de hablar de nuevo—. En realidad ellos no saben.
Odette se quedó callada un momento, observándola fijamente antes de decir:
—Apuesto a que serás la mejor.
—Gracias.
—Y por lo que harás ahora... no es necesario.
—Claro que sí.
—No. —Odette se puso más seria de lo normal—. Gaba… bueno, no negaré que tú… y tienes algo que… pero el caso es que yo no quiero nada romántico contigo. Me agradas, estás un poco loca y me haces reír, pero…no es necesario hacer todo esto por mi.
—Si lo es —declaró Gaba sonriendo mientras terminaba su malteada—. Y aunque lo niegues ahora, saldrás conmigo.
—Sí que eres terca.
—Muchísimo.
—De acuerdo, pero no  digas que no intenté detener esta locura.

Notas finales:

Por si no me recuerdas, he subido más historias a este sitio. Puedes pasar a darles un vistazo. También me encuentras en wattpad como @menzfics o puedes visitar mi página oficial www.lessbros.com  

Lessbros fue creada con el fin de convertirla en  una web de historias exclusivas para las mujeres lgbt. Poco a poco iremoa haciendola mejor, con más y más historias.

 

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