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Phenomenon por RLangdon

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"Su amor sublime y puro seria fácilmente representado por una suave lluvia de cerezos, porque mientras estos ríen, las azucenas lloran. El reencuentro se vuelve volátil, oscuro, pero los sentimientos prevalecen y bajo la sombra del escepticismo…"
 
El aliento templado le rozó la curvatura del cuello, tan cálido e insinuante que Sasuke no logró reprimir un suspiro
 
-Invades mi espacio personal- masculló apático. El rubio entrecerró los ojos, haciendo caso omiso de la advertencia, fijó su mirada en el ordenador y nuevamente la desvió hacia Sasuke
 
-Tienes dos horas aquí, quiero salir- sus labios se curvearon ligeramente hacia abajo, en un gesto tan enternecedor que Sasuke tuvo que volver la mirada a la pantalla antes de caer nuevamente bajo el hechizo de aquel bello hibrido
 
Porque eso era Naruto, ¿cierto?, un hibrido. Pero sin importar que ese extravagante muchacho fuera una deidad o una aberración del averno, no podía negarlo, era indiscutible la belleza física que poseía, y tras el paso de los días, Naruto se volvía más enérgico, su nivel de razonamiento se desequilibraba cada tanto tiempo. Era astuto, condenadamente astuto, sigiloso y enérgico. No obstante, carecía de conocimientos sobre la cultura general, los modales y la tecnología le eran ajenos, y sin embargo seguía resultándole tan perfecto ante sus ojos
 
Llevaba escasos tres días conviviendo con Naruto y contrario a lo que pensó, no había logrado esclarecer sus dudas, entre más cerca veía la luz que se encargaría de aniquilar su ignorancia, más interrogantes surgían, sumiéndolo en el mismo escepticismo, la misma incredulidad de antes de estar bajo el influjo del sueño
 
¿De qué otra forma podía estar presenciando tan extraño y hermoso ser?
 
Lógicamente no iba a mostrar tan abiertamente su reciente interés por el muchacho. Estaba atrapado en una irrealidad que comenzaba a pasar factura de manera simultánea. Porque sus dudas lentamente lo arrastraban hacia la demencia. Naruto bien podía ser una alucinación y él solamente alimentaba su delirio mediante conversaciones cortas y triviales
 
No le había resultado complicado comunicarse con Naruto, puesto que hablaba. El precioso hibrido tenía una voz en extremo aterciopelada, suave y melodiosa que lograba acaparar su atención por horas y horas. Aun si Naruto no paraba de parlotear sobre lo mismo, que si no le picaba la ropa, que si estaba enfermo para querer bañarse a diario, que si la cajita luminosa no le lastimaba la vista. Nimiedades…
 
Y él en cambio, no se atrevía a cuestionarlo, ¿Qué le iba a preguntar?
 
¿Te gustan los hombres?, ¿tienes pareja?, ¿eres real?...
 
Cualquier duda trascendental que pudiera tener no quería expresarla tan de súbito. Necesitaba adaptarse, a su nueva y temporal estancia, a su exorbitante arranque de inspiración y sobre todas las cosas, al par de orejas peludas en conjunto con la esponjosa cola cobriza de Naruto
 
A esas alturas, ambas extremidades ya eran mucho más notorias. Como si se tratara de una transformación a corto plazo
 
Inverosímil, era imposible, empírica y científicamente imposible
 
Una falacia, eso era, un desorden mental generado por las extenuantes horas laborales. Por supuesto, ¿Qué no decían que un escritor era más propenso a contraer aquellas peripecias?
 
Lagunas mentales, alucinaciones, espejismos, daba igual. Naruto no podía ser real, y aun así se negaba a aceptar que fuera obra de su bizarra mente
 
Su hipótesis de la existencia del hibrido se convertía en una tesis como tal al tocarlo. Apenas leves roces corporales que lo hacían doblegarse y situarse entre la realidad y una tórrida fantasía
 
-Sasuke…
 
Cerró la laptop cuando fue llamado por segunda ocasión. Su mirada se posó por breves instantes en el arrebatador cuerpo del muchacho. Naruto daba vueltas sobre sí mismo, intentando atrapar una mariposa que sobrevolaba cerca de la cabaña
 
Los relucientes colmillos adquirían un tono aun más albugíneo en el exterior, donde la potente luz solar los alcanzaba, así como alumbraba también el bello y tonificado cuerpo de Naruto
 
Estirándose, Sasuke salió. Prefería contemplar a Naruto por más tiempo a la lejanía y en silencio pero el rubio no lo quería de esa manera. De algún modo Naruto lo quería a su lado, ya fuera dentro o fuera de la cabaña. Quizás también dudaba de su existencia, hasta ese momento no se había preguntado si Naruto también dudaba de él
 
Entonces el sentimiento seria reciproco, ambos dudaban de la existencia del otro, por ello necesitaban estar cerca, para que la fantasía no se desvaneciera con la brisa veraniega, para que el espejismo jamás desapareciera
 
"Los ojos ven lo que quieren ver, su piel siente lo que quiere sentir, por consiguiente, su mente crea lo que desea tener…"
 
-Quiero más de esa sopa tuya- sin poder anticiparlo, Naruto se abalanzó sobre él, tumbándolo de espaldas al suelo. Y de no ser por la espesa capa de césped, Sasuke se habría dado un buen golpe
 
A punto de insultarlo, volvió a perderse en los ojos azules, brillantes y majestuosos. Más que nunca, Sasuke logró presenciar la faceta intermedia de Naruto. Los rasgos animales se mezclaban con las facciones humanas
 
Colmillos, cola y orejas, pero su esencia seguía siendo la de un ser humano como tal
 
Imposibilitado para moverse, Sasuke lo empujó del pecho, tumbándolo a un lado. Ni siquiera consiguió moverse un centímetro cuando Naruto ya estaba nuevamente sobre su cuerpo, con una mueca de gracia en los labios cuyas comisuras exhibían los finos colmillos
 
-No estoy jugando- musitó, repitiendo el mismo procedimiento que antes y obteniendo un resultado tan humillante como el anterior. Naruto apenas caía al césped volvía a levantarse con una velocidad digna de un atleta
 
Una y otra vez, Naruto cambiaba de posición sobre su cuerpo, sentado, arrodillado, acostado, en cuclillas. Lentamente comenzaba a calentarse, estaba plenamente consciente de que Naruto lo consideraba un simple juego, un inocente juego que poco y nada tenía que ver con la molesta erección en sus pantalones
 
Se cansó, se fastidió, se alteró, todo más rápido que Naruto
 
¿Por qué debía contenerse?, ¿Quién se lo impedía?
 
Fue Naruto quien lo provocó, lo justo era que se encargara de enmendar sus acciones
 
Con firmeza, enredó sus dedos en los rebeldes mechones dorados. Naruto se vio obligado a inclinarse sobre el cuerpo que aun permanecía de espaldas sobre el césped
 
Su mano libre se situó en las mejillas de Naruto, haciendo presión a los costados de las mismas, forzando así que los colmillos quedaran ocultos por los carnosos labios carmesí
 
En vano, Naruto trató de reír. Aquella postura le causaba cosquillas y le hacía mucha gracia lo que le estaba haciendo Sasuke
 
Pero lejos de estar bromeando, Sasuke cerró los ojos, relamiéndose los labios poco después
 
Y se inclinó, apartó su espalda del césped para poder concretar el beso que por unos instantes se llevo a cabo. Ambas bocas se unieron pero eso no fue suficiente, nada lo era cuando Naruto estaba cerca
 
Excitado, empujó su lengua dentro de la húmeda cavidad, más que dispuesto a saborear lo que su tórrida fantasía tenía para ofrecerle
 
Una ilusión que se puede tocar, escuchar, sentir y saborear
 
En efecto, su cuerpo debía estar en otro lado. Ya fuera el cielo o el infierno, paraíso o averno, no importaba. Cuando la punta de su lengua rozó el paladar de Naruto, meditó que bien podía arder en las llamas del infierno y no importarle en lo absoluto
 
Era una delicia, una exquisita sensación que lo recorría de pies a cabeza. Mil veces excitación, mil veces deseo. Naruto lo ponía al cien en cuestión de segundos y ese beso había sido la cúspide de todas las emociones previamente acumuladas
 
Sin embargo, cuando Sasuke se aventuró a ir más allá de los límites establecidos, Naruto lo mordió, cerró la boca con tanta fuerza que sus labios fueron apresados por los afilados colmillos
 
Un gemido de dolor acompañó la incómoda mueca de quien se sabe en el paraíso y cae de sentón a la simplicidad de la tierra
 
Asustado, Naruto se apartó, retrocediendo hasta quedar de espaldas a un árbol cercano
 
Gruñó y se limpio los (ahora), lastimados labios. Un delgado hilo de sangre descendió por la comisura de su boca pero Sasuke no le dio importancia, ni siquiera se percató de la reacción de Naruto
 
Simplemente regresó a la cabaña, experimentando un sinfín de emociones acumularse nuevamente
 
¿Tan repugnante y desagradable había sido aquel beso para Naruto?
 
Al menos había servido de algo, ahora estaba más que convencido de que Naruto era real. Una alucinación no puede dañarte, no físicamente. Verbal, emocional y psicológicamente sí. O eso creía
 
Las horas próximas transcurrieron sin ninguna novedad. Sasuke permanecía sentado frente a la computadora portátil, en espera de que las ideas inconexas volvieran a unirse…nada
 
No podía escribir, joder, ni siquiera podía pensar. Su inspiración se había ido a pique también. Su estado de ánimo, su buen humor, su dicha, todo se había esfumado en escasas dos horas
 
Discretamente, miró de soslayo a Naruto, este seguía en una posición extraña, observándolo temeroso desde afuera. Su espalda se mantenía erguida contra el árbol, de cuclillas y con ambas manos a los costados de sus piernas
 
De nuevo, desvió la mirada hacia la pantalla. Detestaba esa sensación de malestar en el estomago, el agudo dolor en sus labios y ahora le sumaba la estúpida consciencia que no dejaba de murmurar idioteces en su subconsciente
 
¿Por qué tenía que hacer algo?, fue Naruto quien lo mordió, Naruto tuvo la culpa, él solo lo había besado y vaya forma de corresponderle tan efímero contacto labial
 
El inusitado brillo en los ojos de Naruto centelleaba cada vez más a medida que caía la noche
 
Se maldijo, maldijo su impulsividad y a su puta consciencia de porquería que no hacía otra cosa que no fuera reprocharle sobre lo acontecido
 
De súbito, se puso de pie. Cerrando de golpe el computador para salir de la cabaña
 
La silueta que brillaba bajo la luz de la luna, se ocultó aun mas entre los arbustos
 
Rápidamente, su expresión se suavizó. Sus negros e iracundos ojos reflejaron incertidumbre al ver a Naruto ocultándose entre la maleza. Era un maldito insensible…
 
-Ven- se agachó y estiró su mano en dirección de Naruto. –No estoy molesto, ven- por unos instantes sintió que le hablaba a un animal y no a un… ¿humano?
 
Desconfiado, Naruto avanzó a gatas por la maleza, alzó la mirada para ver el rostro de Sasuke, neutral, indiferente, sin vestigios de enfado o decepción, solo él, como lo había visto desde la carretera
 
Despacio, decidió tomar la mano, aun temiendo recibir algún golpe por su inconsciente acción pasada. Porque Naruto ni siquiera actuó deliberadamente, eran sus instintos los que lo forzaban a actuar con una medida defensiva al sentirse en peligro
 
-Lo…- Sasuke se mordió la lengua, lo odiaba, aborrecía decir eso aun más de lo que odiaba estar confundido. –Lo lamento- soltó, cerrando los ojos. Las orejas cobrizas se mecieron hacia adelante y hacia atrás
 
Naruto se acercó lo más que le fue posible hasta quedar de frente con Sasuke. Una suave caricia en sus orejas bastó para que se mostrara sumiso
 
Los expresivos ojos azules se mantuvieron fijos en la herida que había provocado sobre los labios de Sasuke
 
Lentamente acortó la distancia. Sasuke intuyó que Naruto trataría de besarlo en recompensa por su actitud pasada, así que, al igual que Naruto volvió a cerrar los ojos
 
La descarada lamida lo desconcertó tanto que se forzó a abrir los ojos al momento
 
Naruto volvía a girar en círculos cerca de él, solo entonces comprendió que se trataba de otro de los ridículos juegos del hibrido
 
Suspiró, cansado, derrotado pero conforme de que su fantasía siguiera a su lado, corriendo sin parar y emitiendo unos sonidos guturales y extraños, impropios en un ser humano
 
Una sonrisa apenas perceptible se formó en sus adoloridos labios
 
Con un gesto de mano, le indicó a Naruto que entrara, el aludido acató la orden tan rápido que Sasuke ni siquiera pudo poner un pie dentro cuando Naruto ya se hallaba en el interior
 
-Quiero sopa- sonrió Naruto, señalando la valija correcta con los víveres. Sasuke asintió antes de complacer al enérgico chico. Se lo debía, en otras circunstancias se negaría rotundamente, sin embargo, interiormente sentía que lo mínimo que podía hacer por Naruto tras asustarlo de ese modo, era saciar su apetito. Aunque ciertamente no había necesidad de que Naruto se lo expresara, tenía tres días alimentándolo y por ende, sus reservas de alimentos se habían reducido a la mitad. Hecho que realmente no importaba mucho, teniendo en cuenta que podría volver a la ciudad por un nuevo cargamento de conservas
 
Ni bien terminaron de cenar, Sasuke se dispuso a irse a dormir. Ya era tarde y aunque no había conseguido escribir nada ese día se sentía satisfecho al ver a Naruto sobre el sofá, le había asignado ese sitio como su cama
 
Y de pronto un pensamiento insignificante se hizo presente
 
-Naruto- llamó, mirando hacia otro lado. El susodicho alzó la mirada entre las almohadas del sofá. -¿Quieres dormir en mi habitación?
 
Estúpido y peligroso, eso era, teniendo en cuenta la fuerte mordida que casi le arranca el labio inferior
 
No contestó, Naruto en cambio se encaminó tranquilamente hacia la puerta del fondo, dejándolo una vez más estupefacto. Las caderas de Naruto se contoneaban a cada paso que daba, movimientos altamente provocativos que amenazaban con hacerle perder la poca cordura que conservaba
 
Y a pesar de todo, logró conciliar el sueño. La cama era lo suficientemente amplia para dos personas, aunado al hecho de que Naruto era delgado, no había inconveniente alguno en ello
 
Volvió a equivocarse, las manos de Naruto se enredaron en su cintura, el rubio se mantenía peligrosamente cerca de su cuerpo, tentándolo, incitándolo
 
Pero su autocontrol era más fuerte, quería convencerse a sí mismo. Permitió que Naruto lo abrazara, siendo esta vez él quien lo atraía hacia su cuerpo
 
Ambos se acurrucaron sobre el otro, sus cuerpos juntos, su respiración chocando de vez en cuando con la ajena, mil sensaciones que ascendían como espuma y un hecho en el que ninguno de los dos reparó hasta el amanecer
 
Cuando el alba llego, Sasuke se estiró sobre la cama, confundido al no sentir el cuerpo de Naruto junto a él
 
Rápidamente, se incorporó, mirando a su derecha, donde un pequeño zorro rojo descansaba plácidamente, enroscado en su propio cuerpo
 
-¿Naruto?...
 

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