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Phenomenon por RLangdon

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El atardecer había llegado, y como cada día, Sasuke se dispuso a tomar notas. Una ridícula rutina que había adquirido apenas semanas antes. Escribía lo relevante, cada suceso y detalle del mismo, movimientos del hibrido, el clima, no había una sola cosa que se le escapara a su bolígrafo. Y no obstante, seguía en el mismo punto de partida. Entre más creía conocer de Naruto, mas se daba cuenta de la verdad…no era así
 
No lo conocía, ni un poco. Las costumbres del raro hibrido variaban según su aspecto corpóreo. En su fase intermedia, el comportamiento de Naruto era lo más cercano a la realidad que él había podido si quiera concebir antes. Era astuto, enérgico, intuitivo, desinhibido. Sin embargo, estos conceptos no se presentaban cuando la forma física de Naruto adoptaba por completo la de un zorro rojo. Empero, nunca lo había visto adquirir dicha forma en su totalidad, por más curiosidad y morbo que pudiera tener para querer presenciar la transformación, el sueño terminaba venciéndolo siempre, los parpados le pesaban y antes de que pudiera llegar a la cúspide de la espera, todo se tornaba borroso, oscuro, y entonces, tras varias horas de sueño, despertaba. Se espabilaba solamente para maldecir su poca resistencia nocturna y se lamentaba aun mas al reparar en el mamífero que reemplazaba a su bello hibrido
 
Sasuke solía preguntarse durante las noches si Naruto en algún momento había sido íntegramente humano, o en su defecto, totalmente animal. ¿Cuál era el fallo?, ¿Cuál variable pasaba por alto?
 
Con el paso de los días la ansiedad se convertía en desesperación, y la incertidumbre en capricho. Su mente no podía estar más envenenada a causa de la mortífera confusión que le acaecía Naruto, el gusto e interés por el hibrido estaba traspasando lentamente las barreras de lo permitido, Sasuke lo sabía y lo más irónico del asunto era que, no hacía nada por evitarlo
 
Se dejaba arrastrar de lleno por su mórbida fantasía, orillado a los extremos de la línea hacia lo desconocido, y quería traspasarla, anhelaba saber que secretos ocultaba un ser tan malditamente bello
 
Naruto era su actual nexo entre la realidad y la utopía. Podía observarlo horas enteras sin perder detalle alguno de sus movimientos, de sus acciones y su atrayente mirada celeste
 
Lo contemplaba al amanecer y seguía haciéndolo cuando el sol se ocultaba. Recopilaba datos y estos no le decían nada en lo absoluto, al igual que Naruto, quizá un poco más
 
Naruto desconocía su apellido, su edad, ignoraba todo lo que estuviera relacionado con la vida urbana. Y Sasuke no estaba seguro de si se trataba de algún engaño del astuto zorro o si realmente no tenía nada para decirle. Cualquiera que fuera el caso, era menester solucionarlo pronto. Últimamente se había estado enfocando mucho mas en Naruto que en sus propios escritos, y no que le importara. Su seguridad en torno al tiempo extra que le darían cuando la novela estuviera terminada fue tal que ni siquiera se tomó la molestia de comunicarse, ni con su "jefe" ni mucho menos con Suigetsu
 
No, si su cordura aun permanecía intacta, puede que aquel simple error, un sencillo acto de caridad derivara en un enorme descubrimiento de gran importancia. Un hibrido, otra raza desconocida, un ser ligado a la mitología, exceptuando el hecho de que Naruto si era real. Se cuestionaba a diario sobre ello, siempre difería en sus propias conclusiones, aquello que lo llevaba a aceptar la existencia del hibrido, lo hacía vacilar al día siguiente
 
Pero seguía atento, deleitándose con el majestuoso y extraño ser, y al mismo tiempo retroalimentando sus conocimientos sobre el mismo. Y a Naruto no parecía molestarle, por el contrario, era él quien lo instaba a unirse a su ajetreada y salvaje rutina. Claramente no lo hacía, se limitaba a observar, solo cuando el escepticismo alcanzaba un nivel peligroso que lo hacía dudar de su raciocinio, entonces y solo entonces dejaba de tomar notas para poder confirmar lo que veía
 
Lo tocaba, simples roces intencionales, nada más. No había vuelto a intentar besarlo desde el incidente, Naruto tampoco se oponía a que lo tocara, hasta parecía disfrutarlo aunque eran meras conjeturas
 
Únicamente una teoría se anteponía al resto, Naruto regresaba a su estado "primitivo" cuando había luna nueva. Y lo que duraba Naruto en el cuerpo de un zorro que, él había denominado como contenedor, se limitaba a unas horas, variaba, tres ocasiones había lidiado con el estado animal del rubio. Diez horas, siete horas, nueve horas…
 
Sasuke dejo la libreta sobre el césped y se sentó bajo la sombra proyectada por uno de los cipreses. La superficie del lago brillaba con los rayos solares. Unos cinco metros lo distanciaban de Naruto, el cual se divertía haciendo salpicar el agua con un manotazo lateral. Cuando el agua helada le acariciaba el rostro, Naruto retrocedía
 
-No te pasara nada si te mojas- Sasuke balanceó el bolígrafo entre sus dedos. Las reacciones de Naruto le resultaban hilarantes y ridículas
 
Cesando con las salpicaduras, Naruto se acercó cauteloso hacia el ciprés y Sasuke reconoció enseguida la absurda invitación a otro de los múltiples juegos del hibrido
 
Silencioso, se arrastró por la maleza, acechando a la distancia. Sasuke suspiró cansinamente, optó por hacerse el desentendido. Sabía que si evitaba alentar a Naruto en sus juegos, este cedería de inmediato, ya fuera porque se aburría de esperar una acción contributiva a sus actos o porque simplemente se resignaba al no ver pizca de participación en ellos
 
-¿Ya tienes hambre?- bostezó, tomando la libreta a su lado. Naruto abandonó su escondite para afirmar a la interrogante. Los afilados caninos se habían vuelto más agudos que antes y ese hecho en particular no pasó desapercibido para el Uchiha
 
Asimismo, se había cuestionado sobre qué sucedería si alteraba la dieta de Naruto, ¿Qué pasaría si en lugar de alimentos enlatados y pastas le daba a probar un poco de carne?
 
Mejor no esclarecer aquella duda, tampoco era de relevancia como otras interrogantes que tenia
 
Estiró los brazos y se dispuso a ir a la cabaña. No tenía más de tres semanas en las cercanías del bosque y el lugar comenzaba a asfixiarlo de algún modo. Pero lo soportaba, sus inquietudes se disolvían al reparar en Naruto. Como si de algún hechizo de tratase, no se veía lejos de él, un lazo imperceptible se estaba formando y conforme pasaban los días, el vinculo se fortalecía
 
Ya dentro, hurgó en la vieja y polvorienta alacena de la cocina. El único rincón de la cabaña que Sasuke no había podido limpiar, cada vez que lo intentaba, Naruto le saltaba encima para evitar que cambiara de lugar las pastas y demás encurtidos. Con lo mucho que le había costado trasladarlas de la valija a la alacena
 
Al abrir la pequeña portezuela un chirrido de produjo. Sasuke miró desconcertado el interior, sorprendiéndose al divisar la única lata de sopa de verduras intacta
 
Aspiró en un intento por relajarse, se había encerrado tanto en sus divagaciones y demás pormenores que se había olvidado de las reservas
 
Buscó en todos los bolsillos de la maleta, aun a sabiendas de que el poco efectivo que había llevado consigo se lo había dado una semana atrás a su chofer, luego de llamarle para solicitarle un encargo por el que estaba dispuesto a pagar con creces. Y vaya que lo hizo. Tras recibir una valija mas, provista de víveres
 
Ya era inevitable su regreso a la ciudad. Tendría que volver por más comida y asimismo, podría enriquecer sus conocimientos en la biblioteca, se abastecería de un buen número de volúmenes referentes a seres mitológicos, investigaría a fondo sobre un dato en particular. No obstante, le llevaría varios días esclarecer el mar de dudas, aunque cabía la posibilidad de comprar algunos libros. Así no tendría que quedarse en la ciudad. Solo iría por lo necesario y regresaría a la cabaña
 
Pero había un temor, un profundo miedo que lo hacía meditar más de lo debido. Si todo este tiempo había estado alucinando, presa de una senilidad temporal, entonces cuando regresara a la ciudad, el velo generado por el espejismo caería, dando lugar a la factible realidad que día a día vivía
 
Las casi doscientas páginas redactadas se volverían basura, ¿Quién en su sano juicio compraría semejante desfachatez?, nadie. Absolutamente nadie compraría los escritos de un joven cuya estabilidad mental se había ido en declive durante su ausencia en una casa de descanso
 
Regresaría a la cabaña y se daría cuenta de la verdad, Naruto no estaría ahí porque nunca existió
 
Un ligero estremecimiento lo dejo pensando un buen rato
 
-Tengo hambre- Desesperado, Naruto llamó su atención
 
Saliendo abruptamente de sus cavilaciones, Sasuke miró por encima de su hombro. La esponjosa cola cobriza zigzagueaba en el aire, sobresaliendo a los costados de Naruto. Parecía ondularse con la misma velocidad de una bandera izada en el aire
 
Resignado, vació el contenido de la lata en una sartén para calentarlo. La ultima lata de comida, no había nada mas por hacer, era ineludible su regreso
 
-Sasuke- pero al estar absuelto en sus pensamientos, no notó la presencia del chico a sus espaldas, Naruto era sumamente sigiloso y rápido. Sasuke permaneció estático cuando Naruto comenzó a restregar su cuerpo contra el suyo, cual felino necesitado de afecto
 
Sus labios parecieron punzarle en un ilusorio recordatorio de lo acontecido semanas atrás cuando el beso había tenido lugar
 
Los latidos cardiacos aumentaron en velocidad y numero, Sasuke casi podía escuchar los latidos de su pecho y por consiguiente Naruto también lo hacia
 
Pero sin duda el limite fueron las suaves lamidas en su cuello, una incitación de esa índole ya no podía frenarla aun si lo deseaba
 
Lo siguiente que Naruto supo fue que su cuerpo se encontraba sobre la mesa del comedor, y al alzar la mirada, los intensos ojos negros lo analizaban detenidamente
 
Una diminuta sonrisa se asomó en los labios de Naruto, quien, nuevamente se dejaba guiar por sus instintos. Necesitaba todo de Sasuke pero no sabía porque, solo quería sentirlo, tocarlo como Sasuke lo tocaba, hacer lo mismo que hacia Sasuke
 
Un ligero calambre en su pelvis lo alertó de su propia excitación. Era inevitable, ver a Naruto de esa forma lo ponía realmente. Los grandes ojos azules parecían incitantes puertas al pecado. Los afilados colmillos en conjunto con las orejas una adrenalina de morbo, los rosados labios una invitación al paraíso, y la expuesta piel canela un incentivo que deseaba reclamar de su propiedad
 
Al principio, las caricias fueron suaves, leves, casi como si se tratara de algún efímero pensamiento que lo había orillado a palpar cada centímetro de la suave piel bronceada. Naruto reía en veces, y otras tantas, dejaba escapar unos sonidos que rayaban en la locura
 
Excitación y gozo aumentaban progresivamente. Sin previo aviso ni mayores miramientos, Sasuke acercó su rostro al de Naruto, deteniéndose a escasos centímetros del mismo. De nueva cuenta los molestos caninos lo mantenían quieto, anhelaba besarlo pero no quería volver a caer presa del dolor labial y el rotundo rechazo inducido por sus propias acciones
 
Despacio, rozó los labios ajenos, de arriba abajo y viceversa. La cálida humedad en la boca de Naruto lo alteraba tanto y más que verlo desnudo, no importaba cuantas veces se repitiera el hecho de haberse acostumbrado a las excentricidades y forma de ser del hibrido, no era cierto, era una rotunda falacia que el mismo acababa de desmentir al depositar un suave beso en la comisura de los labios del rubio, este se removió incomodo, una oleada de sensaciones lo inquietaban al tiempo que lo confundían
 
Se sentía agitado, desesperado, y de algún modo, las acciones de Sasuke lo calmaban, necesitaba más de eso. Deseaba que Sasuke no se detuviera y a la vez que hiciera algo más
 
Su cuerpo actuó por sí solo, escabulléndose por uno de los costados de Sasuke
 
Las abisales pupilas siguieron cada felino movimiento del otro hasta detenerse en el sofá. Naruto parecía llamarlo con la mirada, y fuera su imaginación o no, lo deseaba, deseaba sumirse y llegar hasta las últimas del morbo que le generaba Naruto
 
Mientras se aproximaba al sofá, se apresuró a bajarse un poco los pantalones, lo mismo que la ropa interior. Su erección quedo libre y la inquieta y esponjosa cola siguió meciéndose a ambos lados
 
Naruto se tendió lentamente en el sofá, permitiéndose sentir el fuerte cosquilleo que le recorría el cuerpo, como cuando se disponía a acechar a algún animal, la misma sensación de alegría y excitación lo invadía ahora, y Sasuke lo sabía, se percató de ello en el momento justo que se acomodó sobre el cuerpo de Naruto
 
La piel canela parecía arder bajo sus caricias, los labios rosados proferían mil y un sonidos desconocidos a medida que se dedicaba a besar el contorno de ese cuerpo de tentación que varias noches atrás venia anhelando
 
Lamió su abdomen, trazando un húmedo recorrido con la lengua hasta los pezones de Naruto, donde se detuvo para estimularlos un poco, arrebatándole más gemidos ahogados al rubio
 
Sus dedos siguieron recorriendo la suave piel, delineando desde el pecho hasta las caderas. Naruto llevo su cabeza hacia atrás ante las exquisitas y desconocidas sensaciones que se abrían paso en él
 
Logró zafarse una vez más de aquella incómoda posición, bajó al piso pero la frialdad en su cuerpo lo obligó a ocupar nuevamente el sofá. Naruto decidió finalmente ponerse de rodillas sobre el mismo, consternado al ser sujeto de nuevo por Sasuke, esta vez de las caderas
 
El Uchiha enterró con firmeza los dedos a los costados de la cintura de Naruto. Ya no aguantaba más, necesitaba con urgencia poseerlo, aun si podía correrse con solo tocar a Naruto, quería penetrarlo, quería hacerlo gemir, agotarlo sexualmente, que su fantasía fetichista llegara a suscitarse
 
Un gemido agudo resonó en la estancia cuando Sasuke se dispuso a penetrarlo, lentamente introdujo la punta de su erección en la estrecha entrada, usando como lubricante sus propios fluidos, las diminutas gotas de liquido pre seminal que rodeaban el glande fueron suficientes para llevar a cabo su cometido
 
Ingresó despacio, aferrando bien las caderas de Naruto, mordiéndose los labios a medida que terminaba de entrar. Y es que Naruto estaba tan estrecho que el simple hecho de penetrarlo le resultó tan satisfactorio como doloroso
 
Una vez adentro, se detuvo. Permaneció quieto y observó complacido el ligero estremecimiento en las orejas cobrizas
 
Cuando Naruto comenzó a mover las caderas por su cuenta, Sasuke procedió a embestirlo, lento pero profundo. El arrebato de placer nubló todos y cada uno de sus sentidos en ese momento
 
Naruto se había incorporado un poco para asirse con ambas manos de su espalda, tratando que el contacto fuera más profundo, aun si al comienzo le resultó doloroso. Era como una necesidad vital, tal como comer o respirar, de ese modo Naruto necesitaba sentir a Sasuke dentro de él, moviéndose dentro de él y rasgando su interior con cada dura embestida
 
Los ojos azules estaban dilatados, los labios ligeramente entreabiertos a la par que gemía cada vez más fuerte
 
Sasuke se sentía al borde del éxtasis, su pelvis impactaba con fuerza las caderas de Naruto, su miembro resentía la maravillosa estreches y nada mas en ese instante importó
 
Dejo de aferrar a Naruto de las caderas para tomarlo de la cintura una vez más, buscando intensificar el ritmo de las embestidas. Naruto gruñía con satisfacción y él jadeaba sobre el bello y broceado cuerpo que se estremecía entre cada penetración
 
Pronto, la velocidad de las embestidas aumentó. Sasuke no supo si lo hizo deliberadamente al sentir venirse el clímax o si fue Naruto quien lo orilló a terminar
 
Lo último que sintió fue una deliciosa corriente ascendiendo rápidamente por su espalda, culminando con un fuerte orgasmo que inundó las paredes internas de Naruto, humedeciéndolas con su semen caliente
 
Naruto chilló al sentir el líquido en su interior, su orgasmo no tardó en llegar, humedeciendo los cojines del sofá con su propio semen
 
La extrema sensibilidad forzó a Sasuke a permanecer quieto unos instantes en la misma posición, sin salir de Naruto, al contrario, lo aferro más a su cuerpo para impedirle que se moviera, el más mínimo roce lo hacía resentir con fuerza
 
Pero Naruto quería apartarse, y aunque duró unos segundos inmóvil. Lentamente se incorporó, ladeó su cabeza para proceder a lamer una y otra vez el cuello de Sasuke, instándolo a que lo soltara
 
-Detente- Sasuke cerró los ojos, resintiendo los movimientos de Naruto, las lamidas en su cuello lo estaban excitando una vez mas y a pesar de que ese no era el objetivo de Naruto, lo estaba logrando
 
Con suavidad, lo soltó para salir de su interior. Naruto lo observó unos instantes, con la cabeza ladeada y una expresión que Sasuke no logró descifrar
 
Los restos de semen seguían sobre su miembro, Naruto se percató de ello, y al hacerlo, acercó su rostro hacia la hombría de Sasuke
 
-¡No!- Sasuke! se sobresaltó al ver las intenciones de Naruto por hacerle una felación. Quizás fuera de sí habría aceptado pero no era imbécil y aquellos colmillos de Naruto no estaban de adorno. Decidió prudente por esta vez ceder con el acto, aun si ya se había consumado, podían repetirlo en otra ocasión. Apartó a Naruto para levantarse del sofá con la única finalidad de darse un bien merecido baño, después tal vez iría a la ciudad…
 
-.-.-.-.-.
 
La noche había llegado, dando lugar a los múltiples sonidos en el exterior, desde aullidos a la lejanía hasta el constante soplo del viento al mecer las copas de los arboles
 
Sasuke se dispuso a secarse el cabello, sin reparar ya en la hora. Sabía que era demasiado tarde para volver a la ciudad, ningún taxi prestaría su servicio a no ser que el pago fuera efectuado por adelantado, cuestión inverosímil para él, ya que había gastado hasta el último centavo en los víveres
 
No tenía mayor importancia. Él no tenía hambre y aun quedaba un poco de sopa en la cacerola, un dato extra sobre el hibrido a tener en consideración, por más absurdo que fuera, a Naruto no le gustaban las verduras a no ser que llevaran algún acompañamiento tal como los fideos o algún complemento de soya que se hacía pasar por carne
 
Algunas gotas de agua tocaron el suelo cuando se dirigió al comedor, aun con la toalla en la mano. Tendría tiempo de sobra para escribir un par de páginas más y complementar la novela. Era increíble la soltura y habilidad textual con la que se estaba desenvolviendo semanas atrás. Lo que en la ciudad le pareció una actividad caótica, en la cabaña no tuvo mayor obstáculo que el de distraerse deliberadamente al contemplar el singular y atrayente espécimen que representaba Naruto. No obstante, de ahí provenían los datos recopilados para su nueva obra, una demasiado densa, conflictiva, un escrito que ponía a prueba la mentalidad del lector, su propio acertijo actual, el mismo que derivaba en la existencia de un ser, posiblemente mitológico y de cuya existencia dudaba
 
Pero eso no le impidió seguir escribiendo, por las tardes tomaba notas en su cuadernillo y durante las noches transcribía dichos datos en la computadora
 
Ya tenía material suficiente. Sería cuestión de tiempo, corregir algunas conjeturas y pedirle a Suigetsu que revisara manualmente las fallas ortográficas. Solo faltaba una cosa para que la novela fuese perfecta, el poder de convencimiento de parte del escritor no estaría completo hasta que él mismo creyera su relato
 
Le costaba, realmente era complicado aceptar ese hecho. Aun si veía a Naruto, e incluso si había tenido relaciones con él. La mente era un arma de doble filo y Sasuke lo sabía bien. Largas y extenuantes horas frente al computador eran clara muestra de ello. Dilucidar entre la realidad y la ficción nunca le resultó tan complicado como ahora
 
Sin mayor miramiento, insertó la memoria. Varias páginas se desglosaron frente a sus ojos al mover el cursor hasta el icono correspondiente. La curiosidad le instó a mirar una vez más al precioso ser que descansaba plácidamente sobre el sofá, dedujo que Naruto no despertaría hasta pasadas varias horas, no obstante, se equivocó
 
Retomó la escritura justo en la última parte, como siempre las ideas fluyeron, claras y concisas
 
Difíciles de digerir pero fáciles de plasmarlas
 
Sus dedos tecleaban sin cesar, palabra tras palabra unía las múltiples ideas inconexas, la variable lluvia de ideas y las varias interrogantes que venía formulándose desde el primer día en la cabaña. Dudas nimias que esperaba poder resolver al regresar a la ciudad, al majestuoso reciento del conocimiento, la biblioteca
 
Dos horas permaneció escribiendo y media hora más corrigiendo errores insignificantes
 
Un suspiro de agotamiento se prolongó en sus labios al guardar las últimas páginas. Ya estaba listo, varias semanas de ausencia pero había valido totalmente la pena. El borrador estaba listo para ser enviado a la editorial y él no podía sentirse más satisfecho con su logro, exceptuando los burdos cuestionamientos sobre el hibrido
 
Al cerrar el computador, un par de brillantes ojos azules lo observaron con interés, Sasuke se sobresaltó en su lugar cuando el muchacho acercó su rostro. Desconocía la finalidad pero los afilados caninos que sobresalían en las comisuras de los labios de Naruto seguían surtiendo efecto en él
 
-Escucha bien lo que voy a decir- se levantó de la silla al recuperarse de la momentánea impresión. Naruto lo siguió con la mirada hasta el sofá. –Mañana me iré lejos, regresaré a mi hogar- explicó lento y pausado, haciendo énfasis a cada palabra. Cuestión que, confundió aun más a Naruto. –Solo será un día. Regresaré cuando tenga lo que necesito, traeré mas comida también- ante la última frase, Naruto reaccionó
 
Corrió en búsqueda de alimentos, hurgó cada cajón de la alacena, encontrándose con la nada grata sorpresa de la carencia de las latas
 
Sasuke lo miró interesado, sin proferir palabra alguna. Le resultaba fascinante poder contemplar los cambios y las reacciones de Naruto
 
Lo vio subir con agilidad por uno de los muebles para retomar su búsqueda
 
-No hay nada- repitió, esperando esta vez ser comprendido. Naruto escuchaba pero se le dificultaba razonar, generalmente lo hacía al cabo de unos minutos. Su sentido común se volvía más agudo durante la tarde, aunque su hiperactividad se disparaba de igual manera
 
Naruto inspeccionó toda la cabaña, no hubo un solo rincón en el que no buscara el alimento, creyendo falsamente que Sasuke lo había ocultado. Finalmente desistió y regresó al comedor donde Sasuke se hallaba sentado frente al computador
 
-Tengo hambre- intentó, moviéndose de un lado al otro, fisgoneando sobre los hombros del Uchiha
 
-No tenemos comida- recalcó cada palabra con sumo cuidado. –Me iré mañana a buscar…
 
-¡No!- el agudo y desesperado timbre de voz que uso Naruto lo forzó a devolverse hacia él. Las orbes azules tintineaban expectantes. Sasuke arqueó una ceja, confundido por la expresión horrorizada de Naruto. –No quiero que te vayas- agregó en voz apenas audible
 
Un par de mechones rubios se encargaron de cubrir los ojos celestes cuando Naruto bajó la mirada
 
-¿Por qué?- un desconocido pinchazo de dolor atravesó a Sasuke. De algún modo era como si la sensación que estaba experimentando Naruto se transfiriera a él. Sentía temor, confusión, sensaciones que previamente no había experimentado. El silencio se hizo palpable, Naruto se mantenía cabizbajo y Sasuke no sabía cómo actuar. Tampoco quería mentirle, aun si era real debía regresar por los víveres, los libros eran mero capricho suyo para obtener y solidificar la información obtenida. –Necesito que me entiendas- exhaló, dándose la vuelta para apagar el ordenador. –No tenemos comida y además…- tomó la memoria de la mesa para mostrársela a Naruto, aun si no sabía lo que era y mucho menos su función, quería que al menos comprendiera el valor que tenía su trabajo, después de todo había sido la razón para tomarse dichas vacaciones, el empleo en si no le agradaba pero era lo más fácil que había logrado conseguir y la paga era excelente. –Además necesito entregar esto- ni bien terminó de hablar, Naruto le arrebató la memoria de las manos y salió corriendo de la cabaña, tan rápido que Sasuke no tuvo tiempo de reaccionar ante el acto
 
Velozmente, se puso de pie. No tardó en abandonar la cabaña pero la oscuridad de la intemperie le impedía ver más allá de unos cuantos metros de distancia. Algunos arbustos se movieron a su derecha. Sasuke se pasó una mano por el rostro, visiblemente preocupado. ¿Y cómo no estarlo?
 
Naruto se había llevado su esfuerzo de semanas, varias páginas escritas con esmero y dedicación, datos recopilados en su estadía. Todo estaba ahí, no solamente la información actual, inclusive tenía varios archivos de importancia, borradores pasados y algunos párrafos escuetos para sus siguientes obras
 
-¡Naruto!- lo llamó en voz alta, esperando obtener respuesta…Nada
 
No sabía en realidad que era lo que le había molestado tanto al hibrido, si la carencia de comida o su temporal retirada. Quizá ambas pero no tenía importancia, se había llevado su trabajo consigo y estaba seguro de que no podría recuperarlo
 
Apenas logró avanzar unos pasos cuando el sonido de un objeto arrojado al agua lo detuvo. Naruto había arrojado su USB en el lago
 
Maldijo una y otra vez en voz baja, sin apartar la mirada de los arbustos. Rápidamente la rabia se intensificó, sentía la sangre hervirle de solo recordar las horas desperdiciadas, los malditos dolores de cabeza acaecidos por la escritura, una actividad que ahora perdía importancia
 
Molesto, volvió a la cabaña. Sus pasos resonaron a medida que caminaba de un lado al otro, su frustración lo orilló a descargar su furia en los muebles. Volteó la mesa, tiró los utensilios de cocina que él mismo había llevado, golpeó la alacena, pateó el sofá hasta que no pudo más
 
Sus nudillos se tornaron blancos por la fuerza ejercida en sus puños. Asimismo, un hilillo de sangre descendió de la comisura de sus labios, los había mordido con tanta fuerza que se había ocasionado una herida de consideración, sin embargo, su enojo rebasaba cualquier sensación en ese momento, el dolor era superficial pero la rabia no menguaba
 
Y deseó interiormente que Naruto no regresara, probablemente terminaría como alguno de sus desdichados muebles, en el suelo y golpeado. Oh si, le daría una merecida paliza si llegaba a encontrarlo de nuevo. Fuera un juego o un simple acto de desesperación, Naruto no tenía porque haber arrojado su memoria al lago. No era más que una criatura estúpida, sin raciocinio, desagradecida
 
Lo había alimentado durante semanas, le cedió un lugar en su cama e inclusive lo albergó en la cabaña a sabiendas de que los víveres eran insuficientes
 
-Hibrido de porquería- insultó, dejándose caer al suelo. Era una verdadera ironía, sabía que no debía fiarse de él, lo supo desde que lo vio hurgando en sus pertenencias. Y ahora pagaba caro por su ignorancia, por su ridículo interés y manía por descubrir más de aquel ser que resultó una absoluta aberración de la naturaleza
 
Lo despedirían en el mejor de los casos, lo tildarían de loco si llegaba a decir cualquier cosa referente a Naruto. Fuera o no real, no quería verlo más. Estaba furioso, con Naruto y consigo mismo por permitir semejante humillación hacia su persona
 
Dio un fuerte golpe con el puño en el suelo. Tantos meses de trabajo a la basura y todo por una estupidez
 
No supo cuanto tiempo permaneció en el mismo lugar, reflexionando, siendo carcomido por el enfado que le había ocasionado ver perdido su trabajo. Solo esperaba la llegada del amanecer para poder largarse de ahí, lo que anteriormente le atemorizaba no existía más
 
Le importaba un carajo si Naruto era real, para él había dejado de existir en el momento que arrojó todo su esfuerzo al lago
 
Él solamente se encargaría de irse, empacaría sus cosas y se largaría para no volver más. Que la fantasía quedara como tal, una simple falacia transitoria, producto de su imaginación en un desesperado intento de complacerse
 
Decidido, se levantó, dejando de lamentarse por lo pasado. No tenía más alternativa que renunciar, se rehusaba a dejar su orgullo a un lado y permitir que lo despidieran. Antes muerto que dejar que alguien más se impusiera ante él
 
Afortunadamente no había muchos artículos que empacar. Algunas prendas rezagadas en el suelo, productos de aseo y los utensilios de cocina, así como su computadora portátil y el calendario
 
Sin poder evitarlo, sus ojos se posaron en la fecha, más específicamente en la fase lunar. Curiosamente había luna nueva, por lo tanto, Naruto volvería a ser un miserable saco de pulgas, tal como lo había encontrado el primer día. Hilarante, aunque le daba igual lo que pasara con él…o al menos quería convencerse de eso
 
Conforme el coraje se disipaba, su preocupación se incrementaba. Aun era de madrugada y no esperaba que Naruto fuera a volver pero el simple hecho de pensar en la inmensidad del bosque y los peligros que se ocultaban en él, lo forzaron a reflexionar
 
¿Y de que mierda se agobiaba ahora?
 
Naruto tenía la culpa por ser tan impulsivo. Fueran sus instintos o su casi inexistente lógica, el daño estaba hecho. No iba a recuperar esos archivos aun si conseguía extraer la memoria del lago
 
Las horas pasaban y su contradicción permanecía indemne. Ya no esperaba el amanecer, esperaba a Naruto. Quería al menos poder disponer de la oportunidad para reprenderlo, para insultarlo y cuestionarlo sobre sus acciones, aun si Naruto comprendía poco de lo que le decía. Necesitaba descargar su enojo y al mismo tiempo deseaba saber que estaba bien…
 
Cuando quiso darse cuenta, ya se hallaba abriendo las maletas. No tuvo que buscar mucho para dar con la linterna
 
Estaba oscuro, hacia frio y las probabilidades de encontrar a Naruto en las cercanías del bosque eran casi nulas. El hibrido había desaparecido horas antes y estaba consciente de que no respondería a su llamado
 
Sin embargo eso no le impidió salir en su búsqueda. Atravesó el puente con cuidado, agudizando lo más que le era posible sus sentidos. Desde la vista hasta el oído. Su labor se dificultaría más con el estado actual de Naruto, buscar a un individuo con rasgos animales era fácil, pero buscar a un pequeño zorro de cuya especie estaba seguro habría decenas, seria empíricamente improbable
 
De pronto, se dio cuenta de algo. Tras caminar por las inmediaciones laterales del bosque, junto a la carretera. El enfado y la decepción se habían esfumado por completo, no importaba cuantas veces tratara de engañarse a sí mismo, no buscaba a Naruto para reprenderlo y mucho menos para golpearlo, seria estúpido hacer algo así cuando sabía de antemano que con ello no recuperaría sus escritos
 
Buscaba a Naruto porque estaba preocupado por él, y la angustia crecía a medida que los minutos pasaban. Sopesó la posibilidad de que Naruto hubiera vuelto a la cabaña y cuando se dispuso a darse la vuelta, lo que vio lo petrificó
 
Un enorme lobo grisáceo lo miraba fijamente, fiero y en posición de ataque. Sasuke permaneció inmóvil, aun cuando la alarma de peligro inminente estuviera haciendo estragos en su interior
 
El lobo gruñó, dejando al descubierto los afilados colmillos, se estaba preparando para atacarlo. Una presa acorralada cuyo raciocinio le impidió tomar algún objeto ajeno a la linterna para protegerse a si mismo
 
Un error que por lo visto le costaría caro
 
El animal se acercó, Sasuke retrocedió un paso. Las hojas de los arboles se mecieron y antes de que pudiera enfocar la mirada, un pequeño zorro rojo se abalanzó sobre el animal que amenazaba su integridad física
 
Astuto, el zorro trepó por el cuerpo del lobo, posicionándose en el lomo para morderlo con fuerza
 
Un aullido gutural se prolongó durante varios segundos. Sasuke miraba incrédulo la escena, sin terminar de digerir lo que estaba pasando
 
El cuerpo del pequeño zorro se balanceaba de un lado al otro mientras el lobo se sacudía para quitárselo de encima
 
Sasuke salió de su ensimismamiento y se dispuso a buscar algo con que defenderse. Rocas, ramas, tomó todo lo que estuvo a su alcance. Arrojó las piedras al rostro del animal, cuidando su puntería para no golpear al zorro que difícilmente continuaba aferrado al lomo grisáceo
 
El zorro cayó irremediablemente al suelo y la rabia del lobo era tal que la saliva escurría por sus afilados colmillos
 
Asió con firmeza la rama pero no tuvo tiempo de golpear al animal cuando el sonido de un claxon resonó a la distancia. El ensordecedor ruido fue más que suficiente para espantar al animal que, asustado y confundido, volvió a adentrarse en el bosque
 
El auto siguió su recorrido, ignorando la escena que se suscitaba y al individuo que acaba de salvar de manera inconsciente
 
Sasuke respiraba agitadamente, la adrenalina y el temor persistían pero se forzó a acercarse hacia el pequeño zorro rojo que yacía inmóvil en el suelo
 
Lo tomó entre sus brazos y lo acercó a su cuerpo. Un alivio inmenso lo tranquilizó al escuchar la acompasada respiración
 
Acarició el fino pelaje y retomó su camino de vuelta a la cabaña
 
Las horas siguientes no pudo dormir. Su atención estaba fija en el zorro que dormitaba sobre el sofá, confiaba en que Naruto despertaría pronto y ni bien se ausentó del estudio para buscar alguna manta, suaves quejidos lo hicieron devolverse sobre sus pasos
 
El hibrido se removía incomodo en el sofá, quejándose seguramente por el golpe que se había dado al caer bruscamente del lomo del animal
 
Deprisa, se encaminó hacia él, temiendo que la herida fuera grave. Desafortunadamente no disponía de lo necesario para curarlo esta vez, si la herida era en la cabeza era menester que lo atendieran en un hospital, meditó en ello al dirigirse al baño por el botiquín de primeros auxilios
 
Cuando volvió, Naruto había despertado. Su forma hibrida en su esplendor y leves vestigios de insomnio asomando bajo sus hermosos ojos azules
 
-Naruto- nombró despacio, esperando que el muchacho lo reconociera. Tal vez seguía molesto por lo del día anterior
 
Naruto se espabiló rápidamente, miró asustado en todas direcciones como si el peligro inminente siguiera allí, sin embargo solo pudo encontrarse con las abisales pupilas que lo tranquilizaban
 
Su semblante denotó un deje de aflicción al haber recordado algo, Naruto salió rápidamente de la cabaña y ni los constantes gritos de Sasuke lo frenaron
 
Esta vez el Uchiha no dudó en acudir en su búsqueda, ya había amanecido pero aun no sabía que tan grave era la herida de Naruto, su brazo había sanado en un par de días, no obstante la contusión podía ser delicada en esta ocasión
 
Al no verlo en el lago, fue hasta el puente que dividía ambos segmentos. El espeso follaje se le antojó temible
 
Apenas llegó a medio camino cuando divisó a Naruto a la distancia
 
Decidió esperarlo y su sorpresa fue grande al observar lo que Naruto traía en sus labios
 
Vallas y frutos secos cayeron al suelo cuando Naruto abrió la boca. Sasuke observó atónito las ramas pero no pudo preguntar cuando Naruto alzó una mano frente a él
 
La diminuta memoria estaba ahí, y Sasuke se reprochó a sí mismo por sus conjeturas anteriores pero eso no le impidió preguntar
 
-¿Por qué…?
 
-Aquí está la comida- le aclaró Naruto con una notoria sonrisa de satisfacción en los labios al tiempo que señalaba las ramas. Sasuke tragó pesado al escucharlo, Naruto no se había ausentado para evadirlo, tan solo había ido a buscar alimento. –No te vayas- mas que petición sonó como a suplica
 
Sasuke se acicaló el cabello hacia atrás, más que indeciso. No podía creer que Naruto realmente hubiera razonado lo que le había dicho anteriormente hasta el punto de buscar una solución a ello
 
-Tu herida- desvió el tema, halando del brazo al rubio hacia su cuerpo para inspeccionar su cabeza. Las orejas cobrizas no presentaban ninguna herida y cuando Sasuke retiró algunos mechones dorados, solo consiguió una suave risa como respuesta. -¿Por qué me ayudaste?- quiso saber, mirando fijamente los brillantes ojos celestes
 
-Porque estabas en peligro- respondió Naruto, alzándose de hombros. –Como la primera vez que te vi y el lobo quería atacarte…
 
Las palabras hicieron eco en el Uchiha, recordó cómo semanas atrás presentía que lo seguían y su teoría no había sido errónea. Naruto no era quien lo seguía sino un lobo y había sido el hibrido quien lo defendió, ahora entendía de donde provenía la herida en el brazo de Naruto
 
Trató de calmarse, de evitar exteriorizar la sorpresa tras enterarse de un hecho tan insólito como ese
 
Abrazó con fuerza a Naruto, maldiciéndose una y mil veces por su actitud pasada. Naruto solo trataba de protegerlo y él en cambio había pensado en golpearlo por una estupidez sin sentido
 
-Quiero que vengas conmigo- susurró, aspirando el aroma que despedía el cabello rubio. Naruto lo abrazó con más fuerza, asintiendo ante lo dicho
 
-.-.-.-.-
 
El sol ya se ocultaba para cuando abordaron el taxi que los llevaría a la ciudad. Sasuke miraba desinteresadamente por la ventana, tenía sus dudas con respecto a su decisión pero no pensaba retractarse. Solo debía ser excesivamente cuidadoso, inicialmente tenía previsto quedarse una semana solamente. Entregar la memoria con la novela correspondiente y hacerse de información en la biblioteca. Sería un suplicio tener que lidiar con el hiperactivo hibrido que actualmente se movía de un extremo al otro, observando curioso el camino
 
Tanto alboroto en la parte trasera atrajo inevitablemente la atención del chofer, quien, un tanto molesto por el constante movimiento, echó una mirada por el espejo retrovisor
 
Las abisales pupilas se entornaron cuando Sasuke se supo observado. Dirigió sigilosamente su mano hacia la cintura de Naruto y de un rápido tirón en la holgada playera marina, lo forzó a sentarse
 
Naruto emitió un suave gruñido de inconformidad. Trató en vano de levantarse pero Sasuke lo tenía bien sujeto de la cintura, impidiéndole hacer mayor movimiento que no fuera el leve forcejeo que rápidamente cobró intensidad
 
-Naruto…- resopló con fastidio. El aludido no dejaba de mecerse de un lado al otro, buscando liberarse del agarre, provocando que la gorra negra se ladeara
 
El chofer prestó mayor atención y Sasuke no tardó en acorralar a Naruto contra el asiento. Cerró los ojos y apresó los labios del rubio con fuerza. Su plan dio resultado puesto que el hombre robusto desvió nuevamente su atención, carraspeando incomodo
 
Ajustó firmemente la gorra y le dirigió una mirada de reproche. Dos horas partiéndose la cabeza para idear una forma de ocultar los rasgos zorrunos y Naruto lo estropeaba en menos de cinco minutos. Afortunadamente no había pasado a mayores, aunque Sasuke no estaba seguro de poder lidiar con la conducta de Naruto en la ciudad
 
Naruto rasgó el asiento en repetidas ocasiones
 
"Compórtate, no hables mucho y muévete poco"- las advertencias de Sasuke seguían haciendo eco en su mente pero le era imposible acatarlas. Sobre todo con esa sensación de picazón recorriéndole el cuerpo, producto de la ropa que le pusiera Sasuke minutos antes
 
Quería salir corriendo y al mismo tiempo quería llegar. ¿A dónde?, no tenía idea pero Sasuke le inspiraba confianza. Hacía meses que habitaba en la inmensidad del bosque. Había despertado una noche, entre el rocío nocturno y el murmullo insistente de otros animales. Sus recuerdos eran confusos y solo su nombre prevalecía entre el velo de amnesia que lo rodeaba
 
-Casi llegamos- murmuró Sasuke al cabo de varios minutos que, para el rubio parecieron eternos, pese a la estupefacción que le ocasionaba mirar los enormes edificios que se erigían como frondosos arboles
 
Las luces de neón de los locales lo hicieron estremecer y de pronto el miedo lo embargó. Estaba en terreno desconocido y aunque el panorama no le desagradaba, comenzaba a sentirse inquieto
 
Se puso de rodillas sobre el asiento para observar por el cristal a sus espaldas. El verde prado se había convertido en un plano y curvilíneo camino de asfalto. Sin arbustos para ocultarse, sin agua para beber y lo más importante, sin animales. Porque él amaba perseguirlos por diversión, acecharlos a la distancia y permitir que sus instintos hicieran el resto
 
Se apegó lo más que le fue posible al cuerpo de Sasuke, quería regresar y ni siquiera llegaban…
 
Las facciones de Sasuke se suavizaron cuando Naruto comenzó a frotar su mejilla contra su playera. Se veía indefenso, asustado
 
Rodeó su cuerpo con los brazos en un intento por transmitirle protección. Naruto desconocía el entorno y esa cuestión era riesgosa, aunado al hecho de no saber cómo reaccionaría ante el bullicio urbano
 
Después de pagar, bajó del vehículo y le extendió la mano al rubio que, ladeó la cabeza, confundido. Sasuke dejo escapar un improperio al tiempo que lo halaba del brazo
 
Naruto se asió fuertemente de su cuerpo cuando estuvo afuera, un abrazo asfixiante y leves vibraciones que evidenciaban su temor al saberse expuesto. Sasuke se mantuvo inmóvil unos segundos, cuestionándose de nueva cuenta si había sido un pésimo proceder de su parte el llevar a Naruto consigo. Pero en esos momentos el alivio que embargaba su cuerpo no le permitía razonar del todo en sus burdas contradicciones. Estaba en la ciudad, más específicamente en su hogar. Las baldosas de concreto producían la característica y hueca resonancia bajo sus pasos. Asimismo, el estrepito producido por los transeúntes, los vehículos en movimiento y demás algarabía surtieron un efecto contrario en su persona
 
Mientras Naruto estaba aterrado él se sentía sumamente feliz. Fuera por saberse de vuelta en casa o porque ya no había fuerza ni ley física que lo hiciera dudar de la existencia de Naruto lo que generaba su actual estado, no importaba, las dudas eran superfluas y el hibrido seguía siendo un ente tangible. Estaba ahí, a su lado, aferrándose a su brazo como si la vida se le fuera en ello
 
Se detuvo al percatarse del grado de egoísmo que guiaba sus pasos
 
-Nada malo va a pasarte- se vio tentado a decir al divisar el pórtico de su casa. Sin embargo, el estado de aturdimiento de Naruto lo instó a callar y continuar su camino. Los breves metros que lo separaban de su hogar. Sabía de antemano que Naruto no comprendería sus palabras, al menos no en ese momento, con el corto lapso de tiempo junto al hibrido se había dado cuenta de que las acciones influían mas en Naruto que las palabras
 
Con dificultad logró abrir la puerta. La única decisión acertada había sido la de dejar el resto de su equipaje en la cabaña, con ello le había dado a entender a Naruto que regresarían, su estadía en la ciudad seria temporal, o al menos quiso convencerlo de ello. Porque interiormente pretendía quedarse, encontraría la forma de mantener a Naruto lejos de la vista de los curiosos, lo adaptaría a su medio y le enseñaría sus costumbres, sería cuestión de tiempo para que Naruto se adaptara
 
Entró y encendió las luces. La silueta de la pelirroja fue lo primero que acaparó tanto su atención como su enojo
 
-¡Sasuke!- la chica corrió a su encuentro pero se vio obligada a reprimir el abrazo al reparar en el estorbo junto al Uchiha. Se acomodó las gafas y observó con detenimiento al intruso
 
-Karin…- le impidió continuar con el minucioso análisis al sujetarla de los hombros. Naruto los miró con aires inquisidores, tan atento que por un segundo Sasuke creyó que se enteraría de la inminente atracción que sentía la pelirroja por él
 
-¿Quién es él?, no lo había visto- masculló la chica, desviando su atención hacia el apuesto moreno que la miraba imperturbable
 
Sasuke aspiró profundo antes de decirse a evadir deliberadamente el tema. En primera instancia porque odiaba que se inmiscuyeran en sus asuntos, sobre todo si se trataba de su obsesiva secretaria, y en segunda, porque se estaba arriesgando demasiado
 
-Mis llaves- extendió su brazo, esperando respuesta inmediata. Y así fue, Karin hurgó entre los bolsillos laterales de la ajustada falda negra antes de entregárselas. –No vuelvas a tocar mis cosas- amenazó, endureciendo la mirada. No era la primera vez que la pelirroja hurgaba en su oficina. La copia extra de sus llaves le habían sido otorgadas tras varios encuentros íntimos pero ya no más. Su interés por ella se había ido en declive, aunque interiormente estaba al tanto de que nunca sintió nada por Karin. Solo era un escape a su aburrida monotonía y actualmente estaba siendo cubierta de un modo más agradable y enigmático
 
-Quería darte una sorpresa- aclaró ella, rodeando el cuello del moreno con ambos brazos. Naruto emitió una queja apenas audible a sus espaldas. –Llamé a Jirobo para saber cuándo regresabas
 
Sasuke frunció el entrecejo ante la cercanía de la pelirroja
 
-Estoy ocupado- la empujó con suavidad. –Tengo que corregir el manuscrito y…- un fuerte ruido proveniente de la cocina silenció sus palabras. –Vete- señaló la puerta al reparar en la ausencia de Naruto
 
-¿Cuándo podemos…?
 
-Terminamos- tajó, cerrando la puerta una vez que Karin la hubo cruzado. La referencia era errada, nunca había sostenido ningún tipo de relación que no fuera más allá de los fortuitos encuentros con ella. El término "noviazgo" le seguía resultando ridículo y superfluo
 
Avanzó rápidamente hacia la cocina. Vio a Naruto revisando la alacena, los cajones abiertos y varios cubiertos en el suelo
 
-¡Naruto!- bufó molesto, reparando en el desorden
 
El susodicho volvió el rostro en su dirección, sosteniendo entre sus labios una bolsa de pasta cruda. Los instintos hacían gala de nuevo. Lo básico seria enseñarle a pedir las cosas, el dilema era ¿Cómo?
 
Inconforme, se encaminó hacia el hibrido para quitarle el sobre de la boca y ponérselo en las manos
 
-Debes tomar las cosas de esta forma- señaló impertérrito. –Ahora date la vuelta- Naruto obedeció sin chistar, tenía hambre pero la expresión de Sasuke lo forzaba a actuar sumiso
 
Se aferró del borde de la mesa cuando los pantalones le fueron retirados. Sasuke se acuclilló para retirar con sumo cuidado la venda que rodeaba la pierna izquierda de Naruto
 
Pronto la esponjosa cola se vio liberada. Naruto suspiró mientras acariciaba su extremidad. Sasuke lo observó en silencio, intuyendo el dolor que debía estar experimentando Naruto. Con cautela, le quitó la gorra
 
-Estás sucio- fijó entonces su mirada en el cabello dorado, vestigios de polvo y partículas de hojas secas se apreciaban sobre el mismo, opacando la tonalidad rubia que le resultaba tan atrayente como extraña, tal vez por el hecho de que las orejas cobrizas desentonaran
 
Decidió prudente darle un buen baño. Y así lo hizo, después de pedir a domicilio dos órdenes de arroz con vegetales y asombrarse por la velocidad en que Naruto engullía el alimento
 
Y ahora frente a la puerta del baño, trataba inútilmente de meter a Naruto en la bañera que previamente había llenado con agua tibia
 
-Entra de una vez- se desesperó, jalándolo con insistencia de la cintura. Naruto se había aferrado del resquicio de la puerta con tanta fuerza que le era imposible apartarlo de ella. –El agua va a enfriarse
 
Pero Naruto no lo escuchaba, su cuerpo tiritaba de frio al encontrarse completamente desnudo y en una habitación tan húmeda como ventilada. En el bosque el clima era mucho más cálido y por las noches bastaba con hacerse de un abrigo de hojas secas o resguardarse en aquel sitio cuyos recuerdos se desvanecían también
 
-Si no lo haces me iré- ante las últimas palabras, Naruto se soltó de súbito, provocando que el Uchiha cayera de espaldas. –Joder, tú…- no pudo seguir hablando cuando Naruto le pasó por un lado para meterse a la bañera
 
Lentamente adentró las piernas y la temperatura lo animó a introducir el cuerpo entero
 
Sasuke se puso de pie, ignorando el creciente dolor en su cuerpo. Sabía que tenía que ser paciente con Naruto y le resultaba un tanto irónico el hecho de que tuviera que amenazar al rubio con su partida para instarlo a realizar actividades tan simples, tales como el aseo o la merienda en silencio
 
Lo observó jugar con el agua, salpicando una y otra vez con ambas manos
 
Más relajado, tomó el shampoo y tras verter una pequeña cantidad se decidió a frotarlo sobre el cabello rubio
 
-Cierra los ojos- se acomodó a un costado de la bañera para verificar que Naruto acatara las instrucciones. El rubio apretó fuertemente los ojos, los caninos sobresalientes en las comisuras de sus labios y la posición curiosa en la que se encontraba lo hicieron perderse unos momentos en la exótica belleza que poseía el muchacho
 
Más extraño continuar usando dicha referencia para el ser que adquiría forma de zorro en las noches de luna nueva
 
Seguía confundido, quería saberlo todo de Naruto pero el rubio no cooperaba y él comenzaba a impacientarse
 
Si era cierto que Naruto no recordaba más de la escasa información proporcionada, en dado caso podía optar por otras alternativas para averiguar algo, cualquier cosa de su pasado
 
El pensamiento de inducirlo bajo hipnosis ya no le parecía tan descabellado. Sin embargo no podía fiarse de nadie. No permitiría que cualquier persona se relacionara con Naruto, mucho menos que se diera cuenta de ciertos rasgos animales que evidenciaban su verdadera naturaleza
 
Quizás si investigaba sobre dicha rama. Si se abastecía con la suficiente información para llevar a cabo una sesión similar, podría obtener varios datos del subconsciente de Naruto
 
No obstante, no podía dejarlo solo. Tendría que llevarlo consigo a la biblioteca, solicitar los libros necesarios y retirarse a la brevedad posible, antes de que Naruto armara un alboroto de gran escala
 
-Mañana saldremos- musitó, vaciando el recipiente con agua sobre la cabeza de Naruto, este se removió incomodo dentro de la tina. –Trata de comportarte esta vez. Nadie va a lastimarte si te quedas a mi lado
 
-Sasuke…- Naruto salió de la bañera y se sacudió el exceso de líquido. El aludido lo miró arqueando una ceja, parecía que la conversación mutua fluiría esta vez. –Quiero que regresemos…
 

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