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Phenomenon por RLangdon

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Su razonamiento distaba mucho de funcionar. Sasuke lo supo cuando el chico rubio de embriagante belleza comenzó a engullir la pasta instantánea frente a él como si no hubiera un mañana
 
Ansioso por dar inicio a la retahíla de cuestionamientos que amenazaban con hacerle perder la lucidez del momento, entrelazó ambas manos bajo su barbilla. Su mirada atenta no abandonó ni por un segundo los delicados y felinos rasgos del rubio
 
Viéndolo de cerca, logró apreciar tres ligeras y apenas perceptibles marcas asimétricas a cada lado de sus mejillas. Los dientes relucientes sobresalían en cada extremo cercano a las comisuras de los labios, al menos los caninos, cuya diminuta punta era perceptible aun cuando el muchacho tenía la boca cerrada
 
Afilados en la punta y tan blancos como las páginas de imprenta que Suigetsu le entregaba de vez en cuando para que anotara cualquier pensamiento circunstancial para un nuevo escrito
 
El bello adonis de piel trigueña tenía mucho apetito, ese hecho no le había pasado desapercibido, por el contrario, verlo hurgando en su valija en búsqueda de comida, además de fastidiarlo, había ocasionado que un efímero sentimiento de empatía se apoderara de su cuerpo
 
De haberlo visto tomar alguna de sus pertenencias no habría dudado en darle una buena paliza antes de entregarlo a las autoridades. Empero no era así, el muchacho buscaba comida, algo con que saciar su apetito. Y aunque a esas alturas su raciocinio parecía fragmentarse debido a la "casual" y ciertamente improbable coincidencia con el animal que había recogido la noche anterior, Sasuke prefirió no ahondar en el tema. Le había ofrecido una muda de su ropa al chico y no podía negar que le sentaba de maravilla, un poco floja la playera azul marino pero fuera de eso lucia bastante…decente
 
Dentro de lo que cabe, no podía negar que el muchacho era lindo, aun si sus modales eran demasiado grotescos para su gusto. Sasuke había tenido que mirar hacia otro lado cada vez que el rubio hundía su rostro en el plato para sorber el líquido
 
Espero. Fue paciente y se dispuso a esperar, que el chico saciara su apetito antes de bombardearlo con las decenas de preguntas que venían agobiándolo minutos antes
 
Una vez que sorbió el último fideo. Sasuke hizo ademan de que esperara. El rubio ladeó la cabeza, sin comprender aquella extraña seña
 
Creyendo que había sido llamado, se levantó de súbito y siguió con sigilo al apuesto pelinegro hacia una de las habitaciones
 
-Te dije que esperaras sentado- Sasuke bufó al tener a sus espaldas al rubio, quien, curioso, trataba de ver por encima de los hombros del pelinegro
 
Haciendo acopio de su autocontrol, tomó el botiquín de primeros auxilios y volvió sin más miramientos hacia la sección que él mismo había designado como el comedor, ya que, disponía de lo básico para ser uno. Amplia mesa, tres sillas, un mullido sofá grisáceo, solo faltaba el televisor pero se encargaría de eso después
 
-Bien- se sentó frente a la mesa y colocó el botiquín encima. –Primero lo relevante, ¿Cómo te llamas?- ni bien pronunció lo ultimo dirigió una penetrante mirada al rubio, este se sentó con un semblante de evidente confusión. –Tu nombre…
 
Y ante aquellas palabras, Naruto sonrió, dejando al descubierto los afilados caninos
 
-Naruto- afirmó con un movimiento de cabeza
 
Sasuke se dispuso a inspeccionar el contenido del botiquín. Preguntándose a su vez si aquel bello muchacho padecería de algún retraso mental
 
-Me llamo Sasuke- comentó escueto, sacando una venda y una botella de agua oxigenada
 
Curioso, Naruto miró los utensilios, sin poder evitar que el nombre del pelinegro se repitiera incesantemente en su cabeza, como si se tratara de alguna mantra. Quería recordarlo, no sabía exactamente porque pero sentía la necesidad de hacerlo
 
-Dame tu mano- ordenó secamente. Naruto se inclinó al tener la palma de Sasuke cerca de él
 
Antes de que pudiera preguntar, Sasuke lo sujetó con cuidado, pasando a humedecer la herida con el agua oxigenada
 
Sin estar preparado para el dolor, Naruto se quejó, sus facciones se tensaron un poco pero Sasuke actuó rápido y con unos cuantos movimientos enrolló la muñeca lastimada
 
-Con eso bastara- dijo, mas para sí mismo que para Naruto. –Prosigamos, ¿Cómo llegaste aquí?- inquirió mas serio que antes. Interiormente tenía una hipótesis pero quería descartarla inmediatamente. No era ignorante, ni mucho menos. Aun creía que se hallaba sumido en su letargo, bajo el influjo del sueño. Sopesó la banal idea de que despertaría y de pronto se daría cuenta que todo había sido irreal, una utopía creada por su retorcida mente, quizás estaba excitado y sus ojos le hacían ver lo que quería ver. Porque sinceramente, no encontraba mayor desperfecto en Naruto que no fuera su lenta capacidad para asimilar las cosas
 
Naruto observó el periódico junto a la puerta antes de decidirse a contestar
 
-Creo que tú me trajiste- respondió confundido, mirando con extrañeza la venda en su mano. El dolor comenzaba a desaparecer, siempre lo hacia después de un rato
 
-No- Sasuke negó despacio, rehusándose a aceptar lo vivido la noche anterior. Aun si había pruebas físicas se negaría a aceptar ese hecho. Él había llevado a un zorro a su casa, a un animal salvaje y herido que no había hecho mayor ruido durante la noche que no fueran un par de quejidos, seguramente por el dolor en su extremidad. –Yo no te traje, tú entraste
 
-Te seguí…
 
Apenas un quedo murmullo provocó que un ligero escalofrío recorriera su cuerpo. Recordó haber percibido algún sonido de extraña procedencia a sus espaldas cuando se dirigía a la cabaña, justo segundos antes de que decidiera detenerse y corroborar de donde provenía la acompasada respiración a sus espaldas
 
Una oleada de incertidumbre lo obligó a caminar de un lado al otro del comedor. Pensando, analizando…o tal vez solo esperando a que el sueño terminara. De ser así solo debería cumplir lo que su fantasía bizarra le exigía
 
¿Entonces por que sentía que no debía?
 
Había algo en ese rostro de aire infantil que lo hacía dudar
 
-¿Por qué me seguiste?
 
Podía seguir la lógica o dejarse arrastrar por esa falsa utopía…decidió lo segundo
 
Naruto torció levemente los labios, como si la pregunta lo hubiera ofendido. Avanzó con astucia hacia la valija para hurgar de nuevo
 
-Naruto…
 
-Tenía hambre- con una amplia sonrisa, sacó otro panecillo
 
Decepción, frustración, desilusión. Sasuke no supo a la perfección cual sensación lo recorrió entero al escuchar la confirmación. Aun si aquella desquiciada historia era real, no le había agradado saberse seguido únicamente por sus pertenencias, por esos estúpidos panecillos franceses con chispas de chocolate que a menudo solía comprar en la cafetería junto al edificio donde laboraba
 
Creyó… ¿Qué fue lo que creyó?, ni él mismo lo sabía. Deseaba que fuera otro el motivo que orilló a tan singular y exótico muchacho a seguirlo
 
-Correcto- su voz se distorsionó un poco pero no dejo entrever su latente decepción. -¿Y ahora vas a decirme que eras el zorro que recogí ayer en la carretera?- preguntó irónico
 
Naruto entreabrió un poco los labios, mostrando otra vez los finos colmillos, sin embargo Sasuke se adelantó a silenciarlo, negando repetitivamente con la cabeza como si no deseara escuchar la respuesta
 
-Olvídalo, es una locura, no te creo nada
 
Y sin embargo quería saber. Tenía tantas dudas que no lograba asimilar una cuando otra nueva interrogante se formulaba en su interior
 
-Me pica- masculló Naruto, rascándose con su mano izquierda bajo la playera. Una sutil sonrisa se delineó en los labios de Sasuke
 
-Quítatela…
 
La sugerencia fue acatada con tal velocidad que los reflejos de Sasuke se vieron opacados al tener en su rostro su propia prenda, que ahora despedía una extraña esencia masculina
 
Posiblemente el aroma del bosque se había impregnado en la piel de Naruto, no obstante, ese aroma era único, extrañamente atrayente y bastante eficaz para encender su libido de nueva cuenta
 
-¿Quieres que me vaya?- la suave voz de Naruto lo devolvió a la realidad, o a su utopía, lo que fuera. Sasuke se mordió el labio inferior, genial, el chico comenzaba a razonar, incluso más rápido que él
 
Claro que quería que se fuera, lo estaba confundiendo y atolondrando con más facilidad de la que alguna vez sus compañeros de trabajo lograron hacerlo
 
Un debate mental cobró fuerza cuando Naruto le sonrió coqueto desde el sofá
 
"Di que si, di que si, di que si"
 
-No…- sus labios parecieron actuar por si solos y a pesar de ello su voz sonó tan solemne y firme como si de un juramento se tratara
 
Expectante, Naruto se puso de rodillas para mirar por la ventana, centrando su atención en la inmensidad del claro cielo cuyas nubes blancas se mecían con suavidad, movidas por el viento vespertino
 
Sasuke observó extrañado y visiblemente confundido como Naruto contaba en voz baja, ayudándose con los dedos
 
-¿Qué haces?- quiso saber
 
Deteniendo el conteo, Naruto se sentó
 
-¿Cuándo hay luna nueva?- inquirió a su vez. Sasuke resopló, detestaba que no respondieran sus preguntas y encima tuvieran la insolencia de interrogarlo a él. No obstante, suspiró derrotado, Naruto tenía cierto efecto tranquilizador en él que no le había pasado desapercibido en ningún instante
 
-Dentro de tres días- respondió apático, tras echar una fugaz mirada al calendario de la entrada
 
-En ese tiempo me iré
 
Já. Tenía que ser una jodida broma, ¿desde cuándo un intruso tenía el derecho de decidir cuántos días quedarse en casa ajena?
 
Contrariado, Sasuke negó en ademan
 
-Te irás cuando yo quiera- tajó, cruzando los brazos sobre su pecho. Nuevamente los diminutos colmillos resaltaron bajo la luminiscencia del foco, Naruto lo observó desde su lugar con una mueca similar a una sonrisa
 
-¿Será antes o después?
 
-Cuando yo quiera, he dicho- sentenció, dirigiéndose a una de las sillas para comenzar a redactar. Extrañamente la inspiración le había llegado de golpe, como si el simple hecho de contemplar los ojos azules hubiera despertado su, hasta ahora, adormilada inspiración
 
No quería atormentarse con idioteces, cosas sin importancia. Seguramente todo tenía una explicación, desde el encuentro con ese zorro hasta el hermoso ser que ahora lo reemplazaba
 
¿Era Naruto obra de su imaginación también?
 
De ser así, deseaba que esa fantasía no se extinguiera nunca. Ansiaba tocarlo pero tan pronto la idea llegaba a él, la desechaba por otra más atrevida y menos pudorosa. Sin darse cuenta sus dedos comenzaron a teclear bajo el preludio de sus voces internas
 
Sasuke miraba de vez en cuando en dirección del sofá. Absolutamente maravillado de que la figura no hubiera desaparecido. El torso del menor estaba expuesto y el hecho de que Naruto le devolviera la mirada con la misma intensidad que él, solo lo calentaba más y más
 
"Y los cerezos ríen
 
Y las azucenas lloran…"
 
Palabra tras palabra ya había alcanzado la decima pagina. Una gota de sudor se deslizó por su sien, se forzó a detenerse, percatándose del paso de las horas
 
Su cruel mente de escritor lo había llevado a añorar una situación surrealista, en la cual, los únicos participes eran él y Naruto
 
Desvió su mirada hacia el susodicho. El rostro taciturno lo hizo experimentar un cumulo de emociones. Estaba ahí, Naruto, su bella fantasía seguía en el sofá, recostado de lado y durmiendo cual hermoso ángel
 
Lentamente se acercó para apreciar detenidamente el rostro dormido. Ansió despertarlo, quiso volver a cuestionarle las mil y un preguntas que no lo dejaban tranquilo, y sin embargo decidió callar
 
Era lo prudente, al menos por ahora
 
A punto de retirarse, el extraño tono cobrizo que desentonaba con los mechones rubios llamó su atención. Sasuke se inclinó para observar detalladamente aquellos cabellos rojizos pero su impresión fue tal que se mantuvo estático unos instantes
 
Nuevamente creyó soñar, estar sumido en una insana fantasía
 
No eran mechones de cabello, el pelaje cobrizo que sobresalía entre los mechones dorados eran las puntas de dos orejas, no humanas lógicamente. Cuando quiso darse cuenta, ya se hallaba inspeccionando el cuerpo de Naruto, desde el cuello hasta los pies
 
Un nuevo descubrimiento lo hizo exclamar un improperio, provocando que el rubio se removiera incomodo sobre el sofá, seguramente su sueño se había turbado por el ruido, pero era imposible mantener silencio cuando los ojos oscuros estaban presenciando ni más ni menos que una larga cola oculta por lo cojines del sofá
 
Boqueó un par de veces, sin conseguir decir algo coherente. Se pellizcó a sí mismo, corroborando con horror que no estaba soñando. Frente a él se hallaba profundamente dormido una bella criatura, mitad humana, mitad animal. Aunque los rasgos actuales se encargaran de relucir la segunda esencia de ese ser
 
Sin pretenderlo ni pensarlo, se apartó del cuerpo de Naruto, dándose el lujo de contemplarlo en esa apacible calma
 
¿Por qué le atraía algo así?, podía tratarse de una clara falta de prejuicio pero aunque así fuera, Naruto poseía algo que lo había hecho replantearse sobre su orientación sexual en cuestión de minutos
 
-¿Qué eres?...
 

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