Sasuke se encontraba leyendo la última carta que su adorado rubio dejó escrita para él, lágrimas escapaban de su rostro al leer cada una de ellas.
Maldecía en voz baja al no haberse dado cuenta de lo que le pasaba a su amor, saber que a quien amaba ya no estaría con él le destruyó de una manera inigualable, algo que no comprendía bien.
Si al menos se hubiera dado cuenta a tiempo, habría ayudado al rubio con su enfermedad, si al menos lo hubiera ayudado su rubio aún estaría con él, tal vez acostados en la cama, o en el jardín tomando algún jugo mientras están tomados de las manos, pero no.
Ahora él se encontraba lejos, en un lugar mejor, eso le reconfortaba, al menos su rubio amor ya no sufriría más. El recordar su brillante sonrisa le reconfortaba.
En la oscuridad de su habitación se encontraba, vestido de negro.
No había pasado más de unos días del entierro del rubio cuando el mejor amigo de él, un tal Kiba, llegó a su casa con una pequeña caja que según él aseguraba se la dejo Naruto cuando aún estaba vivo.
- Toma - Sasuke le veía aún sin entender - Naruto me dijo que te la entregará después de su entierro - terminó por decir entregando la pequeña caja a Sasuke quien la recibió con lágrimas queriendo salir de sus ojos.
- Gracias - trato de decir pero más bien sonó como un susurro, un susurro ahogado por las ganas de querer llorar.
- No agradezcas Sasuke, sabes que haría todo por Naruto y ahora por ti, se que este no es un buen momento pero - Kiba suspiró y luego siguió hablando - quiero que sepas que cualquier cosa que se te ofrezca, no dudes en llamarme - Sasuke sólo pudo asentir con la cabeza. Sabía que aquel chico apreciaba tanto a su esposo, tanto como para apoyarlo en sus últimos días, algo que desea hubiera hecho él, al menos estaba tranquilo de saber que su esposo tuvo un amigo que lo acompañó en esa dura batalla.
Una vez se hubo ido Kiba, Sasuke se fue a su habitación y se sentó en el borde de la cama, daba gracias a sus padres quienes se llevaron al pequeño Kiyoshi a pasar todo el fin de semana con ellos, Sasuke no quería que su pequeño lo viera en ese estado, llorando aún por la pérdida de su padre.
Con manos temblorosas abrió la caja encontrándose con algunos sobres de color naranja - El color favorito de Naruto - pensó Sasuke.
Tomó uno de los sobres y vio que decía Razón 5, tomo otro sobre que decía Razón 10, siguió tomando los sobres hasta encontrar una que decía Mis razones, empezó a leer cada una de ellas, sonriendo entre ratos al leer las babosadas que su adorado rubio escribía.
En algunas soltaba una que otra lágrima por leer tanta cursilería, como él le llamaba, adoraba a su rubio y no lo negaría, le gustaba esa faceta de él. El que se expresara de esa manera por medio de unas cartas era lindo, sólo su rubio podía hacer esas cosas.
Seguía leyendo las cartas hasta llegar a la ultima, la ultima carta en donde se despedía de él, en donde le pedía que fuese feliz con alguien más.
- No puedo - soltó en un susurro - no puedo olvidarte Dobe - la lágrimas salieron de aquellos hermosos pozos azules y profundos.
~ Si puedes cariño, hazlo por nuestro pequeño ~ tal vez podrían llamarle loco por escuchar a su Dobe, pero prefería estar loco dejarle y olvidarle.
- No quiero hacerlo - siguió hablando sólo.
~ Tienes que hacerlo cariño, por favor ~ algunos pensarán que estaba hablando sólo, pero la cosa es que no, él estaba hablando con su rubio amor.
El rubio de alguna manera estaba con su Teme dándole fuerzas para que este le dejara partir a un lugar mejor en donde pueda descansar en paz.
Más lágrimas salían por aquel bello rostro.
- ¿Por qué me dejaste? - pregunto al aire.
~ Soy un idiota...
- Si que lo eres - una tonta sonrisa apareció en los labios del moreno.
~ Por favor Sasuke, sigue con tu vida, no te aferres a mí ~ de alguna manera Sasuke sufría a más no poder al pensar siquiera en olvidar a su amor.
- No puedo, no quiero - le decía a un alguien que no podía ver.
~ Hazlo por nuestro pequeño Kiyoshi el no merece vivir en el pasado ~ termino por decir.
- Kiyoshi - dijo en un susurró.
Después de eso Sasuke jamás volvió a escuchar la voz de su amado. El tiempo pasó y como quiso el difunto Naruto, Sasuke siguió con su vida, sin embargo no consiguió volver a enamorarse de alguien más.