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Piromanía por RLangdon

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Dentro del salón, Naruto se apresuraba a entregar las invitaciones. Había acordado invitar unos cuantos, pero cuando lo pensó mejor, decidió agregar a algunas personas más en caso de que uno o más de sus compañeros más cercanos no pudieran asistir. Tenía que haber al menos diez personas para que pudiera ser considerada una fiesta para él, y si lo veía desde su perspectiva, ni él ni Menma contaban.
 
-Gracias- uno a uno, le fueron  agradeciendo, tomando la respectiva invitación. Naruto se detuvo en la quinta y última fila, meditando que lo mejor sería hacer la fiesta en el vecindario y no en el pequeño departamento donde apenas cabrían unos cuantos. Miró dentro de la caja de cartón y quedó más satisfecho al ver que solo quedaban tres invitaciones más para terminar. Era un tiempo récord porque Iruka Sensei aun no llegaba.
 
Leyó fugazmente el nombre de los tres últimos sobres y estuvo a punto de arrepentirse de haberlos anotado. Sasuke, Ino y Sakura.
 
Sakura no le desagradaba, en realidad le había gustado en un comienzo, pero su agresividad lo había hecho recapacitar al respecto, además de que claramente no tendría oportunidades con ella, estaba prendidamente enamorada de Sasuke...al igual que Ino.
 
Era un dramático triángulo amoroso que, Naruto estaba seguro, no agradaría a Menma, en lo absoluto. Ya era suficiente con que tuvieran que lidiar con casi todo su salón de clases. A Menma no le gustaría para nada la idea cuando se diera cuenta que había faltado a su palabra de invitar a unos cuantos.
 
Más convencido y viendo la discusión que se estaba suscitando a metros de distancia, (donde el Uchiha era el centro de atención), Naruto optó por devolverse a su lugar, dejando la caja de cartón a un lado para tirarla más tarde. Sabía interiormente que Ino y Sakura no asistirían a su fiesta si no invitaba a aquel bastardo, pero ese era precisamente el problema. Naruto no comprendía cómo era que Sasuke lo había estado siguiendo un día antes, y mucho menos supo cómo fue que se enteró de su cumpleaños, era extraño y abrumador, tanto que prefirió descartar a esas tres personas de su lista de invitados.
 
-¿No piensas dármela?
 
Naruto se quedó estático al levantar la mirada y toparse con el serio muchacho que, mantenía su mano extendida hacia él. Fingió no darse cuenta de nada, y en cambio, colocó su goma de borrar en la palma del Uchiha, obteniendo por respuesta, un resoplido de inconformidad.
 
-¡Eh!, deja eso- Naruto trató de detenerlo cuando Sasuke rodeó su pupitre para tomar directamente uno de los sobres del interior de la caja.
 
-¿Te pone nervioso que asista?- preguntó el moreno y acto seguido, una sonrisa pérfida se extendió en sus labios.
 
-No, pero me molestaría si lo hicieras- Naruto se subió al pupitre con el único afán de retarlo, nadie jamás le había hablado de ese modo tan déspota y menos un arrogante frívolo como él. Entrecerró los ojos cuando Sasuke hizo lo mismo, demostrándole que no le tenía miedo y tampoco se consideraba inferior a él.
 
-Eres tan...- Sasuke trató de decir, pero ni siquiera concluyó la frase cuando Naruto se inclinó por completo hacia adelante, besándolo repentinamente, tan rápido que ninguno de los dos tuvo tiempo de cerrar los ojos.
 
-Oh, lo siento- Shikamaru se rascó la nuca al pasar junto a Naruto, lo había empujado accidentalmente por estar distraído.
 
Naruto se apartó en cuanto su mente comenzó a asimilar lo que estaba pasando, se bajó de un salto del pupitre y se limpió la boca una y otra vez sobre la manga de su camiseta, un acceso de tos le sobrevino poco después, pero a pesar de la sensación amarga, no quiso voltear a ver a Sasuke, tampoco iba a disculparse porque no había sido su culpa. Así que hizo lo más lógico que cualquiera en su lugar haría... correr. Tomar sus cosas para abandonar el salón de clases sin mayores explicaciones.
 
No obstante, sus planes se vieron frustrados al chocar de frente con Iruka.
 
-Siéntate, Naruto- exhaló el adulto, apuntando con uno de los marcadores el pupitre vacío. Naruto accedió de mala gana, y mientras el profesor se encargaba de anotar las fórmulas, los comentarios lo abordaron.
 
-L-Lo siento mucho, Naruto kun- la primera en disculparse fue Hinata. Naruto sonrió forzosamente, creyendo que sería el primer rechazo a su fiesta. –No lo...recordé. P-Pero prometo asistir.
 
Naruto suspiró aliviado por la aclaración.
 
-No te preocupes, Hinata. Espero verte más tarde.
 
La chica jugueteó con sus dedos, sin poder reprimir ya el evidente sonrojo que surcaba sus mejillas, asintió rápidamente y tomó su cuadernillo para tomar notas.
 
Cuando Naruto miró más hacia atrás, infló los mofletes. Kiba le devolvía una mirada de burla al tiempo que juntaba ambas manos en forma de títeres, recreando el beso accidental que se había dado con Sasuke. Frunció el entrecejo y tomó unas tijeras junto a otras de las invitaciones restantes. Un simple movimiento y el castaño dejó de reírse por lo bajo para volver a concentrarse en la pizarra, dando por sentado lo que Naruto haría con su invitación si seguía fastidiándolo.
 
El siguiente en abordarlo mediante un simple papelillo fue Shikamaru.
 
Naruto leyó la escueta nota con discreción para evitar ser reprendido por Iruka.
 
"Lo lamento, Naruto. No era mi intención empujarte, como tampoco tenía planeado asistir a tu fiesta, pero a modo de disculpa prometo ir... por lo menos un rato"
 
Los labios de Naruto dibujaron una sonrisa al arrugar el papel. Extrañamente acudirían más personas de las que hubo creído al principio, aunque sabía que no debía hacerse falsas ilusiones, al final podría no ir ninguno...
 
-De tus conocidos, ¿quién estará presente?- la pregunta de Shino lo hizo mirar atrás, sobre su hombro. Naruto se sorprendió genuinamente de que el raro y serio chico le hablara, en realidad ninguno de sus compañeros se había portado grosero con él, pero le resultaba grato ser el centro de atención por lo menos esta vez.
 
-Solo mi hermano...Menma- por alguna extraña razón, el simple hecho de mencionar su nombre, provocó en Naruto una sensación cálida, reconfortante. Anteriormente había pensado que todos lo rechazarían pero ni siquiera creer en ello lo afectó demasiado, por el contrario, por un efímero momento se sintió alegre de poder estar a solas con su hermano en casa, ambos divirtiéndose como solo ellos dos sabían hacerlo, aunque a veces Menma se excedía.
 
Y era eso lo que le angustiaba al invitar más gente, el saber que Menma no tenía demasiado autocontrol en sí mismo. Que había incendiado una gasolinera en construcción al anochecer por el simple deleite de ver el chisporroteo de las llamas. Ese era su hermano, libre de prejuicios y de cualquier vestigio de culpabilidad. Naruto recordaba haber llorado mucho aquel día, pensando que el pequeño perrito que mantenían amarrado a una reja aledaña, se había incendiado junto al resto de despojos de una construcción a medias.
 
Sin embargo se dio cuenta más tarde que el cachorro había sobrevivido, Menma lo había soltado para que escapara. Hasta ese momento Naruto no había puesto atención a nada, años atrás su hermano mayor le parecía un vil desalmado que gozaba de destruir cosas, pero en la actualidad lo veía de otra manera. Los recuerdos eran más nítidos y ya estaba consciente de muchas cosas que ignoraba en su niñez. Por ejemplo el estado en el que tenían al cachorro, estaba destruido, la piel se le pegaba a los huesos pero de cualquier manera seguía siendo muy adorable, tanto que él no le prestó atención a nada más que al lindo perrito.
 
Menma en cambio se había dado cuenta de todo mucho antes, era mayor y más maduro a pesar de que el deseo de destrucción estuviera indemne en él. Naruto comprendió entonces que Menma en ocasiones solía tener una razón para actuar de ese modo y aprendió a no juzgarlo, pero eso no evitó que se preocupara por él los años siguientes.
 
Una preocupación que ocultaba algo más. Algo de lo que se dio cuenta cuando Menma lo besó. Ahora se maldecía por no habérselo preguntado en el momento, le daría vergüenza tocar el tema de nuevo, sobre todo si se debía a algún malentendido o una simple broma de mal gusto. Terminaría pareciendo interesado y Menma tal vez de disgustaría por esa idea enfermiza.
 
¡Era su hermano! ¿Cómo rayos podía ocurrírsele que él, que ellos...?
 
-Iré- la respuesta tajante lo sacó de sus cavilaciones y lo hizo sonreír una vez más.
 
La mano de Naruto tembló un poco al tomar uno de los bolígrafos. Al menos ya le habían confirmado cinco personas y entre ellas...
 
Oh no, ese bastardo no debería presentarse. Seguramente lo haría quedar en mal con Menma, le diría lo bajas que eran sus calificaciones y el cómo trato de huir por un simple malentendido. ¿Y el beso?, ¿Qué diría Menma del beso?
 
Una mínima parte de él quería que Menma se enterara para poder ver su reacción y lograr sacarse esa idea enfermiza de la cabeza. Y es que Menma era tan indiferente en ciertos aspectos que, Naruto casi podía asegurar que efectivamente había sido una broma de mal gusto, y cuando su hermano se diera cuenta de que se besó, aunque fuera accidentalmente, con alguien más, quizá le obsequiaría algunos preservativos y se pondría a charlar por horas y horas como hacían los padres.
 
Curiosamente eso le molestó, y mucho.
 
**
 
-Lo de hace rato era broma- comentaba Kiba junto a él. Naruto frunció los labios y lo miró de reojo, sin dejar de lado la caminata, llevaba prisa y Kiba seguía insistiendo con esas tonterías por miedo a que no lo aceptara en su fiesta. –Somos camaradas, y los camaradas suelen bromear entre si.
 
-Kiba, ya cállate- pidió. –No te voy a retirar la invitación por eso.
 
-Uff, que alivio- suspiró Kiba, pasándose el brazo por la frente, exagerando la situación. –Shino me dijo que solo estaría presente tu hermano. ¿Cómo es?
 
-El es...bueno, se parece a mí, aunque...- odiaba admitirlo pero su hermano poseía más musculatura y en teoría, era mejor que él en varios aspectos. –Tiene el cabello negro y ojos de diferente color- se limitó a añadir.
 
Kiba se mantuvo pensativo un rato, con la imagen mental dando vueltas, sin llegar a simpatizarle, pero tampoco a desagradarle, solamente se imaginaba a Naruto con cabello oscuro y admitía que no estaba nada mal.
 
-¿Tiene novia?
 
-No- Naruto se irritó por la pregunta, pero le molestó aun más no saberlo. Veía a su hermano por las mañanas y las noches, a veces se quedaba a dormir fuera y solo los fines de semana ambos convivían juntos, cada uno a su manera, pero lo hacían. Y pensar en que Menma pudiera tener novia le había agobiado mucho más que saber que el beso que le dio había sido una simple broma.
 
-¿Y viven solos?- volvió a indagar Kiba.
 
-Si.
 
-Eso es genial. Ya estoy ansiando cumplir la mayoría de edad para mudarme por mi cuenta, solos, Akamaru y yo, haciendo lo que se nos dé la gana sin que nadie más nos mande.
 
Naruto le dio un poco la razón a través de una sonrisa, con Menma las cosas no eran así, su hermano podía hacer cuanto quisiera porque era mayor, parecía no importarle el peligro que implicaba incendiar las cosas y en cambio se desinhibía de todo. Era independiente, y Naruto sabía que Menma era perfectamente capaz de vivir por su cuenta, que no lo necesitaba pero que estaba ahí por él, quizá porque lo consideraba su deber o porque sabía lo inútil que era en algunos sentidos, e ignorante además.
 
-¿Lo consideras guapo?- la nueva pregunta desató una vorágine de sensaciones en Naruto. Bajó la mirada sin saber que contestar a eso. Estaba consciente de que Kiba bromeaba, pero replantearse aquella duda solo servía para corroborar lo que había estado evadiendo desde la noche anterior...tal vez si le gustaba. Su propio hermano le atraía. -¿Naruto?
 
-Tengo que darme prisa, me falta ducharme y preparar las botanas- Naruto corrió no solamente para regresar a su casa, sino también para huir de la respuesta atascada en su garganta.
 
**
 
Una y otra vez prendía el encendedor, contemplando atento la diminuta llama que, apenas duraba unos segundos antes de que él mismo la extinguiera al dejar de hacer presión sobre la tapa.
 
Era increíble lo que una pequeña llama era capaz de provocar. Servía, gracias al fuego podían cocinar, el agua de la ducha estaba caliente y un sinfín de nimiedades mas. Pero lo más placentero era observar como el fuego devoraba todo a su paso, destruía indiscriminadamente, acababa con todo en cuestión de segundos. Y eso a Menma le maravillaba tanto como le complacía estar con Naruto.
 
Su fijación por él se estaba saliendo de control y en la noche no pudo frenarse y lo había besado, fue tan espontáneo que él mismo no se dio cuenta hasta que la inmovilidad de Naruto le hizo reaccionar a sus propios actos. A quien consideraba su pequeño hermano, no era el mismo niñito indefenso al cual se juró proteger en el pasado. Había crecido y mucho, lo suficiente para que él se diera cuenta de que sus sentimientos por Naruto habían tomado otro rumbo.
 
Aun se sentía en la obligación de protegerlo, pero al mismo tiempo no podía mirarlo únicamente como su familiar. Sentía cierta posesividad hacia Naruto que, le costaba reprimirla, sobre todo al no conocer el ambiente escolar en el que se desarrollaba su pequeño hermano. De ahí derivaba la idea de la fiesta, aquella sugerencia que tenía dos objetivos de por medio, el principal era alegrar a Naruto, darle su merecido regalo, algo que sabía le gustaría muchísimo. La otra parte se centraba en conocer a sus "amigos"
 
Menma apagó nuevamente el encendedor cuando lo escuchó llegar. Naruto ni siquiera reparó en su presencia, pasó corriendo de largo hasta su recámara y minutos más tarde, Menma pudo oír el agua de la regadera, se estaba bañando.
 
Su mente empezó a fantasear sin previo aviso al imaginarse a Naruto desnudándose lentamente, retirando una a una las prendas que cubrían su hermoso cuerpo. Lo imaginó tocándose cada recoveco de piel para enjabonarse, deslizando con delicadeza la pastilla de jabón sobre su cuerpo, la espuma aumentando.
 
Ya no pudo evitar tocarse a sí mismo la entrepierna, verificando con cierto desagrado su propia erección que comenzaba a incrementarse.
 
Alzó un poco las caderas y bajó la bragueta de sus pantalones, lo suficiente para poder darse placer. Cerró la mano en torno a su erección y comenzó a marcar un ritmo desquiciantemente lento, el subir y bajar de su mano calmaba un poco sus ansias. Imaginó que penetraba a Naruto y el éxtasis se disparó hasta casi hacerle terminar en su propia mano.
 
Sus labios se fruncieron un poco, el líquido seminal goteaba desde la punta de su pene.
 
Prosiguió con los mismos movimientos lentos y sin siquiera haberle escuchado, Naruto entró a la sala para tomar los libros que yacían sobre la mesa.
 
-Menma- sintió la sangre subírsele al rostro pero contrario a lo que Naruto pensó al verlo masturbarse, Menma no se inmutó con su presencia y en cambio, mantenía su mirada fija en él, los ojos de dispar color lo observaban al tiempo que su hermano se mordía un poco los labios para continuar dándose placer.
 
-Ven.
 
Naruto se cubrió los ojos por mero reflejo. Retrocedió palpando los muebles con su mano libre y Menma lo tomó del brazo en su descuido para guiarlo al sofá.
 
Naruto contuvo la respiración al tener a su hermano sobre su cuerpo. Estaba sin habla, perplejo y estupefacto por lo que estaba pasando. Por más que lo intentaba no podía asimilar que Menma estuviera masturbándose sobre él, mirándolo detenidamente a los ojos, dejándole en claro que no pensaba en nadie más que en él.
 
Y aunque estático, Naruto parpadeó al escuchar el sonido del timbre.
 

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