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Una historia sobre un hombre que se volvió una bestia (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Ya que había logrado hacer que Elías lo abrazara, el despertar del hombre ese día fue más feliz que vergonzoso.

Era molesto que el caballero hubiera recibido drogas, pero al menos había tenido la suerte de que no fuera algo tan fuerte y de que las secuelas no parecieran ser irreparables. El hombre no era muy inteligente, pero podía decir que estaba bastante familiarizado con esa sustancia. Por ejemplo, había muchos afrodisíacos que eran adictivos y que generaban secuelas a largo plazo. Había escuchado que si tomabas esa medicina, te convertirías en una criatura que solo pensaba en satisfacer sus deseos sin mostrar el más pequeño arrepentimiento y que ya no podrías actuar como un ser humano. Sin embargo, aunque el caballero estuviera debilitado por el placer, su conciencia permaneció completamente intacta.
Había drogas que eran tan seguras como para ser fácilmente eliminadas por la orina, e incluso la gente común las utilizaba para hacer el encuentro sexual un poco más ameno.

Probablemente, era el que le habían dado esta vez.

La razón se le había ido por completo, pero terminó sin alucinaciones y nunca actuó con violencia. En el peor de los casos, lo llamó "lindo" más de lo habitual, e incluso si lloraba dolorosamente debajo de él, pareció darse el lujo de preocuparse, acariciarlo y continuar diciendo que era hermoso. Nunca pensó que algo estuviera mal dentro de él, por lo que dejó de procurarse. Después de todo, el efecto se pasaría tan pronto como durmiera durante toda la noche porque no era muy diferente de beber sake.

Mirando hacia atrás en lo que sucedió anoche, confirmó que no necesitaba vigilarlo. Y mientras exhalaba, murmuró en su corazón que estaba increíblemente feliz de ser una bestia demoníaca.

El caballero le susurró al hombre muchas veces, con una voz febril que decía: "Lindo, eres muy lindo". Por lo que pensó que hubiera tenido su cuerpo original, esas palabras no le hubieran quedado en absoluto. Sin el cuerpo de esta bestia demoníaca, hubiera sido imposible ser abrazado o escucharlo decir que le gustaba.

Durmiendo durante la noche y pensando con la cabeza un poco más tranquila, se sintió tan aliviado que tocó las mejillas del caballero que aún estaba profundamente dormido junto a él. Y tal como estaban las cosas, cuando trató de lamerle la cara como de costumbre como un recordatorio de que estaría a su lado todo el tiempo, el hombre se dio cuenta de que algo estaba terriblemente mal.

Vio que su mano tocando la mejilla del caballero, no era la de un lobo. Era... La mano de un hombre humano, con dedos gruesos y nudosos.

"¡...!"

Soportó desesperadamente los gritos.

No podía entender lo que había pasado y no podía entender qué tenía que hacer.

"Debe ser una mentira. Debe ser mentira."

Las ganas de quejarse y la desesperación comenzó a subir lentamente por su pecho hasta volverse insoportable. ¡Él no quería nada de eso! Sus pensamientos se detuvieron y su cabeza comenzó a revolotear.

Al estar al lado del caballero, el hombre ya no quería ser humano otra vez. Él era completamente feliz justo de esa manera. Incluso si era una mascota. Incluso si su amor era unidireccional. Incluso si lo ocupaba como un escape hasta que pudiera conseguir una familia.
El caballero pareció querer tanto a la bestia demoníaca que pensó que hubiera sido genial si hubiese logrado terminar su vida en forma de lobo. Es decir, con poder quedarse al lado de Elías sería más que suficiente para él.

Él era feliz. Estaba demasiado feliz.

Anoche, a pesar de los efectos de la droga, el caballero había logrado abrazar a la bestia demoníaca con muchísimo amor. Estaba feliz incluso aunque fuera un accidente. ¡Hasta pensó que era algo que nunca podría olvidar! ¿Por qué tenía que pasar eso justo ahora? Nunca quería volver a ser un humano si eso significaba perderlo.

El hombre miró fijamente sus manos temblorosas. Eran unas articulaciones con la que estaba familiarizado hasta hace unos años. Eran las manos y los dedos de un tipo cuyo vello cubría su piel hasta el punto de ser objeto de burla y referirse a él como una bestia. Sus yemas estaban cubiertas de callos, su piel era gruesa, rugosa y oscura. Eran las manos de un mercenario obstinado del que no se podía decir que fuera hermoso. Incluso si estaba cubierto con pelo, era fundamentalmente diferente del pelo de un lobo. Especialmente, porque cuando era una bestia demoníaca al caballero le gustaba cuidar de su pelaje hasta que le quedaba la impresión de que debía verse muy bonito.

La bestia era perfecta y ahora lo había perdido.

¿Por qué justo ahora? ¿Por qué tenía que despertar justo ahora después de mostrarle un sueño tan perfecto? Para un hombre que se consideraba a si mismo alguien sin sentido y sin camino, los años que había vivido como una bestia bajo el mando de ese caballero fueron los más felices y placenteros del mundo. No tenía que entender el idioma y la dignidad como persona no era un gran problema cuando andaba a cuatro patas. En comparación con la vida de un ser humano que era pisoteado como basura por los alrededores, en los últimos años había sido más productivo que la mitad de la población.

Por lo tanto, hubiese sido bueno seguir siendo una bestia demoníaca por el resto de su vida.

Sabía que él, siendo un hombre, no era amado. Entendió que lo quería porque era un lobo y, no importaba cuanto lo apreciara, Elías nunca voltearía a mirar a alguien como él. El corazón de un hombre que amaba a un caballero y el corazón de un caballero que amaba a un lobo, estaban en diferentes direcciones.

Por supuesto que quería ser amado como una persona, quería que lo mantuviera entre sus brazos y quería tener parte del caballero en si mismo... Pero el hombre se miró una vez más y pensó que era imposible. Tenía un cuerpo mucho más tosco que el del caballero. Sus brazos, el torso y las piernas eran más gruesas, una o dos veces más que las de Elías. Además, le llevaba diez años. No era alguien que pudiera pararse al lado de un hermoso caballero como él ni para ser su amigo.

¿Qué pensaría el caballero cuando viera al hombre?

Él, miró el rostro dormido del caballero e imaginó lo que sucedería cuando comenzara a despertar. Y pensando en ello, se topó con una realidad que era demasiado cruel y el hombre no pudo evitar ponerse completamente helado. ¿Cómo iba a creer que la bestia se convirtió en un ser humano? ¿Cómo pensaría que el lobo, que el caballero describió como "hermoso", se había convertido en un tipo feo y grueso? ¿Quién estaría feliz con algo como eso?
Si descubriera que había estado con un hombre más grande y peludo que él, que además era más alto y más grande en edad, el caballero podía comenzar a odiarlo.

No pareció tener más remedio que irse.

No pareció que pudiera hablar con él y decirle que era la bestia demoníaca que rescató.

Miró su apariencia en el espejo junto a la cama: Lo curioso era que llevaba todavía su ropa así que no tenía idea de lo qué eso significaba ¿Era conveniente o malo? No, debió haber sido bueno. Después de todo, sería un problema si estuviera desnudo por allí ahora que quería escapar de esa casa.
Con la ropa encima, entonces podría irse de allí de inmediato...

Y la excusa para quedarse allí otro momento entonces simplemente desapareció.

Miró de nuevo al caballero. Ya ni siquiera podía lamerle la cara, aventarse sobre su pecho cuando regresara del trabajo o morderle el dobladillo del pantalón cuando no quisiera que se alejara de él. El hombre simplemente estiró la mano un poquito y acomodó con delicadeza su cabello dorado hasta hacer que se derramara entre sus dedos.
Hubiera querido ver sus profundos ojos azules y decirle lo enamorado que estaba, pero eso hubiera sido imposible. No quería ver su disgusto.

El hombre solo huyó.


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