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Una historia sobre un hombre que se volvió una bestia (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Cuando se despertó, el hombre estaba durmiendo en un futón... Y junto a él, había un caballero mirándolo con una sonrisa increíblemente gentil.

"... ¿¡Elías!?"

"Buenos días."

El hombre, sin saberlo, gritó el nombre de la persona que estaba a la vista. Miró el rostro del caballero con una indescriptible sensación de seguridad y luego sintió como si su cabeza no dejara de dar vueltas. De alguna manera, estaba en shock.
 
¿¡Por qué estaba Elías aquí!?

"Elias..."

Llamó el nombre del caballero para confirmarlo de nuevo, pero la voz que se le escapó de la garganta fue tan terrible que tuvo que toser.

¿¡¡Qué demonios era eso!!?

El caballero era una bestia demoníaca anoche así que ¿Por qué lo que tenía a su lado era un humano? ¿Por qué era Elías y por qué se estaba riendo? ¿Qué era tan gracioso? ¿No lo odiaba? ¿Por qué le dijo "Buenos días"?
En un instante, surgieron tantas emociones y dudas dentro de él que ni siquiera podía hablar.

El caballero sonrió:

"Me parece... Que tener relaciones sexuales es la forma de romper con la maldición. Pero debe ser alguien de quien estés realmente enamorado."

"¡¡...!!"

El caballero sonrió después de hacer una suposición así de ridícula. Luego, miró el rostro de un hombre que era evidente que estaba confundido.

"¿No eras tú también consciente de eso?"

El hombre solo pudo ahogarse en lugar de responder. Y es que ¿¡Qué debería decir para empezar!? David se encontraba en el tope de la confusión porque no podía pensar bien cuando se acababa de despertar. Estaba seguro de que tenía que devolver algunas palabras, pero no sabía si negarlo, afirmarlo o decir lo que pensara. Sus labios se abrieron pero continuó sin poder decir algo.

El hombre no se dio cuenta de que su rostro rojo afirmaba la oración.

Al ver eso, Elías lo abrazó:

"Gracias a Dios."

Pero el hombre volvió la cabeza y gritó:

"¡Estás duro de nuevo!"

"... Es culpa tuya"

"¡No es así!"

El hombre no podía soportar la vergüenza que se había revelado en su corazón, así que gritó fuerte. No quería que el caballero conociera lo que sentía ¿Quién que tuviera su edad iba a querer revelar que estaba enamorado de un jovencito? Sin embargo, el caballero abrazó la cabeza del hombre con un rostro brillante y sin signo alguno de preocupación. ¡Era el mismo gesto que hacía cuando abrazaba a Rolf!

David negó:

"No sabía cuáles eran las condiciones. Solo... Es algo que imaginé a partir de las evidencias."

"Ya veo."

El caballero sujetó al hombre que había tratado de alejar la vergüenza moviendo la cara para otro lado. No era que estuviera incómodo, era solo que todo este asunto era nuevo para él. Estar feliz y a la vez, extrañamente cómodo, era muy extraño. Más cuando parecía que el caballero sentía lo mismo que él.

El poder de los brazos que lo sostenían se hizo más fuerte.

"Oye... ¿Por qué estás tratando de alejarte de mí? ¿No estás cómodo conmigo? ¿Crees que no puedes confiar en mí? Dime."

La voz del caballero, que hablaba bajito, era algo triste. El hombre negó de nuevo:

"... Pienso que es un problema".

"¿Por qué? Ya seas David o Rolf, a mí me da lo mismo porque es tu misma alma. Te amo, te amo como eres. Y creo que igual eres hermoso. Mis sentimientos solo crecieron en este tiempo ¿Eso está mal?"

"Yo..."

"Si no estás molesto, no huyas. Para mí, nadie es tan lindo y adorable como tú. ¿Me puedes aceptar como lo hacías cuando eras Rolf?"

Abrazó al hombre con fuerza y luego el caballero comenzó a besarlo sin atreverse a cambiar su posición. Sin embargo, David miró a Elias con los ojos bien abiertos y dijo:

"Dices cosas tan raras..."

El rostro del hombre estaba casi hirviendo para ese momento. Trató de negar las palabras del caballero, pero Elías no se lo permitió:

"David, no hagas esto ... ¿O de verdad estás enojado por lo que pasó cuando eras una bestia demoníaca? ¿Estás resentido? ¿Me odias por todo lo que hice?"

"¡Por supuesto que no!"

Nunca pensó que el caballero se sintiera de esa manera, así que se apresuró a negarlo para que no tuviera esa idea. Sin embargo, era verdad que no podía entender sus sentimientos. Ni los que tenía él o los que estaba confesando Elías. No había duda en que el caballero no mentía pero, aún así, no podía deshacerse de la enorme inseguridad que había crecido dentro de él en todos estos años.

La razón del hombre, las emociones, todo estaba confuso. No entendía nada, pero estaba muy feliz.

Las palabras de cariño del caballero se amontonaban una tras otra como para intentar disminuir su ansiedad. Y cada vez que eso pasaba, la alegría brotaba desde lo más profundo del pecho del hombre. No estaba mintiendo, realmente no era mentira...
Cuando David era la bestia demoníaca del caballero, Elías era siempre transparente y sincero con él. Afuera, era una persona inocente y sencilla cuya expresión facial siempre irradiaba seriedad. Pero con él, era muy amigable, demasiado bueno y honesto como para saber siempre lo que estaba pensando. El caballero se reía solo frente a la bestia demoníaca y expresaba abiertamente hasta sus sentimientos más secretos.

El caballero pareció confiar en Rolf con su vida.

Pero la parte oscura de su cabeza le decía que no era apto para el caballero y por eso no podía borrar su intenso terror. Estaba feliz, pero quería escapar. Le creía, pero tenía miedo de hacerlo. El hombre era tan inseguro que parecía estar atrapado en sensaciones que no podían llamarse completamente de alegría o de miedo.

"David, por favor responde a mis sentimientos. No deseches a un hombre que moriría sin ti".

"¿Qué?"

La mano que lo abrazaba, bajó. Y ahora sus dedos habían comenzado a acariciarlo. Fue aterrador. El hombre estaba muy asustado por el caballero. Lo amaba tanto que quería creer en todo lo que decía, pero la sensación de que esto no sería posible no se podía calmar.

Frente a él, estaba la cara del hombre del que realmente se había enamorado. La voz que lo llamaba lo hacía sentir congestionado y sus manos le hacían latir el corazón.

No se sentía como si pudiera ganar. 

Ya no era ni un animal de compañía ni una bestia, eran un hombre y un caballero. Un mercenario y un caballero. Y no importaba cuanto se resistiera, no importaba cuanto escapara, quería correr hacia él con solo escuchar su voz.

"Pero yo soy..."

Su voz temblaba.

Entonces el caballero asintió con una mirada seria y luego sonrió.

"Es repentino, lo sé. Es normal que dudes tanto. Hay una brecha entre yo, que te ha estado buscando y pensando en formas de estar contigo, y tú, que me has intentando olvidar y estás tratando de vivir. Es natural, pero, David ¿Me puedes permitir una oportunidad? Al menos, tómate un tiempo. Si no puedes llegar a una conclusión en este momento, está bien, pero no lo detengas aquí. Por favor, no me dejes fuera de tu vida."

"Elías..."

El caballero cazó hábilmente a un hombre que no podía discutir. Su rostro masculino, pulcro y limpio, estaba dolorosamente distorsionado, como si se estuviera aprovechando de lo que sabía que sentía por él

El hombre fue acorralado.


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