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Una historia sobre un hombre que se volvió una bestia (Traducción finalizada) por yuniwalker

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El hombre agarró el pecho del caballero.

Ya que había perdido contra el ataque de este tipo de todas maneras, entonces pensó que tenía que hacer lo que quisiera sin tener miedo por las repercusiones. Miró al caballero, que estaba parpadeando como si no lo pudiera creer, y sonrió igual a si ahora fuera ÉL quien lo estaba amenazando.

Quizá no comprendiera del todo las intenciones del hombre, pero era obvio que no estaba asustado por lo que pasaría con él. Más bien, Elías no creía que David pudiera hacer algo en su contra jamás. Incluso si era más grande o más fuerte también.

Y sintiendo eso, el hombre comenzó a reír.

¡De verdad que todo esto era una locura! E impulsado por ese pensamiento, el hombre se aproximó al caballero y lo besó tan profundo que incluso alcanzó a morderle la boca.

Elías probablemente no podría entender jamás cuanta preparación mental había necesitado hacer David. El hombre era alto, de mediana edad, y este era un acto que podía sentirse un poco incómodo. Pero ahora, la idea de que lo iba a aceptar era más alta que el panorama de que iba a ser rechazado. Sin embargo, esa pequeña voz alterada de su cabeza seguía diciendo. "Si me amas, Elías, por favor no me rechaces. Por favor, por favor, por favor."

David apretó la lengua y lamió la boca del caballero. Pero aunque pareció que estaba devorando los labios de Elías justo como lo deseaba, la situación pronto se revirtió:

"... David".

Esta vez, había sido el caballero quien había comenzado a comerle la boca. Y el cerebro de David entonces se derritió hasta un punto en que pensó que iba a volverse estúpido. Era su primer beso como un ser humano, la primera vez que lo llamaba tantas veces por su nombre real. La primera vez sintiendo la comodidad de una lengua entrelazada, sintiendo la suavidad de unos labios que encajaban a la perfección y la primera vez que sentía la alegría de explorar a alguien amado. Una mezcla perfecta, en pocas palabras.

"Elías..."

El hombre pronunció el nombre del caballero entre respiraciones, como si hubiera logrado ponerse en celo. 

"Elías."

Y cuando el impulso de devorarse mutuamente estaba a punto de desaparecer, el hombre se soltó y comenzó a reírse:

"Realmente parece que estás bien conmigo."

Cuando el hombre expresó sus pensamientos, el caballero, que siempre parpadeaba cuando decía algo inesperado, inmediatamente sonrió y respondió:

"¿Finalmente me creíste?"

"Yo siempre te creo."

El hombre asintió con la cabeza hacia Elías.

La ansiedad era algo que nunca iba a desaparecer, estaba conciente de eso. Y mientras el hombre siguiera luciendo de esa manera, el miedo sería tan abrumador como increíblemente persistente. Llegaría en ocasiones y le haría ver cosas que no estaban allí.

Pero eso estaba bien.

Si no desaparecía, entonces solo debía tragarlo. Si quería conseguir lo que deseaba, entonces no tendría más remedio que seguir buscando formas de acabar con esas inseguridades hasta que ya no existieran en absoluto. No había tal cosa como la "felicidad eterna" de esas que se prometían en los cuentos. Y por supuesto, esa era la norma que se seguía en el mundo. Incluso si parecía que todo era perfecto, podían existir momentos que cambiaran sus sentimientos o los hicieran separarse. Lo sabía. Pero una vez que tenía bien decidido hacía donde quería caminar, y con quien quería hacerlo, entonces pensaba que definitivamente podía lograrlo. Quería lograrlo.

El hombre sonrió.

"Elías, yo quiero ser tu pareja. Quiero estar contigo todo el tiempo, pero me gustaría que igual lo pensaras dos veces. Soy un hombre, y a ti te gustaban originalmente las mujeres. ¿Estás preparado para tenerme de pareja? ¿Estás preparado para pasar tu vida conmigo?" El hombre controló al caballero que trató de responder de inmediato y continuó con sus palabras: "Porque no voy a dejar que tengas una maldita aventura. Si vas a pensar que una mujer es buena después de todo, te mataré. No me detendré solo porque te ame y clavaré un hacha en tu cabeza mientras repito todo el tiempo lo maldito que eres".

Era aterrador amenazar a Elías. Sin embargo, el caballero sonrió suave y tiernamente cuando lo escuchó.

"Te quiero. Y te daré las mismas palabras que tú. Soy el único que puede vivir contigo. No dejaré que veas a nadie más que a mi".

El hombre se encogió de hombros en respuesta a algo tan simple. Elías se rió otra vez:

"Quiero ir lento y conocerte mejor, David. Pero tal vez sea porque me convertí en lobo una vez que tengo un sentimiento tan extraño contigo. Estoy seguro de que eres mi pareja. Mi única pareja para siempre. Me pregunto si es el instinto de una bestia. Algo que a estado en mí desde hace mucho tiempo. ¿También sientes lo mismo?"

Sus ojos azules parecieron pedir desesperadamente una respuesta al hombre. Pero no era necesario que lo dijera. David se rascó la cabeza y suspiró:

"... A diferencia de ti, no tengo ese tipo de sensibilidad".

Pero el hombre ciertamente conocía esos sentimientos de los que hablaba. Algo como una voz diciendo que él era el único y que no necesitaba nada más.

"... Pero, eres el único para mí Elías. Eso es seguro. No sé si es el instinto de una bestia o unos sentimientos estúpidos que solo crecieron. Pero desde el principio, solo te he querido a ti".

Era la misma emoción que sentía antes de convertirse en lobo. David no sabía si llamarlo instinto o corazón, pero los sentimientos del caballero se sentían como si estuvieran en el mismo lugar que los suyos.

El caballero pareció captar lo nervioso que se sentía con esto, así que comenzó a reír también:

"... David, cada vez que te conozco más, te amo más también".

"... Ahora creo que estás exagerando".

Cuando el hombre sonrió, el caballero negó con la cabeza y tomó su gran mano.

"Escuché que los lobos viven con quien creen que es su compañero durante el resto de su vida. Y así es exactamente como quiero estar ahora".

"Entonces no quiero que te arrepientas después".

El caballero sonrió, encantado por las palabras del hombre, y dijo: "Por supuesto que no, mi amor. Lo juro por mi propia vida y la vida del lobo que hay dentro de mi. David, eres mi compañero eterno".

El rostro severo de David se distorsionó por la apariencia de un caballero que hablaba tan abiertamente como si fuera un juramento. Sintió que podía ver con claridad dentro de su corazón. Sin embargo, incluso si le dedicaba palabras tan tiernas, él no podía devolver lo mismo. Elías coqueteaba con el voto de un caballero, algo que era incluso sublime. Pero él estaba perdido. No era tan romántico y tampoco tenía ganas de ser cursi.

"¿Qué? ¿Vas a ser mi único lobo para siempre? Eso suena tonto."

En lugar de enojarse por su risa, el caballero se rió también.

"Así es. Intentó hacer lo mejor para seducirte".

Las palabras del caballero hicieron que todo se sintiera insoportable. La forma en la que era y en la que hablaba, resultaba malo para un corazón que no sabía como enfrentarse al amor Además, la sonrisa del caballero había logrado relajar unos hombros que estuvieron tensos durante todo este tiempo.

El hombre se inclinó y besó al caballero otra vez:

"... Yo también lo juro. Eres mi compañero de vida."

***

Había una vez, un bosque donde vivía un mago. Era un lugar cubierto de vegetación, donde vagaban bestias demoníacas y en donde la gente rara vez se aventuraba a caminar.

Dos hombres habían llegado allí al amanecer, y comenzaron a plantar un montón de árboles jóvenes que se convertirían en árboles grandes conforme pasara el tiempo.
A pedido de Elías, quien era un ex caballero, los dos bloquearon el camino donde las personas se convertían en bestias.

Cuando David plantó un árbol y se rió diciendo: "¿En serio haremos esto todo el día?" El ex caballero le mostró una sonrisa y dijo: "Así tendremos la oportunidad de estar juntos todo el tiempo."

Aunque en realidad, nunca estaban separados.

Cuando se trataba de magia y maldiciones, eran perfectos para el trabajo. Nadie sabía por qué y ellos siempre decían que era cosa de su instinto.

El ex caballero y el mercenario, estuvieron de acuerdo con las palabras que dictaban que la existencia de demasiado poder podía ser algo contraproducente para el mundo. Si se generalizaba el secreto de un lugar que se encargaba de convertir a las personas en demonios, inevitablemente se abusaría de ello. Por lo tanto, los dos no deseaban ni romper o aclarar algo, solo esperaban que esa magia no fuera conocida. Es decir, ellos fueron afortunados. Incluso tuvieron el poder de volver a su forma original y encontrar a una persona importante en el proceso... Pero una maldición como esa normalmente terminaría en tragedia.

Esperaban que los árboles que estaban plantando hicieran más difícil el asunto.

Después de regresar a la ciudad, el hombre se apareció en el "cuerpo de mercenarios" para avisar que estaba con vida. Dijo que había tenido un accidente, que estuvo hospitalizado y que por ello, no quedaba ningún recuerdo de sus últimos años. Hubieron algunos que estaban contentos con la historia de superación del hombre, pero ya que había pasado por tantas dificultades y problemas de salud, aceptaron que se fuera sin pedirle más detalles. Elías también había renunciado formalmente poco después de reunirse con el hombre. David se sentía responsable de ello y estaba terriblemente impaciente por él, pero el ex caballero siempre pareció estar feliz de la decisión:

"Es mucho más importante estar contigo. Siendo un caballero, hubiera tenido que irme de aquí por meses. Tal vez años".

"... ¿No es estúpido?"

El ex caballero se rió.

"Me moriría sin ti."

Había un dúo de mercenarios que afirmaban ser los más fuertes del mundo. Incluso decían, que podían volverse lobos. Uno era un espadachín intrépido y el otro un hombre grande que empuñaba un hacha de batalla. Se rumoreaba que sus extraordinarias habilidades físicas y de percepción eran bestiales y se decía que muchos mercenarios admiraban la manera que tenían de complementarse entre sí mientras luchaban de una manera completamente diferente.

Fin.

(Todavía quedan los extras)


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