David actuaba como Rolf mientras dormía.
¿Estaba bien decir algo como eso? ¿Era correcto darse cuenta de que David se comportaba como un perro?
Y es que no podía evitar pensar que la ternura de David cuando dormía era completamente inusual. Después de todo, cuando vivía con él, que era una bestia demoníaca, siempre pensaba. "Mi Rolf es el más lindo del mundo". Y lejos de estar cansado de hablar sobre eso, era un poco frustrante que se acabaran las personas a las que podía presumirle la relación con su bestia.
Ahora, a diferencia de cuando era su mascota, obviamente tenía una impresión y un corazón diferente también. Pero aun así, David, que alguna vez fue Rolf, seguía siendo ridículamente tierno. En otras palabras, cuando David se estaba quedando dormido, apretaba su rostro contra el pecho de Elías y lo comenzaba a abrazar como si fuera su osito. Y esa felicidad, que Rolf mostraba al estar entre sus brazos desde que era un cachorro, ahora se reproducía a la perfección incluso aunque tuviera unos brazos robustos y una cara masculina.
"Rolf".
Llamó su antiguo nombre.
"Um..."
Respondió con una voz baja y quejumbrosa mientras se frotaba la cabeza contra él. Sin duda, estaba completamente dormido.
Se rió.
Por cierto, Elías podía decir que le gustaba la actitud lenta y suave con la que David se movía al estar con él. Era una felicidad indescriptible verle buscarlo y atraerlo, incluso aunque pareciera algo molesto cuando se daba cuenta de lo que acababa de hacer.
Después de acariciar su rostro, como si no pudiera evitarlo, entrecerró los ojos y se rió en voz baja. Al parecer, la alegría era algo se precipitaba por el pecho de las personas cuando comenzaban a ser amados ¿Y cómo no iba a emocionarse con él cuando el hombre era una perfección andante? Pensaba que su forma de no obsesionarse con las cosas era asombrosa. Su estilo de vida no era sofocante. Su expresión de afecto, que ponía a veces, era demasiado rica, natural y casual y, hablando de eso, sonaba estúpido pero también era lo suficientemente delgado como para poder encajar a su lado de maravilla. Por otro lado, era muy desinhibido. Si quería tocar su cuerpo o comenzar a besarlo, lo aceptaba sin avergonzarse e incluso parecía no ponerle restricciones.
Pero en el bar donde solía ir David, a veces lo veía meterse en conversaciones con gente que hablaba con palabras muy vulgares y un tanto coquetas. Por supuesto, cuando le mostró su disgusto, el hombre solo pareció enojarse también. Lo miró con una cara seria y comenzó a decir: "¡Yo tengo permitido estar en lugares así!" O "Me he ganado ese derecho." Porque claro, Elías era más joven y generalmente no tan fuerte como él. Entendía lo que quería decir, pero, todavía le preocupaba que David fuera solo a un lugar como ese. Su atractivo sexual maduro y masculino no se podía ocultar y era obvio que había personas que solo estaban esperando que bajara la guardia para intentar cautivarlo. En cualquier caso, David no se avergonzaba de estar con él, y su amor hacia Elías siempre fue muy transparente... Aunque cero demostrativo y todavía menos cursi que eso. Era tan masculino y digno que siempre se enamoraba de él incluso aunque hubiera ocasiones en las que no pudiera encontrar dulzura.
Pero a veces... Sí, a veces quería que fuera tierno. Como cuando era Rolf.
Aunque cuando era Rolf tenían básicamente algo casual, era una rutina diaria mirarse y acostarse juntos, fingiendo no estar familiarizados el uno con él y otro y sin embargo, su cola se movía y su nariz se pegaba en su cuello para mostrarle lo feliz que era estando con él. Y cuando intentaba salir de la habitación, venía a su lado de una forma casi natural. Lo amaba, pero a veces quería ver una linda figura diferente, y dulce.
El adormilado David era fiel a su instinto. Como cuando tenía el cuerpo de una bestia demoníaca, ahora el hombre gigante que tenía como novio lo abrazaba, se aferraba a su cuerpo e incluso se frotaba la cara contra su pecho un montón de veces. Era indescriptible hablar sobre lo hermoso que era al arrugar entre las cejas, poner un rostro terriblemente desordenado y restregar la nariz en su ropa. ¡Que lindo! La diferencia entre las expresiones faciales y su comportamiento natural le golpeaba el pecho. Quería acariciar sus cejas hasta que se volvieran suaves. Quería envolver ambas mejillas entre sus manos y acariciarlas eternamente. Quería juntar la frente con la suya y disfrutar de su ternura. Quería besarlo fuerte, diciendo que era muy lindo y que lo quería un montón... Pero si hacía eso, David se despertaría y ya no vería esta linda expresión otra vez.
Aguantó.
Mientras se preguntaba seriamente si era normal que algo tan lindo estuviera en el mundo, acarició suavemente su cabello corto para no despertarlo y entonces, cuando suspiró, las arrugas cerca de sus cejas perdieron repentinamente su fuerza. Luego, pasó a rogar por más caricias y su cabeza se acercó instintivamente a su mano.
Hermoso.
Y mientras más lo acariciaba, las arrugas entre sus cejas desaparecieron por completo y su rostro finalmente se calmó.
La cara de David, que parecía estar satisfecho con las cosas que le daba, era irresistiblemente linda. Una pequeña sensación de "victoria" le llenó el pecho así que no pudo ocultar las ganas de extender la mano y acariciar sus lindas mejillas con algunos pelitos en la piel. Recientemente se había estado afeitando cuando salía o se arreglaba. Originalmente, solía afeitarse una o dos veces por semana porque decía que le molestaba picarlo cuando lo besaba, pero ahora sentía que había cambiado a una vez cada dos semanas o algo así.
La sensación de su barba, que crecía, era un poco divertida. Y recordando los días en los que se quedaba tendido junto a su bestia, murmuró: "Eres realmente lindo".
"Extraño esos días."
No quería volver a esa época en que era una bestia. No quería que fuera Rolf todo el tiempo y sin embargo, tenía un poco de nostalgia...
"Te amo mucho."
Murmuró, frotando su rostro contra su mano, acariciando sus mejillas y mirándolo... Pero inmediatamente después de eso, apareció de repente una arruga entre sus cejas.
"... ¿Ah?"
David se despertó.
Al parecer su voz despertó su conciencia.
"Buenos días".
David miró hacia arriba con una cara desagradable y asintió con la cabeza, "Buenos días". Y por supuesto, se sintió como si la dulzura de ese momento desapareciera como si nunca hubiera sucedido para empezar.
Siempre se rascaba la cabeza en silencio y parecía estar de mal humor cuando se despertaba, pero probablemente fuera algo normal después de estarlo molestando. Tal vez era porque había descubierto lo que estaba haciendo con él o porque escuchó sus pensamientos. Era enojón y amenazante, pero incluso verlo actuar así hacía que su pecho rebotara. Porque le gustaba justo así. Lo amaba. Amaba incluso la apariencia de estar enojado.
Rolf era lindo. El David que dormía y actuaba como Rolf también era lindo. Pero después de todo, creía que su apariencia real era mejor.
"David".
"¿Qué?"
"Te amo."
Los ojos que lo miraban fijamente se abrieron de par en par, las arrugas que estaban cerca de sus cejas se aflojaron, y entonces, sonrió y extendió la mano como si no supiera que decir.
"... Gracias".
Acarició su cabello con un dedo áspero.
A Elías le gustaba su forma de ser todo el tiempo.