La bestia demoníaca era sabia.
En primer lugar, la apariencia que tenía frente al caballero y la que mostraba frente a los demás era completamente diferente. En especial, frente a los funcionarios. Es decir, se comportaba como un perro que no lograba comprenderlos cuando frente al caballero, a menudo había ocasiones en las que parecía entender el idioma con absoluta perfección. Tanto así, que en repetidas ocasiones sospechaba que en realidad era una existencia mágica o una bestia muchísimo más aterradora que un demonio. Sin embargo, contrariamente a eso, el animal fue siempre muy fiel al caballero.
La bestia demoníaca le mostraba afecto con todo su cuerpo. Porque era obvio que le gustaba, solo quería estar a su lado todo el tiempo así que comenzaba a seguirlo a la perfección. Siempre que el caballero le hacía "cariñitos" a la bestia demoníaca, resoplaba alegremente, "Kun, Kun". Y cuando trabajaba, se quedaba a su lado y esperaba en silencio bajo sus pies. Por supuesto, también ocupaba todo su cuerpo para decir que no le interesaba hablar con los otros caballeros.
En pocas palabras, pensaba que la inteligencia de la bestia demoníaca daba mucho miedo y por supuesto que su razón apeló al peligro, diciendo que debería informarlo a los comandantes de inmediato en caso de que pudiera utilizarlo en su contra. Aún así, el caballero decidió ocultar ese hecho porque no quería dejarlo ir. Era una decisión estúpida hacer que siguiera junto a él sabiendo la posibilidad de peligro. Sin embargo, nunca pensó que el demonio lo traicionara alguna vez por lo que Elías priorizó sus sentimientos sobre su deber.
La aparición de monstruos obedientes fue de gran interés para todo el pueblo. Sin embargo, cuando algún viajero o investigador le preguntaba qué tipo de entrenamiento había ofrecido para que la bestia demoníaca lo obedeciera de esa manera, el caballero simplemente sonreía y decía que había practicado con un "libro para perros."
Le habían dicho que una bestia demoníaca era leer los pensamientos de los humanos a la perfección, por lo que Elias nunca bajó la guardia cuando se encontraba delante de él. Pensaba cosas como ¿Es correcta la decisión de proteger a una bestia demoníaca que me puede destruir conforme pase el tiempo? Y estaba bien si el daño era solo para el caballero porque él solo se había metido en este asunto. Pero ya sería diferente si las personas resultaban dañadas por culpa de su egoísmo. Quizá la bestia demoníaca estaba planeando algo. Era aterrador cuando comenzaba a dudar de él. Una persona inteligente jugaba siempre con un plan de respaldo. ¿Por qué no decir que la bestia demoníaca lo hacía también?
De vez en cuando, esa ansiedad era una daga que pasaba por su corazón pero, básicamente, la vida con la bestia demoníaca era algo que podía considerar infinitamente tranquila. La bestia le tenía tanto cariño al caballero que era ridículo dudar.
Leyendo información sobre estas criaturas, también descubrió que el cuerpo de los lobos, incluso cuando eran más grandes que el de un caballero, podría transformarse en un perro de tamaño normal si era necesario.
"Si te haces más pequeño, te haré una comida especial".
Fue una broma decir eso. Sin embargo, la bestia demoníaca que gritó "ku" se encogió de tamaño poco tiempo después. El caballero se había sorprendido, pero la bestia demoníaca también pareció increíblemente extrañada. Estaba confundido y lo sabía porque revisaba su cuerpo a cada rato. Pero por supuesto, después de un rato, ladró "Woff" de una manera satisfactoria y tiró del dobladillo en los pantalones del caballero. Era como decir "Vamos, solo dime que hice un buen trabajo."
No estaba familiarizado con la magia, pero probablemente incluso esto era inusual.
El caballero nunca le dijo a nadie que todo lo que lograba en el campo se debía al trabajo de una bestia demoníaca. Y pareció que este monstruo estaba enojado de que el caballero se atribuyera todo el mérito. Además, le había puesto un nombre increíblemente tonto como "Rolf."
"Rolf ¿Qué te parece ir a otro lugar?"
Cuando el caballero terminó de hablar, el demonio rugió y ladró con fuerza. Miró al hombre, con unos terribles ojos enojados, arrugó el rostro, mostró los colmillos y reveló todo su enfado.
"¿Estás enojado de que me llevara todo el crédito? Ay, pobrecito."
Cuando el caballero se volvió y sonrió para él, la bestia demoníaca también se relajó de repente y se acercó al caballero mientras movía la colita. Era como si no pudiera enojarse con él por más que lo intentara.
Por supuesto, después de eso, el caballero trabajó varias veces con la ayuda de la bestia.
"Rolf, vuélvete pequeño para que no seas visible". Con tal instrucción, la bestia demoníaca, que imitaba el tamaño de un perro, se movió con precisión y le hizo caso para esconderse. Era perfecto para trabajos en donde la gente no debería verlo. "... Rolf, conoces el idioma. Al menos dime que lo entiendes antes. Ya habíamos hablado de eso."
Cuando lo regañó, la bestia demoníaca ladró "Wauf".
"No puedes simplemente dar una respuesta como esa. A veces te cuesta trabajo transformarte ¿No es verdad? Avísame para que esté tranquilo".
"Woff"
Quizá también era consciente de que se había equivocado, porque la bestia demoníaca, quien fue señalada por él, bajó los ojos e inmediatamente después presionó su cabeza contra el vientre del caballero. Elias, presionado con fuerza en el epigastrio, exhaló como si no pudiera soportarlo más, pero la bestia demoníaca simplemente siguió moviendo su cabeza contra su abdomen sin morder o ser grosero. Incluso lo abrazó con sus patas delanteras.
"Guru, guru, guru , kyu, grrr."
Mientras gruñía y gemía, finalmente empujó al caballero hacia abajo y comenzó a lamerlo por toda la cara. Por supuesto, Elías no tuvo más remedio que reírse a carcajadas cuando vio a la bestia demoníaca, tratando de hacer trampa para que no se enojara con él.
El caballero sonrió ante sus pensamientos. Como cualquier otra persona, el lobo era alegre, se enojaba y también era tímido. Tenía buena voluntad y también mala fe. Pero incluso si había malicia oculta, lo que veía en la superficie también era genuino. Para el caballero, esta bestia demoníaca era una existencia confiable e irreparable.
Allí, el caballero finalmente disipó sus dudas: Creería en él completamente. Ya no dudaría. Si lo engañaban, haría todo lo posible para lidiar con eso, incluso si daba su vida por él. Si lo descalificaban como caballero e incluso si decían que era una amenaza humana, le daría prioridad a Rolf por encima de su propia felicidad.
Por supuesto, el caballero gradualmente se hizo de un nombre, en parte debido al trabajo de la bestia demoníaca. Era debido al hecho de que existieron muchas oportunidades para reunirse con personas de instituciones especializadas en la magia y en las bestias.
"En serio, en serio lamento tomarme todo el crédito".
El caballero acarició a la bestia demoníaca con una sonrisa bastante amarga sobre la cara. Ahora, el lobo no se enojaba con él como al principio y solamente comenzaba a exigir que lo acariciara entre las orejas y debajo del hocico.
Sin que nadie supiera el importante trabajo de la bestia demoníaca, el caballero fue llevado al departamento del palacio de la ciudad y convertido en un caballero de la guardia. Sin embargo, cuando se trataba de trabajar en el castillo, a pesar de que se le reconoció abiertamente como una bestia demoníaca obediente, no le era posible caminar en los pasillos o andar en las habitaciones como si nada.
El caballero ya no podía pasar tiempo con el demonio y la bestia demoníaca se convirtió en un animal que pasaba tiempo en casa o que era confiada al grupo al que pertenecía el caballero antes. Pero sin el caballero, la bestia demoníaca parecía moverse sin obedecer y sin detenerse a escuchar a los demás. No era particularmente malo, pero tampoco particularmente útil.
"No se interpone en el camino, así que dejen que corra como quiera".
Dijo el líder. Ellos también tenían un plan para domesticar a la bestia demoníaca para que los ayudara tanto como lo hizo con el caballero pero, también pareció poco probable que algo como eso se hiciera realidad.
La bestia demoníaca siguió siendo obediente a Elías, aunque el tiempo que pasaba con él se redujera considerablemente.