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Una historia sobre un hombre que se volvió una bestia (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Podía ser que volviera hoy, o que lo hiciera mañana o una semana después. Sin embargo, contrariamente a esas expectativas que no podía descartar, sintió que la bestia demoníaca no volvería incluso si lo esperaba un año.

Después de diez días, la bestia demoníaca no regresó con el caballero.

Todavía no podía perder la esperanza de que la bestia volviera a su lado pero, como era lógico, empezó a pensar que tal vez lo mejor para este tipo de situaciones era simplemente rendirse... Y luego el hombre tuvo que informar al grupo que la bestia demoníaca se había ido.

"... Dejaré mi trabajo".

"¿Qué estás diciendo?"

Elías llamó en secreto a uno de los caballeros de la guardia. Fue aproximadamente un mes después de que la bestia demoníaca desapareciera. Tras la agitación del otro día, el caballero había contado la causa de la desaparición de su bestia demoníaca, diciendo que lo había golpeado con fuerza en su casa debido a lo drogado que se encontraba. Y que ahora no quería volver con él precisamente por eso. Por supuesto, la razón para mentir sobre los golpes era porque no iba a decir algo sobre el incidente con el afrodisíaco. No quería que supieran que había tenido sexo con una bestia demoníaca y decir que fue grosero era más prudente. Después de todo, había pros y contras en la cría de bestias demoníacas por un caballero. También sabían que Elías era muy explosivo cuando se ponía de mal humor.

Como era de esperar, el caballero fue reprendido por falta de control y ahora le habían dicho que buscara a la bestia demoníaca sin importar todo el tiempo que pudiera tardar. Le dijeron que era necesario que asumiera toda la responsabilidad por cualquier daño que le hubiera causado a la bestia demoníaca y que incluso tenía que pagar una multa por maltrato. Luego, como la bestia demoníaca desapareció y había pasado ya casi un mes, se llamó a Elias y se le dijo que si no lo encontraba, entonces tendría que asumir la responsabilidad y dejar el grupo.

Este rumor seguramente se difundiría pronto.

"Dejaré mi trabajo, así que espero que puedan seguir actuando de esta manera tan eficiente".

Quizá hubiera algo de conmoción dentro del grupo, pero decidió al menos agradecer al caballero de la guardia que se había preocupado siempre por él.

"... ¿No puedes quedarte con nosotros?"

Elias sonrió al caballero de la guardia, que había dejado caer sus hombros hacia adelante.

"Estará bien, no pongas esa cara. Terminaré el trabajo que tengo para que no te sobrecarguen con él. Solo tengo que asegurarme de que eso no obstruya ninguna instrucción de arriba. Ya sabes como se ponen. Por lo demás, ni siquiera tienes que preocuparte porque yo me haré cargo de cada cosa."

"...No puedo lidiar con todo eso." Elias se encogió de hombros cuando vio que su compañero de la guardia no pareció poder seguir el ritmo de la historia. "... Es decir, es sorprendentemente incómodo hablar sobre tomar tu lugar tan a la ligera."

Elías sonrió:

"Voy a perder mi trabajo de todas maneras, y quiero dejar una buena impresión como recuerdo".

Cuando volvió a mostrar su intención de retirarse, el caballero de la guardia arqueó las cejas de un modo casi ridículo.

"No pensé que estuvieras tan loco como para hacer que te botaran."

"¿Qué dijiste?"

"... No, lo siento. No debí hablarte así."

El caballero de la guardia se disculpó.

"No te lamentes por todo. Si estás actuando así porque vas a extrañarme mucho, entonces renuncia también y ven a vivir conmigo a mi pueblo. Actuaremos como personas normales y desempleadas unidas por la amistad."

"... Oh, suena genial."

Elías se rió y golpeo su brazo al ritmo de un "Ton ton" amistoso, como para terminar la historia de una manera más agradable que como la empezaron. Al final, prometer un "nos encontraremos algún día" fue la conclusión para una conversación extrañamente triste.

El camino a seguir, en busca de la bestia demoníaca, se organizó de una manera bastante constante. Había comenzado a pensar que la situación era culpa de todos menos de él porque para empezar, si esa estúpida mujer no hubiera hecho nada tan tonto como meterle droga a su bebida, él no habría hecho nada extraño, seguiría con su mejor amigo y continuaría siendo caballero de la guardia. Sin embargo, lentamente se dio cuenta de que era un acto de ocultar su propia culpa. Elías incluso se burló de sus palabras sobre "no lamentarse" porque eran exactamente las palabras que debería dirigir a si mismo.
No importaba cuál fuera la excusa, fue un pecado cometido por su propia debilidad. Una falla a su amada bestia. Podía ser que lo hubieran obligado a beber esa droga, pero esa no era excusa suficiente para herir a Rolf.
 
En ese momento, fue él quien eligió sus deseos inmediatos sobre su pequeña capacidad de razonar.

Y Rolf no quería volver a verle.

El caballero no pensaba que la bestia demoníaca fuera dañina para los humanos ahora que había sido liberada en el campo. Era un animal inteligente y definitivamente evitaría los problemas. Seguía buscándolo, no por su seguridad, sino porque el hombre necesitaba estar con el lobo. Deseaba volver a pasar todo de su tiempo a su lado y esa no era una mentira.

El caballero no entendía por qué estaba tan obsesionado con la bestia demoníaca. Pensó que estaría bien si pudiera vivir libremente con los suyos, pero no le gustó la idea de alejarse de él. No era natural que esa existencia no estuviera a su lado y simplemente no podía soportar no tener su cuerpo cálido entre sus manos.
Los lobos odiaban el contacto visual y sin embargo, esa bestia demoníaca lo había mirado seriamente a los ojos todos estos años para transmitir sus sentimientos y también, para hacerle ver todas las emociones que tenía por él. No quería perder esa sensación de seguridad ni dejar de contemplar esa existencia tan adorable.

No podía rendirse.

El caballero se ridiculizaba como si estuviera enamorado.

Elias no le diría a nadie la verdadera razón por la que dejaría a los caballeros de la guardia ni tampoco lo que le había hecho a la bestia. Si alguien conociera la verdad, en el mejor de los casos los rumores se extenderían y dirían que era un caballero que más bien se comportaba como un monstruo. Además, no podía decir que se arrepentía de haberse metido con él porque esa bestia era simplemente hermosa. Era una bestia solo para él. Su adorable chillido y su resistencia a la hora del sexo no podían ser conocidos o siquiera imaginados por alguien más.

Sí, en definitiva fue una buena excusa el decir que lo había golpeado, incluso aunque eso significara renunciar a ser un noble. Después de todo, así no tendría problema alguno en ser honesto sobre sus sentimientos.

Era mucho más conveniente decir eso a confesar lo mucho que lo extrañaba.

Y después de eso, pasó todo su tiempo libre buscando al lobo.

El salario que le habían dado como caballero de la guardia era mucho más alto que lo que ganaba en el pueblo así que, gracias a eso, pudo tener el material suficiente como para pasar tiempo buscando a la bestia demoníaca todos los días y sin parar. Podía concentrarse en buscarlo hasta que se quedara sin ahorros. 

Después de renunciar a ser un caballero de la guardia, buscaba a Rolf mientras hacía negocios de mercenarios. También era verdad que se estaba impacientando con eso de no saber su paradero.
Incluso durante el trabajo, dependiendo de cuánto tiempo tuviera, lo buscaba desde la mañana hasta muy entrada la tarde. El hecho de que no hubiera información sobre la bestia, a pesar de que enero y febrero estaban a punto de pasar, despertó su ansiedad y su completo nerviosismo. Era difícil imaginar que estuviera viviendo en la ciudad con ese cuerpo tan enorme. ¿Se volvería más pequeño y fingiría ser un perro normal? Pero esa condición no era algo que se pudiera mantener durante tantos días. También le preguntó a los caballeros y a los guardias de la ciudad, pero no escuchó ningún rumor de que haya aparecido un lobo.

Significaba que había salido temprano de la ciudad y fue a un lugar donde no se encontraría con gente.

¿Estaba fuera de la jurisdicción del reino?

Como lo había imaginado, no sabía por donde empezar.

El caballero había tomado a la bestia demoníaca desde una edad temprana, pero le dio la suficiente libertad como para que hiciera lo que le diera en gana. Y era un hecho que la bestia demoníaca tenía demasiado conocimiento del exterior. Los habían enviado para someter a los ladrones y también, había ido juntos a los bosques para exterminar a las otras bestias. Rolf no ignoraba el mundo exterior.

Después de eso, los rumores de que el antiguo caballero había estado buscando un "monstruo perdido" pareció haberse extendido en un abrir y cerrar de ojos, y la población comenzó a preocuparse por el hombre y las criaturas que podían estar rondando la zona. Es decir ¿Por qué lo buscaría tan desesperadamente si no fuera algo mortal?

Habían pasado casi cuatro meses desde que desapareció la bestia demoníaca. Sin embargo, no había información de avistamientos de Rolf. Iba a los bosques vecinos, carreteras, pueblos y aldeas y se quedó allí hasta la noche, pero no lo escuchó o vio en absoluto. Si hubiera estado en las profundidades del bosque lo hubiera descubierto así que, o fue más lejos o ya estaba muerto.

Lo imaginó y se sintió enfermo.

Quería tenerlo en sus brazos y asegurarse de que estuviera bien, pero era doloroso no tener los medios para hacerlo. Buscó en todos los lugares donde era probable que las bestias se ocultaran y pensó que cuando lo liberaran del papel de caballero, ahora formalmente emprendería un viaje más lejano antes de convertirse abiertamente en un mercenario. Todavía era un poco como un caballero de la guardia y no podía salir. No había forma de buscarlo y tampoco tenía vacaciones. Y hoy nuevamente, el caballero se dirigió a las profundidades del bosque donde encontró por primera vez a la bestia demoníaca. Siempre verificaba que estuviera allí, y siguió yendo incluso aunque pareció no tener esperanza.

Necesitaba encontrar a esa hermosa criatura una vez más y pedirle su perdón.


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