Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A mis espaldas por yaoiana

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos y todas, esperamos que esta historia aún les siga agradando.  Nos faltan dos caps para terminar con este fanfic, muchas gracias por acompañarnos en esta historia.

Capítulo 12: Penitencia

 

Sin más dejo que su rubio se acomoda en la cama mientras se inclinaba tomando sus tersos labios en un apasionado beso, esto hizo que el calor en sus cuerpos creciera exponencialmente, hacia tanto que no tocaba a su amado y le era difícil contenerse.

Con sus manos acarició lentamente su cuello, notando como un leve estremecimiento invadió el cuerpo del rubio. La habitación pronto se llenó de ligeros suspiros y jadeos provenientes de ambos cuerpos.

 

Tratando de ser en extremo delicado, bajo por el cuello dando ligeros besos, quitando lentamente la bata que cubría el cuerpo de Joey, el cual lo miraba con los ojos entrecerrados y unas mejillas sonrojadas.

El verlo en la cama tan dócil y deseoso le hacía hervir la sangre, le hacía desearlo en extremo. Una vez que lo despojó de la molesta bata, bajó aún más aprisionado uno de sus rosados botones entre sus labios, lamiéndolo y succionándolo.

 

−       Amng….S...seto…

 

−       Shh… estamos en el hospital, si gritas demasiado nos descubrirán, no querrás que nos detengan sin siquiera darte lo que tanto deseas.

 

Tomó la mano del rubio poniéndola  en su entrepierna, el blondo no pudo evitar abrir los ojos sorprendido y a la vez deseoso, sin más, también aprovechó para acariciar la hombría del castaño, el cual no pudo evitar dejar salir unos cuantos jadeos.

 

−       Vaya que estás ansioso.

−       No me has tocado en meses, ¿Que esperabas?

 

−       ¿Meses? No exageres.

 

Con una sonrisa maliciosa en sus rostro, el oji azul bajo un poco más lamiendo y dejando ligeros besos en el vientre de su amado, notando una ligera cicatriz, entendiendo que ese había sido el lugar por el que su preciosa hija había nacido. Inevitablemente repartió tiernos besos en esta.

 

−       No...no hagas eso, es...es una cicatriz horrible.

 

−       Para mí es muy bella, por esta cicatriz es que tenemos a Kaori.

 

Sin dejar que el blondo objetara tomo entre sus manos el miembro ya despierto y comenzó a masturbarlo, inmediatamente los jadeos y gemidos del rubio no se hicieron esperar, un tanto asustado por ser descubiertos tapo su boca tratando de contener su voz.

 

Era muy excitante el verlo intentar contenerse y aún más lo eran los pequeños gimoteos que salían de su garganta tras cada roce. Un tanto impaciente comenzó a lamer el hinchado glande del rubio, el cual tenía un ligero sabor salado debido al líquido preseminal que se dejaba notar por la excitación.

 

−       Amng….S...seto es...espera…

 

−       Shh…

 

Continuó lamiendo su miembro mientras acercaba sus dedos a la boca del menor, quería que los lamiera para lubricarlos, a la vez que servían para mantener su boca ocupada y contener su voz.

Una vez lubricados bajo su mano y jugueteo un poco con la entrada del rubio, la cual se contrae buscando ser llenada. Sin más introdujo el primer dígito.

 

−       Amng…. - mordió sus labios

 

Comenzó a estimularlo sin dejar de lamer su miembro, notando como este último se hinchaba más por la excitación.

Una vez que logró que sus 3 dedos entraran sin problemas, los sacó, notando el disgusto del blondo.

 

−       Tranquilo, pronto podrás tener algo mucho mejor.

 

Algo acalorado se despojó de su camisa dejando ver su trabajado cuerpo, últimamente había estado yendo al gimnasio, él juraba no ser nada vanidoso, pero temía que el rubio perdiera interés en él si engordaba, por lo que motivado comenzó a ejercitarse.

 

Tenía razón, el blondo al verlo se sorprendió y casi por inercia movió sus manos tocando y delineando los músculos de su castaño.

 

−       ¿Te gusta lo que ves?

 

−       ¿Que si me gusta? Me encanta.

 

Inevitablemente el blondo bajo la mirada al pantalón de su amado notando como su miembro luchaba por salir, sin pensarlo bajó el cierre y sin una pizca de vergüenza sacó el enorme trozo de carne. Se podían apreciar las venas en él por la excitación, percatándose lo mucho que se estaba conteniendo.

 

Sin más con sus manos rodeó el miembro y comenzó a masturbarlo.

 

−       Mng...Joey no… tu descansa

 

−       ¿Que no puedo tocar lo que por derecho es mío?

 

Eso provocó un enorme sonrojo en el ojiazul, este nunca había escuchado hablar al otro hombre de esta manera, sin embargo, eso le excitó y fue notado por el rubio, ya que el miembro en su mano palpito.

 

Sin poder esperar más, Seto tomó las piernas del rubio y las colocó sobre sus hombros, dejando expuesto al blondo, el cual no perdió tiempo y empujó su cadera sintiendo como el erecto miembro rozaba sus nalgas.

 

−       Vamos… ponlo

 

Se colocó en posición y lentamente empujó su cadera, sintiendo como su miembro comenzaba a ser succionado por el blondo.

 

−       Aaahh!!! Mngg…

 

La voz del rubio salió sin ningún filtro, algo que seguro había escuchado fuera de la habitación. Una vez que sintió que su miembro estaba completamente dentro, comenzó a moverse lentamente. La habitación se llenó de jadeos y gimoteos provenientes de ambos.

 

---- En otra parte del hospital---

 

−       La comida estuvo deliciosa tía Shizuka.

 

−       Me alegra que te gustara, el tío Mokuba la compró gustoso para nosotros ¿no es así mi amor?

 

−       Claro que sí, puedes visitarnos cuando quieras y nos divertiremos como hoy.

 

−       Eso estaría genial, le pediré permiso a mis padres, seguro les agradará la idea.

 

La pequeña brincaba llena de felicidad mientras tomaba las manos de sus amados tíos, los cuales estaban ubicados a cada uno de sus costados.

 

−       Le podemos preguntar ahora mismo

 

Los tres caminaban en dirección a la habitación del blondo, cuando estuvieron muy cerca se escuchó un fuerte grito. 

 

−       Aaahh!!! Mngg…

 

Aunque más que gritó, los mayores eran conscientes de que era más un gemido que un grito. Estando extremadamente cerca ambos alcanzaron a escuchar jadeos y gimoteos provenientes del otro lado de la puerta, claramente no estaban en posición de recibir una visita.

 

Tanto Shizuka como Mokuba se sonrojaron y detuvieron a la pequeña la cual ya se apresuraba a la puerta.

 

−       Espera Kaori, tus padres están ocupados, mejor vamos a casa y mañana te traemos a verlos.

 

−       ¿Pero por qué? Escuche a mi papi  gritar, seguro el médico le está sacando sangre, debo estar ahí para ayudarlo. Le debe doler.

 

−       Te aseguro que no le duele nada, al contrario - Shizuka golpeó el costado de Mokuba indicando que  se callara.

 

−       Tu papi Seto le está dando un masaje a tu papi Joey, por eso gritó pero te aseguro está bien, mejor volvamos cuando acaben, el masaje lo hará mejorar.

 

Para la menor no le quedaba muy claro lo que sus tíos decían pero decidió hacerles caso y se retiró con ellos, mirando confundida la puerta mientras se alejaban.

 

--- En la habitación---

 

Las caderas del castaño empujaban lenta pero profundo contra el blondo el cual sentía su respiración agitada, ya que le era difícil contener su voz, por lo que Seto decidió besarlo para evitar que gimiera muy fuerte.

 

Tras unas cuantas embestidas, sentía que no aguantaba más, intento salir de su interior pero el blondo lo presionó contra él evitando que saliera de su interior.

 

−       E...espera no tengo condón, necesito salir

 

−       Ha...hazlo dentro.

 

−       No cachorro… luego… será complicado limpiarte.

 

−       Solo hazlo - apretó más su entrada haciendo que el castaño no soportará más y se viniera.

 

−        Mng...aaah!!! - dejaron escapar su voz al unísono pues ambos habían llegado al clímax.

 

Inevitablemente el interior del blondo fue llenado por la semilla del castaño. Ambos se recostaron mientras se abrazaban tratando de recuperar el aliento.

 

−       Eso fue magnífico - le susurró al oído el blondo

 

−       Y pensar que lo hicimos en el hospital, ¿Qué tal si venía una enfermera, doctor o peor aún nuestra hija?

 

−       Pero no fue así y me siento mejor.

 

Se abrazaron con fuerza, el calor que ambos desprendían tenía un efecto calmante en ambos.

Después de recuperarse de su encuentro, con cuidado el castaño ayudó a su amado a limpiarse y acomodarse nuevamente.  Joey se sentía como si fuese una princesa de esa que salía en los cuentos que leía a su hija, ya que Kaiba lo trataba con suma delicadeza… eso lo hacía sentir algo extraño, pero iba a dejar que el mayor le ofreciera lo que en antaño se había cohibido de expresar.

 

−       Cachorro…

 

−       ¿Si, Seto?

 

−       Mmm… solo es curiosidad… ¿alguna vez saliste o tuviste una relación con alguien más?

 

−       ¿Después de ti? - amplió la pregunta.

 

−       Si cachorro, después de mi- concretó el CEO. Para ser sincero, aquella pregunta rondaba por su mente desde que se vieron en Italia.  Kaiba se consideraba perspicaz, a veces, demasiado… y cuando analizaba a Joey en el restaurante, se dio cuenta que muchos y muchas miraban con libido a su rubio.  Al ser tan cotizado, en su mente se vislumbraron un sinfín de posibilidades para que el cachorro accediera a estar con otras personas y si hubiese sido así, él no podría juzgarlo.

 

−       La verdad… no he estado con nadie.  Cuando llegué a Italia, llegué casi muerto - expresó con sinceridad- estuve mucho tiempo en el hospital, peleando por la vida de Kaori y mi vida.  Cuando nació, no fue más fácil… mi estado de salud no era el mejor y debía dar mucho de mi esfuerzo para que ella no corriera peligro, ¿crees que con ese cansancio me pondría a buscar a alguien más? - dijo con sinceridad y al ver el mutismo de Kaiba y dolor en sus ojos, continuó - cuando creció un poco, me concentré en trabajar y ayudar a mi tío. No solo nos brindó techo y alimento, también era quién pagaba mi tratamiento y me sentía mal al ver cómo llevaba la carga solo… en eso me enfoqué, en ir saldando poco a poco mi deuda. 

 

−       Comprendo cachorro, aunque quiero que esa carga sea compartida, entre los dos le retribuiremos - acariciándole la mejilla. 

 

−       Gracias Seto.

 

−       He pensado en que él pueda trabajar aquí, apoyando la nueva sección de medicina que financiará Kaiba Corp.

 

−       No lo sé… es muy apegado a Italia y además….  

 

−       ¿Además?- lo alentó a continuar.

 

−       No quiere toparse alguna vez con mi padre… - mencionó lo último con ansiedad.

 

−       Aún está en la cárcel, le faltan algunos años - expresó con frialdad el mayor y es que aún tenía mucho rencor contra aquel cretino.

 

−       Ya veo…. 

 

−       No pienses en él, no te hace bien, mi cachorro - mencionó para luego empezar a besar aquel cabello dorado.

 

−       Me gustaría… visitarlo. 

 

−       No - dijo tajante Kaiba.

 

−       ¿Por qué no? - preguntó molesto de que su castaño le negara eso.

 

−       No es el momento y no te dejaré ir solo.  Prometo pensar en llevarte, pero ahora no es una prioridad. 

 

−       ¿Sabes que puedo ir a buscarlo por mí mismo? - lo retó.

 

−       Entonces, te deseo mucha suerte mi cachorro, porque debes buscarlo en muchas cárceles hasta que des con su paradero  - se rio con altivez. 

 

−       Odio eso de ti, que siempre haces cosas a mis espaldas.

 

−       No lo hago, solo preveo y actúo. Verás mi futuro esposo, que a la larga, será algo positivo para ambos - expresó divertido ante el enojo del menor y antes de que pudiera protestar, le robó un beso.

 

El beso se hubiese tornado más comprometedor, sino hubiera entrado Kaori muy feliz al ver a sus padres.

 

−       Papá, papi, ¡mis tíos son geniales! - expresó la niña con mucho entusiasmo.

 

−       Te esperaba más temprano hija, ¿por qué tardaste en venir? - dijo el rubio intentando que el reclamo no sonara a berrinche. 

 

−       Vinimos, pero mis tíos me dijeron que papá te estaba haciendo un masaje para que te sintieras mejor.

 

Shizuka y Joey se sonrojaron ante lo dicho por la inocencia de la pequeña, al contrario de los hermanos Kaiba que sonreían con sorna… El rubio los miró y negó con la cabeza… a veces la genética era muy fuerte.

 

−       Bueno… - dijo el mayor Kaiba aclarando la garganta- hablaremos con el médico, tu padre debe alistarse para una operación pronto, por eso necesito  que me ayudes a cuidarlo y evitarle enojos.  Cuento contigo, hija.

 

−       Si papá.

 

“Determinación”, eso fue lo que Joey observó en los ojos de sus dos amores.  Ambas orbes azules se miraban con intensidad, con determinación al tener el objetivo común de cuidarlo.  Se sintió con un regocijo indescriptible… Kaori era perfecta y determinada, por el simple hecho de ser hija de Seto y suya… una mezcla perfecta de ambos.

 

***

 

Había transcurrido una semana en la cual, había tenido una dieta diferente, ingerido alimentos suaves y había recibido mucho acompañamiento de su familia y amigos.  No obstante, sentía que Seto le ocultaba algo… Observaba más dubitativo a su amante, también compartía su misma dieta y le delegaba más cosas a Mokuba.

 

−       Debes estar tranquilo - le expresó su cuñado al verlo alterado.

 

−       Siento que tu hermano me oculta algo…

 

−       Joey… sé que… es tonto decirte esto después de lo que has vivido con mi hermano pero… confía en él, tu y Kaori son lo más importante, ustedes son su prioridad. 

 

−       Gracias Moki, debe estar nervioso por mi cirugía. 

 

−       Si, sabes que se le complica expresar muy bien lo que siente.

 

Finalmente el día llegó, la operación se llevaría a cabo por la tarde, tanto el castaño como el rubio estaban nerviosos.

En este tipo de operaciones ambos debían estar en la misma habitación, en cuanto extraían el riñón de uno era ingresado al otro, sin embargo, Seto no quería que el ojimiel  se enterara de que el donante era él, pues se negaría a la operación.

 

Previamente habló con el médico el cual los prepararía en habitaciones separadas y no los juntaría hasta estar ambos preparados. Antes de que iniciara la operación fue a ver a su rubio.

 

−       Hola ¿Nervioso?

 

−       Si algo, lo que me intriga es que no sé quién será mi donante.

 

−       No te preocupes por eso.

 

−       Quería agradecerle, sé que esta operación es riesgosa para ambos y me gustaría agradecerle por ponerse en riesgo por un extraño como yo.

 

−       Ya tendrás tiempo de agradecerle - le acaricio la mejilla, una enfermera entró.

 

−       Siento interrumpirlos pero debemos llevarnos al joven Joey para iniciar los preparativos.

 

Ambos se miraron y se acercaron dándose un cálido beso que hizo enternecer hasta a la enfermera.

 

−       Te veo en unas horas - dijo el rubio mientras era llevado por la enfermera.

 

Mientras tanto el castaño se dirigió a otra habitación donde se cambió, se puso una bata y la enfermera le ayudó a limpiarse para después comenzar a prepararlo para operación.

En definitiva era una operación delicada, se requerían de dos médicos cirujanos especialistas y dos equipos de enfermería y anestesiólogo. Uno para cada uno para hacer la cirugía más rápida y tener mayores probabilidades de éxito.

 

Una vez que ambos estuvieron anestesiados, fueron ubicados en un mismo quirófano, ya  listos ambos equipos, comenzaron las cirugías. Por un lado se retiró el riñón dañado de Joey, el cual fue puesto en una bandeja una vez afuera, por otro lado, a Seto se le extrajo un riñón completamente sano, el cual, habitaría en  el cuerpo del blondo. 

 

Habían pasado tres largas horas y los familiares que estaban en sala de espera, aún no recibían ninguna noticia, impacientándose.

 

−       Cálmate Mokuba, ambos estarán bien - Shizuka trataba de calmar a su amado el cual estaba muy nervioso.

 

−       Lo sé pero… ya pasaron 3 horas y no hemos sabido nada.

 

−       Si hubieran malas noticias ya habrían salido a decirnos.

 

Después de 4 largas horas de espera por fin salió uno de los médicos cirujanos.

 

−       Me es grato informarles que la cirugía fue un éxito, en este momento los están preparando para llevarlos a una habitación, ahora todo depende de ellos.

 

Todos gritaron de felicidad al escuchar eso. La pequeña dragoncita dormía y cuando escuchó el bullicio se despertó, entendiendo que pronto vería a sus papás.  

En cuestión de minutos, Kaori yacía al lado de su rubio padre, quién se veía más repuesto. 

 

−       Hola papi, ¿ cómo te sientes?

 

−       Un poco adolorido, pero bien hija, y… - mirando en la sala, pues no veía a su amado-  ¿tu padre? 

 

−       Está en otra habitación, nos dijeron que pronto despierta- dijo con sinceridad.

 

−       ¿Otra habitación? - indagó Joey a los adultos, quienes no sabían qué decir ante la indiscreción de Kaori…digna hija de Joey.

 

−       Shizuka… ¿qué no me han contado? - preguntó con molestia. 

 

−       Bueno… - suspirando- Kaiba era el otro donante… 

 

−       ¡ ¿ Qué?! - exclamó sorprendido- ¿por qué nadie me lo dijo?

 

−       Porque temíamos que te negaras - añadió Mokuba- Seto te conoce y no lo hubieras dejado, por eso nadie te lo dijo.

 

−       Estoy molesto, por favor, déjenme solo…

 

−       Papi… - mencionó Kaori con ojos llorosos- no te enojes… papá lo hizo porque te ama y me dijo que quería que los tres estuviéramos juntos.

 

El mayor tan solo suspiró y le acarició la cabeza a su hija… Kaiba era la persona número uno en sorprenderlo.  Se llevó con cuidado la mano al vendaje donde yacía su nuevo riñón, una muestra del amor de su futuro esposo por él.  Este hecho y ver a Kaori a su lado, le hizo reflexionar sobre su vínculo con el empresario.  Si no lo hubiera amado, se habría ahorrado todo esto, pero también, jamás estaría su hija allí… era Kaiba quién había influido en todo lo que le acontecía, pero lejos de estar molesto, agradecía cada alegría y golpe que había recibido al amarlo tanto. 

 

El sonido del móvil de Mokuba inundó el cuarto, la voz varonil resonaba en la silenciosa estancia.  Todos los ojos se posaron en él, cuando sonrió con cariño y luego colgó.

 

−       Seto acaba de despertar, ¿quieres verlo?

 

−       Si Moki, por favor, necesito verlo - expresó con angustia Joey.

 

−       Voy por él.

 

−       Tío, ¿puedo ir contigo?

 

−       Claro que sí.

 

Cuando Seto los vio entrar, se alegró de ver a su hija.  Le acarició la cabeza y luego miró a su hermano, que con la mirada, le transmitía que algo había pasado.

 

−       ¿ Qué pasó? - preguntó sin vacilar.

 

−       Joey lo sabe…

 

−       ¿ Como? - indagó.

 

−       Fue mi culpa, papá - dijo con tristeza- se me salió… 

 

−       Está bien hija… ¿ está molesto?

 

−       Al principio, ya solo quiere verte.

 

−       Entonces, vamos.

 

Prepararon una silla de ruedas y el azabache le ayudó a acomodarse.  Con la excitación de la novedad, fue Kaori quien empujó la silla hasta llegar a la habitación del rubio. 

Cuando los orbes azules se encontraron con los mieles, todo a su alrededor pasó a un segundo plano.  

Los demás, entendieron eso y salieron del cuarto, dándoles privacidad para que hablaran como pareja. 

 

−       ¿Estás molesto, cachorro?

 

−       ¿ Por qué no me dijiste? - indagó molesto.

 

−       Porque te negarías y no quería arriesgarme a que pasara más tiempo.

 

−       Pero… ahora tú - sollozando- no estás al ciento por ciento… 

 

−       Claro que lo estoy, porque sé que estarás bien - expresó mientras le tomaba la mano y se la besaba- no puedo concebir una vida sin ti, Joey.

 

Joey se sonrojó y sintió su corazón latir con fuerza… toda la marea alta de su vida con Kaiba, estaba llegando al punto de pequeñas olas, calmadas y hermosas.  La tranquilidad que sentía, era un regalo del universo que no se iba a negar a recibir. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).