Lunes por la mañana; la popular fiesta de Mimi Tachikawa fue hace dos días, pero siento como si apenas hubiera sido ayer. Todavía me siento algo atontado; y como no, después de compartir casi cinco botellas de alcohol, más aparte todo lo que estuve tomando en la fiesta. Pero las clases en la Universidad no perdonan nada. Me levanto desanimado y camino sin ganas a la cocina.
- ¡Buenos días, hermano! - El ánimo de Hikari es tan visible, como las marcas alrededor de su cuello.
- ¿Acaso te visitaron los vampiros? - Le pregunto mientras me sirvo un poco de jugo.
- Solo una vampiresa... - sonríe maliciosamente mientras me sirve una porción enorme de panqueques. - Una sexi vampiresa. - Me atraganto un poco. Por suerte, el día anterior mi casa no estaba para nada desordenada. Eso sí, me prohibió terminantemente entrar en su habitación.
- ¿Por qué estás tan relajada? - Se encoge de hombros. - ¿Acaso no tienes clases?
- No. - Toma su plato y se sienta enfrente de mí. - Recuerda que el director de la preparatoria es muy religioso, así que todos los años en esta fecha se suspenden clases. - ¡Ni hablar! Eso significaba que no vería a... Takeru. ¡Ah! Siento como mi rostro me arde. Le gusto a Takeru-chan. Y el me gusta a mí. Lo besé, estuvimos toda la noche juntos... ¡Y no hice nada con él! No es que solo piense en eso, pero... ¡Ay, a quien quiero engañar! Todo el día de ayer estuve pensando todas las cosas pervertidas que pude haber hecho. Lo imagino tan pequeño, tan sumiso, tan frágil, tan...
- ¡Hermano! - El gritó de mi hermana me saca de mi ensoñación. La miro interrogante. - ¡Estás haciendo migajas esa rebanada de pan! - Dios, lo estrujé demasiado. Termino mi desayuno y me preparo para retirarme.
- ¿Hermano? - Hikari me mira suplicante.
- ¿Qué pasa? - Se perfectamente lo que me pedirá.
- ¿Puede venir Miyako cuando salga de clases? Ya sabes, para estudiar, quedarse a dormir y así... - En sus ojos puedo advertir un destello conocido. ¡Y dicen que soy el único que piensa solo en sexo! Asiento no sin antes advertirle que no se porte mal y me marcho a la escuela. Llego a la Universidad y noto que la mayoría de las personas aún tienen frescas las huellas de esa noche. Cerca de la entrada, encuentro al grupo de Mimi y casi todos me saludan con la mano. Noto como algunos llevan lentes obscuros, mascadas y playeras de cuello largo, escondiendo las "marcas del diablo" -como dice Sora-. ¡Incluso Hinata! Que es la más seria del grupo. La única que se ve completa es Rika. Me mira hostilmente.
- ¡Todavía me debes la habitación, Taichi! - Asiento dócilmente mientras echo a correr. Escucho las carcajadas de los demás. Cuando Rika fue a pedirnos la prueba de nuestra alocada noche, obviamente no teníamos nada. Así que nos echó al patio, donde pudimos ver varios zombis, es decir, sobrevivientes de la fiesta en tal estado que era imposible que fueran a sus respectivas casas. Takeru y yo nos sentamos sin decir palabra durante las siguientes tres horas, hasta que amaneció lo suficiente para poder ir a casa. Ninguno de los dos mencionó lo que había ocurrido, y nuestra despedida fue tan normal como siempre. Suspiro desganado.
- ¡Hey! ¿Por qué tan triste, Taichi! - La voz de Chat se escucha bastante animada. A veces pienso que nada le puede hacer daño a este chico. Es capaz de beber por horas y terminar como si nada. Come como león famélico y no sube ni un gramo. ¡A veces creo que lo odio! Después lo pienso mejor y me arrepiento.
- Por nada, Chat.... Al menos nada importante.
- ¿Ya te enteraste? - Lo miro interrogante. - Suspendieron las clases.
- ¿En serio? ¡Qué buena noticia! - Aunque después reflexioné. Si llegaba a casa, seguramente vería un espectáculo protagonizado por mi hermana y su novia, completamente desnudas. Y lo menos que quiero es ver a una mujer desnuda. ¡Yo quiero ver así a Takeru-chan! Aunque, por otra parte, podría irlo a buscar para verlo mucho antes de la reunión de nuestro grupo. Podríamos platicar, coquetear un poco, quizá hacer algo más... A menos que estuviera su hermano y entonces mis planes se vendrían abajo. Vuelvo a suspirar desilusionado.
- ¿Qué tal estuvo tu candente noche? - Chat sonríe malicioso y yo me sonrojo. - Apuesto a que dejaste a Yamato con dolor de cadera y...
- ¡No! - Me detuve abruptamente y lo tomo del brazo. - No compartí habitación con él.
- ¡Oh! - Me mira sorprendido y noto que sus ojos no muestran ese destello coqueto que siempre lo acompañan. Se ve sereno y en paz.
- ¿Y tú? - Por primera vez en la vida, lo vi sonrojarse de una manera tan honesta. - ¡Vaya! ¿Te fue tan bien con Adrien Agreste?
- No estuve con él... - dice débilmente.
- ¿Entonces? - Está a punto de contestar cuando unos brazos lo rodean por la cintura y lo levantan un poco. Espero ver el conocido rostro de "mamá" Lady Bug - campeona estatal en levantamiento de pesas, - pero no. Se trata de otra persona.
- ¡Buenos días, mi gatito negro! - Kouichi besa su oreja y noto como el rostro de Chat arde a más no poder.
- Buenos días, Kou-chan... - Chat le susurra suavemente. Justo en ese preciso momento, Kouichi voltea y hacemos contacto visual. De inmediato suelta a nuestro amigo. - Ho...hola, Taichi.
- No, si por mí no interrumpan su habitual coquetería entre ustedes. - Los dos bajan la vista avergonzados. Una idea cruza rápidamente por mi mente. - Porqué es el mismo juego de siempre, ¿cierto? - Ninguno de los dos dice nada. Entonces todo cobra sentido. - ¡Oh, Dioses! ¿Compartieron habitación?
- ¡Claro que no! - Me gritan los dos.
-Entonces explíquense. - Ambos asienten. Después de unos minutos me cuentan toda su anécdota. - ¡Genial! Así que han decidido probar a salir entre ustedes. - Ambos vuelven a asentir. - ¡Me alegra mucho!
- ¿De verdad, Taichi? - Kouichi me mira con el rostro iluminado. Le aprieto suavemente el hombro.
- ¡Claro! Apenas estábamos hablando de la bonita pareja que forman ustedes dos y que nos encantaría verlos juntos.
- ¿Con quién? - Chat me preguntó inquisitivo. - ¿Con Naruto?
- No con Takeru... - Siento otra vez mi rosto encendido. El solo mencionar su nombre hace que mi corazón comience a latir fuertemente. Noto que mis dos amigos me miran con sorpresa.
- ¿Te sientes bien? - Chat toca mi frente y mi rostro.
- Sí, sí, sí. No pasa nada. - Trato de apartarlo.
- ¿Pasó algo entre ustedes? - Los dos me miran curiosos.
- No lo que ustedes piensan. Solo compartimos habitación, - sus ojos se iluminan, así que prosigo antes de que se imaginen otra cosa, - porque nuestros respectivos hermanos nos pidieron nuestras casas para pasar una noche candente con sus parejas. - Lo digo tratando de parecer molesto.
- ¿Hicieron...? - Chat sonríe maliciosamente.
- ¡Qué no! - Respondo de inmediato. Sus orejas se caen desilusionadas.
- Pues lo hubieras hecho. - Me dice fríamente Kouichi.
- ¿Qué?
- Que, si lo hubieras hecho, Takeru sería tan feliz. - Toma la mano de Chat y este lo mira sonriendo. Se ven tan enamorados.
- ¿Saben lo que siente por mí? - Ambos asienten. - ¿Y por qué diantres no me habían dicho nada?
- Takeru nos hizo prometerle que no lo diríamos. - Contesta rápidamente Kouichi.
- Además, tú siempre has dicho a los cuatro vientos que te gustaría meterte tanto con Koushiro como Yamato, y nos cuentas tus fantasías sexuales y...
- Ok, ok. Ya entendí Chat. - Suspiro con frustración. - Hice muchas estupideces en el pasado. Lo admito. - Levanto la vista al cielo, y me imagino claramente su rostro. -Pero ahora...
- ¿También le correspondes?
- Siempre me ha gustado, Kouichi. - Me miran sorprendidos. - Pero, jamás imagine que yo podría tener alguna oportunidad. Además, lo conozco desde hace diez años. - Recuerdo su rostro tan pequeño e inocente, para luego convertirse en el muchacho atractivo y sensual que es en la actualidad. Muevo la cabeza de un lado a otro. - No puedo imaginarme... ya saben...
- Definitivamente, tú siempre piensas en sexo, Taichi. - Kouichi me mira con la desilusión pintada en su rostro.
- ¡No! No me refiero a que solo quiero hacer eso con él. Pero me gustaría demostrarle de alguna manera que realmente comparto los mismos sentimientos.
- Entonces, no hagas con él lo que siempre haces con los demás, Taichi. - Chat me mira divertido. - Con todas tratas de parecer algo que no eres. Sólo sigue siendo tu mismo. - Me sonríe y yo le correspondo al gesto.
- Por cierto - dice Kouichi. - ¿En dónde estará Naruto?
- Aquí... - Una voz nos susurra desde las espaldas.
- ¡Por todos los cielos, Naruto! - Kouichi casi se muere del susto.
- ¿Por qué carajos no has dicho ni una sola palabra? - Le digo molesto. Es entonces cuando veo su rostro. Está completamente demacrado.
- ¿Qué te pasó? - Le pregunta Chat mientras le toca el rostro. - ¿No te fue bien con Sasuke?
- ¡Sasuke es un grandísimo imbécil! - Grita molesto y los tres lo miramos sorprendidos. Siempre ha estado enamorado de él. Chat lo mira y quita su mano un poco dolido. - Lo siento Chat, - le da un suave apretón. - No quise ser grosero. -Chat lo mira y sonríe nuevamente. Kouichi y yo intercambiamos miradas.
- Explícate. - Le pedimos y Naruto comienza a relatarnos su historia. Cuando termina lo miramos molestos.
- ¡Que maldito perro! - Le digo con furia. - Pero la culpa la tienes tú por ceder a todos sus caprichos. - Naruto sigue mirando al piso. Chat y Kouichi me dirigen una mirada pesarosa. - Está bien, lo siento. - Me acerco y lo abrazo. Naruto me corresponde y comienza a llorar.
- Fui un idiota, lo sé. Pero estaba tan emocionado... - su voz se quiebra. - De todas las personas a las que me he confesado, ninguna me había correspondido hasta ahora. - Kouichi lo mira pensativo, mientras Chat lo abraza por la cintura. - Ha sido lo más fantástico que me ha pasado, aunque haya terminado así.
- Creí que lo más fantástico era habernos conocido a los cuatro. - Miramos sobre nuestro hombro y aquí está Takeru. Pese a ser noviembre, viene vestido de manera informal, con bermudas, playera de manga corta y su clásico sombrero. Con una rápida mirada, alcanzó a notar su piel clara, suave y tersa... y el recuerdo de esa noche hace que mi rostro se vuelva escarlata.
- ¡Takeru-chan! - Naruto me suelta y corre a sus brazos.
- Eres completamente sumiso, Naruto. - Chat Noir lo dice sin malicia, pero el aludido se sonroja a más no poder. Lo que nos dice por lo claro quien jugaba el papel de pasivo en esa relación.
- Demasiada información. - Dice Takeru y los demás reímos. Lo miro por un momento, y noto un pequeño saludo de su parte. Mi corazón comienza a latir fuertemente mientras le correspondo.
- Oye Naruto, ¿y qué vas a hacer con ese chico, Takuya? - Naruto se sonroja demasiado avergonzado. Parece una colegiala.
- Bueno, me gustaría conocerlo más, la verdad. Pero ni siquiera se en que escuela vaya o en que grupo. Vaya, que ni siquiera recuerdo exactamente su rostro como para buscarlo. - Lo miramos con decepción. - ¡Oigan! Estaba muy ebrio. Tengo una justificación.
- ¡Qué bueno que llegó la ex novia, o hubieran acabado en el cuarto de un hotel y tu ni siquiera lo hubieras notado! - Dice Chat con alegría.
- Con eso de que eres tan sumiso. - Dice Takeru y nuevamente comenzamos a reír. Naruto nos fulmina con la mirada y el rostro acalorado.
- ¿Se llama TakuyA Kambara? - Naruto asiente, mientras Kouichi escribe algo en su celular. - ¿Y te gustaría volver a verlo? - Naruto vuelve a decir que sí. - Pues vamos. - Lo toma de la mano y lo comienza arrastrar. Chat Noir los sigue con sus movimientos felinos. Takeru y yo caminamos un par de metros atrás, pero no decimos nada.
-Chicos, - Chat Noir se acerca - por favor denme la mano que me siento muy solito sin Kou-chan. - Takeru y yo lo tomamos cada uno de un lado. Chat a veces es muy dramático, pero es un buen chico. Después de un rato, nos detenemos cerca del campo de futbol.
- Listo. - Dice Kouichi.
- ¿Aquí? - Naruto mira de un lado a otro, pero no hay nadie. De pronto un chico moreno de cabello castaño aparece a lo lejos. Naruto corresponde al saludo. - ¿Conoces a Takuya?
- Serás torpe. - Le doy un leve golpe en la cabeza y me mira de improviso. - Takuya está en el equipo de futbol de la Universidad. Él y yo hemos jugado juntos.
- Si, junto con Daisuke y Ken. - Interviene Takeru.
- Y también nos has visto platicar con él en el receso, ya que va en el salón de Kouichi y mío. - Dice Chat. Naruto sonríe y nos abraza a todos rápidamente.
- ¡Gracias, chicos! - Nos grita y corre al encuentro con Takuya. Observamos la escena, que parece de telenovela. Pero, ¿qué podemos hacer? El amor a veces puede ser así de cursi. Después de un rato, los dos se abrazan y comienzan a caminar hacia las gradas.
- Bueno, ¡vámonos, Chat! - Kouichi lo toma como siempre de la cintura, pero ahora Chat Noir ya no tiene malicia y se sonroja como un torpe. Creo que a todos nos está pasando eso. - Vamos a comer a la Torre, ¿te parece? - Chat asiente mientras hace una especie de ronroneo.
- ¡Nos vemos mañana, amigos! - Nos gritan mientras caminan hacía la salida. Takeru y yo nos despedimos de ellos. Después de un momento, me acerco a él.
- Hola, Takeru-chan... - Le digo mientras le tomo la mano. Para mi sorpresa no la retira.
- No tan formal, Taichi. - Se acerca a mis labios y me besa con cariño.
- ¿Cómo supiste...? - Le dije mientras lo abrazaba.
- Hikari me dijo que tampoco ustedes tuvieron clases. - Me dice sonriente.
- ¿Cómo lo supo...? - Comienzo a preguntar, pero de inmediato levanto mi mano para detenerlo. Miyako va en el mismo grupo que Kouichi y Chat Noir. - No, no me lo digas. Y tampoco me digas que están haciendo en mi casa.
-Bueno, - sonríe con una mueca burlona. - Lo que si es que en las próximas horas no deberías llegar a casa.
-Vaya... - Otra vez me corrían de ella. Sentí que Takeru apretaba mi mano. Su tacto era muy cálido. Mi corazón comenzó a latir de prisa.
- ¿Quieres quedarte en mi casa estos días? - Lo miré interrogante. - Yamato se quedará toda la semana con Luka para "practicar" antes de su gran concierto y mi padre salió de viaje. - No me podía creer tanta buena suerte. - ¿Qué dices...? - Con mi mano libre lo tomo de la cintura y lo acerco peligrosamente a mí. Lo beso profundamente y el me corresponde de la misma manera. Creo que iban a ser unos días geniales.
- ¡Por supuesto, Takeru-chan! - Le dije cuando terminamos nuestro beso. Emprendimos el camino hacía su casa.